La máquina del tiempo (The Time Machine) es una novela de ficción del escritor británico Herbert George Wells
[…]con la intención de conocer el futuro de la humanidad se desplazó hasta el año 802.701, pero lejos de encontrar una sociedad en la plenitud de su desarrollo, ve un mundo en decadencia habitado en su superficie por unos seres hedonistas (los Eloi), pero sin escritura, inteligencia ni fuerza física. El Viajero supone que así debió de terminar la humanidad tras resolver todos sus conflictos existenciales, sin embargo, poco después descubre que estos seres viven con un inmenso miedo al subsuelo y a la oscuridad. El subsuelo está dominado por unas siniestras criaturas, los Morlocks, otra rama de la especie humana que se ha habituado a vivir en las tinieblas y sale de noche para alimentarse de los Eloi que captura.[…]
Una sociedad en la que el canibalismo está permitido
La ganadora del Premio Clarín describe un mundo en el que la carne animal es sustituida por la humana
LA FORMA DE LA ESCRITURA. Según el jurado, Bazterrica logra "imágenes tanto repulsivas como fascinantes". infobae.com
NOVELA
CADÁVER EXQUISITO
AGUSTINA BAZTERRICA
(Alfaguara - Buenos Aires)
Pareciera que el concepto de futuro distópico es tendencia en nuestros días. Aunque la idea no es tan nueva, escritores como Ray Bradbury, George Orwell o Isaac Asimov imaginaron durante el siglo XX gran parte de lo que vendría después, hoy los libros y series hablan de ese espacio que habita solo en la imaginación colectiva. Y las referencias a la serie Black Mirror se usan casi tanto como los ejemplos de Los Simpson que años atrás eran un guiño generacional para cualquier situación de la vida cotidiana.
Por eso no es extraño que el Premio Clarín se haya otorgado a una novela que transcurre en un futuro, tal vez no tan lejano, con un panorama que se torna cada vez más sombrío, donde el horror es moneda corriente porque está naturalizado. La escritora Agustina Bazterrica parte de un supuesto que lleva al extremo: ¿qué pasaría en el mundo si no se pudiera comer más carne animal? Lejos de teorías pacifistas, desde la primera página la historia nos interna en el escenario de los mataderos, las curtiembres y las intimidades de una industria millonaria que necesita de materia prima para seguir funcionando. Y esa materia prima que se cría, se produce y se utiliza en experimentos, proviene de los humanos.
El Jurado de Honor, compuesto por Jorge Fernández Díaz, el español Juan José Millás y Pedro Mairal, a 20 años de haber ganado su propia estatuilla por Una noche con Sabrina Love, se inclinó por Cadáver Exquisito, tanto por su temática, como por la forma en que la novela está escrita, "con imágenes tanto repulsivas como fascinantes", según Mairal, y un lenguaje directo con una estructura narrativa que navega del presente al pasado del protagonista y aleja la lupa para mostrar cómo fue que se produjo la transición a partir de un virus que se extendió entre los animales y obligó al Estado a sacrificarlos. Desde la mirada de Marcos Trejo, el hijo del dueño de un frigorífico tradicional que debe adaptarse a los requerimientos del mercado, conoceremos los detalles más truculentos de los que se benefician con el nuevo orden de cosas, y los que se transforman en víctimas y pierden su condición de humanidad.
Ecos de El matadero
La autora es conocida en el ambiente por organizar el ciclo Siga al conejo blanco y se formó en la carrera de Artes de la Universidad de Buenos Aires. Había publicado cuentos en pequeñas editoriales, pero este reconocimiento la posiciona a nivel internacional.
La novela de Agustina Bazterrica se puede interpretar como una alegoría a El matadero, obra fundacional de la literatura argentina. Si Esteban Echeverría describía el embrutecimiento de los hombres ante la escasez de carne, a la vez que señalaba los privilegios y las miserias de los hombres, según su rol dentro en la sociedad en épocas del Restaurador, en Cadáver Exquisito brotan similares instintos sanguinarios, pero de una manera más lúdica y también más sádica.
Desde el título, además, hay una resignificación del concepto de aquel juego literario de elaboración colectiva de una historia: aquí las palabras y los cuerpos que se construyen, también pueden destruirse o desaparecer. Los eufemismos reemplazan a los términos correctos bajo un ámbito legal tranquilizador porque siempre estarán los que respondan a las leyes sin reflexionar o cuestionar: lo sancionado es sagrado.
Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia, debería advertir la novela. En la tapa, la parte superior de un bovino, se completa con la inquietante parte inferior de una mujer. Cuenta que mientras avanzaba en el libro, había tomado la decisión de dejar de consumir todo tipo de carne animal. Y ese cambio influyó en la escritura, y también en su mirada porque la ayudó a desnaturalizar el trato que le damos a los animales y, sobre todo, a analizar la cosificación y la desigualdad que genera la sociedad capitalista.
© LA GACETA
Karina Ocampo
Cadáver exquisito *
Por Agustina Bazterrica
Media res. Aturdidor. Línea de sacrificio. Baño de aspersión. Esas palabras aparecen en su cabeza y lo golpean. Lo destrozan. Pero no son sólo palabras. Son la sangre, el olor denso, la automatización, el no pensar. Irrumpen en la noche, cuando está desprevenido. Se despierta con una capa de sudor que le cubre el cuerpo porque sabe que le espera otro día de faenar humanos.
Nadie los llama así, piensa, mientras prende un cigarrillo. Él no los llama así cuando tiene que explicarle a un empleado nuevo cómo es el ciclo de la carne. Podrían arrestarlo por hacerlo, podrían incluso mandarlo al Matadero Municipal y procesarlo. Asesinarlo sería la palabra exacta, aunque no la permitida. Mientras se saca la remera empapada trata de despejar la idea persistente de que son eso, humanos, criados para ser animales comestibles. Va a la heladera y se sirve agua helada. La toma despacio. Su cerebro le advierte que hay palabras que encubren el mundo.
Hay palabras que son convenientes, higiénicas. Legales.
* Fragmento.
Cadáver exquisito *
Por Agustina Bazterrica
Media res. Aturdidor. Línea de sacrificio. Baño de aspersión. Esas palabras aparecen en su cabeza y lo golpean. Lo destrozan. Pero no son sólo palabras. Son la sangre, el olor denso, la automatización, el no pensar. Irrumpen en la noche, cuando está desprevenido. Se despierta con una capa de sudor que le cubre el cuerpo porque sabe que le espera otro día de faenar humanos.
Nadie los llama así, piensa, mientras prende un cigarrillo. Él no los llama así cuando tiene que explicarle a un empleado nuevo cómo es el ciclo de la carne. Podrían arrestarlo por hacerlo, podrían incluso mandarlo al Matadero Municipal y procesarlo. Asesinarlo sería la palabra exacta, aunque no la permitida. Mientras se saca la remera empapada trata de despejar la idea persistente de que son eso, humanos, criados para ser animales comestibles. Va a la heladera y se sirve agua helada. La toma despacio. Su cerebro le advierte que hay palabras que encubren el mundo.
Hay palabras que son convenientes, higiénicas. Legales.
* Fragmento.
Por Agustina Bazterrica
Media res. Aturdidor. Línea de sacrificio. Baño de aspersión. Esas palabras aparecen en su cabeza y lo golpean. Lo destrozan. Pero no son sólo palabras. Son la sangre, el olor denso, la automatización, el no pensar. Irrumpen en la noche, cuando está desprevenido. Se despierta con una capa de sudor que le cubre el cuerpo porque sabe que le espera otro día de faenar humanos.
Nadie los llama así, piensa, mientras prende un cigarrillo. Él no los llama así cuando tiene que explicarle a un empleado nuevo cómo es el ciclo de la carne. Podrían arrestarlo por hacerlo, podrían incluso mandarlo al Matadero Municipal y procesarlo. Asesinarlo sería la palabra exacta, aunque no la permitida. Mientras se saca la remera empapada trata de despejar la idea persistente de que son eso, humanos, criados para ser animales comestibles. Va a la heladera y se sirve agua helada. La toma despacio. Su cerebro le advierte que hay palabras que encubren el mundo.
Hay palabras que son convenientes, higiénicas. Legales.
* Fragmento.
¿Cómo legalizar cualquier fenómeno, desde la eutanasia hasta el canibalismo?
Publicado: 17 abr 2014
© Wikimedia
En la actual sociedad de la tolerancia, que no tiene ideales fijos y, como resultado, tampoco una clara división entre el bien y el mal, existe una técnica que permite cambiar la actitud popular hacia conceptos considerados totalmente inaceptables.
Esta técnica, llamada 'la ventana Overton' y que consiste en una secuencia concreta de acciones con el fin de conseguir el resultado deseado, "puede ser más eficaz que la carga nuclear como arma para destruir comunidades humanas", opina el columnista Evgueni Gorzhaltsán.
En su artículo en el portal Adme, pone el ejemplo radical de cómo convertir en aceptable la idea de legalizar el canibalismo paso a paso, desde la fase en que se considera una acción repugnante e impensable, completamente ajena a la moral pública, hasta convertirse en una realidad aceptada por la conciencia de masas y la ley. Eso no se consigue mediante un lavado de cerebro directo, sino en técnicas más sofisticadas que son efectivas gracias a su aplicación coherente y sistemática sin que la sociedad se dé cuenta del proceso, cree Gorzhaltsán.
En su artículo en el portal Adme, pone el ejemplo radical de cómo convertir en aceptable la idea de legalizar el canibalismo paso a paso, desde la fase en que se considera una acción repugnante e impensable, completamente ajena a la moral pública, hasta convertirse en una realidad aceptada por la conciencia de masas y la ley. Eso no se consigue mediante un lavado de cerebro directo, sino en técnicas más sofisticadas que son efectivas gracias a su aplicación coherente y sistemática sin que la sociedad se dé cuenta del proceso, cree Gorzhaltsán.
Primera etapa: de lo impensable a lo radical
Obviamente, actualmente la cuestión de la legalización del canibalismo se encuentra en el nivel más bajo de aceptación en la 'ventana de posibilidades' de Overton, ya que la sociedad lo considera como un fenómeno absurdo e impensable, un tabú.
Para cambiar esa percepción, se puede, amparándose en la libertad de expresión, trasladar la cuestión a la esfera científica, pues para los científicos normalmente no hay temas tabú. Por lo tanto, es posible celebrar, por ejemplo, un simposio etnológico sobre rituales exóticos de las tribus de la Polinesia y discutir la historia del tema de estudio y obtener declaraciones autorizadas sobre el canibalismo, garantizando así la transición de la actitud negativa e intransigente de la sociedad a una actitud más positiva.
Simultáneamente, hay que crear algún grupo radical de caníbales, aunque exista solo en Internet, que seguramente será advertido y citado por numerosos medios de comunicación. Como resultado de la primera etapa de Overton, el tabú desaparece y el tema inaceptable empieza a discutirse.
Segunda etapa: de lo radical a lo aceptable
En esta etapa, hay que seguir citando a los científicos, argumentando que uno no puede blindarse a tener conocimientos sobre el canibalismo, ya que si alguna persona se niega a hablar de ello será considerado un hipócrita intolerante.
Al condenar la intolerancia, también es necesario crear un eufemismo para el propio fenómeno para disociar la esencia de la cuestión de su denominación, separar la palabra de su significado. Así, el canibalismo se convierte en 'antropofagia', y posteriormente en 'antropofilia'.
Paralelamente, se puede crear un precedente de referencia, histórico, mitológico, contemporáneo o simplemente inventado, pero lo más importante es que sea legitimado, para que pueda ser utilizado como prueba de que la antropofilia en principio puede ser legalizada.
Tercera etapa: de lo aceptable a lo sensato
Para esa etapa, es importante promover ideas como las siguientes: "el deseo de comer personas está genéticamente justificado", "a veces una persona tiene que recurrir a eso, si se dan circunstancias apremiantes" o "un hombre libre tiene el derecho de decidir qué come".
Los adversarios reales a esos conceptos, es decir, la gente de a pie que no quiere ser indiferente al problema, intencionadamente se convierten para la opinión pública en enemigos radicales cuyo papel es representar la imagen de psicópatas enloquecidos, oponentes agresivos de la antropofilia que llaman a quemar vivos a los caníbales, junto con otros representantes de las minorías.
Expertos y periodistas en esta etapa demuestran que durante la historia de la humanidad siempre hubo ocasiones en que las personas se comían unas a otras, y que eso era normal.
Cuarta etapa: de lo sensato a lo popular
Los medios de comunicación, con la ayuda de personas conocidas y políticos, ya hablan abiertamente de la antropofilia. Este fenómeno empieza a aparecer en películas, letras de canciones populares y videos. En esta etapa, comienza a funcionar también la técnica que supone la promoción de las referencias a las personajes históricos destacados que practicaban la antropofilia.
Para justificar a los partidarios de la legalización del fenómeno se puede recurrir a la humanización de los criminales mediante la creación de una imagen positiva de ellos diciendo, por ejemplo, que ellos son las víctimas, ya que la vida las obligó a practicar la antropofilia.
Quinta etapa: de lo popular a lo político
Esta categoría supone ya empezar a preparar la legislación para legalizar el fenómeno. Los grupos de presión se consolidan en el poder y publican encuestas que supuestamente confirman un alto porcentaje de partidarios de la legalización del canibalismo en la sociedad. En la conciencia pública se establece un nuevo dogma: "La prohibición de comer personas está prohibida."
Esta es una técnica típica del liberalismo que funciona debido a la tolerancia como pretexto para la proscripción de los tabúes. Durante la última etapa del 'movimiento de las ventanas' de Overton de lo popular a lo político, la sociedad ya ha sufrido una ruptura, pues las normas de la existencia humana se han alterado o han sido destruidas con la adopción de las nuevas leyes.
Gorzhaltsán concluye que el concepto de las 'ventanas de posibilidades', inicialmente descrito por Joseph Overton, puede extrapolarse a cualquier fenómeno y es especialmente fácil de aplicar en una sociedad tolerante en la que la llamada libertad de expresión se ha convertido en la deshumanización y donde ante nuestros ojos se eliminan uno tras otro todos los límites que protegen a la sociedad del abismo de la autodestrucción.
Texto completo en: http://actualidad.rt.com/sociedad/view/125437-legalizar-overton-eutanasia-incesto
¡Abren el primer restaurante caníbal del mundo!
Sexy e insólito Japón Publicada el 24/11/2017
El Resu ototo no shokuryohin es el primer sitio gastronomico que ofrece carne humana "legal" a sus comensales curiosos por paladear sus platillos.
Por: El Debate
¿Te atreverías a comer un platillo de carne humana?
Esto es una posibilidad en Tokio, donde se ha inaugurado el primer restaurante de canibalismo en el mundo.
El resturante, el cual lleva por nombre: "Resu ototo no shokuryohin", lo cual se traduce como "Hermano comestible", se ubica en una zona lejana del centro de la capital nipona, pero muy transitada por los curiosos en busca de este lugar.
De acuerdo con un comensal argentino, quien se ha convertido en el primer occidental registrado en acudir al restaurante, el sabor de la carne humana es parecido al de la carne de cerdo, pero con una textura un poco más dura, aunque, también depende de la pieza que pruebes, en el caso de la carne de humano, la parte más tierna es el glúteo.
"Al final es como comer cerdo, en este restaurante cocinan la carne con especias, por lo que el sabor de la carne pasa desapercibido" comentó el sujeto, quien decidió permanecer anónimo.
De acuerdo con una legislación aprobada por las leyes japonesas en 2014, es legal el consumo de carne humana y locales dedicados al canibalismo, bajo ciertas condiciones muy cuidadas, tanto a nivel sanitario como en lo que al origen de la carne se refiere.
Sobre el Resu
Los platillos en este restaurante son costosos, rondando en un promedio de 1200 euros por una orden. Esto es debido a que la carne proviene de un origen oficial, lo cual permite que sea servido a los comensales. La carne se compra de personas que deciden vender sus cuerpos antes de morir para ser consumidos.
Existen varios tipos de venta, el más habitual es la preventa mensual, que viene a ser como recibir una pensión todos los meses, lo que una persona puede ganar vendiendo su cuerpo a este restaurante puede llegar a los 30 mil euros.
Esta remuneración tan alta sólo se produce si el "donante" fallece joven y emplea la fórmula de pago con su familia, por la cuál el propio difunto no disfruta del dinero procedente de la venta de su carne, si no su familia.
Para poder cobrar, las personas que venden su carne deben comprometerse a seguir un tratamiento médico especial, que previene el deterioro de la carne cuando la muerte se produce de forma natural y no por sacrificio, ya que sacrificar humanos no es legal en Japón.
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