NUESTRA PLANDEMIA ES LA DEUDA
Por Javier Cornejo
Julio 2020
En estos tiempos aciagos que vive nuestra Patria en que se deshace y desagrega. Sus ciudadanos se disgregan más y más en grietas que se multiplican, aniquilando la posibilidad de una unión nacional. Poco a poco se van incendiando todos los elementos que puedan cohesionar al pueblo argentino.
Nuestra génesis histórica es la serie encadenada de hechos y causas que conducen a un resultado, que fuera gestado y programado para una conclusión en insolidaridad, de crueldad sanguinaria, pobreza y miseria. Pobres contra pobres.
Ni en la más truculenta prognosis del futuro, hubiésemos imaginado los tiempos actuales de postergación perpetua de la creatividad intelectual ausente de un futuro de grandeza para hombres y mujeres, para nuestro pueblo, hoy inmerso en una crisis que deviene cada vez más profunda, en camino a un precipicio del que resulta imposible avizorar su final.
Difícil es escribir sobre estas cuestiones, pero mucho más difícil es poder publicar a través de los medios tecnológicos informativos que nos agobian, controlan y esclavizan. Cuando se intenta explorar la génesis y el futuro desenvolvimiento de los males que nos agobian, que ajustan el cepo que nos inmoviliza, irrumpen feroces interferencias. Lo que no se puede comprar con el soborno se elimina con la muerte, y, lo que no puede matarse por diversos factores, se silencia para siempre.
Hoy el control se ejerce atrozmente sobre todo pensamiento, trabajo o investigación científica que informe, instruya, eduque, o contradiga al status quo. Si es así se bloquea, no se edita, no se comenta, no se distribuye y ni siquiera se anoticia de su existencia. Así se silencia toda investigación intelectual perturbadora.
Mientras sólo hay voz a lo "políticamente correcto", el Pueblo Argentino "quiere saber de qué se trata", como en 1810 que no entendía qué ocurría, y, siguió sin entenderlo nunca.
En estos días en que la desinformación o la noticia direccionada es la constante, el manejo de la misma es el arma fundamental para que los pueblos sojuzgados consideren a las desgracias económicas que siegan sus vidas, como un fenómeno natural.
Con la desinformación las víctimas no tienen el diagnóstico de los males que sufren. Por eso nadie acierta con el tratamiento.
Esto es lo hoy ocurre en días de Plandemia y futuro caos nacional inmersos en esta globalización depredadora, de saqueo de los estados y masacre de sus pueblos. Planificada y conducida con un método de muerte gélido y aterrador que obedece a un plan cruelmente establecido de desalojo de los argentinos de esta geografía. Cada vez más, parecemos un pedazo de tierra con gente arriba con casi nada en común, con intenciones de fragmentaciones territoriales que surgen en la génesis británica de su Brexit for export. Territorio tributario de deuda impagable que posibilita un saqueo sin fin. El deudor sin recursos, compulsado y condicionado por el acreedor, nunca puede discutir, menos oponerse a la succión que el esquema buitre le impone y todo controla. Son las reglas bajo las cuales los "expertos" nos canibalizan.
Hoy la deuda que nos mata no sólo es a nivel de deuda pública nacional, sino también, la asfixia de nuestra deuda provincial sigue el camino de capitalizar por anatocismo los intereses que ni siquiera pueden renegociarse.
De allí que es preciso que el ciudadano nunca conozca de estas cuestiones dinerarias, de soberanía económica, decisivas para el devenir de nos espera. Es preciso que todos estemos encarcelados, con miedo, sin darnos cuenta que el miedo no para la muerte, el miedo detiene la vida y nos convierte en esclavos que aceptamos mansamente la aniquilación de la poca libertad que nos queda.
(A continuación artículo publicado en el diario El Tribuno de Salta)
"Plandemia" es la deuda
24 DE Julio 2020 Javier Cornejo
En estos tiempos aciagos que vive nuestra patria (aciagos, porque estamos cayendo y no vemos de dónde agarrarnos) existe un serio riesgo de fractura, disolución y las grietas se multiplican y es la patria la que se agrieta.
Poco a poco se van incendiando todos los elementos que puedan cohesionar al pueblo argentino.
Nuestra historia muestra cómo se fueron encadenando los hechos, como si todo hubiera sido gestado y programado desde la trastienda hacia la insolidaridad, la pobreza y la miseria. Pobres contra pobres.
Los peores pronósticos, hace medio siglo, jamás hubieran lucubrado una realidad como la que vivimos.
Esa Argentina potencia, esa nación de paz, trabajo y tolerancia, no llegó, y hoy caminamos hacia el precipicio.
El pensamiento racional y los valores morales han cedido espacio a la vorágine violenta, frívola, cargada de odio y aferrada a íconos falsos.
Difícil es escribir sobre estas cuestiones, pero mucho más difícil es poder debatir a través de las redes tecnológicas, el nuevo elixir que intentan reemplazar el debate político y el análisis de la realidad, por banderías que lejos de aportar lucidez, enceguecen a todos.
Hoy el control se ejerce atrozmente sobre todo pensamiento, trabajo o investigación científica que informe, instruya, eduque o contradiga al status quo.
Cuando es así se bloquea, no se edita, no se comenta, no se distribuye y ni siquiera se anoticia de su existencia. Así se silencia toda investigación intelectual perturbadora.
Mientras sólo hay voz a lo "políticamente correcto", el pueblo argentino "quiere saber de qué se trata", como en 1810, cuando no entendía qué ocurría.... y siguió sin entenderlo nunca.
En estos días en que la desinformación o la noticia direccionada es la constante, el manejo de la misma es el arma fundamental para que los pueblos consideren a las desgracias económicas que siegan sus vidas, como un fenómeno natural.
Con la desinformación las víctimas no tienen ni pueden construir el diagnóstico de los males que sufren. Por eso nadie acierta con el tratamiento.
Esto es lo que hoy ocurre en días de "Plandemia" y que anticipa un futuro sombrío, cercano al caos nacional.
Estamos inmersos en esta globalización depredadora, de saqueo de los estados y masacre de sus pueblos. Es muy importante que alguien empiece a analizar con seriedad científica la consecuencia de la falta de un mínimo criterio demográfico, evaluando cómo se generan los asentamientos y se inducen las migraciones casi clandestinas. Y que no se diga que esto es "xenofobia": la demografía es imprescindible para planificar la educación, la generación de fuentes de trabajo y los registros de ciudadanía. Es el ABC del funcionamiento del Estado.
Cada vez más, parecemos un pedazo de tierra con gente arriba con casi nada en común.
Vivimos en un país esclavizado por la deuda. Un territorio tributario de deuda impagable que posibilita un saqueo sin fin.
Somos un deudor sin recursos, sin margen de maniobra y condicionado por el acreedor. Son las reglas bajo las cuales los "expertos" nos canibalizan.
Hoy la deuda que nos mata no sólo es la deuda famosa, la nacional, sino que en Salta soportamos la asfixia de nuestra deuda provincial sigue el camino de capitalizar los intereses, que ni siquiera pueden renegociarse.
Es difícil el momento, pero doblemente difícil porque la política no alcanza a medir la verdadera magnitud del desafío y los que ocupan puestos de liderazgo prefieren dejarse llevar por el rumbo del viento.
https://www.eltribuno.com/salta/nota/2020-7-24-0-0-0--plandemia-es-la-deuda