La embajadora de Estados Unidos en Chile, Bernardette Meehan, en una visita a Punta Arenas desmintió que su país realizará ejercicios militares con Argentina en el Estrecho de Magallanes, afirmando "que hemos estado muy claros que el Estrecho de Magallanes pertenece a Chile".
La embajadora Bernardette Meehan recibe honores de la guardia de la Tercera Zona Naval de la Armada de Chile. Firma Embajada de Estados Unidos en Chile
En el marco de su agenda de actividades en la Región de Magallanes y Antártica Chilena, la representante diplomática se reunió con el contraalmirante Jorge Castillo en la Comandancia en Jefe de la Tercera Zona Naval (Terzona) de la Armada de Chile.
Respecto al encuentro con el comandante en jefe de la Terzona, la diplomática indicó en su cuenta X: "Conversamos sobre el futuro de la Antártica, la pesca ilegal, el creciente tráfico en el Estrecho de Magallanes y el uso del buque rompehielos Almirante Viel, entre otros temas de interés común".
Contraalmirante Jorge Castillo y embajadora Bernardette Meehan. Firma Embajada de Estados Unidos en Chile
La embajadora expresó en un video publicado en las redes sociales de la Armada de Chile que "Estados Unidos considera a Chile un socio valioso a nivel mundial. Sobre la soberanía del Estrecho de Magallanes, tenemos una amplia cooperación en materia militar, comercial y turística. Nuestro punto de vista es claro: Chile ejerce soberanía sobre el Estrecho de Magallanes y así es, no hay más que decir".
Meehan destacó también el rol fundamental que cumple la Armada de Chile en la zona. "Estamos también trabajando en conjunto en asuntos científicos y de la defensa de la Antártica. El continente blanco es algo que tengamos que cuidar. Estados Unidos y Chile son socios bajo el Tratado de la Antática y valoramos muchísimo la colaboración que tengamos con la Armada de Chile en estos asuntos", agregó la autoridad.
Contracara N°82 - ¿Será legal la pedofilia en Argentina? 14 nov 2024
juan Manuel Soaje Pinto, conductor del programa entrevista a Alejandro Geyer, juntos analizan las 5 etapas de la ventana de Overton, método predilecto por el sistema para aprobar todo tipo de perversiones.
Alejandro Geyer, coordinador nacional de la organización que inició las manifestaciones cívicas, federales y simultáneas conocidas como Marchas por la Vida.
"USTED ES UN CANIBAL" LO PUEDEN DEMOSTRAR CIENTÍFICAMENTE TODOS LO ACEPTARÁN
¿Cómo legalizar cualquier
fenómeno, desde la eutanasia hasta el canibalismo?
Publicado:
17 abr 2014
En la
actual sociedad de la tolerancia, que no tiene ideales fijos y, como resultado,
tampoco una clara división entre el bien y el mal, existe una técnica que
permite cambiar la actitud popular hacia conceptos considerados totalmente
inaceptables.
Esta técnica, llamada 'la ventana
Overton' y que consiste en una secuencia concreta de acciones con el fin de
conseguir el resultado deseado, "puede ser más eficaz que la carga nuclear
como arma para destruir comunidades humanas", opina el columnista Evgueni
Gorzhaltsán.
En su artículo en el portal Adme, pone el
ejemplo radical de cómo convertir en aceptable la idea de legalizar el
canibalismo paso a paso, desde la fase en que se considera una acción repugnante
e impensable, completamente ajena a la moral pública, hasta convertirse en una
realidad aceptada por la conciencia de masas y la ley. Eso no se consigue
mediante un lavado de cerebro directo, sino en técnicas más sofisticadas que
son efectivas gracias a su aplicación coherente y sistemática sin que la
sociedad se dé cuenta del proceso, cree Gorzhaltsán.
Primera etapa: de lo impensable a lo radical
Obviamente, actualmente la cuestión de la legalización del canibalismo se
encuentra en el nivel más bajo de aceptación en la 'ventana de posibilidades'
de Overton, ya que la sociedad lo considera como un fenómeno absurdo e
impensable, un tabú.
Para cambiar esa percepción, se puede,
amparándose en la libertad de expresión, trasladar la cuestión a
la esfera científica, pues para los científicos normalmente no hay temas tabú.
Por lo tanto, es posible celebrar, por ejemplo, un simposio etnológico sobre
rituales exóticos de las tribus de la Polinesia y discutir la historia del tema
de estudio y obtener declaraciones autorizadas sobre el canibalismo,
garantizando así la transición de la actitud negativa e intransigente de la
sociedad a una actitud más positiva.
Simultáneamente, hay que crear algún grupo radical de caníbales, aunque exista
solo en Internet, que seguramente será advertido y citado por numerosos medios
de comunicación. Como resultado de la primera etapa de Overton, el tabú
desaparece y el tema inaceptable empieza a discutirse.
Segunda etapa: de lo radical a lo aceptable
En esta etapa, hay que seguir citando a los científicos, argumentando que uno
no puede blindarse a tener conocimientos sobre el canibalismo, ya que si alguna
persona se niega a hablar de ello será considerado un hipócrita intolerante.
Al condenar la intolerancia, también es necesario crear un eufemismo para el
propio fenómeno para disociar la
esencia de la cuestión de su denominación, separar la palabra de su
significado. Así, el canibalismo se convierte en 'antropofagia', y
posteriormente en 'antropofilia'.
Paralelamente, se puede crear un precedente de referencia, histórico,
mitológico, contemporáneo o simplemente inventado, pero lo más importante es
que sea legitimado, para que pueda ser utilizado como prueba de que la
antropofilia en principio puede ser legalizada.
Tercera etapa: de lo aceptable a lo sensato
Para esa etapa, es importante promover ideas como las siguientes: "el
deseo de comer personas está genéticamente justificado", "a veces una
persona tiene que recurrir a eso, si se dan circunstancias
apremiantes" o "un hombre libre tiene el derecho de decidir
qué come".
Los adversarios reales a esos conceptos, es decir, la gente de a pie que no
quiere ser indiferente al problema, intencionadamente se convierten para la
opinión pública en enemigos radicales cuyo papel es representar la imagen de
psicópatas enloquecidos, oponentes agresivos de la antropofilia que llaman a
quemar vivos a los caníbales, junto con otros representantes de las minorías.
Expertos y periodistas en esta etapa demuestran que durante la historia de la
humanidad siempre hubo ocasiones en que las personas se comían unas a otras, y
que eso era normal.
Cuarta etapa: de lo sensato a lo popular
Los medios de comunicación, con la ayuda de personas conocidas y políticos, ya
hablan abiertamente de la antropofilia. Este fenómeno empieza a aparecer en
películas, letras de canciones populares y videos. En esta etapa, comienza a
funcionar también la técnica que supone la promoción de las referencias a las
personajes históricos destacados que practicaban la antropofilia.
Para justificar a los partidarios de la legalización del fenómeno se puede
recurrir a la humanización de los criminales mediante la creación de una imagen
positiva de ellos diciendo, por ejemplo, que ellos son las víctimas, ya que la
vida las obligó a practicar la
antropofilia.
Quinta etapa: de lo popular a lo político
Esta categoría supone ya empezar a preparar la legislación para legalizar el
fenómeno. Los grupos de presión se consolidan en el poder y publican encuestas
que supuestamente confirman un alto porcentaje de partidarios de la
legalización del canibalismo en la sociedad. En la conciencia pública se establece
un nuevo dogma: "La prohibición de comer personas está
prohibida."
Esta es una técnica típica del liberalismo que
funciona debido a la tolerancia como pretexto para la proscripción de los
tabúes. Durante la última etapa del 'movimiento de las ventanas' de
Overton de lo popular a lo político, la sociedad ya ha sufrido una ruptura,
pues las normas de la existencia humana se han alterado o han sido destruidas
con la adopción de las nuevas leyes.
Gorzhaltsán concluye que el concepto de las 'ventanas de posibilidades', inicialmente
descrito por Joseph Overton, puede extrapolarse a cualquier fenómeno y es
especialmente fácil de aplicar en una sociedad tolerante en la que la llamada
libertad de expresión se ha convertido en la deshumanización y donde ante
nuestros ojos se eliminan uno tras otro todos los límites que protegen a la
sociedad del abismo de la autodestrucción.