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martes, 16 de octubre de 2018

Nido, Nida o Nide?


Ataque a la poesía
La onda inclusiva está matando la poesía. Aprendamos a entender la inclusividad. No hay nada peor que quedarse fuera cuando llueve fuerte.
Por RAÚL 'BIGOTE' ACOSTA Periodista, conductor radial y televisivo, poeta, dramaturgo y ensayista santafecino, afincado en Rosario.
Martes 16 de octubre de 2018

No exageren, por favor.

"Volveren les oscures golondrines
en tu balcón sus nides a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugande llamarén.
Pero aquelles que el vuele refrenaben
tu hermosure y mi diche a contemplar,
aquelles que aprendieron nuestres nombres...
ésas... ¡no volverén!"
(versión inclusiva de un poema de Gustavo Adolfo Bécquer).

ROSARIO. Hay más, la inclusividad es un bien preciado que debemos defender
Puedo escribir les verses más tristes este noche. Escribir, por ejemple: "Le noche esté estrellade, y tiriten, azules, les astres, a le lejes".

Gustavo Adolfo Becquer y Pablo Neruda no presentarán amparo alguno. No, al menos, en el juzgado de Claudio Bonadío. Se tendrían que cruzar con "les presidentes".
Rodolfo Fito Páez es mas impredecible. "¿Quién dije que todo esté perdide? Yo vengue a ofrecer mi corazón. Tanta sangre que se llevé el rí­o, Yo vengue a ofrecer mi corazón…". Es Fito. Algo debería decir.

El más importante músico, compositor y poeta popular de la segunda mitad del siglo XX no le da importancia a estas cosas. Se reiría de la inclusividad, en un tema fundamental de la canción popular:
"Nace una flor, todes les días sale el sol. De vez en cuande escuches aquella voz
Cómo de pan, gustose de cantar en les aleros de mi mente con les chicharres. Pero a la vez existe un transformador Que te consume le mejer que tenés. Te tire atrás, te pide más y más y llega un punte en que no querés". Carlos García Moreno se reiría.
"De chiquilín te mirabe de afuere, como a eses coses que nunca se alcancen…"
"A briller mi amor, vames a briller mi amor…".

Discepolín y el Indio están curados de espantos varios.
"Febo asome; ya sus rayes iluminen el histórico convente; tras les mures, sorde ruide oír se deje de corceles y de acere…" Primicia. El sargento Juan Bautista Cabral se muere y pasa a la historia: "… muere contente, hemes batide al enemigue". Si antes no le creían, ahora menos.

El tío Ferdinando Saussure, tal como el primo Segismundo Freud, y hasta el mismísimo gordito Jacques Lacan, al igual que el espía de la CIA, ese Noam Chomsky, todos supercapos, definieron que uno puede decir "mesa" porque tiene los componentes y el que dice y quien escucha también y que el lenguaje (ese asunto de los fonemas originales, todos los fonemas primero, después desechamos según donde vivimos y qué escuchamos) esos fonemas, una convención entre pares, que nos dan un idioma, una música después, un álgebra antes y después, una sinapsis, un archivo, un potencial evocado, una corteza, un limbo, un fondo del cerebro animal en fin, la vida misma en su punto mas trascendente, el pensamiento, los muchachitos estos, mencionados en este párrafo, tal vez estén de acuerdo con el lenguaje inclusivo, porque les gusta la joda, saben y pueden.

Los que saben y pueden bromear lo hacen, bromean. No puedo. Asustan las bromas de los que no saben. La poesía, como dijese Juan L. Ortiz usando la Biblia, "la poesía sopla donde quiere" y acaso sea cierto, como es certero que a muchos no les gusta este asunto y tal vez se enoje y pida un amparo judicial Alfredo Le Pera. Un cantor de rap insistía: "Mi Buenos Aires queride, cuando yo te vuelve a ver, no habrá más penes ni olvides...". Vaya uno a saber qué sería de Carlos Gardel y estas cuestiones… hay placares tan antiguos… El lenguaje inclusivo está matando golondrinas y golondrines. Mi voto es no positivo.

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