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viernes, 11 de junio de 2021

Pasaporte de circulación

Pulsera COVID: dónde conseguirla y qué se necesita para entrar a los partidos de la Eurocopa

Los asistentes a los partidos que se celebren en La Cartuja deberán presentar un PCR o una prueba de antígenos para conseguir esta pulsera.

Sergio Delgado  9 de junio de 2021

Twitter RFEF (@RFEF)

A poco más de 48 horas para que dé comienzo la Eurocopa y a cinco días para que debute España en La Cartuja, las dudas acerca de los requisitos para entrar en los estadios son abundantes entre los aficionados. En medio de la desescalada, y con la vacunación a un incesante ritmo, la UEFA ha preparado un protocolo estricto para que el público pueda volver a los estadios.

Sin embargo, la indignación de los aficionados es más que notable después de que el máximo organismo del fútbol europeo haya decido comunicar, una vez compradas las entradas, la necesidad de presentar un PCR o una prueba de antígenos negativos para acceder al estadio. Las entradas salieron a la venta el 1 de junio, y en el momento de la compra la información que hacía referencia al COVID sólo hablaba de controles de temperaturas y la necesidad de llevar mascarilla durante todo el partido.

La sorpresa les ha llegado a los aficionados cuando, tras comprar la entrada, en la "Guía de Eventos" de la sede de Sevilla que facilita la UEFA, se habla de la necesidad de presentar una prueba negativa de COVID-19 para conseguir las pulseras necesarias para entrar al estadio. Es decir, a parte del precio de las entradas, que oscilan entre los 50 y los 185 euros, los asistentes deberán pagar de su bolsillo unas pruebas que pueden costar entre 40 y 100 euros, y de las que nadie había advertido de su necesidad.

Los puntos para hacer las pruebas y conseguir la pulsera

La información que hace referencia a la necesidad de acceder al estadio con esta pulsera, previa realización de las pruebas, no aparecía a la hora de hacer la compra, y había que rebuscar en las entrañas de la web de la UEFA para encontrar dicha información. En este apartado, la UEFA también facilita un listado de clínicas en Sevilla donde se pueden realizar estas pruebas. Sin embargo, se podrán hacer en cualquier centro médico de España o del extranjero siempre que se acredite el documento en inglés, español, alemán o francés.

Para quien finalmente decida hacerse las pruebas, se podrán recoger las pulseras en siete puntos de la ciudad de Sevilla. Los horarios para recoger estas "pulseras Covid" serán siempre la tarde antes del partido, de 16 a 21 horas, y el día de partido de 9 a 21 horas, menos en el caso del último partido, que se juega a las 18, y por tanto se podrán recoger las pulseras hasta esa hora.

Los siete puntos para recoger las pulseras.

Puerta de Jerez

Alameda de Hércules

Área de El Cachorro Centro de Salud

Estación de tren de Santa Justa

Aeropuerto de San Pablo

Estadio de La Cartuja (2 puntos, norte y sur)

Además de las "pulseras COVID", hay 2 requisitos más para entrar a los partidos en La Cartuja. El primero, tener la entrada en el móvil y llevar el DNI o pasaporte y la mascarilla. El segundo, tener instalada y activada la aplicación Radar COVID, el instrumento de rastreo que puso en marcha el Gobierno de España hace un año. 

https://as.com/diarioas/2021/06/09/actualidad/1623237200_871531.html

Reflexiones sobre la esclavitud global

Publicado en el diario El Tribuno el 17 de Enero de 2011

La explotación del hombre por el hombre se pierde en la noche de los tiempos.

Acercándonos a nuestro siglo XXI, a las modernas herramientas de sojuzgamiento, bien puede precisarse como esencial la obra de Adam Smith “La riqueza de las naciones”, de 1776 (que transformó la economía física en monetaria-financiera, en un intento de resarcimiento ante la pérdida británica de los EEUU), como la base sobre la que se perfeccionaría el cepo de dominación a través de un eficiente manual pre-establecido, en una sutil confusión del dominado.

La consecuencia se manifiesta a través de la súper explotación de las mayorías en una implantación de la “ley de bronce de los salarios”, por la que los trabajadores deben recibir como salario lo mínimo necesario como para que sigan produciendo, hasta que su estado físico se agote, oportunidad en que son reemplazados por sus descendientes.

Hoy desembocamos en la constatación de que ya no somos dueños ni siquiera de ese mínimo combustible obtenido con nuestro esfuerzo.

El dueño de disponer si podemos comer o no, vestirnos, trasladarnos, pagar remedios; en definitiva, si podemos vivir o no, es el enmarañado “sistema” que en forma virtual pero efectiva dispone de nuestro dinero.

Estamos inmersos en la jaula de los chips, de la tarjeta, del número.

En el Apocalipsis

Asombrosamente parece cumplirse a rajatabla lo expresado en el Apocalipsis: “Vi subir de la tierra otra bestia que tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero pero que hablaba como un dragón”. “Y ordena que, a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les ponga una marca en la mano derecha o en la frente y que nadie pueda comprar ni vender, sino el que tenga la marca, el nombre de la bestia o la cifra de su nombre” (Cap.13: Vers.11-16-17).

El cajero automático correspondiente sabrá reconocer a quién sí y a quién no dar lo que le pertenece o sin pertenecerle pretenda. El dinero electrónico deja su trazabilidad (seguimiento de los individuos), relación automática de los consumidores, perfil social, se llega a conocerlos más de lo que ellos mismos se conocen.

Se puede “desconectar” a un individuo incómodo de los sistemas informáticos, e interrumpirle todo acceso al consumo. Con la popularización de las “tarjetas” para todo, el sistema puede quitar toda existencia económica a cualquier individuo.

La reciente falta de monedas y la acuciante falta de billetes, dramáticamente posibilitó que el pueblo argentino tome real conciencia de la fragilidad de su existencia, en la que “desconocidos” disponen a su antojo del devenir de todos nosotros.

Planes sociales

Si tal cosa ocurre con la imposibilidad de disponer de nuestro dinero aprisionado en la jaula virtual, imaginemos lo que ocurrirá en caso de que abruptamente se decida suspender la entrega de los planes sociales.

La eclosión que ocasionaría el desborde de nuestros hermanos que no cuentan con lo mínimo para su subsistencia resultaría imposible de contener, ya que con el asistencialismo nacional, usado no como una herramienta idónea para paliar una puntual emergencia social sino como dádiva permanente, al destruir toda cultura y concepción de trabajo y la dignificación humana, que el mismo significa, habrá convertido a nuestro pueblo en una hambrienta, dependiente y exigente manada, imposibilitada por voluntad y/o por incapacidad de desarrollar actividad válida alguna para procurar su subsistencia.

 

 

 

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