Por Ing. Juan Carlos Quiroga 27-02-2024
La humanidad está en un punto evolutivo, técnico y científico, en el que puede prescindir de trabajar, puede dedicarse a elevar su conciencia espiritual y social dedicándose a estudiarse y conocer aún más. El gran impedimento es como nos mentimos tan hábilmente para mantenernos en el adictivo sistema financiero.
Podemos proponer la tecnología en todos nuestros ámbitos, educativo, sanitario, infraestructuras, político; proponer la tecnología IA, que yo le llamaría mejor TSPD, tecnología de super proceso de datos, aunque queramos optimizar nuestra vida con esto, siempre impondremos una condición ineludible, el adictivo y sobornable sistema financiero. Y aquí la gran pregunta ¿cómo hacemos para vivir sin dinero? La pregunta equivocada para justificar nuestra zona confortable, la pregunta que no tiene respuesta.
Por ineludible entropía, vamos hacia un colapso, que puede ser catastrófico o no, una concatenación de hechos nos está llevando a un punto diferente al que vivimos hoy, gracias a la mano de los avivados que viven de las actuales ciudades ANTI-sostenibles, donde millones de habitantes viven el sueño del progreso de un bienestar utópico, que como las cloacas de la misma ciudad contamina más que lo que pueden conseguir de pureza ciudadana.
Estamos sentados sobre la máquina de perpetua energía y unos pocos nos convencieron que es mejor no usarla, porque perderíamos saborear el dolor de no tenerla. Por supuesto que no es visible para nuestro conocimiento, o sea por más que yo la describa y señale donde está, van a pasar dos cosas, que sea inentendible y haya bostezos, o que sí la ven se defiendan de mantener los logros obtenidos con el DEBE-HABER (más debe que haber) de la esclavitud financiera, despreciando mi postura, y hasta intenten censurar mis ideas. La máquina de movimiento perpetuo está probada que no existe, las leyes de la termodinámica lo prueban, lo prueban a nivel físico practico humano. Pero si tenemos y vivimos sobre una máquina de movimiento constante que, probablemente, funcione durante muchos miles de millones de años, muy superior a nuestra expectativa de vida, y muchas generaciones más. Nuestro planeta, la tierra, nos provee de un sistema energético constante que quizás se agote en millones de años, Pero es más fácil vivir en la economía financiera, que nos da la posibilidad de la esclavitud.
Hasta aquí con lo ya descripto, hay una avalancha de preguntas que no pueden responderse, ya que no hay análisis conceptual ni conocimiento sobre la idea social de “Libertad económica total”, por lo tanto, cualquier pregunta que se haga no tiene respuesta, o la respuesta será un sinsentido.
Era lo que pasaba con Thomas Malthus en el siglo XVIII
Thomas Malthus (1766-1834) tenía un punto ciego, una mutilación en su comprensión de la economía de la sociedad, que se hereda hasta nuestros días, algo que ni siquiera expresándolo aquí, se puede conceptuar.
Influenciado por Adam Smith (1723-1790) este señor, tutor de un joven duque, con una pensión vitalicia, aprovecho de su tour por Europa para recopilar datos de la vida económica de esa época en particular, escribiendo “La riqueza de las naciones” que más que un tratado de economía, es el anecdotario de una persona subsidiada, que no trabajó ni tuvo nunca un negocio.
Al igual que él, Thomas Malthus (Clérigo sin necesidad de preocupaciones económicas) no podía ver que la sociedad pudiera comportarse de una forma diferente a como lo venían haciendo desde hace cientos de años, porque es algo que siempre hicieron, y estaba fuera de cuestionamiento, desde el botón de su camisa hasta la fórmula más sólida en política y economía.
Inamovible, en sus principios de recursos limitados, agorando una humanidad que sucumbe en un oscuro abismo de necedad, aunque estemos sentados en una máquina de recursos ilimitados.
Por herencia conceptual dos economistas del siglo XIX arraigaron a la sociología común el sistema financiero económico, ambos impactados por dos guerras mundiales.
John Maynard Keynes (1883-1946)
Friedrich Hayek (1889-1992)
Fórmulas conceptos y tratados, que siguen inamovibles hasta nuestros días, mutilados de cualquier otro concepto de vida que no sea la forma de vida social que veía Malthus.
¿Hay otra forma de vida social? ¿Se puede lograr la total estabilidad económica y paz social? La respuesta es SÍ, pero no como estamos viviendo ni política, ni económicamente.
El sistema financiero, sostenido y halagado por todos los economistas, para los cuales es imposible desvincular del sistema social, tiene un impacto de sometimiento humano, una esclavitud a vivir en una deuda perpetua, soportada con diferentes grados de aceptación, pero sin rechazarla, dado que cuando se ponen en la balanza de los pros y los contras, siempre termina ganando el sostenimiento del sistema financiero.
El actor Paul Piff devenido en asistente de profesor de psicología social hizo unos estudios de cómo afecta el dinero a las personas, volviéndolas más insensibles o desaprensivas, en supervivientes muy manejables. Cuando presento sus estudios en TED, concluyó en parte lo siguiente:
“Lo que estamos encontrando es que, cuanto más rico eres, más probable es que persigas una situación de éxito personal, de logro y realización, en detrimento de los demás a tu alrededor. He trazado aquí el ingreso familiar promedio recibido por quintiles para el 5 % superior de la población en los últimos 20 años. En 1993, las diferencias entre los distintos quintiles de la población, en términos de ingresos, eran bastante notorias. No era difícil ver que hay diferencias.
Pero en los últimos 20 años, esa diferencia significativa se ha convertido en una gran brecha entre los de la parte superior y los demás. De hecho, el 20 % de la población posee cerca del 90 % de la riqueza total en este país. Estamos en niveles sin precedentes de desigualdad económica. Lo que significa que la riqueza, no solo se está concentrando más en manos de un pequeño grupo de individuos, sino que el sueño estadounidense se está haciendo cada vez más inalcanzable para una creciente mayoría de nosotros. Y si es el caso, como hemos encontrado, cuanto más rico se es, más se siente con derecho a esa fortuna.
Lo más probable es darles prioridad a los intereses propios por encima de los de los demás, y estar dispuestos a hacer lo necesario en función de ese egoísmo. Y no hay ninguna razón para pensar que esos patrones van a cambiar. De hecho, hay muchas razones para pensar que se volverán peores. Así se vería si las cosas siguen igual, a la misma velocidad lineal, en los próximos 20 años.” (Estudio hecho en EE.UU)
La extensión de la brecha entre ricos y pobres pone de manifiesto:
El economista y operador financiero Warren Buffet, explica en sus entrevistas cómo funciona el sistema social financiero, como es la forma de escalar en la sociedad, tal como está planteada nuestra dependencia económica. Pero todas estas ideas las podemos potenciar, revelando para nosotros mismos, el origen básico de la ecuación, o sea tomar conciencia de que sucede realmente. Ser rico en esta sociedad, financiera, implica sostener la pobreza y la clase media gastadora, y en una proporción de más gastadores/pobres cuanto más ricos queramos ser. Tal cual lo demuestra Paul Piff. De otra forma la ecuación se rompe, porque el equilibrio de esta hace desaparecer al rico y al pobre, los estigmas que sostienen las sociedades, no importan la política o sistema económico, necesitan de estas diferencias, son las bases de enseñanza de todas las escuelas, universidades. Y forma la arquitectura básica de ser ciudadano, por eso nos choca de sobremanera dejar de hacer o pensar como nos enseñaron, no nos gusta vernos desnudos de nuestras adicciones. La economía mundial actual no concibe, bajo ningún aspecto, que deje de haber pobres, por eso es que Warren Buffet no ve el sarcasmo de sus propias definiciones cuando se refiere a los pobres. Lo que determinan sus palabras con respecto a ser ricos, y tener un lugar de holgura en este sistema financiero, es convertirnos en “lobos” depredadores financieros, impiadosos, y cínicos, para poder hacer dádivas con las sobras.
Ahora mismo en las redes sociales más populares, que están sostenidas por el sistema financiero, han aparecido muchos sitios con promoción de sistemas agroecológicos, aprovechamiento de la energía eólica y del mar, para soporte de miles de familias, como también sistemas de recuperación de agua del aire que compiten con las mejores perforaciones de pozo. Esto es una contradicción al sostenimiento del sistema social actual, ya que si se usara logística y se implementara en una escala mayor, desaparecerían las ciudades tal y cual las conocemos, como también el esquema social de trabajo y político, por lo tanto es de deducir que estas novedades son avances tecnológicos que no pueden mantenerse ocultos, y que se muestran para ir sondeando la población que pueda adaptarse, la gran mayoría no podrá, es como proponer un colapso controlado, frío e impiadoso.
Cualquiera puede deducir que, si tenemos una máquina de energía constante con costo cero y agotamiento mecánico a millones de años, como las que ya se insinúan, se trastocarían todos los valores del mercado financiero, provocando un cambio entrópico ineludible, que, aunque lo leemos y lo entendemos, no lo comprendemos, nuestro punto de confort nos ciega a percibirnos en ello.
Mientras tanto seguimos insistiendo en una arquitectura e ingeniería, que no contempla pasos fundamentales, en la expansión demográfica de viviendas:
1 - Construir primero un reciclado, individual y/o colectivo, de aguas grises o cloacas
2 – Reciclar y recolectar el agua ambiente en particular y colectiva
3 – Auto proveerse de energía, en particular, por medios solares, eólicos, y acuamotríces.
4 – Estructura modular de equilibrio térmico y cooperativo a nivel colectivo
5 - Orientación cardinal de bajo impacto ambiental y alto rendimiento energético.
6 – Aprovechamiento autónomo de agricultura hidropónica o de técnica reducida.
Seguimos insistiendo con el modelo de ciudad defectuosa contaminadora, construida sobre una base cloacal contaminante y siempre deficiente, dependiente de suministros que está a kilómetros de distancia y resultan más caros que la adquisición individual colectiva, pero que son naturales a un sistema económico que relaciona servicio, salario, deuda.
¿habrá un arca tecnológica donde ya están a salvo algunos? ¿Caeremos dócilmente en la selección de los más aptos con estos filtros digitales? ¿Quiénes serán observadores o actores en esta dramática batalla de “Leningrado” mundial, donde nos siguen enviando a la muerte, sin recursos, y sin saber qué pasa?
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