Contracara N°11
China es socio de UK
Con permiso de su majestad: Venimos a depredar
Flota china: la armada de pesca ilegal que depreda el mar puso proa hacia Argentina
Apuntan a saquear la enorme reserva de calamares que todavía subsiste en el mar local. Este negocio basado en la depredación mueve más de u$s700 millones
La flota de pesqueros ilegales chinos que depreda con respaldo del gobierno de la potencia asiática abandonó Galápagos y ya se dirige hacia los mares del Sur. Su objetivo para el último tramo del año: saquear la enorme reserva de calamares que todavía subsiste en esta parte del mundo, en un negocio de depredación que año tras año mueve más de 700 millones de dólares.
Según indicaron a iProfesional expertos en pesca y conservación marina, esta auténtica armada se encuentra hoy a la altura de Lima, Perú. Y en estos días concretará una parada en el puerto local de El Callao con fines de reaprovisionamiento antes de activar su traslado final hacia el límite de la zona económica exclusiva de la Argentina.
Conformada por más de 300 buques, y con apoyo económico del régimen que lidera Xi Jinping, la flota de pesca en aguas distantes de China reúne en un solo actor los peores atributos en cuanto a métodos extractivistas para el saqueo de la biodiversidad marina: pesca a gran escala en áreas específicas por períodos que pueden superar el año, movimientos a escondidas de los satélites, violación de las restricciones para operar en aguas territoriales.
A eso hay que sumarles prácticas laborales emparentadas con la esclavitud. A excepción del capitán y sus oficiales, todos chinos, el grueso de los tripulantes de estas embarcaciones son ciudadanos de Indonesia, Filipinas o África sometidos a los tratos más inhumanos: en 2014, por citar un caso, se constató que 28 personas que bajaron de un pesquero de calamares en Montevideo, Uruguay, presentaban marcas de grilletes en los tobillos.
"La flota comenzó a moverse desde Galápagos hace 3 semanas, en dirección sureste. En este momento está al borde de la zona económica exclusiva de Perú. Este es un país que abastece a estos barcos, de hecho muchos navíos que han hecho pesca ilegal en Argentina han utilizado el puerto de El Callao para operar", comentó a este medio Milko Schvartzman, especialista en conservación marina, colaborador del Círculo de Políticas Ambientales y asesor en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) entre 2011 y 2015.
"En breve van a estar viajando hacia el borde de la zona económica de nuestro país. Puede parecer insólito, pero el estado peruano apoya también a esta flota. Es inconcebible porque son barcos que compiten con la flota de pesca de calamares del mismo Perú. La flota china destruye el ecosistema marino frente a las costas de Perú y además perjudica a la economía y el empleo de ese mismo país", dijo a iProfesional.
Respecto de la posición de Chile ante el movimiento de este cardumen de pesqueros ilegales, Schvartzman sostuvo que la nación transandina "no tiene un problema tan grande como Argentina o Ecuador" en tanto la población de calamares no es copiosa en esa área del Pacífico a esta altura del año.
"Chile no sufre la pesca ilegal de calamar como sí ocurre acá. Igualmente, el país hace su despliegue para controlar a dichos barcos porque cuando la flota se dirige hacia la Argentina, para cortar camino, atraviesa la zona económica del país vecino. Pasan por ahí antes de llegar al Pasaje de Drake. En junio pasado, Chile desplegó un barco de guerra, un submarino y un avión de la armada para monitorear a esta flota", precisó.
La flota de pesca en aguas distantes de China está conformada por más de 300 navíos.
Una armada del terror
Desnutrición, escaso acceso al agua potable, pagas inexistentes e incluso torturas físicas, forman parte del combo que distingue a una armada de pesca ilegal que duplica con comodidad los números de Corea del Sur, Taiwán, España y Japón, otras naciones con fuerte protagonismo en el saqueo de espacios marítimos.
El funcionamiento de la flota china es promovido por el gobierno de la potencia asiática mediante acciones como el subsidio al combustible para las compañías del rubro pesquero o, directamente, la participación accionaria del Estado en algunas de las empresas propietarias de los buques.
Estos barcos ajustan sus movimientos a partir de la disponibilidad del calamar. Entre junio y septiembre, y en tanto la especie prolifera en aguas del Pacífico a lo largo de Sudamérica, la armada concentra la extracción en una franja que va desde el norte de Chile hasta las ya mencionadas Galápagos. A medida que agotan el recurso económicamente rentable, los capitanes mueven las naves hacia áreas de mayor abundancia.
Eso explica el escenario reciente en torno a las islas que son territorio de Ecuador. A fines de septiembre la flota comienza a trasladarse hacia el Atlántico Sur y ya para diciembre el grupo consolida la extracción junto al límite marítimo de Argentina. Así ocurre cada año, con intensificación en la última década aunque, vale destacar, esta depredación comenzó a tener apadrinamiento del Estado chino a partir del 2000.
Por supuesto que hay barcos del mismo origen que mantienen presencia en esta parte de América incluso en la época en la que no prolifera el calamar económicamente explotable. La actividad de esas unidades, entonces, se limita a pescar siempre de forma intensiva todo lo que el mar ofrezca sin distinción de especies.
¿Qué es lo que ocurre con esas miles de toneladas que abarrotan las bodegas de estos buques? La flota de 300 pesqueros se completa con alrededor de una docena de navíos dotados con cámaras de refrigeración que almacenan lo extraído y luego transportan esa carga a muelles en la región. El epicentro de las descargas de calamares en América del Sur es el puerto de Montevideo.
Operativo bajo un status de zona franca que beneficia con exenciones impositivas a las empresas marítimas internacionales -las pesqueras uruguayas pagan IVA-, y un régimen de funcionamiento comercial que excluye la inspección de la carga, la revisión de las condiciones de vida dentro de las embarcaciones, y las reglamentaciones de seguridad en general, la terminal de la capital de Uruguay acumula características casi a medida del negocio turbio que encarna la flota.
Los pesqueros ilegales chinos hacen base en el puerto de Montevideo, que alienta estas prácticas depredatorias.
Un saqueo multimillonario
Como expuso iProfesional en agosto pasado, sólo en la porción del Atlántico lindera con las aguas bajo control de la Argentina los barcos chinos enfocados en extraer calamar -"poteros", en la jerga- capturan a razón de 300.000 toneladas anuales. Semejante volumen le garantiza a la armada de pesca una recaudación del orden de los 700 millones de dólares en igual lapso.
"El desastre ambiental que se genera es incalculable. El calamar es el alimento principal de especies como la merluza común. Pero también es importante en la alimentación del cachalote, los pingüinos y muchas otras variedades de la fauna marina. Esta presión terrible que ejecuta la flota china viene generando una catástrofe. Junto con el plancton, el calamar es la base de toda la cadena alimentaria del Atlántico Sur", especificó Schvartzman.
"A la par también hay un daño económico para el país. Los calamares que se descargan en Montevideo ahí mismo pasan otros barcos de carga, contenedores, que luego tienen como destino la Unión Europea y los Estados Unidos. En esos mercados muchas veces se comercializa como 'Made in China' el calamar que se pescó de forma ilegal en la Argentina", añadió.
Entre la retórica banal y los actos concretos
Por Javier Cornejo
Publicado en el diario El Tribuno 10 de Mayo de 2010
Uno de los temas vertebrales de esta columna es la relación argentino-británica. Los recientes sucesos en la plataforma “submarina” fueron advertidos permanentemente y se destacó la dicotomía entre la retórica banal de la Cancillería Argentina, por un lado, y los actos concretos del imperio británico, por el otro.
Es de destacar que la vehemencia en la oratoria de
nuestras autoridades es directamente proporcional a los actos de gobierno que
la contradicen. Por ello, cobra esencial importancia lo que sucede en la
plataforma “marina” de nuestro país.
El 16 de noviembre de 2004 Néstor Kirchner y Hu Jintao firman una serie de acuerdos
comerciales. Se prometieron miles de millones de dólares que China haría llover
sobre Argentina. No llegó un solo dólar.
Pero sí, el 18 de enero de 2010, el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (¡pomposo título!), a través de Julián Domínguez, dicta la resolución Nº 5/10, por la que se autoriza a su subsecretario de Pesca, a suscribir un acuerdo de cooperación sobre pesca con el Ministerio de Agricultura (escueto título) de la República Popular China (un subsecretario decidiendo cuestiones de competencia del Congreso).
Veamos tal acuerdo: artículo I del Anexo: “...en
base al principio de igualdad y beneficios mutuos...”, “...intereses comunes de
ambas partes en el desarrollo económico y de la pesca en beneficio recíproco...”
(sic). (La Nación, 4 de febrero de 2010).
La subestimación al entendimiento del pueblo argentino es suprema. Es
verdaderamente insólito que se pueda acordar sobre la pesca con China en tales
bases, cuando no hay registro en toda la historia de la pesca mundial que una
embarcación pesquera argentina hubiera pescado en territorio marítimo chino.
Lo contrario es la constante
En el mundo, hay 95.000 buques pesqueros. China cuenta con 40.000 poteros y factorías que en su mayoría se encuentran en el área austral (los argentinos, por su capacidad obsoleta, son irrelevantes). “Conformación de joints-ventures entre empresas argentinas y chinas...”. Tal cosa sólo le interesa a los titulares de las mismas. No al pueblo argentino que se debate en la caída en los límites de la pobreza a la miseria más espantosa, en desnutrición flagelante en innumerables regiones nacionales, mientras nuestros funcionarios regalan nuestro litoral marítimo, riquísimo en fauna de calamar, illex argentinus, merluza, langostino e innumerables especies más. Barcos que se destinan a pescar en todos los mares del mundo que se habrán de retirar solo cuando el recurso se haya depredado totalmente, sin control alguno por parte de nuestras autoridades.
La última información fidedigna con que se cuenta data de 2004 en que la FAO informa sobre capturas (FAO Área 41): la friolera de 945.000 toneladas capturadas bajo licencia inglesa en el área de Malvinas y, si le asignamos el bajísimo valor de US$ 900 la tonelada, constatamos que en diez años se llevarán recursos pesqueros argentinos por un monto estimado en US$ 8.505 millones de dólares. Monto que supera al polémico Fondo del Bicentenario del BCRA (César Lerena. Pesca la moneda de cambio).
El único “interés común” es convalidar la pesca china en el Atlántico Sudoccidental argentino con las empresas que le brindará apoyatura terrestre en el continente, apoyo logístico portuario. De igual manera a la acción que realizarán empresas petroleras “argentinas” (Petrobras recientemente adquirida por Cristóbal López) de brindar apoyatura continental a las empresas británicas que están extrayendo nuestro petróleo, del que ya no pueden ocultar su calidad.
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