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viernes, 4 de octubre de 2019

Hemos perdido el control

Las reuniones de humanos en cualquier tipo de asamblea, general o particular, son presionadas por la tecnología a exteriorizarse por medio de la misma o pasar a ser ignoradas.
El pensamiento humano ahora debe pasar por el tamiz de la IA.




La globalización viral de la vigilancia de la IA
Oct 2 Publicado por Melvecs
La exportación más popular del mundo, justo detrás de armas, es la tecnología de vigilancia de IA. Las corporaciones y los gobiernos quieren venderlo, y todos los demás lo quieren. La industria se ha vuelto viral, infectando todo el planeta.
Todos lo hacen: corporaciones, regímenes, autoridades. Todos tienen los mismos motivos: eficiencia, facilidad de servicio, rentabilidad, todo bajo el término general de “seguridad”. Llámalo vigilancia o llámalo monitoreo de la ciudadanía global; todo se reduce a lo mismo. Estás siendo vigilado por tu propio bien, y tales casos deben considerarse como una norma.
Dadas las debilidades del derecho internacional y el hipo general que acompaña a los esfuerzos por formular un derecho global a la privacidad, pocas restricciones o problemas de este tipo preocupan a los que están bajo vigilancia. Todo el negocio está floreciendo, un complejo viral que no corre el riesgo de reducirse.
El Carnegie Endowment for International Peace ha publicado un informe desconcertante que confirma ese hecho, aunque utiliza irritantemente un índice para hacerlo. Su enfoque es la tecnología de Inteligencia Artificial (IA). Se ofrece una especie de definición para AI, que es “un sistema integrado que incorpora objetivos de adquisición de información, principios de razonamiento lógico y capacidades de autocorrección”.
Cuando se dice así, todo el asunto parece benigno. El aprendizaje automático, por ejemplo, “analiza una gran cantidad de información con el fin de discernir un patrón para explicar los datos actuales y predecir usos futuros”.
Hay varios aspectos perturbadores proporcionados por el autor del informe, Steven Feldstein. Se observa la relación entre el gasto militar y el uso de los sistemas de vigilancia de IA por parte de los estados, con “cuarenta de los cincuenta principales países de gasto militar del mundo (basados ​​en gastos militares acumulativos) también [que usan] tecnología de vigilancia de IA”. En 176 países, datos recopilados desde 2017 muestra que las tecnologías de vigilancia de IA no son simplemente buenas tarifas domésticas sino un próspero negocio de exportación.
La inclinación ideológica del régimen en cuestión no es obstáculo para el uso de dicha vigilancia. Las democracias liberales se señalan como usuarios principales, con el 51 por ciento de las “democracias avanzadas” que lo hacen. Ese número, curiosamente, es menor que “estados autocráticos cerrados” (37 por ciento); “Estados autocráticos electorales / autocráticos competitivos” (41 por ciento) y “democracias electorales / democracias liberales” (41 por ciento). El taxonomista político corre el riesgo de ahogarse en minucias en este punto, pero la realidad escalofriante se destaca: todos los estados son adictos a las dietas de las tecnologías de vigilancia de IA.
Feldstein señala que los estados “autocráticos y semi-autocráticos” abusan más de la vigilancia de la IA “que los gobiernos de las democracias liberales”, pero las comparaciones tienden a colapsar en la carrera mundial por la superioridad tecnológica. Rusia, China y Arabia Saudita se señalan como “explotando la tecnología de inteligencia artificial para fines de vigilancia masiva”, pero todos los estados buscan el Santo Grial de la masa, preferiblemente vigilancia sin orden judicial. Las revelaciones de Edward Snowden en 2013 hicieron más que cualquier otra cosa para burlar la pintoresca noción de que aquellos que profesan salvaguardas y libertades son necesariamente conscientes de las tendencias desbocadas de su establecimiento de seguridad.
El nexo entre corporaciones y estados es indispensable para la vigilancia global, una relación simbiótica que resiste la regulación y los principios. Esto tiene el efecto adicional de destruir cualquier distinción creíble entre un estado supuestamente más conforme con los estándares de derechos humanos y aquellos que no lo son. El hilo común, como siempre, es la compañía de tecnología. Como señala Feldstein, además de China, “las compañías basadas en democracias liberales, por ejemplo, Alemania, Francia, Israel, Japón, Corea del Sur, el Reino Unido, Estados Unidos, están vendiendo activamente equipos sofisticados a regímenes desagradables”.
Estas tendencias están lejos de ser nuevas. En 1995, Privacy International publicó un informe con el título inconfundible Big Brother Incorporated, una descripción general de la tecnología de vigilancia que se conoce como el Comercio de Represión. “Gran parte de esta tecnología se utiliza para rastrear las actividades de disidentes, activistas de derechos humanos, periodistas, líderes estudiantiles, minorías, líderes sindicales y opositores políticos”.
Las corporaciones sin ninguna lealtad particular, excepto las ganancias y los accionistas, como la firma británica de computadoras ICL (International Computers Limited) fueron identificadas como diseñadores clave detrás del sistema automatizado de libretas sudafricanas, la firma destacada del Apartheid. En la década de 1980, la compañía israelí Tadiran, muy en consonancia con una rica tradición del Comercio de Represión, suministró a la política asesina de Guatemala listas de muertes computarizadas en sus esfuerzos de “pacificación”.


Investigadores crean el primer mapa de emociones y sentimientos y las zonas del cuerpo que activan
pijamasurf
Un mapa de calor de todas las sensaciones humanas subjetivas
Por más mental que parezca, cada sensación o emoción humana tiene un correlato fisiológico, y un grupo de investigadores finlandeses ha creado el primer mapa comprensivo de lo que llaman "sensaciones subjetivas", lo cual abarca lo que comúnmente se conoce como emoción (amor, miedo, odio, etc.) y sensaciones como el dolor de cabeza o el deseo sexual.
Para realizar el mapa se tomaron en cuenta los sentimientos reportados de más de mil personas, a las que se les pidió que dijeran en qué lugar del cuerpo sentían cada sensación. "Hemos encontrado pruebas sólidas que demuestran que el cuerpo está implicado en todas las funciones cognitivas y emocionales. En otras palabras, el espíritu humano está fuertemente encarnado", dijo Riitta Hari, una de las autoras del estudio.
Los resultados de esta investigación se han publicado en la revista científica PNAS. La idea es hacerse consciente de los diversos sentimientos que definen la experiencia cotidiana de ser seres humanos con conciencia, así como descubrir de dónde proceden y con qué otros sentimientos se relacionan.

Los investigadores separan las sensaciones en positivas o negativas y luego en aquellas vinculadas a la enfermedad, la homeostasis o la cognición. En estos cinco grupos se puede clasificar cualquier sensación humana.
Además, los científicos crearon una especie de huella dactilar corporal, en la que vinculan cada sensación con el área del cuerpo (o las áreas) donde se siente algo. Cuando una persona está triste (o enojada, o enamorada), esto generalmente se siente en ciertas partes del cuerpo; pero también leer o respirar produce una cierta zona de calor. Esto puede ser muy útil para reconocer ciertas emociones negativas y no ceder a sus inercias de descontrol, algo que se suele practicar en la meditación budista. 





 


El sistema SIBIOS
Por Javier Cornejo
Publicado en el diario El Tribuno el 15-10-2012


El 9 de enero de 2012, en la página 22 de El Tribuno bajo el título: “La identificación biométrica en el país”, explicitaba su significado y alcances, y la expansión del sistema a la AFIP. En una palabra, a todos los habitantes y hasta el más recóndito lugar de país (puede consultarse fácilmente por internet).
Este sistema de identificación recibió el nombre de SIBIOS (Sistema Federal de Identificación Biométrica).

Peligros

Es de destacar que el propio Reino Unido de Gran Bretaña, hace más de dos años desmanteló un sistema parecido ante la insostenible presión pública que lo catalogó como un programa invasivo de la intimidad de las personas (Katitza Rodriguez Electronic Frontier Foundation).
En la justificación de su implementación se esgrime que “el sistema mejora la seguridad y puede controlar a los delincuentes”. (Discurso de la Presidente Cristina Fernández del 7/11/11, en el anuncio de su implementación).
Ante ello es preciso preguntarse: ¿Dónde queda la libertad y privacidad de los no delincuentes?.
Este SIBIOS creado por Decreto N: 1266/11 para “enriquecer” el Registro Nacional de las Personas (RENAPER) debe relacionarse con la Ley 26.734, denominada “ley Antiterrorista”, que reformó el Código Penal (aprobada en tiempo récord por ambas Cámaras en diciembre de 2011) .
Esta ley fue pedida por el Departamento de Estado de EEUU a través del Grupo de Acción Financiera (GAFI).
Es una herramienta jurídica destinada a “criminalizar las protestas sociales” al categorizar a la “protesta” como un delito. Además esta herramienta jurídica es una eficaz arma de atemorización, disuasión y desintegración de los lazos de las redes sociales.

Curioso

Inaugurando esta herramienta la Sra. Presidente el 8 de abril de 2012, pidió a los jueces que “agarren el código penal, identifiquen a los que hacen estos actos y actúen en consecuencia” en razón de que el 2 de abril hubo un “acto de vandalismo” por quienes se “visten con ropaje pseudorevolucionario y en plena democracia, con plena libertad, como nunca antes se ha visto, sucedan estas cosas” frente a la Embajada del Reino Unido de Gran Bretaña. Allí un grupo de manifestantes repudiaron la presencia de empresas inglesas en el país y prendieron fuego a banderas británicas.

Cacerolazos

Es decir, que por aplicación de la ley 26.734 en base a los datos de las personas recopilados en el Renaper por el Sistema SIBIOS, en cualquier intento de queja en la geografía argentina y por cualquier tema, están supercontrolados e “identificados” en forma fehaciente e indubitable todos sus participantes.
La anticipación en la preparación de este “arsenal informático jurídico” por parte del Gobierno Nacional, hace suponer, sin lugar a dudas, que la previsión y tratamiento de estallidos de conflictos sociales en nuestro país, ya se encuentra previsto en varios capítulos atrás del manual de procedimientos que se aplica a rajatabla en pos de objetivos totalmente desconocidos por el dislocado pueblo argentino.

Si los datos que el sistema recopila son puestos en manos de “Vatayones Militantes”, las consecuencias no hace falta que sean esclarecidas. Los lectores de esta columna sabrán entenderlo perfectamente.

 



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