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martes, 29 de mayo de 2018

Reducción humana



Comienzan a Instalar El Debate Por La Eutanasia En Los Medios
Luego de instalar el aborto legal van a intentar legalizar la eutanasia, la pena de muerte, la marihuana y quizás la pedofilia.
Hasta ya han inventado un eufemismo dado por el término "muerte asistida".


Enfermos terminales, médicos y el estado discuten quién tiene derecho a decidir sobre la muerte asistida
Por Michael Ollove (Especial para The Washington Post)
Susan Boyce junto a su marido Kevin Stone (Cortesía de Kevin Stone)
Susan Boyce, casada y madre de cuatro hijos, no sabe cuándo morirá, pero sí sabe cómo. Un día, sus pulmones diezmados por la enfermedad ya no podrán bombear oxígeno a través de su torrente sanguíneo.
"Lo que sucede con nosotros es que no podemos obtener suficiente oxígeno", explica Boyce, de 54 años, que vive en Rumson (Nueva Jersey) y debe recibir oxígeno de una máquina la mayor parte del día. "Morimos asfixiados. No quiero morir asfixiada. Es una muerte lenta y horrible".
Por eso Boyce, cuya enfermedad hace que su sistema inmune destruya el tejido pulmonar sano, quiere que Nueva Jersey se una a los pocos estados que permiten que los médicos receten medicamentos letales a pacientes terminales.
Nueva Jersey es uno de los 25 estados que este año consideran la posibilidad de ofrecer el servicio de muerte asistida, según el grupo de Compassion and Choices, con sede en Denver. Quienes lo defienden creen que el impulso está de su parte.
Casi el 18% de los estadounidenses vive en lugares donde la ayuda para morir es legal, y la causa recibe cada vez más apoyo: una encuesta reciente de Gallup reveló que dos tercios de las personas están a favor, y hace cuatro años era más de la mitad. Algunos grupos médicos han suavizado su oposición. Y el aumento de la esperanza de vida, aunque en general es un desarrollo positivo, significa que más estadounidenses ven a sus padres atravesar una agonía antes de morir.
Los votantes de Oregon legalizaron la muerte asistida —algunas veces llamada muerte con dignidad o suicidio asistido— mediante la aprobación de una medida electoral en 1994. Los votantes del estado de Washington siguieron su ejemplo en 2008 y un fallo judicial lo legalizó en Montana en 2009. Desde 2013, Colorado, California, Vermont y Washington DC lo han legalizado, mediante iniciativa electoral o mediante legislación.
David Grube, que practicaba medicina familiar en Oregon antes de retirarse en 2012, alguna vez se opuso. Pero dijo que, a medida que más estados lo han legalizado y no ha surgido prueba de que se presione a los pacientes en el proceso, más personas se sienten cómodas con la idea.
"Es como el matrimonio entre personas del mismo sexo", subraya Grube, que ejerce de director médico de Compasion and Choices. "Hace 40 o 50 años, ni siquiera sabía lo que era un homosexual. Ahora veo personas en relaciones de pareja, y eso es genial".
Incluso algunos críticos de la idea de la muerte asistida reconocen el impulso.
"Muchos de mis compañeros se han ablandado", dijo Ira Byock, un médico de cuidados paliativos en Torrance (California) y director del Institute for Human Caring que brinda apoyo médico, espiritual y emocional a pacientes gravemente enfermos y sus familias.
La Asociación Médica Nacional sigue firmemente en contra de ayudar a morir. "El suicidio asistido por un médico es fundamentalmente incompatible con el papel del facultativo como sanador; sería difícil o imposible de controlar y plantearía serios riesgos sociales", señala el grupo. Sin embargo, 10 de sus representantes estatales han abandonado su oposición.
Oficialmente, grupos como la Organización Nacional de Hospicios y Cuidados Paliativos de Estados Unidos mantienen su oposición a estas medidas. Pero muchos practicantes individuales se han sentido más cómodos con la idea.
Muchos partidarios consideran como un punto de inflexión la amplia cobertura mediática de la muerte en 2014 de Brittany Maynard, de 29 años, quien padecía una forma agresiva de cáncer cerebral y que promovió la ayuda en la muerte antes de tomar medicamentos letales prescritos por su médico en Oregon.
"Realmente creía que un buen cuidado paliativo podía abordar las necesidades de las personas que morían", dijo Ann Jackson, directora general de la Asociación de Hospicios de Oregón de 1988 a 2008. Pero cambió de opinión: "Lo principal que aprendí es que eso no es cierto", señaló Jackson, que ahora consulta sobre problemas al final de la vida. "Es posible que podamos abordar el dolor y los síntomas, pero no podemos abordar la futilidad que algunas personas sienten al final de la vida, el sufrimiento que sienten por la pérdida de autonomía. El cuidado de hospicio no puede permitir que las personas controlen sus vidas si se les niega el derecho a morir en el momento que ellos elijan".
La Iglesia Católica sigue oponiéndose firmemente a la asistencia en la muerte, como lo hacen muchas otras organizaciones que representan a personas con discapacidades.
La mayoría de las medidas estatales se basan en la ley de Oregon, que describe los pasos para los pacientes que desean asistencia en caso de fallecimiento: la persona debe ser residente del estado, tener al menos 18 años de edad, y haber sido diagnosticado con una enfermedad terminal con pronóstico de seis meses o menos.
Los pacientes deben hacer dos solicitudes orales y una por escrito a su médico. El médico que prescribe y el que realiza la consulta deben confirmar el diagnóstico y el pronóstico, y determinar si el paciente es capaz de tomar una decisión y no está afectado por un trastorno mental. Y el médico que prescribe debe informar al paciente sobre alternativas viables a la asistencia médica para morir, incluso la atención de hospicio y el control del dolor.
Oregon sigue de cerca cómo se usa la ley. Desde que la medida entró en vigencia en 1997, 1.967 personas han recibido prescripciones legales y 1.275 han ingerido la medicación. Los datos de Oregon muestran que la edad promedio para las personas que eligieron esta opción en 2017 fue de 74 años.
Byock cree que los médicos que ayudan a morir violan la tarea más sagrada de la medicina. También cree que, en la mayoría de los casos, es posible proporcionar alivio del dolor a los pacientes moribundos y que el problema real es que la atención de calidad no está universalmente disponible ni aceptada por la profesión médica.
También señala que la mayor preocupación de los pacientes de Oregon que usaron la ley no fue escapar del dolor sino su capacidad decreciente para disfrutar de sus vidas, pérdida de autonomía y pérdida de dignidad, según un informe. "Muchas otras personas se enfrentan a las mismas condiciones", comentó Byock, incluidos aquellos con artritis severa, depresión o visión defectuosa. "Una vez que pasamos por este camino, es una pendiente resbaladiza".
En Oregon, sin embargo, los pacientes no recurrieron a la muerte asistida porque no pudieran recibir tratamiento al final de su vida. Alrededor del 90% se inscribió en un centro de cuidados paliativos en el momento de la muerte, de acuerdo con los datos estatales más recientes publicados este año.
Byock reconoce que los cuidados paliativos no siempre pueden aliviar el dolor. No lo hicieron en el caso de T.J. Baudanza Jr., un ex gerente de marketing que en 2015 murió de cáncer de colon a los 32 años en New Seabury (Massachusetts). "T.J. murió de la manera que temía que lo haría", recordó Amanda Bardanza, su viuda, en una entrevista. "Sufrió una muerte prolongada y dolorosa porque Massachusetts le negó la opción de asistencia médica en caso de muerte". Estuvo en un hospicio en la última etapa.
T.J. había sido un gran defensor de un referéndum sobre muerte asistida que por poco pasó en Massachusetts en 2012, no mucho después de su diagnóstico. Ahora Amanda defiende la causa en la legislatura estatal. "Soy católica, y también lo era T.J.", dijo Baudanza, "pero él y yo creíamos que Dios no querría que nadie sufriera innecesariamente".
En Nueva Jersey, Susan Boyce admite que sus pulmones funcionan lo suficientemente bien como para creer que su muerte aún está lejos. No sabe si realmente tomaría medicamentos que terminaran con su vida. Pero sabe una cosa: "Quiero esa opción".


Presentan nuevo proyecto para legalizar la eutanasia en Chile
El senador del PPD, Guido Girardi, presentó un nuevo proyecto de ley para regular la eutanasia, iniciativa que ya fue rechazada en el Senado el año 2015, pero que a juicio de Girardi, como la sociedad cambió, hay mayor madurez para abordar este tipo de materias.
Girardi, acompañado de los exministros Helia Molina y Heraldo Muñoz, además del diputado Tucapel Jiménez, explicó que la iniciativa busca regular la "eutanasia pasiva" -que suspende tratamientos médicos con el fin de no prolongar la vida en situaciones extremas- y también la "eutanasia activa", que permite al paciente decidir cuándo terminar con su vida, asesorado por un médico.
La exministra de Salud, Helia Molina, aseguró que las personas tienen derecho a decidir terminar con su vida cuando la condición de salud en la que se encuentran se convierte en "una tortura".
El proyecto del senador Girardi se suma a otro que está siendo discutido en la comisión de Salud de la Cámara de Diputados, impulsado por Vlado Mirosevic y en que se plantea el concepto de la muerte digna de los pacientes en condición terminal.
Leonardo Casas




Finalizó la globalización (II)
El Tribuno, lunes 13 de junio de 2011
Opinión DR. JAVIER CORNEJO

En la columna del pasado lunes 6 de junio, exponía sucintamente el final de la “bipolaridad” (comunismo-capitalismo) en camino de la integración global del planeta.
El pase de la “globalización” a una “mundialización” significa el avance de una integración mundial informática que uniforma las distintas culturas, que aniquila la soberanía de los países estableciendo únicos paradigmas aplicables a toda la humanidad, para pasar a la efectiva instauración de los instrumentos o herramientas necesarias para lograr la “mundialización”, es decir, el “control” del sistema global previamente armado.
Esta mundialización se ejerce básicamente, y en una enumeración solamente ejemplificativa, a través de:
1.- Una concepción de unificación geográfica del mundo, es decir, el derrumbe del concepto de soberanías nacionales y su reemplazo por organismos de integración de países en escalones de jerarquía a escala planetaria.
2.- Unificación de la fe, en acuerdos religiosos entre distintos credos que organizan la natural vocación sobrenatural del hombre en función de caminos previamente acordados.
3.- Una estructura financiera de aplicación en todo el planeta en la que el dinero virtual ejercerá el control absoluto del desarrollo y posibilidades de consumo del hombre hasta el último rincón del mundo.
4.- Un sistema policíaco mundial de control y aplicación a sangre y fuego de la estructura de control establecida, sin que exista la posibilidad de que ninguna jurisdicción pueda escapar al férreo yugo impuesto. Esto implica instaurar un pavoroso “miedo global” a un ficticio terrorismo sin rostro, en el que la seguridad adquiera connotaciones esenciales. Para ello, se eleva a máximos límites el estado de incertidumbre, fragilidad e irascibilidad del hombre con los controlados medios de comunicación, totalmente funcionales al esquema instaurado. Se apunta a ocasionar una imposibilidad de desarrollo de las facultades creativas del hombre, reduciéndolas a una mera repetición de conceptos impuestos, logrando así no sólo un comportamiento previsto, sino una “forma de pensar” sojuzgada.
5.- Un reordenamiento del planeta y sus regiones, en función de los recursos naturales existentes para utilizarlos según un orden de consumo que establezcan quienes ejercen el control integral planetario.
Así también, un reordenamiento de las masas poblaciones en una reubicación planetaria, priorizando una mezcla de razas y costumbres en ocupación de espacios mundiales disponibles sin importar los países que sean sus titulares.
6.- En función del punto anterior, se impulsará una reducción poblacional en un genocidio a través de los medios que hoy constatamos: guerras, aparente cataclismo “naturales”, virus, pandemias, aborto, eutanasia, matanzas producto de drogadicción, y cuanta herramienta sea idónea para tal fin, en una adecuación de la legislación de los países acorde a tal finalidad. El objetivo final es reducir los actuales 7.000 millones de seres humanos a 2.000, cifra considerada apta para la supervivencia de los que queden, en acuerdo al Memorándum MNS 200 de Sir Henry Kissinger de los años 70. 7.- Aceleración de presencia “teóricamente extraterrestre” que imponga la necesidad de una representación mundial unificada para el trato de tal cuestión. (Tal ficción ya fue expuesta en los años cincuenta con un pánico mundial provocado radialmente.)
Observando con detención las diarias noticias de los medios, constataremos la aceleración de los hechos en acuerdo al programa referido que se irá ampliando en las columnas venideras.



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