que el cambio climático se
produce por los cambios en la órbita solar de la Tierra
Traducido
de Sott por TierraPura.org
Desde
hace más de 60 años, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio
(NASA) sabe que los cambios que se producen en los patrones climáticos
planetarios son completamente naturales y normales. Pero la agencia espacial,
por la razón que sea, ha optado por dejar que el bulo del calentamiento global
provocado por el hombre persista y se extienda, en detrimento de la libertad
humana.
Fue en
1958, para ser precisos, cuando la NASA observó por primera vez que los cambios
en la órbita solar de la Tierra, junto con las alteraciones de la inclinación
axial de la Tierra, son responsables de lo que los científicos del clima han
denominado hoy “calentamiento” (o “enfriamiento”, dependiendo de su agenda). En
otras palabras, los seres humanos no están calentando ni enfriando el planeta
por conducir todoterrenos o comer carne de vacuno.
Pero
hasta ahora la NASA no ha aclarado las cosas, y en su lugar ha optado por
sentarse en silencio y observar cómo los liberales se enloquecen con que el mundo
supuestamente se acabará en 12 años por culpa de demasiado ganado o demasiados
pedacitos de plástico.
En el año
2000, la NASA publicó información en su página web del Observatorio de la
Tierra sobre la teoría climática de Milankovitch, revelando que, de hecho, el
planeta está cambiando debido a factores externos que no tienen absolutamente
nada que ver con la actividad humana. Pero, de nuevo, esta información unos 19
años después, todavía no se ha hecho pública, y por eso los izquierdistas
desquiciados y obsesionados con el clima han empezado a afirmar que realmente
sólo nos quedan 18 meses antes de que el planeta muera por un exceso de dióxido
de carbono (CO2).
La
verdad, sin embargo, está mucho más alineada con lo que propuso el astrofísico
serbio Milutin Milankovitch, que da nombre a la Teoría del Clima de
Milankovitch, acerca de cómo las variaciones estacionales y latitudinales de la
radiación solar que incide sobre la Tierra de diferentes maneras, y en
diferentes momentos, tienen el mayor impacto en los cambiantes patrones
climáticos de la Tierra.
Las dos
imágenes siguientes (de Robert Simmon, NASA GSFC) ayudan a ilustrarlo: la
primera muestra a la Tierra en una órbita cercana a cero, y la segunda, en una
órbita de 0,07. Este cambio orbital queda representado por la forma excéntrica
y ovalada de la segunda imagen, que se ha exagerado intencionadamente con el
fin de mostrar el enorme cambio de distancia que se produce entre la Tierra y
el Sol, dependiendo de si se encuentra en perihelio o afelio.
“Incluso
la excentricidad máxima de la órbita de la Tierra -0,07- sería imposible de
mostrar a la resolución de una página web”, señala el programa de radio de Hal
Turner. “Aun así, con la excentricidad actual de 0,017, la Tierra está 5
millones de kilómetros más cerca del Sol en el perihelio que en el afelio”.
El mayor
factor que afecta el clima de la Tierra es el SOL
En cuanto
a la oblicuidad de la Tierra, o su cambio de inclinación axial, las dos
imágenes siguientes (Robert Simmon, NASA GSFC) muestran el grado en que la
Tierra puede desplazarse tanto en su eje como en su orientación rotacional. A
mayor inclinación, las estaciones son mucho más extremas, mientras que a menor
inclinación son mucho más suaves. Una situación similar se da con el eje de
rotación de la Tierra, que dependiendo de qué hemisferio está apuntando al sol
durante el perihelio, puede afectar en gran medida a los extremos estacionales
entre los dos hemisferios.
Basándose
en estas diferentes variables, Milankovitch fue capaz de elaborar un modelo
matemático exhaustivo capaz de calcular las temperaturas de la superficie de la
Tierra remontándose muy atrás en el tiempo, y la conclusión es sencilla: El
clima de la Tierra siempre ha estado cambiando y se encuentra en un estado de
cambio constante, sin que nosotros, los seres humanos, tengamos la culpa de
ello.
Cuando
Milankovitch propuso por primera vez su modelo, fue ignorado durante casi medio
siglo. En 1976, un estudio publicado en la revista Science confirmó que la
teoría de Milankovitch era correcta y que correspondía a varios periodos de
cambios climáticos ocurridos a lo largo de la historia.
En 1982,
seis años después de la publicación de este estudio, el Consejo Nacional de
Investigación de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos adoptó la
teoría de Milankovitch como verdad, declarando que:
… Las
variaciones orbitales siguen siendo el mecanismo de cambio climático más
estudiado en escalas temporales de decenas de miles de años y son, con mucho,
el caso más claro de un efecto directo del cambio de insolación en la baja
atmósfera de la Tierra.
Si
tuviéramos que resumirlo todo en una simple frase, sería ésta: El mayor factor
que influye en los patrones meteorológicos y climáticos de la Tierra es el sol,
y punto. Dependiendo de la posición de la tierra con respecto al sol en un
momento dado, las condiciones climáticas van a variar drásticamente, e incluso
van a crear anomalías drásticas que desafían todo lo que los humanos creían
saber sobre el funcionamiento de la tierra.
Pero en
lugar de aceptar esta verdad, los “científicos” del clima actuales, junto con
los políticos de izquierda y medios de comunicación cómplices, insisten en que
no usar bolsas de compra reutilizables en el supermercado y no tener un
vehículo eléctrico están destruyendo el planeta tan rápidamente que es
absolutamente necesario implantar impuestos climáticos globales como solución.
“El
debate sobre el cambio climático no trata de ciencia. Es un esfuerzo de la
élite por imponer controles políticos y económicos a la población”, escribió un
comentarista en el programa de radio de Hal Turner.
“Y es
otra forma de dividir a la población contra sí misma, con unos que creen en el calentamiento
global provocado por el hombre y otros que no, es decir, divide y vencerás”.
https://tierrapura.org/2023/06/20/la-nasa-admite-que-el-cambio-climatico-se-produce-por-los-cambios-en-la-orbita-solar-de-la-tierra/
por Javier Cornejo
Nota del redactor:
Artículo publicado en el diario El tribuno el 02/11/2009
En
el próximo mes de diciembre tendrá lugar en Copenhague (Dinamarca), la
harto publicitada reunión de presidentes de países que "debatirán" sobre
el calentamiento global.
En
función de ello, el Gobierno británico, a través de la Agencia
Meteorológica del Reino Unido, el ministro de Energía y Cambio Climático
EdMiliband y su par de Relaciones Exteriores, elaboró y publicitó en
todo el mundo un mapa sobre su impacto, con el que medidas para detener
dicho calentamiento. Entre ellas: "Financiamiento a los países en vías
de desarrollo para que efectúen acciones de reducción de emisiones de
C02" (Clarín 23/10/09 pág. 36). ¡Se presentan ante el mundo como los
salvadores de su "fritura", de igual manera a como se presentaron como
adalides de la libertad de esclavos, cuando debieron colocar su máquina a
vapor!
Hay
cambio climático. Siempre lo hubo. Es algo normal en la estructura
planetaria. Pero no significa que sea calentamiento por emisiones
humanas de C02.
Esto
es una falacia de fabricadores de falsos apocalipsis como Al Gore y
naciones "desarrolladas" encabezadas por él Imperio británico (El
Tribuno 31/ 7/09 pág. 16) "El fraude del calentamiento global").
Hay
cambio climático en proceso de pico de temperatura extrema hasta el
2012, a partir del cual se revierte el proceso por una futura glaciación
en consonancia con los ciclos solares, verdaderos responsables del
"cambio". Está demostrado científicamente (y no publicitariamente) por
los laboratorios rusos, chinos y de EEUU de investigaciones astronómicas
y espaciales, tales como el de San Petersburgo.
A
través del falaz calentamiento global, se intenta detener el progreso
de los países subdesarrollados, para acaparar sus recursos naturales
"intactos" y tales geografías libres de ocupantes.
Seguramente
los presidentes de países votarán algún acuerdo. En él resulta
relevante el voto de los países de economía agrícola que impondrán
normas a los industriales. De allí que el papel de Latinoamérica sea
decisivo en orientar una decisión de desarrollo o aniquilación. O el
voto sea orientado por los países industriales que dominantes de algunos
países agrícolas los usen para imponer un criterio a industriales
competidores. Es decir, el voto de nuestro país puede venderse al mejor
postor, según sea la necesidad K de fondos. No obstante, según lo
acordado en la reunión del G-20 el 2 de abril pasado en Londres, está
previsto una alineación en pos de Gran Bretaña como contraprestación al
envío de fondos que haría el FMI sin auditoría. Frente a ello llama la
atención el reciente acuerdo entre Roma y Londres, divergentes desde el
año 1534, entre el jefe de la Iglesia Anglicana, Rowan Williams, y el
arzobispo de Westminster, Vincent Gerard Nichols, por un lado, y el
prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano,
cardenal William Joseph Levada, y el secretario de la Congregación para
el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos del Vaticano,
arzobispo Joseph Di Noia, por otro. Al decir del cardenal Levada, el
mencionado acuerdo: "Está en línea con el compromiso para el diálogo
ecuménico"(¿?). "Se establecerán diócesis no territoriales que
dependerán de un obispo particular", no del diocesano. "Esas comunidades
conservarán su patrimonio espiritual litúrgico anglicano, y su prelado
personal será elegido entre ese clero". Para este acuerdo el papa
Benedicto XVI aprobó una Constitución Apostólica, norma de máximo rango.
En 2007 el ex primer ministro Tony Blair, dando el puntapié inicial, dejó la Iglesia Anglicana y se sumó al catolicismo.
Seguramente
el mundo debatirá la "cosmética" de este acuerdo. Correrán ríos de
tinta e interminables debates de devenidos especialistas en religión,
sobre si recibirán la comunión de curas casados, obispos mujeres,
homosexuales que consagren el cuerpo de Cristo, inimaginables
procesiones, misachicos y misas concelebradas, matrimonios entre
personas del mismo sexo celebrados en tradicionales catedrales del
mundo. El tema será interminable. Mientras tanto, a los fieles
católicos, que " casualmente" en su gran mayoría se encuentran en los
países subdesarrollados, quizá se les llegue a imponer como "pecado",
"como pecado ambiental" el talar un árbol, y sea válido el asesinato de
quién lo intente. Podemos esperar cualquier cosa. Hasta la manipulación
de la fe pareciera ser un arma idónea para lograr de-tentar los recursos
energéticos necesarios para el control del mundo actual y futuro.
Los
hechos concretos y no los pareceres nos demostrarán la angustiosa
verdad que se cierne sobre nuestro país y sobre todos nosotros.
por Javier Cornejo
Nota del redactor:
Artículo publicado en el diario El Tribuno el 31/07/2009
Mucho
se habla de "gobierno mundial", "globalización esclavizante" de
"etéreos poderes dominantes", sin individualizaciones. Sin embargo,
todos tienen nombre, apellido y domicilio, y trabajan coordinados en pos
de un mismo objetivo: la apropiación energética de las geografías con
sus recursos naturales y la reducción poblacional a menos de 2.500
millones de seres humanos.
Tal accionar se
sustenta en tópicos fundamentales de los que se derivan todos los demás:
una extremista "teórica" defensa del medio ambiente, una
narco-culturización del planeta, una atemorizante campaña de
autoterrorismo bélico, ejecución de programas médicos de reducción
poblacional.
Son extremismos ambientalistas
liderados por el ex vicepresidente de EEUU Al Gore, ramificados en todos
los países a través de organizaciones "ambientalistas". Tal el caso en
Argentina de Greenpeace, liderada por Martín Prieto, organización que
bien conocemos en Salta no sólo por el "vacuno yaguareté" o por el tema
maderero.
Paradójicamente, los destinados a
sufrir las consecuencias adversas de las políticas de "protección del
clima" son las naciones en vías de desarrollo, a las que se las impulsa a
un seguro genocidio en pos de una falsa reducción de C02 que significa
la parálisis total de todo desarrollo industrial y social.
En
nuestra provincia nos encontramos acosados por acciones tendientes a
enrarecer nuestro desarrollo con prohibiciones de actividades
agropecuarias o mineras que, según los representantes de organizaciones
ambientalistas "teóricamente", atentan contra el medio ambiente. Frente a
ello, resulta notorio que hayamos sido elegidos como sede de las
Jornadas Latinoamericanas de Medio Ambiente, a desarrollarse entre el 13
y 15 de agosto próximos, siendo el "calentamiento global" uno de sus
principales temas.
La "industria del clima"
financia con más de 6 mil millones de dólares por año a la misión de
convencer a la población del calentamiento global con publicidades y
accionar de todo tipo. Afortunadamente, hay una Ciencia del Clima que
científicamente nos manifiesta nuestro pasado y futuro climático, sin
las manipulaciones orientadas por quienes intentan detener, en propio
beneficio, los avances tecnológicos de los países sub- desarrollados. Es
la Ciencia de establecimiento de la causalidad natural, en oposición a
extrapolar tendencias estadísticas acomodaticias.
La
causa principal del cambio climático es la dinámica de las relaciones
orbitales entre la Tierra y el Sol, y no las tendencias estadísticas de
los gases de invernadero, como lo demuestra el historial de los períodos
glaciares de los 2 últimos millones de años. (Lawrence Hecket 21 st.
Century, science & technology).
Por otra
parte, el planeta se está enfriando, y no a la inversa. Entramos en una
actividad solar reducida, en pos de lo denominado ciclo solar 23. La
temperatura global (no parcial o sectorial) de la tierra, desde hace 10
años, se redujo en 0,39 grados, registrándose un desplazamiento de 19
grados de nuestro eje geomagnético y un incremento en la sismicidad de
1,33 MW. Ya en enero de 2008 el jefe del Laboratorio de Investigación
Espacial Pullkosvo de San Petersburgo, Khabilbullo Abousamaton, en
representación de la comunidad científica rusa, lo denunció
pública-mente en un exhaustivo análisis de los ciclos solares,
demoliendo total-mente las disparatadas opiniones contenidas en la
"biblia ambientalista" de Al Gore titulada "Una verdad inconveniente".
La lista de relevantes científicos a nivel mundial que alertan sobre el
enfriamiento es innumerable. Excede a la presente nota.
Es
destacable la Voluminosa obra de investigación del Laboratorio
Geológico Lamont-Doherty, de la Universidad de Columbia, referido a las
variaciones orbitales como el marcapaso de las eras del hielo",
confirmando que estamos a punto de entrar en acontecimientos naturales
de nuevo avance de glaciaciones, en consonancia con los cambios que
también están ocurriendo en el Sol, y la reciente constatación del
carácter de "binario" del sistema solar. (Prueba de los "cambios" que
están ocurriendo la tendremos el 27 de agosto próximo, oportunidad de
ver la aproximación de Marte a la Tierra al ser visualizado a simple
vista del tamaño y al lado de la Luna).
Es
destacable la Voluminosa obra de investigación del Laboratorio Geológico
Lamont-Doherty, de la Universidad de Columbia, referido a las
variaciones orbitales como el "marcapaso de las eras del hielo",
confirmando que estamos a punto de entrar en acontecimientos naturales
de nuevo avance de glaciaciones, en consonancia con los cambios que
también están ocurriendo en el Sol, y la reciente constatación del
carácter de "binario" del sistema solar. (Prueba de los "cambios" que
están ocurriendo la tendremos el 27 de agosto próximo, oportunidad de
ver la aproximación de Marte a la Tierra al ser visualizado a simple
vista del tamaño y al lado de la Luna).
Las
reuniones de los G-8 y similares sobre el cambio climático sólo tienen
en cuenta cimentar el reparto energético y no otra cosa. Nuestro país, y
provincia en particular, no estamos para nada ajenos a dicho reparto.
Prueba de ello es el despojo del que somos objeto de nuestro sur
argentino, islas, plataforma continental y Continente Antártico. Tema
que no está agendado en el parloteo político mediático con el que ya
aburren los funcionarios.
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