EL ODIO EN LA ARGENTINA
El grano del sistema 536 – Populus TV – Javier Ordoñez
Esto lo escribió Carlos Castañeda. La mayor parte de la humanidad está predispuesta a la sumisión. Gente inconsciente, completamente administrada. Quien ha entendido, ha entendido, no necesita consejos. Quien no ha entendido nunca entenderá. No culpo a estas personas porque están estructuradas para vivir. ¿Hogar significa simplemente vivir? Comer, beber, respirar, dar a luz, trabajar, mirar televisión, comer pizza los sábados por la noche, ir al juego. Su mundo termina ahí. No puedo percibir nada más.
En cambio, hay un grupo muy pequeño de seres humanos que son defectos de fabricación: han escapado del control de calidad de la línea de producción. Son pocos, son herejes, son guerreros.
Y como creo que en el fondo contra ese pequeño grupo la mayoría sumisa arremete de forma despiadada queda demostrada la total penetración cultural del régimen. Voy a hacer un comentario y no es para quejarme. Sucede que al editar programas que tienen miles de vistas y hasta doscientos comentarios es lo más cerca que tengo, y de primera mano, para tratar de entender a la gente.
En los comentarios se nota el estado de ánimo y el descenso del nivel cultural. Me refiero a quienes tienen disidencias. Lo primero que noto es que los reclamos no vienen por correo, lo que ya supone esconderse en el anonimato; cuando pido que envíen un correo desaparecen. Luego, que a la agresión se pasa en la segunda o tercera línea, lo que demuestra una total falta de capacidad de diálogo. Otro hecho a notar es la ignorancia. Yo planteo un tema histórico, investigo, busco, más de una campana; pero los que critican dicen lo que vienen escuchando desde siempre en los medios oficiales o aprendieron en la secundaria. Y en cuanto les respondo me tratan de peroncho; justo a mí. Les pregunto cuántos programas vieron y es ese solo. Observen el absurdo; dicen que no toco ciertos temas y lo hacen comentando en un programa que tiene el número quinientos y pico. Esa es la realidad argentina. El general dijo que un rancho se hace con bosta y paja tenía razón; lo que no conocemos son las proporciones.
Uno me llamó la atención y me llevó todo hacia otro lado. Se quejó porque critiqué a los soldados que se capacitan en Inglaterra. Me dice que eso está en los acuerdos de Madrid y que no existe un estado de conflicto ni mucho menos de guerra como para calificar al Reino Unido de enemigo. Quedé atónito; mi respuesta fue Si no existe conflicto con un país que usurpa parte del territorio y comercializa sus recursos naturales; hay que quemar la biblioteca. La réplica suya: Conflicto sí, pero la guerra fue hace cuarenta años, es como el argumento de los zurdos con la dictadura. Una postura insólita; el problema con Inglaterra es independiente de la guerra, esta fue un eslabón más en el reclamo. Usurpa desde 1833; nos invadió doce veces. Comparar Malvinas con el argumento de los zurdos es una ofensa a la patria. Este mismo razonamiento es el que tenía un sector de la población cuando aconteció lo de la Vuelta de Obligado. Es lo que hay.
Cuando se plantean las cosas así y enseguida la agresión o difamación, lo que sale a la luz es el odio que enceguece a los argentinos. Y hay que recurrir a la historia para buscar el origen de ese odio. Si nos remitimos al nacimiento mismo de la patria nos encontramos en 1810. Observando los movimientos de los revolucionarios que manejaron la rebelión y fueron quienes impusieron la renuncia del Virrey Cisneros; es decir Saavedra y Belgrano no encontramos en ellos vinculación al imperio británico. De hecho, Belgrano había renunciado como secretario del Consulado durante la invasión de 1806 por no querer trabajar para los ingleses. Saavedra había nacido en el Alto Perú, hombre de dinero y e integrante de una familia aristócrata, de las que manejaban el Cabildo.
Jaboneria de Vieytes |
Siempre sostengo que nunca triunfa la revolución, sino la contra revolución. Y acá tenemos un ejemplo claro, el accionar de Mariano Moreno. Los antecedentes de la contra revolución lo da el infiltrado en la Jabonería de Vieytes (donde se reunían los conspiradores), Nicolás Rodríguez Peña, quien recibía sueldo de la corona británica.
Mariano Moreno, abogado de los comerciantes ingleses, en el Cabildo Abierto del 22 de mayo prácticamente no participó. Todos los presentes hablaron y cuando llegó su turno (el último) solo dijo: Suscribo lo que dijo el anterior orador. El día 25 no había concurrido al cabildo, hubo que enviar a buscarlo.
Nicolas Rodriguez Peña |
La Junta de Mayo es el perfecto monumento a la transa; todos sus integrantes representaban a un sector que gravitaba en la sociedad porteña. Una de las primeras medidas de la junta fue la liberación del comercio en el puerto y la ratificación en su cargo de jefe de la Aduana a José Martínez de Hoz, nombrado por Beresford en 1806. Martínez de Hoz perteneció al sector de los comerciantes del virreinato que trabajaban con mercaderías importadas introducidas de contrabando y al comercio de esclavos negros; así comenzó la Argentina.
Moreno y Castelli en la Junta, copan la misma y borran con el codo lo que habían escrito con la mano. La junta obraba en nombre de Fernando VII y a partir de la contra revolución se imponían las medidas independentistas. Me dirán que estaba bien, correcto; el tema, en este momento es buscar donde nace el odio social que hoy nos pone al borde del abismo.
Estas medidas contra revolucionarias generan oposición en el interior del país, ciudades que no eran cosmopolitas y estaban atadas a la tradición hispánica. La rebelión tiene su epicentro en Córdoba liderada por Santiago de Liniers; el primer prócer de la Argentina; quien reconquistó Buenos Aires de los ingleses en 1806 y repelió la invasión de 1807, haciendo capitular a sendos generales británicos y quien se hace cargo del virreinato ante la acefalía durante tres años, único virrey elegido localmente. La orden de Moreno es terminante: deben fusilarlo.
Sin embargo, el General Ortiz de Ocampo no cumplió con la orden de ejecución, ya que había sido compañero de armas de Liniers durante las Invasiones Inglesas. Ante la negativa se da la orden de traer los presos a Buenos Aires, pero Castelli, con buen olfato, dijo que regresarlo a la ciudad que lo tenía por un héroe podía suponer un gran peligro. Salió a su encuentro y los encontró en los alrededores de lo que hoy es el pueblo de Los Surgentes. Allí fue fusilado. Algo totalmente innecesario; con exilarlo y enviarlo a Cádiz junto con el virrey Cisneros alcanzaba. Pero el odio de Moreno, empleado de los comerciantes ingleses que querían vengarse por las dos derrotas, fue más importante. La segunda venganza fue la muerte de Moreno, generada, justamente por el fusilamiento de Liniers.
Aquí comienza el odio y las traiciones; Liniers fue rematado con un pistoletazo por Domingo French, quien en 1808 había sido ascendido a teniente coronel de infantería por el propio Liniers por su desempeño en la lucha contra el invasor inglés. El enfrentamiento Buenos Aires interior comenzaba a tomar cuerpo.
La venganza de los ingleses y la dicotomía puerto/interior tiene su segundo capítulo con la destitución de Joaquín Campana, hombre fuerte de la Junta Grande en 1811, representante de la campiña bonaerense, quien se le plantó a los ingleses. Estuvo detenido hasta 1829, único caso en la historia argentina y tercer episodio de venganza.
Acá quedan bien definidos los dos bandos. Y con lo que voy a decir ahora que quede bien claro que me voy a referir a la violencia social imperante en estos doscientos doce años y no a quienes representaban uno u otro bando. Hay una característica que se impone en cada sector en que está dividida la sociedad, y siempre está de fondo la dicotomía puerto/interior; vamos a desarrollarlo.
El historiador del régimen es Bartolomé Mitre, quien con sus libros Historia de Belgrano y de San Martín sienta las bases del relato oficial. A esa dicotomía puerto interior, a partir de la década de 1820 se la denomina federales versus unitarios. Si entendemos lo que creemos que es el federalismo no podemos decir que quienes se referencian como federales lo sean. Ahora bien, si nos manejamos con los intereses que defendían cada uno estamos más cerca de la realidad. Existía un bando que defendía los intereses nacionales y otro que comulgaba con los intereses de las potencias internacionales. Es decir, sería correcto llamarlos nacionales y cipayos. Ello no quiere decir que los nacionales fueran santos; estamos hablando de otra cosa. Pero, llamarlos cipayos, es algo que no lo pueden asimilar y, menos aún, reconocer, por lo tanto, hay que imponer otro término. Hoy vemos como el régimen global cambia los nombres de las cosas para que sean más potables; es decir es un modus operandi que observen desde donde viene.
Dos hechos donde se observa claramente la diferencia; la independencia de la Banda Oriental y la gesta de La Vuelta de Obligado. Quienes están de uno u otro lado claramente se referencian con algunos de los sectores citados.
Los enfrentamientos en el siglo XIX entre estos dos bandos fueron sangrientos al extremo, tanto de un lado como de otro. Los degüellos y las torturas no tenían signo político. Sarmiento hizo la diferencia entre civilización y barbarie. Pues el sector que él llamaba civilización ha cometido crímenes superiores a los que le adjudican al otro. Dos ejemplos; después de Caseros se fusila al médico Cuenca por atender federales, un médico. El coronel Chilavert (antiguo unitario ex oficial de Lavalle) fusilado por combatir en la Vuelta de Obligado. Colgado en un árbol en Palermo, no se permitía a su padre retirar el cuerpo para enterrarlo.
La muerte de todo aquel que tuviese una divisa punzó, independientemente de la edad, fue común después de Caseros; como lo fue el aniquilamiento de los santafecinos por Mitre, luego de la batalla de Pavón.
Vamos a la Guerra del Paraguay; hoy nadie dice que fue justa. Pues bien, a quienes se opusieron a ser reclutados para combatir fueron fusilados. Lo mismo para establecer la civilización en todo el país se hizo a sangre y fuego en todo el interior, con el beneplácito de Sarmiento felicitando a Sandez cuando degüella al Chacho Peñaloza, mostrando lo que era la civilización. ¿Seguimos hablando de unitarios y federales?
Vamos a ser claros, quien detentó el poder siempre se creyó ser dueño del país y de su gente, de cualquier ideología que provengan. Y sometieron a su población, algunos con la violencia física y otros con la violencia política. Algunos mataron con un arma y otros con medidas económicas. Nadie puede mirar hacia otro lado y hacerse el distraído. Menos aún señalar con el dedo al otro sin hacerse cargo de sus propias culpas.
Sigamos avanzando en el juego de palabras. Hipólito Yrigoyen; en ese momento se los llamaba personalistas y anti personalistas. Lo curioso es que los anti personalistas que lo derrocan son los que firman el pacto Roca Runciman y que lo echan cuando estaba por nacionalizar el petróleo. A los que digan que durante el gobierno de Yrigoyen se produjeron los hechos de la Patagonia o de la Fábrica Vasena, busquen los videos que hice en su momento, antes de pedalear en el aire.
Llegamos al peronismo. En 1946 la consigna era Braden o Perón; los candidatos de la Unión Democrática eran un ex gobernador vinculado a la Forestal y un diputado terrateniente cuyo único cliente era Gran Bretaña. El peronismo es derrocado por el ala liberal de las Fuerzas Armadas con barcos preparados para el combate por la marina inglesa en el Rio de la Plata. Un símbolo del cambio de era: Perón salda la deuda externa en 1948 y el general Aramburu se afilia al FMI en 1956. A los que me quieran tratar de peroncho busquen los videos donde hablé del peronismo, que no son pocos. ¿Vamos a seguir esquivando al bulto de llamarlos nacionales y cipayos? Por si alguno tiene alguna duda les dejo el significado del vocablo cipayo según el diccionario de la Real Academia Española: 1. Soldado indio de los siglos XVIII y XIX al servicio de Francia, Portugal y Gran Bretaña. 2. Secuaz a sueldo.
Con los gobiernos militares de 1966 y 1976 se trastocó todo; apareció la izquierda en complicidad con sectores de las Fuerzas Armadas; y los movimientos nacionales del siglo XX fueron totalmente desvirtuados. Pero siempre nos quedan algunos referentes que nos vuelven a ubicar en la dicotomía nacional/cipayo. Hoy con la difusión del Pacto Foradori/Duncan durante el gobierno de Macri y manifestaciones acerca de Malvinas de varios de sus funcionarios nos dicen quienes son los cipayos. Pero no quiere decir que los otros sean nacionales; sino que han dado a esa histórica división el tono clasista. Hoy, cuando escuchamos o leemos a quienes se tiran flores de uno u otro lado vemos, inevitablemente, aparece la lucha clasista; quizá lo peor que le puede acontecer a una sociedad. Y lo han logrado en los últimos cincuenta años entre los que promulgan la lucha de clases y los que promueven la revancha.
Esto solamente lo puede solucionar un verdadero proyecto nacional que incluya a todos los sectores, que pase por encima de las divisiones y tenga un panorama bien claro de como conformar a cada sector. El régimen logro su primer objetivo, la lucha de clases; el segundo es activar los enfrentamientos. Observando el odio y resentimiento de uno u otro lado, ya estamos en camino. Si la sociedad no toma conciencia que estamos todos en el mismo barco y nos hundimos o salvamos todos no hay salida. Pero primero se debe comprender que el enemigo es la tripulación del barco.
¿Tiene solución? Como dijo Balbín una semana antes del golpe de 1976: Todos tienen esperanza hasta cinco minutos antes de la muerte. ¿Nadie hizo caso en ese momento, alguno lo hará ahora?
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