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viernes, 11 de octubre de 2019

Perderemos la voluntad pasivamente?

en una conversión imperceptible?



La Inteligencia Artificial debe ser vigilada de cerca: Brad Smith de Microsoft, alerta sobre su desarrollo incontrolado
10 Octubre 2019, 04:15 Jose Antonio @josetxu_granada
Puede que a muchos les pueda sonar a broma, pero hasta no hace mucho tiempo, el miedo a la Inteligencia Artificial al ver a esta como una amenaza para la raza humana era una fobia bastante extendida. De hecho, ya lo vimos en esta charla en nuestro episodio uno de la segunda temporada de Captcha en la que vimos como es un miedo infundado.
No obstante parece que no todos lo ven así y muchos piensan que Skynet o Matrix y la revolución de las máquinas está a la vuelta de la esquina. La inteligencia artificial puede ser una amenaza y así en la Cumbre GeekWire 2019, el Presidente de Microsoft, Brad Smith, ha dado su visión, un tanto pesimista al respecto.
 ¿Es una amenaza la Inteligencia Artificial?

Smith puso como motivo de dicha visión un tanto negativa, el accidente de aviación acaecido en la zona del Estrecho de Puget, en la que un avión con pasajeros y tripulantes padeció un accidente debido a un sistema automático que no pudieron inutilizar desde cabina llegado el momento.
El software y su premisa eran magníficos, puesto que se encarga de detectar un exceso en la inclinación del aparato si esta es muy elevada, bajando el morro y disminuyendo la altura en consecuencia. El problema es que en este caso fallaron las mediciones y la tripulación en cabina no pudo desactivar el sistema con el consecuente trágico final.
Esta situación ha sido la "excusa" para Brad Smith, que justifica que el desarrollo tecnológico es elogiable, pero debe ser siempre controlado. Y en el caso de la Inteligencia Artificial y los sistemas que la incorporan, estos deben contar una especie de botón del pánico o de emergencia que permite desactivarlos.
Y que conste, no es el único caso. A nivel más terrenal y mucho más cercano a la inmensa mayoría de usuarios, tenemos los casos de atropellos a personas por parte de coches autónomos.
Se trata de garantizar la primacía de las decisiones humanas en ciertos momentos y en determinadas circunstancias en las que la toma de decisiones de un sistema basado en inteligencia artificial no sea todo lo adecuado que debiese.
Brad Smith no cesó en ese punto en su crítica hacia el uso de la Inteligencia Artificial tal y como la conocemos hoy día. Toda la sociedad y toda la industria deben adquirir conciencia del camino que están tomando:
"Somos la primera generación que decidirá cómo las máquinas tomarán estas decisiones, qué tipo de principios éticos guiarán su toma de decisiones. No hay presión, pero es mejor que lo hagamos bien".
Hemos visto como hay drones y "máquinas de guerra" que ya han matado a personas de forma autónoma. Es sólo una parte del problema que hace que Smith afirma que se debe estudiar el posible riesgo de un desarrollo no controlado de la IA y el aprendizaje automático (machine learning). De hecho, ya vimos una opinión similar de manos de una ingeniera de Google.
Es un problema peliagudo. El desarrollo de una IA que en un determinado momento no pudiera incluso gestionar los propios sistemas de control impuestos por los seres humanos. El cruce de ideas y teorías está sobre la mesa y dará mucho que hablar.


Ingeniería de control social: adiós a los delitos y a la disidencia
Marcos Martínez @euklidiadas

La inteligencia artificial se está convirtiendo en un fenómeno global de control social. Así aparece reflejado en el informe ‘The Global Expansion of AI Surveillance’ de septiembre de 2019.
En paralelo, el informe ‘The Global Disinformation Order’ habla de la “propaganda computacional” y detecta al menos 70 países con campañas de desinformación.
La inteligencia artificial es una herramienta, o conjunto de ellas. Por tanto, puede usarse tanto para causas intrínsecamente buenas, como es la mejora de la medicina, e intrínsecamente malas, como es la generación de nuevas armas. La ingeniería de control social se enmarca en un gris oscuro, casi negro. ¿Está justificado manipular a la sociedad para evitar delitos?
¿Justificamos Gran hermano?
En cuanto uno pasea por los centros de las grandes ciudades europeas pronto nota la presencia de cámaras. Están ahí para prevenir delitos (disuasión), así como para que los cuerpos de seguridad los resuelvan en caso de cometerse. Como recalca el informe ‘The Global Expansion of AI Surveillance’, redactado por el Fondo Carnegie para la Paz Internacional, “la vigilancia estatal no es inherentemente ilegal”. Tampoco es mala per se.

Países con ciudades con sensores que transmiten datos en tiempo real para facilitar el servicio de reparto, la gestión municipal y la seguridad pública. | Fuente: Fondo Carnegie para la Paz Internacional
Existe un gran número de casos por los que la vigilancia está justificada e incluso apoyada por la población. Los dueños de los comercios de las zonas turísticas agradecen la presencia policial y el séquito de cámaras. Lo hacen porque estas trabajan en paralelo a sus intereses personales. Cuando hemos sido víctimas de hurtos, todos agradecemos una cámara cerca.
Pero también hay una gran cantidad de escenarios en los que la escucha vulnera los derechos básicos de los ciudadanos y se persigue cualquier tipo de disidencia. A veces incluso ciudadanos de países extranjeros, como puso de manifiesto Edward Snowden. En el vídeo de abajo, publicado por The Wall Street Journal, podemos ver cómo los alumnos tienen una banda en la cabeza que determina en tiempo real si prestan atención o no. La monitorización es total.
Some classrooms in China are equipped with AI cameras and brain-wave trackers. While many parents and teachers see them as tools to improve grades, they’ve become some children’s worst nightmare. #WSJWhatsNow pic.twitter.com/q1wyQcWdZw
— The Wall Street Journal (@WSJ) September 26, 2019
El informe mencionado dibuja una marcada línea divisoria entre un grado de vigilancia coherente para soportar el estado de bienestar y un manifiesto control “injustificado o arbitrario” que restringe los derechos de los ciudadanos. Y hemos cruzado esta línea con alegría.
¿España espía a sus ciudadanos?
Al menos 75 países, entre los cuales España está incluida, han desplegado tecnología de vigilancia controlada por inteligencia artificial. Según el informe, “las democracias liberales en Europa han acelerado a la hora de instalar controles de frontera automatizados, policía predictiva, ciudades seguras y sistemas de reconocimiento facial”. Y en este punto, nuestro país es un ejemplo.
Países con tecnología biométrica que usa cámaras para localizar individuos. | Fuente: Fondo Carnegie para la Paz Internacional 

En España pecamos de incorporar mecanismos de ciudades seguras que vulneran la privacidad o tecnología de reconocimiento facial, que en algunos casos puede resultar muy útil. También de hacer uso de sistemas policiales inteligentes, como VeriPol. Además, usamos tecnología estadounidense y china, lo que nos hace vulnerables al espionaje masivo.
Nos libramos, eso sí, de que la infraestructura del proyecto chino ‘Belt and Road Initiative’ sea incorporada a nuestro país. Aunque de todas formas, esta nueva ruta de la seda nos alcanza por transporte marítimo y ferroviario. El informe no parece indicar que España espíe a sus ciudadanos, pero sí que hemos abierto la puerta de par en par a que otros países lo hagan. Y de paso, manipulamos un poco.
Desinformación estatal ¿con qué objetivo?
El otro estudio mencionado, ‘The Global Disinformation Order’, también guarda relación directa con la ingeniería de control social. Aunque en este caso resulta difícil establecer un hilo conductor en algunos países, según informa la Universidad de Oxford.
Mientras que en países como China o Vietnam hay una marcada pauta estatal para desinformar (también hacen uso de tecnología policial y un sistema de puntos que verifica la afinidad al régimen), en otros países la desinformación viene por parte de grupos de la sociedad civil. En tan solo dos años ha aumentado un 50% los países que usan esta aproximación, con Facebook como red preferida para desinformar.
En ocasiones, incluso de partidos políticos en la oposición, como es el caso de España, donde “Politicians and Parties” (políticos y partidos) han entrado al juego de manipular la opinión pública. Entre sus objetivos están:
  • Desinformar y engañar (confundir) a la población.
  • ‘Trolear’ a disidentes políticos y periodistas.
  • Amplificar contenido afín a una ideología.
De hecho la publicación de sendos informes coincidió con un comunicado por parte de Twitter sobre cómo algunas iniciativas han tratado de usar la plataforma para manipular a las masas. Decenas de organizaciones han sido señaladas y miles de cuentas se han desactivado. En España fueron desactivadas 259 cuentas operadas por el Partido Popular.
La clásica propaganda de televisión
Aunque el avance los automatismos permite un crecimiento explosivo en bots y campañas dirigidas, la propaganda de brocha gorda sigue muy presente. No siempre es necesario hacer uso de la última tecnología del mercado.
Como ejemplo, el Partido Comunista de China ha regalado 620.000 televisores con objeto de que las familias sin recursos puedan ver los desfiles militares del 70º aniversario del nacimiento de la República Popular. Con una fuerte presión prodemocracia en Hong Kong (al escribir esto recibimos la confirmación de que un manifestado ha sido disparado por la policía hongkonesa), el Partido Comunista de China ha optado por saturar la atención de sus ciudadanos y suprimir mediante censura aquello que no quieren que vean.
Tecnología como la inteligencia artificial solo ha hecho estas campañas en contra de la disidencia y la información veraz algo aún más virulento. Se espera que empresas como Google o Facebook sigan los pasos de Twitter al denunciar manipulación política a fin de lograr un internet más transparente, y que los informes mencionados ayuden a valorar y restaurar la privacidad.


Los ensayos con CRISPR en humanos que ya están en marcha más allá de los bebés transgénicos
Juan F. Samaniego @ferjuangon
Un corta y pega a escala molecular. Eso es a muy, muy grandes rasgos la herramienta de edición genética CRISPR. Una tecnología que ha revolucionado la escena de la medicina y la biotecnología.
Mientras el mundo decide las líneas éticas que han de delimitar la edición del ADN humano, la investigación avanza a distintas velocidades. China empezó una carrera a la que se ha sumado pronto Estados Unidos y a la que el resto del planeta mira con interés. Las expectativas son altas. Esta combinación de ADN bacteriano y una enzima en el papel de tijera está llamada, entre otras cosas, a curar muchas de las enfermedades que a día de hoy carecen de tratamiento.
El boom de CRISPR
En 2002 se publicó el paper en el que aparecían, por primera vez, seis siglas: CRISPR. Las iniciales, en inglés de repeticiones palindrómicas cortas agrupadas y regularmente interespaciadas. Aquel artículo estaba firmado por cuatro investigadores de la universidad de Utrecht, en los Países Bajos. El grupo de científicos había bautizado como CRISPR un tipo de secuencia en el ADN de las bacterias que iba a revolucionar la genética.
Y había elegido el nombre de forma conjunta con el equipo de investigadores de Francis Mojica. De la mano del investigador alicantino se habían descubierto, en 1992, las primeras pistas de la existencia de este sistema de inmunidad adquirida de las arqueas. Un sistema que tardó casi una década en describirse por completo y nombrarse.
En 2003 se publicó otro paper y al año siguiente, ninguno, tal como recoge en su web Lluís Montoliu, científico del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC. Al cabo de una década se habían publicado 669 artículos científicos sobre CRISPR. Era 2013 y se acababa de sugerir la potencialidad de esta herramienta en la edición genética. El año pasado, según Nature, se publicaron más de 5.000 papers.
CRISPR ha acaparado la atención científica durante esta década y su protagonismo no ha hecho más que empezar. En 2015, sin bombo ni platillo, China empezó a probar terapias genéticas CRISPR en humanos. Los primeros bebés cuyo ADN había sido editado nacieron 2018, ante el asombro de la comunidad científica. Y a estas alturas de 2019 hay ya una veintena de estudios médicos en marcha, casi todos repartidos entre Norteamérica y China, que implican el uso de CRISPR, según la base de datos de la National Library of Medicine de Estados Unidos. Estos son algunos de los más destacados.
Edit-101: buscando curar la ceguera
En julio del año pasado, las compañías Editas Medicine y Allergan, en colaboración con cuatro centros de investigación de Boston, Florida, Michigan y Portland, todos ellos en Estados Unidos, recibieron el visto bueno para iniciar el que se considera el primer ensayo clínico in vivo de un fármaco de edición genética. El objetivo es desarrollar una cura para un tipo de ceguera hereditaria, la amaurosis congénita de Leber tipo 10.
El fármaco, denominado Edit-101, contempla que CRISPR trabaje directamente en el cuerpo humano. Es decir, los pacientes reciben una inyección con un gen corregido que no causa la ceguera, y CRISPR se encarga de reemplazarlo directamente en el organismo. Además de buscar una cura, estos ensayos servirán para medir los riesgos potenciales de la edición genética in vivo.
China y el intento de eliminar el VIH
Durante los últimos dos años, científicos de la universidad de Beijing han estado intentando desarrollar un sistema basado en CRISPR para luchar contra el VIH, el virus causante del SIDA. Los resultados de su primer experimento acaban de ser publicados y, aunque no han logrado el objetivo final, aseguran que el tratamiento no ha generado efectos secundarios en el paciente. Una vez más, se testea tanto la eficacia del procedimiento como la seguridad de la tecnología CRISPR.
Durante algo más de un año, una persona con VIH y cáncer de sangre tuvo en su cuerpo una serie de células madre editadas para imitar una forma rara de inmunidad natural al virus del SIDA. Estas células sobrevivieron durante 12 meses sin causar efectos secundarios. El problema, aseguran los investigadores, fue que la cantidad de células inyectadas no era suficiente para combatir el virus.
El estreno de EE.UU. y la cura del cáncer
El primer ensayo clínico de terapias CRISPR en Estados Unidos lleva poco tiempo en marcha. Y el objetivo no es poco ambicioso. Hace poco menos de un año, investigadores de la Universidad de Pensilvania iniciaron las pruebas de un tratamiento que busca modificar las células T, un tipo de linfocito clave en el sistema inmunológico humano, para que sean capaces de combatir ciertos tipos de cánceres. Por el momento, se trabaja con 18 pacientes con diferentes tipos de cáncer, como sarcoma y mieloma múltiple.
En este caso, el uso de CRISPR se hace fuera del cuerpo humano. A los pacientes se les extraen sus células T. En el laboratorio, se modifican sus genes para que puedan identificar una clase de célula cancerígena y atacarla. Después, se devuelven las células T a los pacientes y se esperan los resultados. Funciona como una inmunoterapia, el tratamiento para el cáncer que estimula las defensas naturales del cuerpo, pero con el apoyo de CRISPR.
Aunque se esperan resultados preliminares antes, el equipo investigador asegura que no se podrán obtener resultados definitivos antes de 2033.
La importancia de la forma de los glóbulos rojos
La anemia de células falciformes no es una enfermedad muy conocida. Pero quienes la padecen sufren dolor crónico, hinchazón de las extremidades y anemia. Está causada por la simple sustitución de una base por otra (timina por adenina) en una proteína (globina beta) de un único cromosoma (el 11). Este pequeño cambio provoca que los glóbulos rojos adquieran una forma de hoz (normalmente son como discos) y transportan menos oxígeno en la sangre.
Desde finales del año pasado, la Universidad de Columbia, el hospital infantil de Filadelfia y las empresas Vertex Pharmaceuticals y CRISPR Therapeutics estudian cómo las células madre de los pacientes, editadas mediante CRISPR en laboratorio, pueden producir menos hemoglobina falciforme. Y cómo una vez reintroducidas en el cuerpo mejoran la salud de los enfermos. Los ensayos concluirán en 2022 y podrían abrir nuevas vías de investigación para el tratamiento de enfermedades raras.
Desde tratamientos contra la tuberculosis y la leucemia hasta curas para el síndrome de Kabuki o la hipertermia, la lista de investigaciones en curso para poner a prueba la tecnología CRISPR no deja de crecer. Mientras, el debate sobre hasta dónde merece la pena correr el riesgo de editar nuestros propios genes sigue abierto.
Imágenes | Unsplash/Drew Hays, Pixabay/8385, madartzgraphics, DarkoStojanovic


Crean el nuevo ordenador cuántico más potente del mundo: 79 qubits
Ciencia
La computación cuántica ha avanzado mucho en los últimos años. La carrera por conseguir el ordenador cuántico con más qubits tiene a varios participantes, como Google, IBM o IonQ. Esta última fue fundada con el objetivo de demostrar que los iones atrapados son mejores que los basados en silicio que usan compañías como Google. Y ahora han demostrado que lo son, creando el más potente hasta la fecha con 79 qubits.
Triplican la cifra récord de qubits alcanzada hasta la fecha
Esta cifra supera con creces la alcanzada por Google de 7 qubits. Los porcentajes de error se sitúan también entre los mejores jamás vistos con un 99,97% de fiabilidad qubits únicos, por el 99,5% de la competencia. La tasa con qubits dobles es del 99,3%, frente al 95% de la mayoría de competidores.


La prueba de rendimiento que han utilizado se basa en el algoritmo Bernstein-Vazirani, el cual esperan que se popularice y estandarice para comprobar la habilidad de un ordenador para determinar un número codificado (llamado oráculo) cuando el ordenador sólo puede hacer una pregunta de sí o no. Cuando el algoritmo se ejecuta para todos los números en 1 y 2014, un ordenador convencional obtiene un 0,2% de aciertos. El ordenador cuántico obtiene un 79%.
Así, la compañía ha visto por primera vez cómo su apuesta de iones atrapados ha dado sus frutos, demostrando tener todas las ventajas que esperaban. Todos los ordenadores cuánticos aíslan y manipulan sistemas cuánticos para crear versiones cuánticas de los bits de los ordenadores, dando lugar a los qubits. Así, en lugar de ser 0 y 1, un qubit puede ser 0 y 1 a la vez, pero muestran como resultado un 0 o un 1.
El iterbio: elemento clave para no tener que mantener un ordenador cuántico a temperaturas bajo cero
El diseño de iones atrapados de IonQ reemplaza la versión de empresas como Google, IBM o Rigetti, que necesitan refrigeración a temperaturas muy bajas. Para ello, la compañía utiliza iterbio, un elemento metálico plateado blando de tierra rara que permite operar a temperatura ambiente. El iterbio ionizado se suspende en un campo electromagnético que oscila, donde es manipulado por los ingenieros que programan los láseres que introducen, almacenan y obtienen la información.
A pesar de ello, este sistema todavía presenta ciertos inconvenientes. Entre ellos encontramos que es lento a la hora de realizar operaciones y que requiere de equipos que son muy grandes en tamaño. No obstante, su precisión y escalabilidad serán su principal atractivo en 2019, donde empresas externas podrán usar el ordenador para realizar cálculos.
Aunque todavía hay superordenadores tradicionales más potentes que el mejor ordenador cuántico, la diferencia cada vez va siendo menor. Todavía está por descubrir cuál va a ser el gran uso de los ordenadores cuánticos, pero no tardará mucho en descubrirse al paso que se va avanzando.

 




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