"Nuestro principal problema es financiero, y así no hay política económica que aguante"
23 DE Julio 2023
Héctor Giuliano, licenciado en Administración y Finanzas y experto en Deuda Pública y Externa. Francisco Sotelo
"En la Argentina tenemos una economía real en crisis y una economía financiera en auge", aseveró el economista Héctor Giuliano. Al referirse a las incertidumbres en torno de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, consideró que se trata de una "puesta en escena para aparentar dureza; aunque simulan negarse al ajuste, lo hacen a través de la inflación, bajando los salarios y las jubilaciones reales, los planes sociales y la obra pública".
Experto analista del endeudamiento, estima que la deuda pública asciende a más de US$540 mil millones. Y que el Banco Central paga en concepto de intereses por las Leliq el equivalente a diez hospitales o más de cien escuelas cada día.
"Con tasas incomparables, el acaparador del crédito es el Estado, cada vez más comprometido por una deuda que se retroalimenta -destacó Giuliano en una entrevista con El Tribuno-. Con semejante necesidad de endeudamiento del Estado, la economía se queda sin posibilidad de inversión, producción y empleo de calidad. Tenemos los recursos para crecer, pero nos aplasta el peso de una deuda sobre deuda".
¿Cuál es la cuestión central en este el escenario preelectoral?
El cuadro de situación económico financiero, antes de las PASO. Lo cierto es que el problema principal de la Argentina es financiero antes que económico y, si no se resuelve, no hay política económica que aguante.
¿Cómo describe usted el problema financiero?
Las políticas monetaria, cambiaria y bancaria van a la par. En nuestro caso, el problema monetario es la inflación. ¿Qué hace el Banco Central con la emisión de moneda? En este punto hay un equívoco: la Argentina ha restringido la emisión siguiendo las directivas del Fondo Monetario. En cambio, está librando adelantos transitorios al Tesoro, manejándose con el tope que tiene autorizado por ley. El Banco Central, con las Leliq (Letras de liquidación) tiene un endeudamiento por $16.5 billones, a tasas nominales del 97%, que equivalen a tasas efectivas de 154%. Al 30 de junio, ese stock de Leliq equivalía a US$64.200 millones.
¿Cómo se llega al 154% de interés?
Por acumulación mensual de intereses sobre intereses. La tasa efectiva surge de capitalizar mensualmente los intereses. Tenemos un Banco Central con una voluminosa deuda en letras que vencen a corto plazo. Hay dos clases de deuda: la que está en cabeza del Tesoro nacional, es decir, el gobierno, que en este momento acumula unos 416 mil millones de dólares. El 67% en moneda extranjera y el 33% en pesos. Desde que asumió como ministro Sergio Massa, esa deuda en pesos se ha indexado, es decir, se ha dolarizado.
¿Y la del Banco Central?
Es la deuda quasi fiscal o paralela. El Banco Central emite Letras de corto plazo (menos de un año) y bonos, que vencen a más de un año. "Pagarés" del Estado que son tomados por bancos o grandes inversores. El Banco ofrece esos "pagarés", en pesos o dólares, con los que los grandes inversores se convierten en acreedores. Las Leliqs son letras a 28 días en poder de una decena de bancos, que no usan fondos propios sino los depósitos de los ahorristas.
¿Los depósitos de la gente?
Los ahorristas son, en general, grandes inversores, fondos internacionales que entran al país atraídos por la bicicleta financiera. Depositan dólares, se convierten a pesos y los bancos los colocan en letras de liquidación con la tasa más alta del mundo.
¿Cuánto suma la deuda pública nacional?
La deuda del Tesoro, más la del Banco Central, más fondos fiduciarios, deudas de provincias, municipios, juicios perdidos con sentencia en firme, así se conforma la deuda nacional. El gobierno mantiene en secreto el total de la deuda consolidada del país. Los datos que tenemos suman cerca de 540 mil millones de dólares, aunque seguramente es mucho más.
¿Cuál es el efecto del endeudamiento en los dos grandes problemas de los hogares, la inflación y el desempleo?
Las finanzas están matando a la economía. "Economía" es inversión, producción, comercialización… "Finanzas" nos refiere al arbitraje entre tipos de cambio, tasas de interés, colocación especulativa, bolsa, etc. En la Argentina tenemos una economía real en crisis y una economía financiera en auge. Mientras el asalariado, las empresas y los sectores productivos pierden, las entidades financieras y los bancos ganan. La economía se mueve con crédito y el crédito en la Argentina lo tiene acaparado el Estado. La mayor parte del dinero depositado en los bancos es usada por estos para prestarle al Estado, para que este a su vez aguante el pago de los intereses de la deuda pública.
Es decir, la economía no funciona porque la deuda se retroalimenta…
La tasa de interés es porcentaje que se cobra por el alquiler del capital prestado. La definición técnica es "usura". Y la usura "sobre" el Estado se convierte en usura "desde" el Estado: porque el Estado necesita más plata para pagar deuda y, ¿cómo la consigue?… bueno, aumentando impuestos, bajando los salarios y generando crisis en la economía que se traduce en desempleo. La economía está en crisis porque el dinero que se necesita para producir más se va a pagar esa usura. Con tasas nominales del 100%, como la deuda que coloca el Tesoro (tasas efectivas del 160% anual), en un año, pagamos como intereses una vez y media el capital.
¿Estamos como una familia cuyo jefe es timbero?
Más que timbero, ahorcado por una deuda perpetua. En el presupuesto de este año se prevén vencimientos de deuda por 103 mil millones de dólares. Ese monto se renueva la totalidad, pero se pagan los intereses. Pero además el presupuesto prevé un aumento de deuda de US$34 mil millones; sumando, el gobierno tiene que salir a pedir al mercado deuda nueva por US$137 mil millones.
¿Qué relevancia tiene el misterio que rodea las negociaciones de Massa con el FMI?
Creo que hay una teatralización; es evidente que no hay misterio: el gobierno no está cumpliendo con las metas del FMI. Eso sí, está haciendo un ajuste brutal, con inflación, y el FMI hace la vista gorda ya que está comprometido por haberle dado al ex presidente Macri un préstamo impagable. Fue la gota que rebalsó al vaso. Pero esa deuda con el Fondo es un 10% de la deuda total del Tesoro.
¿Solo nos queda resignarnos?
No, hay que sincerar la realidad. Si razonáramos al revés, y partiéramos de un plan económico para luego pagar la deuda sería otra la perspectiva. Pero acá se parte de cómo pagar la deuda y, después, ver cómo hacemos crecer la economía. Así, el Banco Central está pagando en concepto de intereses por las Leliq más de $40 mil millones por día. El equivalente a diez hospitales o más de cien escuelas cada día.
¿Podemos ilusionarnos con tener un país normal?
Bajo un esquema de deuda perpetua no hay proyecciones de crecimiento económico. Es un círculo vicioso. Para honrar nuestros compromisos tenemos que endeudarnos más. Este y todos los gobiernos se lamentan de la herencia recibida, pero no rompen el círculo.
¿Usted coincide con lo que dicen los partidos de izquierda de que no hay que pagar la deuda?
Eso es discurso de barricada. Una cosa es repudiar la deuda y otra, muy distinta, blanquear la insolvencia. La realidad es que la Argentina no puede pagar y por eso retroalimenta la deuda con la refinanciación sin límites. Pero la deuda está contraída en términos legales. Lo que debe hacer un gobierno es, con un plan de gobierno, forzar una renegociación que nos saque de la trampa de la usura.
¿Cómo se hace?
Es como si se tratara de un concurso de acreedores: se suspenden los pagos hasta saber cómo podemos pagar, auditar la deuda, porque hay muchas irregularidades a lo largo de todos los gobiernos y definir las responsabilidades. Si no nos liberamos de la trampa financiera, la especulación seguirá matando a la economía.
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