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martes, 22 de mayo de 2018

Lo tuyo es mio y lo mio es mio



Deuda por territorio
DR. JAVIER CORNEJO
Lunes 15 de noviembre de 2010 Diario El Tribuno

El 18 de marzo de 2002, el Cronista Comercial hizo público un documento por el cual el miembro de la CIA Norman Bailey (devenido en asesor presidencial), recomendaba al entonces presidente Eduardo Duhalde los "17 puntos" para que Argentina salga de la crisis de esos años. Introduciendo la propuesta    para que Argentina acceda a entregar terrenos fiscales para reducir la deuda externa, por un lado, y la emisión de bonos atados al crecimiento del PBI, por el otro.
El decreto Nº 533/2002 de Duhalde vino a complementar el vaciamiento nacional iniciado por Carlos Menem. Al decir de Bailey: "En la Argentina no quedan muchos activos por vender, pero aún se puede armar un esquema de canje de deuda usando tierras fiscales y activos provinciales".
Si bien oficialmente no se efectuó un canje por deudas, sí la entrega de tierras a "inversores" extranjeros se puso en marcha: Tompkins, Benetton, Turner, Turner Foundation, Lewis, Patagonia Land Trust, Stallone, World Land Trust, Anglo Gold, Soros y otros tantos lo atestiguan.
La modalidad es la "compra" de territorios para convertirlos en supuestos santuarios ecológicos, administrados por manos privadas, que curiosamente contienen recursos estratégicos y están ubicados casualmente en zonas de importancia geopolítica. Tal es el caso de la "compra" de Tompkins en los esteros del Iberá, precisamente por su barro, el que junto a una aleación de silicio y titanio produce una cerámica 48% más dura que el acero y con un peso 72% inferior. Esencial para los viajes espaciales (Mariano Catán "El barro del Iberá" Posadas. Edición 2005).
La crisis financiera mundial puso en el tapete la posibilidad de que Grecia venda islas para saneo financiero.
La Argentina está entre los seis países más extensos del mundo, y si computáramos la plataforma continental, seríamos uno de los tres países de menor densidad poblacional (junto con Australia y Canadá Commonwealth).
En la Patagonia y nueva provincia de Tierra del Fuego, la relación entre km2 y cantidad de habitantes es inferior a la exigida por la ONU para que tal territorio conforme un país. Es por tanto, susceptible de ocupación extra nacional.
Londres asegura hegemonía
El 50% de nuestro territorio está usurpado o es pretendido por el Imperio Británico. La necesidad de "lebesraum" es una estrategia de futuro.
Para que no queden dudas de la necesidad de tal "espacio vital", es por lo que Londres fortificó a ultranza Malvinas.
No para defenderse de una eventual acción bélica de recuperación soberana de Argentina. Tal posibilidad la toman como chiste.
Tal fortificación se efectuó para disuadir a terceros estados de sus apetencias por el sur argentino y especialmente el Territorio Antártico. Asimismo, una vez completada tal fortificación, significó el punto de apoyo británico para el relanzamiento inglés en Latinoamérica, tal lo expuesto por el ministro de Relaciones Exteriores William Hague: "El retiro de la gran región terminó y llegó el momento de que se inicie el avance". (El Tribuno 10-11-10 pág. 8).
La claridad de tales conceptos me exime de mayores comentarios.


Complementariedad

Por Javier Cornejo
Artículo publicado en el diario El Tribuno el 02.11.2012

Iniciamos el 2012, en el que se cumplen 30 años de la cruenta Guerra de Malvinas, herida abierta que parece encaminarse a un resultado, profundizando la misma.

La ficción del entramado discursivo que el gobierno del Imperio Británico pone en escena, al que le hacen eco los funcionarios argentinos, en la intención de presentar al mundo unas aparentes e irreconciliables posiciones antagónicas, tiene por solo objeto el desvío de atención del único paso válido que debe realizar el gobierno argentino, si es que existe una intención cierta de reclamo soberano sobre nuestras islas Malvinas, esto es: la denuncia de los tratado de Madrid, del 15 de febrero, y de Londres, del 11 de diciembre de 1990.

Tal como lo realizó el general Perón con el convenio Miranda - Eddy, de 1946, por el que nos obligábamos a la exportación de carne a Gran Bretaña. En 1947, al declarar Inglaterra la inconvertibilidad de la libra esterlina, el General denunció el tratado, lo dejó sin efecto y suspendió el envío de carnes. (Galán Beatriz: Derecho Agrario. Ed. Abeledo Perrot. Bs.As. 1967. Pág. 105)

Apoyos internacionales
El novedoso apoyo chino, cuya flota depreda de hace años nuestro litoral marítimo, y ahora sus "empresas" (petróleo, minería, soja, supermercadismo etc.) se aprestan a la depredación continental (El Tribuno Argentina China I - II- III marzo 2011), resulta un ingrediente más, demostrando que la disputa de nuestro sur continental, insular y antártico, se debate entre las verdaderas grandes potencias mundiales con total independencia de la voluntad argentina. No contamos. Irak, Egipto, Libia, Siria (ahora Irán), bien pueden servirnos de ejemplo.

Todo es una cháchara encaminada a colmar nuestra posibilidad soberana con "sentarse a una mesa de negociaciones", presentando tal cuestión como el gran triunfo de la retórica diplomática argentina y coerción de la unión latinoamericana, que doblega a la potencia insular.
Pero, ¡si eso mismo es lo que pretende el Imperio!, ¡maestros en el arte de la negociación desde la noche de los tiempos!

El Foreing Office ya lo tiene previsto, dejando fuera toda discusión de "soberanía", la que quedará bajo el denominado "paragua de intocabilidad" encaminado a lograr la declaración de Estado Ribereño de la nueva inmensa provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

Previamente tendremos un sinnúmero de escaramuzas, prohibición de abastecimientos a los buques con bandera de las islas, comunicados que van y vienen, submarinos nucleares que refuerzan el poderío bélico inglés, declaraciones de los isleños, visitas reales, etc.
El concreto resultado será un nuevo tratado que posiblemente se titule: "Acuerdo anglo-argentino de cooperación mutua para el desarrollo austral". Iniciado con una teórica zona de protección ambiental alrededor de las islas Georgias, para el aplauso ecologista.
A ello se sumará el apoyo continental para las empresas británicas, argentinas o de capitales mixtos de cualquier país, las que, en una complementariedad, culminarán el proceso iniciado en el gobierno de Néstor Kirchner, con Enrique Eskenazi -en la parte operativa petrolera-, y los asesores de Barclays -en la faz financiera de la deuda externa-, tema que será decisorio en la instrumentación del futuro reordenamiento geopolítico del sur patagónico, que posiblemente adquiera una inédita división geográfica que quizá ya no asombre a los anestesiados habitantes de este suelo.





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