Por Javier Ordoñez
La intuición humana nos ha hecho huir siempre de las
criaturas capaces de desarrollar venenos. Instintivamente hemos condenado, con
odio atávico y auto preservativo, las propiedades insano malolientes de dichas
substancias tóxicas, facultadas para provocar terribles sufrimientos e incluso
la muerte.
El largo recorrido
de la vida ha expresado seres con la aptitud de generarlos y, entre ellos, son
los ofidios quienes destacan sobre los demás. La especie que se arrastra y
serpea ha merecido los nombres populares de: víbora, serpiente, culebra y
bicha. Su ponzoña interrumpe la normal comunicación entre tejidos, los disuelve
y destruye. Es, por tanto, particularmente atinado semejarlos, mediante
artilugio metafórico, a nuestra clase dirigente (oligarquía financiera
internacional) y en especial a sus administradores hediondos (subclase
gobernante local) que se desempeñan como representantes políticos y dignatarios
en los tres poderes del estado de la república, la cual fue asumida como forma
de gobierno por nuestra amada nación. Estos intérpretes de la voluntad popular,
siempre dispuestos a torcerla y enviciarla para su beneficio y el de sus amos,
engendran un mortífero sutil: la ideología de lo uno pragmático relativista, homogeneizante
y postmoderna que cumple, como todo veneno, oficio disolvente, incomunicante y
destructiva en un tejido muy especial, el tejido social de nuestra patria,
mediante su dialéctica excluyente, alienante y auto perceptivista. Una
dictadura débil onanista que hace de lo humano la sombra de un pellejo sin alma
ni voluntad propia.
Si toda la serie
de nuestros descendientes no forma más que un inmenso ser, ha de sufrir grande
vértigo el individuo que, clavado al sólo influjo de su yo, se hunda, se
fracture y se explique desde su aislada y fragmentada óptica auto perceptiva.
Ese ego primigenio, disociado y antisocial sólo puede reconciliarse,
reencontrarse y sanar en su cultura, en su núcleo familiar, en su gen, en su
nación. Esto es, bajo la certeza que otorga la luz antigua que mana del motor
generatriz de las tradiciones, de los antepasados que nos interpelan, donde se
manifiesta el pasaje de lo abstracto a lo tangible, entre la idea y lo posible.
Las generaciones previas a las nuestras no nos han legado sólo un territorio
sino también un particular sentir, percibir e interpretar una cosmovisión que
atraca en sus dominios. Este es el suero antiofídico con el que robustecer a
las próximas generaciones de argentinos frente a tanta insensatez, perfidia,
capitulación y entrega. Como reza el canto popular: El árbol de malas raíces da
malos frutos y el nuestro, a fuerza de torcer raíces, nos da frutos cada vez
más amargos que debemos tragar diariamente.
Para bucear un
poco en nuestras desdichas y sus causantes, no pretendo hacer perder el tiempo
a nadie refiriéndome a los ladronzuelos de poca monta y de baja estofa, que
medran en los más variados sectores políticos argentinos. Esos traficantes de
influencia, y de otras cosas, que a veces obran de aplaudidores y otras veces
de simples felpudos del poder político de turno, no merecen ni mención. Basta
con lo que son, sabiéndose que lo son. Prefiero, en cambio, elevar la vista
hacia las cúpulas partidarias adoctrinadas bajo la teoría del servilismo y la
mansedumbre, disfrazados bajo múltiples mantos ideológicos: el igualitarista,
el libertario, el revolucionario congresista de café, el reformista, el
paternalista y el bonapartista; que comen todos de la mano del mismo amo y son,
sin duda, ofidios de cierta peligrosidad.
Dichas cúpulas
dirigenciales anidan tanto en los partidos políticos tradicionales como en los
más novedosos y de reciente aparición, que obran de caza bobos para los
primeros. Los partidos políticos, desde donde se estructura la representación
del poder ciudadano, son un gigantesco tamiz y los poderes del estado, su sello
de goma.
De izquierda a
derecha son entidades legales a fin de filtrar y seleccionar de entre sus filas
aquellos candidatos que mejor expresen y simulen la derrota nacional. Se
prestan, junto a otros actores sociales, para introducir la ponzoña
postmoderna, la homogenización social y el olvido de la jerarquía existente
entre los valores sociales y tradicionales de carácter natural, a fin de
allanar el camino hacia una dictadura globalista de carácter colectivista que
obligue al disidente (léase persona de pensamiento propio y crítico) a aceptar
sus preceptos y objetivos sustentables bajo apercibimiento leguleyo, por
presión social o por métodos inconfesables.
El futuro es cual
colmena de abejas, donde la reina será una avispa y los zánganos los burócratas
del partido que viven a expensas de las abejas obreras. O tal vez un hormiguero
profundo y obscuro, donde las hormigas tributan sus larvas frente al verdugo
que las gobierna.
Un rol antisocial
y antinacional cumplen satisfactoriamente los ministerios de educación que
siendo instruidos por organizaciones supranacionales o por diversas
organizaciones no gubernamentales (altruistas todas), imponen verticalmente en
las instituciones de enseñanza primaria, media y superior las toxinas
vinculadas al nuevo orden mundial.
Otro papel insustituiblemente
relevante lo cumplen los medios de comunicación masiva y las diversas redes
sociales que pertenecen o tributan a la élite globalista, que es el poder
dentro del poder visible.
Causa bochorno y
repugnancia ver a nuestros representantes subir a la tarima periodística donde
actúan para promocionarse y, así, poder venderse como los nuevos esclavos de la
post democracia. En los escenarios del prostíbulo periodístico instituyen la
mentira y la blasfemia como certidumbres únicas y auténticas, para luego poder
ser electos como los nuevos barra-bases del relativismo histórico y de la
sinarquía saqueadora del pueblo argentino, que al elegirlos acepta los
grilletes de la sumisión, la ignorancia, la bastardía, la pobreza y la
impotencia. De tal modo que, en cada acto eleccionario, estamos obligados a
sufragar en calle muerta, sin prospección; a votar para elegir por el pescado
que, en apariencia, esté menos putrefacto a sabiendas que éstos siempre se
pudren primero por la cabeza.
Los que han
ocupado cargos electivos o judiciales de cierta jerarquía deberían avergonzarse
de lo que han sido y de lo que son, de lo que han hecho y de lo que hacen
puesto que no habrá clemencia ni piedad en la venidera historia patria.
Han hecho de los
últimos cuarenta años un desperdicio de oportunidades, han malogrado la
esperanza de los ciudadanos, han postrado vergonzantemente a nuestro país y, lo
que es peor aún, se han enriquecido con su traición. Han hecho de la democracia
sólo una palabra hueca que en sus bocas resuena sin relevancia ni significación
alguna.
Ustedes, culebras,
representan al Foro Económico Mundial de Davos y al Foro Social de San Pablo,
ambos atravesados transversalmente por los mismos principios globalistas,
sustentables y disolventes de naciones, financiados por la misma élite
sinárquica, aunque parezcan antagónicos ante los ojos hipnotizados de sus
respectivos representados. Ustedes, serpientes, nos han entregado a la Comisión
Trilateral, a Blackrock, al Vanguard Group, a los Fondos Buitre, a la CIA, al
Mossad, y al MI6.
Ustedes, raza de
víboras, nos han vendido a la Rockefeller Foundation, al G.A.V.I. y a los
grandes laboratorios, a la OMS y a la ONU, a Chevrón, al Chase Manhattan Bank,
a la Barrick Gold, al J. P. Morgan y al Citigroup, al Deutsche Bank y al
Societé Générale, al BID, al Banco Mundial, al FMI y al Club de París.
Ustedes, fariseos
untados, son la Federación Internacional de Planificación Familiar y el aborto,
el feminismo radical, el lenguaje inclusivo, Amnesty Internacional, Greenpeace
y la nueva religión verde del falso ecologismo iniciado por Al Gore, la
masonería internacional (de la cual son miembros), la Open Society y
subscriptores del Memorándum de Estudio de Seguridad Nacional 200 de 1974 y la
necesidad de implementar el aborto y la esterilización en las naciones
subdesarrolladas como normas regulares en aquellos estados a fin de despoblar
el globo.
Ustedes, pajes del
arcoíris de minorías autoritarias y excluyentes, cumplen a rajatabla los
designios del Evento 201, del CDC y de la Farmafia (que financia campañas
electorales en todo occidente y es socia necesaria del narcotráfico a nivel
internacional y de las agencias de seguridad federales que lo administran), de
los negociados de Bill Gates, Anthony Fauci y de Tedros Ghebreyesus, y del
conjunto de sabios brujos, en blancos y almidonados guardapolvos, que desde el
Oráculo de Delfos nos prescriben sus contradicciones en su intento por
explicarnos el castigo divino que la Pachamama (Laudato Si) nos ha propinado y
que, a vuestro parecer el único remedio y único intento por calmar la furia de
Aruru es ofrecernos en sacrificio y transformar el planeta en una inmensa
prisión, jurídicamente dictatorial, a fin de impelernos a someter nuestros
cuerpos y los de nuestras familias a una
terapia experimental eterna. Todo esto mientras la patria es sumida en
un inmenso quebranto económico, social, cultural y espiritual de escaso margen
de recuperación.
Ustedes son la
política internacional de Kissinger y Brezezinski; rinden culto y examen frente
al Consejo de las Américas, al Departamento de Estado Norteamericano, al CFR,
con un magazine del The Economist (periódico de la casa Rotchild) sobre la
mencionada mesa examinadora.
Ustedes, hijos
del portador de la luz en nuestra tierra, son junto a sus aliados globales: el
Plan Austral y la economía de guerra; la hiperinflación y el uno a uno; el Plan
Brady y el Megacanje; el Blindaje Económico y las buenas noticias; la
estatización de la deuda privada y la enajenación del petróleo patagónico; la
venta de YPF y su falsa estatización; la entrega de la Hidrovía (desconociendo
y deshonrando la batalla de la Vuelta de Obligado) por donde se desangra y se
corrompe gran parte de la economía argentina y, además, obra como cabecera de
playa al narcotráfico internacional que ha transformado a la provincia de Santa
Fe en puerto franco, sin control estatal y recortada del territorio nacional
con conocimiento y complicidad de toda la clase política argentina.
Ustedes, patriotas
de los intereses foráneos, son Armando Gostanián en la Casa de la Moneda; José
Luis Manzano y el robo para la corona; Oyarbide en Spartacus; la persiana a
media asta en la ventana del Ministerio de Economía durante la hiperinflación;
Amira y sus valijas; Al Kassar y Emir Yoma; los pollos de Mazzorin y las papas
polacas radioactivas; la voladura del arsenal y del pueblo de Río Tercero en el
contrabando de armas; el contrabando de oro y la pista de Anillaco para la
droga; el corralito y el corralón; las manzaneras y los gastos reservados; los
barrabravas y la suelta masiva de presos en pandemia; la destrucción de la
educación de calidad en Argentina; el Congreso Pedagógico Nacional del ’84;
Jorge A. Rodríguez y la ley de Educación Federal 24195 del año ’93; Susana
Decive (la montonera menemista, socióloga y marxista) y los mil tres días de la
Carpa Blanca; Graciela Gianettasio/Duhalde (bajo instrucción del BID) y la
introducción de la Educación General Básica y el Polimodal en provincia de Buenos
Aires junto al cierre de las escuelas técnicas; la ley de Educación Nacional
20206 del año 2006 junto a la ley provincial bonaerense 13688 del año 2007 con
la introducción de los módulos de seis años, todas ellas fosa y epitafio de la
enseñanza nacional y provincial.
Ustedes,
sepultureros de la clase media argentina (media hipócrita y media apolítica);
en cuatro décadas no han logrado siquiera que con la democracia se estudie, se
cure y se coma (objetivos ramplones, si los hay). Administran un país
privilegiado con capacidad de alimentar a cuatrocientos millones de personas y
no pueden ni quieren garantir el alimento básico y necesario para los
veinticinco millones de compatriotas que ustedes han sumido en la más escandalosa
miseria.
Ustedes, amantes
de Judas Iscariote Nacional, son el decálogo menemista de Roberto Dromi;
Somisa; los Altos Hornos de Zapla; María Julia Alsogaray con tapado de piel y
en cueros; el cierre de la Cantábrica y de las grandes industrias textiles
nacionales; ramal que para, ramal que cierra como política ferroviaria
nacional; la desaparición de los astilleros y de la Marina Mercante Argentina.
Ustedes,
propiciadores del dejar hacer, dejar pasar de la corrupción privada y estatal,
obran de tal modo que las metas que les son impuestas sean inversamente
proporcionales a las posibilidades del fénix argentino, son el 21% del IVA de
Cavallo y su ley de Garantías de Depósitos Bancarios 24485 del ’95; son el
canje compulsivo de depósitos bancarios del ’89, Plan Bonex (confiscación
impuesta por Erman González); la masacre de Avellaneda y la de Once; los chicos
asesinados en Cromañon; los atentados a la embajada y a la AMIA; el juez
Galeano y los vergonzantes encubrimientos; el fiscal Nisman; el periodista
Pachter y el entramado de la CIA, el Mossad, la SIDE, la Federal y la
Bonaerense; la política global de comprometernos en el conflicto de medio oriente
y el envío de las fragatas al Golfo Pérsico; la mejor policía del mundo de
Duhalde y Ramallo; el Círculo Rojo y el Capitalismo de Amigos; la gobernadora
Vidal y las escuelas explosivas; René Favaloro y la coima que no quiso pagarle
a Larreta; las inundaciones de La Plata, los más de cien muertos, el intendente
Bruera y el gobernador Scioli; el copamiento a la Tablada, el MTP, Gorriarán
Merlo y Alfredo Leuco; las privatizaciones de las empresas de servicios,
metalúrgicas y energéticas de los ’90 y la venta de Joyas de la Abuela; los ahogados
en CABA en 2013 y el no se inunda más; la pobreza cero de Macri y el 60% de
niños bajo su línea; el empoderamiento de las minorías y la autocensura; la
libertad de expresión, el INADI y el NODIO, el desapego a nuestras tradiciones
y el multiculturalismo, el indigenismo radical y la segmentación del territorio
nacional propiciado por Inglaterra.
Ustedes, recua de
hipócritas y embusteros, son la casa está en orden y el desmantelamiento
militar argentino; son las manzaneras y los gastos reservados; los barrabravas
y la liberación de presos a fin de mantenernos en casa; son el envío de once
toneladas de oro al Banco de Londres durante el macrismo y el nulo reclamo del
mismo en la gestión gubernamental del Frente de Todos; son Chevrón y Vaca
Muerta; las bases chinas y las norteamericanas; son la ampliación de los planes
sociales al infinito; son las Lebacs y las Leliqs; son el Ministerio de la
Menstruación y las jubilaciones de hambre; el Ministerio de la Mujer y los
salarios obreros miserables; son el quebranto de las pymes y de los comercios;
son los ciento sesenta y seis impuestos que ahogan el desarrollo argentino; la
creación del monotributo; los contratos basura y el trabajo esclavo. Son el
incremento vergonzante de sus sueldos y, aun así, la imposibilidad de
justificar sus patrimonios.
Ustedes, mesías
del odio y la destrucción, son el Tratado de Paz y Amistad del ’84 y las islas
Picton, Lenox y Nueva; son el Tratado de Madrid del ’90 donde Menem y Cavallo
sepultaron la soberanía nacional.
Ustedes, adalides
de la inclusión excluyente, promueven la ignorancia y el rechazo al sentido
ético, estético, moral y trascendente de la vida.
Ustedes, apóstatas
paganos aliados del usurpador de la Cátedra Petrina, impulsan el transgénero y
la muerte al no nato, la transhumanización y la hibridación infecunda.
Ustedes,
estafadores del pasado y del presente, son la desmalvinización de la sociedad
argentina y los ositos Teddy del canciller Guido Di Tella; la extranjerización
de nuestras tierras (Benetton y Joe Lewis): el agua de deshielo y el arsénico;
el glifosato de Monsanto/Bayer; Felipe Solá, las malformaciones y el cáncer.
Ustedes, asesinos
despiadados pero amantes de mascotas, son el estado de sitio de De la Rúa y sus
treinta y seis muertos; Duhalde y Kosteki y Santillán; Vidal y los maestros de
Moreno, Macri y Ironmountain y el ARA San Juan: Alberto y Cristina con los
gobernadores polichinelas y Facundo Astudillo, Lucas Nahuel Verón, Luis Espinoza,
Florencia Magalí y otros ochenta y ocho asesinatos producidos por las fuerzas
de seguridad nacionales y provinciales en ocasión de cuarentena
inconstitucional sostenida por DNU y la necesaria complicidad del Poder Legislativo
y Judicial de la Nación (con todos los socios miembros que en dichos poderes
operan).
Ustedes,
adoradores del globalismo, de la dictadura amarilla y de la monarquía
angloamericana, son impulsores de la leyenda negra española, son cómplices de
las guerras bacteriológicas y psicológicas de última generación.
Ustedes son los
cincuenta y siete mil millones de dólares de endeudamiento en un trimestre; la
deuda a cien años; la Banca Morgan y Templeton; la fuga de capitales y el
gobierno de Ceos; la imposición del miedo irracional y la corrupción
gubernamental; el Olivos gate y el Vacunatorio VIP, la institucionalización del
garche como política de estado, la emisión monetaria sin fin y la entrega de
título de deuda con garantía en los fondos del ANSES y, sin duda, una nueva
cuarentena por DNU para intentar contener o reprimir los desbordes sociales que
sucederán después del próximo acuerdo con el FMI.
Ustedes, gente de
patitas cortas, son la sepultura del glorioso crucero de guerra ARA Santísima
Trinidad que se pudre para vergüenza de todos los argentinos bien nacidos y que
fue enviado a desguace por el decreto presidencial 1017/2020, son la tumba del
Proyecto Misilístico Condor, de la política soberana de Energía Nuclear.
Ustedes, sofistas
de la ponzoña, son predecibles. Luego de la legalización del aborto pretenderán
la legalización de la droga; hacer de la Nación Argentina un Estado
Plurinacional, aumentarán el control social a través de nuevas pandemias, la
invasión de la intimidad y el control tecnocrático, impulsarán la ley de
Eutanasia, buscarán sancionar una nueva Reforma Jubilatoria precarizante, irán
por la ultra flexibilización laboral.
Ustedes, viciosos
de la traición, están prontos a crear un Certificado de Vacunación que será sobre
todo un Certificado de Buena Conducta, les permitirá cumplir el objetivo que
les han trazado, descubrir y castigar a los disidentes.
Ustedes, traidores
del proyecto patrio, van por la dictadura digital y la desaparición de la
moneda papel, regularán nuestras vidas a través de un código QR.
Ustedes, casta
traidora, perversa y ladina, son la Agenda 2030, la privatización del mundo y
un Nuevo Orden Mundial a favor de los viejos mercaderes errantes que los
sustentan.
Ustedes se creen
inteligentes, pero los vemos venir. Ustedes se equivocan, no triunfarán.
Ustedes saben que los argentinos sangramos.
Nosotros, los argentinos, sabemos que ustedes también.
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