“Una estabilidad momentánea y artificial financiada con deuda y ajuste”
Pal´Sur entrevistó al prestigioso especialista y reconocido analista económico y financiero, Lic. Héctor Giuliano, para hablar sobre lo que viene haciendo el nuevo gobierno nacional encabezado por el anarco-libertario Javier Milei. La estanflación inducida y la hiperinflación planificada; el DNU de restructuración del Estado y la Ley Ómnibus como elementos distractivos; el endeudamiento externo actual y su impacto en el gasto público; y el ajuste salvaje e impiadoso que esta gestión decidió llevar adelante para favorecer los intereses de los capitales especulativos en detrimento de todo el pueblo argentino.
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↓ENTREVISTA↓
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¿Podrías brindarnos un pantallazo general sobre el gobierno del libertario Javier Milei, el DNU, la Ley Ómnibus y como impacta todo esto a nivel financiero en nuestro país?
El gobierno de Milei, como los anteriores y en particular el gobierno de Macri1, vino a gobernar con deuda y esto hay que tenerlo muy presente, ya que la deuda es el condicionante total y absoluto de lo que ocurre en Argentina. Y aunque este tema esté relegado como si fuera un problema secundario en realidad es el condicionante central.
Mas aún, yo pienso que todo este alboroto que se está armando con la Ley Ómnibus2 (PDF) en el Congreso y el DNU de desregulación3 (PDF), en gran medida sirven de distractivo al objetivo central de la política económica, que es lisa y llanamente, el mas grande ajuste fiscal que se haya producido en Argentina, desde el Rodrigazo4 a la fecha. Y aunque el Presidente en campaña dijo que esta vez iba a ser diferente porque lo iba a pagar la casta5, resulta ahora que lo esta pagando todo el pueblo argentino. Por ello es que el concepto de casta que tiene el presidente todavía no me quedó claro: porque si bien Milei habla solo de una casta política a la que critica, también existe una casta financiera, que es la que realmente manda, y de la cual él y su gabinete son parte esencial, y eso queda evidenciado cuando se nombra de ministro de economía a un endeudador serial como Luis Caputo, un hombre que vive de la colocación de deuda, y de lo que el Dr. Eduardo Conesa6 llamaba:“el Club de la Deuda”.
En este momento, la deuda pública, que es secreta - ya que no se publica quienes son los acreedores del Tesoro Nacional ni del Banco Central - estaría, según fuentes oficiales, en el orden de los los 440 mil millones de dólares (un PBI argentino), a lo que paralelamente hay que sumarle la que tiene el Banco Central equivalente a otros 100 mil millones de dólares (en adelante MD); y si a eso le sumamos que las provincias tienen una deuda consolidada de otros 30 mil MD, entonces tenemos que el Endeudamiento argentino pasa los 550 mil MD. Pero nadie se rasga las vestiduras por esto.
Milei se presenta muy desafiante diciendo a determinados sectores que “no hay plata”7, pero no le dice eso a los acreedores. Peor aún. Nos estamos endeudando incluso para pagar intereses de la deuda. Es decir que el presidente da una imagen de desafío en querer buscar un equilibrio fiscal a rajatabla acortando los gastos, pero a pesar que el principal gasto público del Estado es la deuda y sus intereses, ahora está buscando patearla para adelante pagando nuevos intereses, lo que significa seguir eternizándola en una trampa de endeudamiento perpetuo, cumpliendo a rajatabla la lógica de la usura, cuya idea fundamental es que no se pueda pagar nunca la deuda, porque de eso vive el usurero y el capital financiero: de los intereses que ella crea.
Sobra dinero en el mundo, y esto está estudiado y reconocido por los propios autores del sistema. El principal problema del sistema financiero internacional, es lo que ellos llaman “exceso de liquidez”8. Es decir sobra plata en mundo, y ese dinero es el que alimenta y retroalimenta las deudas públicas de todos los países, y la Republica Argentina hoy es algo así como el paraíso financiero de los capitales golondrinas y especulativos, ya que el gobierno, al hacer esta mega devaluación que llevó el dólar oficial a 800 pesos, si bien por un lado blanquea la realidad de un atraso cambiario, esa devaluación se vuelca a los precios.
Ahora el gobierno se ataja diciendo que tiene una hiperinflación heredada9. Yo no defiendo al gobierno de los Kirchner - que hizo un desmanejo criminal de las finanzas - pero eso de que exista una “híper” heredada es, cuando menos, algo discutible.
La hiperinflación se produce en el último mes, primero, porque hubo una remarcación salvaje de precios, y como no hay controles de precios y además venía un gobierno con la bandera de que no iba a hacerlos, la señal es que se podía empezar a cobrar lo que quieran. Y esto parte del mito de la Ley de Oferta y Demanda10, que no existe en el Mercado. Porque si bien la gente puede comprar y comer menos, y eso puede actuar como una forma de freno a la demanda, ese freno es de grado y no de fondo.
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Además existe el problema de que si los argentinos deciden comer menos, como en realidad no va a existir freno a las exportaciones (o eso pretenden con la derogación de la ley de abastecimiento y otras políticas en este sentido), lo que no comamos nosotros lo van a exportar.
Uno de los efectos buscados es que, al producirse una recesión interna, Argentina tenga más saldos exportables. Eso es concreto en el caso de la carne11, que subió a niveles estratosféricos en relación al poder adquisitivo de la gente. Por eso el propio Milei anticipó que viene un periodo de estanflación12: es decir, estancamiento o recesión con inflación de precios. Normalmente la inflación, aunque sube los precios, genera una activación económica, pero el fenómeno contrario es cuando ocurre la paradoja de que aumentan los precios pero no se reactiva la economía, sino al contrario, la economía entra en recesión porque cae el consumo.
Además, el gobierno mismo está provocando la inflación, cuando deja que los formadores de precios remarquen en forma salvaje, cuando deja que artículos de primera necesidad como alimentos y productos fármacos tengan un aumento geométrico, cuando deja que aumenten los combustibles (cuyo aumento se traslada directamente a todo tipo de precio de mercaderías y servicios) y cuando además libera el aumento de tarifas y servicios públicos. No puede decir ahora que se está transitando una hiperinflación heredada. Podes decir que hay variables reprimidas y hay un sesgo de inflación reprimida pero no puede hablar de herencia en ese sentido.
La receta recesiva que se está aplicando por exigencia del FMI - que ya se venía usando en el anterior gobierno en menor medida y que ahora es reproducida en mayor escala por éste - es la inflación. ¿Por qué? Porque es el más poderoso instrumento para licuar el gasto público (el salario real, las jubilaciones reales, los planes sociales, etc.) y para que los aumentos de ingresos de la gente sean menores a los aumentos de precios. Este gobierno está buscando que se tenga menor capacidad adquisitiva para lograr una recesión y que ella genere un mayor margen de ganancia de las empresas por precios.
Por este motivo es que se celebraba en el exterior la llegada de un “gobierno pro empresa”13. Definido así porque busca la mayor garantía de rentabilidad a las empresas, pero en particular, se busca dar empuje a la ganancia de los fondos especulativos financieros; porque en la medida en que el gobierno garantiza la estabilidad del tipo de cambio mientras las tasas de interés de Argentina siguen siendo las más altas del mundo, se facilita la bicicleta financiera y que los capitales especulativos puedan entrar y salir libremente con dólares y así obtener una ganancia que no obtendrían en ningún lado del mundo.
Este es uno se los saqueos mas grandes de la historia argentina, que hoy se está produciendo con la complicidad tradicional del oficialismo y la oposición. Y toda esta recesión se hace impunemente para poder afrontar mas gastos de intereses de la Deuda Pública, es decir, que es mentira que se está bajando el gasto público, sino que se está subiendo para tomar mas deuda a los efectos de pagar esos intereses, que son nueva deuda.
Para obras públicas no hay plata, para aumentos de sueldos no hay plata, pero a los acreedores se les tiene que “honrar” los compromisos financieros. Hay una asimetría manifiesta e insultante, porque ni siquiera son inversiones directas o genuinas: son capitales especulativos.
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Algunos creen que esta estanflación inducida, con todo lo que vos estas contando que genera no solo en el pueblo sino en las empresas argentinas, puede ser para que le salga mas barata la dolarización y la liquidación del Banco de la Nación Argentina. ¿Vos creés que esto puede ser así?.
Siempre estuvo muy desnuda la intención de hacerlo.
Esto es un neo-menemismo y no han innovado mucho. Si uno lee las noticias del año 91, cuando se instauró la convertibilidad para cumplir con el Plan Brady, y los compara con los diarios de hoy, pareciera que está leyendo el diario del día.
¿Cuáles eran los temas de ese momento? (1) Descontrol del dólar que era obligación frenar; (2) el descontrol de la inflación heredada de Alfonsín que obligaba a tomar medidas duras, (3) la necesidad de privatizar algunas empresas del Estado porque daban pérdida, (4) la necesidad de honrar los compromisos externos, (5) la necesidad de aumentar servicios públicos de tarifas, etc… Es el mismo libreto y hasta son los mismos personajes. No es casual que hayan llamado al Dr. Rodolfo Barra14, que fue uno de los artífices jurídicos de la convertibilidad en el estudio Dromi. Son las mismas estructuras de poder.
En esencia, lo que se está perfilando es que el país camine hacia una nueva convertibilidad, garantizada con endeudamiento externo. Una estabilidad conseguida artificialmente con deuda.
Cuando Menem asume en 1989, porque Alfonsín se va unos meses antes de terminar su mandato a raíz de una crisis de deuda, todos hablaban de hiperinflación, pero en realidad fue una crisis de deuda ya que no podía pagar la deuda del Plan Primavera15.
Menem asume el gobierno y hereda una deuda de 62 mil MD, y en 1991 instaura la famosa Convertibilidad que estabiliza una paridad artificial (“un peso = un dólar”), que solo era una ficción contable a los efectos de estabilizar los precios. Pero esa estabilidad era sostenida con deuda, y tal es así que cuando Menem se va, la deuda la deja en el doble, en 122 mil MD. Además, con el argumento del Plan Brady para bajar la deuda, incentivó que se vendieran las empresas del Estado, empresas públicas y activos del Estado, por 35 mil MD y no sirvió para nada, porque aunque se vendieron las empresas, la deuda aumentó 60 mil MD más: es decir en total 95 mil MD.
Cuando Menem le pasa la pelota a De la Rúa, y De la Rúa con Cavallo hacen el Megacanje fraudulento de 200116, revienta la situación con un nuevo negociado de endeudamiento que, como era insostenible, el FMI le baja el pulgar cortándole los fondos. Esto termina provocando que De la Rúa se tenga que ir en helicóptero dejando una deuda de 145 Mil MD.
Esto quiere decir que la tan mentada Convertibilidad de la cual hoy se tiene el descaro de hablar como “modelo de estabilización financiera”, fue en realidad una ficción sostenida con deuda. Cuando se acabo la deuda para retroalimentar esa convertibilidad, se cayó el sistema. De los 62 mil MD que heredó Menem de deuda hasta los 145 mil MD que dejó De la Rúa, todo fue endeudamiento que sirvió para sostener la convertibilidad, no el gasto público.
El principal motivo del endeudamiento argentino no fue ni es el gasto publico y/o el déficit fiscal; porque en definitiva, entre emitir deuda y emitir dinero, conviene emitir dinero, ya que por el dinero que se emite no se paga interés, y mucho menos en moneda extranjera, mientras que por la deuda que se toma sí. Las dos vías son de contención del déficit fiscal, pero entre emitir deuda o emitir dinero, al estado siempre le va a convenir emitir dinero. Porque la tasa de interés por la toma de deuda es el principal factor de inflación de la Argentina, ya que luego impacta a los precios.
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Vos en un artículo escribiste que Massa estaba dolarizando la deuda en pesos.
Esa fue una de las herencias de Massa en particular17. En su año de gestión como Ministro de Economía, del total de la deuda pública del Estado, que hoy es de aproximadamente 439 mil MD en cabeza del Estado Central, el 65% era en moneda extranjera, y lo que hizo Massa fue que el 35% de la deuda que estaba en pesos la empezó canjear prácticamente en su totalidad por títulos públicos que se indexan por inflación o por tipo de cambio (según mas convenga al acreedor). Y acá se da el absurdo de que los ingresos y la capacidad adquisitiva del pueblo se va perdiendo al ser carcomidos por la inflación, mientras que el especulador financiero no pierde, sino que se beneficia.
En épocas de alta inflación como esta, la gente se está tragando el aumento y una de las cosas que me extraña, es que la CGT y los sindicatos reaccionan por los derechos laborales y la ley ómnibus, y está bien que lo hagan, pero no se han plantado contra el mega ajuste que le está bajando los salarios. ¿Cuando empiezan a funcionar las paritarias?.
Todos hablan del DNU y la Ley ómnibus, pero no de lo principal, que es el “ajustazo” que está sucediendo y va a seguir ocurriendo durante todo el verano, y que el propio Milei anticipó: “hay que bancar 3 o 6 meses de alta inflación”. Una inflación que puede estar entre el 20 y el 40 %, y que todo el mundo se está tragando, y no lo va a recuperar.
Lamentablemente los mas afectados son los jubilados, a los que en un acto totalmente inconstitucional se les suspende la movilidad jubilatoria que justamente actualiza por inflación, anunciando que se van a manejar los aumentos jubilatorios por decreto. Es decir: el gobierno suspende la movilidad jubilatoria para no indexar. Para ellos no hay plata.
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Uno habla del 30% de inflación, pero la realidad es que esa medición es un promedio del aumento generalizado de los bienes, y los alimentos, como rubro independiente aumentaron muchísimo más.
Por rubro, el aumento de los alimentos promedio estuvo aproximadamente en el último mes en el orden del 48%. Y eso fue el zarpazo que dieron sobre los productos básicos y la carne, que produjo que los alimentos aumentaran mucho más en proporción que el índice general.
En conclusión, ganase quien ganase las elecciones, la idea era licuar el gasto público a través de la inflación: Massa lo iba a seguir haciendo de manera gradual y Milei ahora lo está haciendo por vía de Shock. En los dos casos se cumple la misma receta, un ajuste mayúsculo que no recae sobre la casta financiera que sostiene a Milei sino sobre el pueblo argentino, y que sucede mientras se discute el DNU y la Ley Ómnibus que actúan como un distractivo.
Por
Luciano R. Moreno Calderón
Unión Malvinizadora Argentina
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