DEUDA Y POLÍTICA FINANCIERA DEL BANCO CENTRAL
Por Héctor GIULIANO (19.4.2019)
El híbrido paquete de medidas anunciado por el gobierno
Macri para tratar de paliar durante los últimos meses de su mandato los efectos
de su fracaso en materia económico-financiera ha dejado en segundo plano ante
la opinión pública anuncios mucho más complejos y graves provenientes del Banco
Central (BCRA).
El 16.4 el titular del BCRA, Guido Sandleris, ofreció una
extensa conferencia de prensa - en su presentación del Informe de Política
Monetaria (IPOM) de Abril 2019 - que contiene definiciones importantes sobre la
actual Política Financiera (Monetaria, Cambiaria y Bancaria).
Los lineamientos básicos más relevantes ratificados y/o
ajustados así por parte del BCRA - en función del arreglo Stand-By (SBA) con el
Fondo Monetario Internacional (FMI) - son los siguientes:
a) El presidente del BCRA ratifica y enfatiza que el Tipo
de Cambio en la Argentina es Libre y Flotante, lo que en la práctica significa
institucionalizar la privatización del valor del Dólar y de todas las restantes
divisas en la plaza local a manos de los grandes operadores financieros que
mueven el Mercado de Cambios (Bancos, Fondos de Inversión, empresas bursátiles,
grupos multinacionales que manejan la liquidación de exportaciones de granos y
Organismos Internacionales cuyos desembolsos se utilizan para sostener las
variaciones cambiarias, con el FMI a la cabeza).
b) En línea con el punto anterior, el titular del BCRA declara
que el Banco no intervendrá – es decir, que no podrá comprar ni vender divisas
– mientras la cotización del Dólar se encuentre entre 39.75 y 51.45 $/US$, una
banda por ello denominada Zona de no Intervención (ZNI) del BCRA; y que estos
valores quedan fijos hasta fin de año.[1]
c) Además, dice que hasta el 30.6 el BCRA directamente se
auto-impone no intervenir en el Mercado ni siquiera para sostener la cotización
del dólar en caso que la misma baje del piso de la banda. Esto es, que no le
pone restricción a la apreciación cambiaria del peso.
d) En cambio, mantiene que si la cotización sube por encima
del techo de la banda fijada, el BCRA podrá intervenir aunque sólo con hasta
150 MD[2]
por día.
e) El Dr. Sandleris garantiza así una política de retraso
cambiario relativo porque congela y/o restringe la intervención del BCRA
mientras el país tiene una inflación superior al 50 % anual.[3]
f) Corresponde resaltar que las intervenciones con ventas
de 60 MD por día que desde esta semana pasada realiza el BCRA no se hacen con
recursos propios del Banco sino por cuenta y orden del Gobierno Nacional dado
que éste es el que recibe el desembolso de los 10.800 MD del FMI y prevé
aplicar 9.600 MD de ese total para sostener el tipo de cambio por vía
indirecta.[4]
g) El Comité de Política Monetaria (COPOM) del BCRA – que
integran su presidente Guido Sandleris, los vicepresidentes Gustavo Cañonero y
Verónica Rappoport, el director Enrique Szewach y el Sub-Gerente de
Investigaciones Económicas Mauro Alessandro – estableció además que la Base
Monetaria (BM, que hoy está en el orden de 1.35 B$), lo mismo que la ZNI,
quedará congelada también hasta el 30.6.[5]
h) El titular del BCRA, por otra parte, sostiene que la
Tasa de Interés de Referencia que determina el BCRA (lo mismo que la
determinación del Tipo de Cambio) tampoco es pública sino privada ya que –
según Sandleris – la Tasa la determina el Mercado a través de las subastas
diarias de Letras de Liquidez (Leliq) y Pases Pasivos.
i) De todas maneras, se ratifica que el BCRA subsidia la tasa de interés que le paga
a los acreedores financieros garantizándoles un piso del 62.5 % anual para las
Leliq (y Pases Pasivos) durante el mes de Abril, con opción a que esta medida
sea prorrogada durante el resto del año.
j) Sandleris reconoce que la actual Inflación es demasiado alta y la atribuye a dos
factores explicativos: el aumento de Precios/Tarifas de Servicios Públicos
(precios regulados que fija el gobierno) y el traslado de la Devaluación a
Precios, que incide fácticamente en todos los precios de la Economía y
particularmente en los Precios Mayoristas.[6]
k) El Gobierno Macri
espera que la próxima afluencia de dólares provenientes de la liquidación de
exportaciones de granos, unida a los desembolsos de los Organismos
Internacionales de Crédito (FMI, Banco Mundial, BID y CAF), le permita contener
el valor de la divisa con tendencia a la baja de su cotización, esto es, a un retraso
cambiario relativo durante el presente año electoral. Notablemente, es el mismo
procedimiento que el Macrismo censuró al gobierno Kirchner durante el año de las
elecciones del 2015.
l) El presidente del BCRA exhorta a los Bancos – y ha
tomado algunas medidas al efecto – para que disminuyan el spread o brecha de
ganancia que existe entre las tasas de interés que les paga por las Leliq (67
%) y las tasas que esos mismos bancos pagan a los ahorristas por plazos fijos
que utilizan para fondear sus compras de las letras al BCRA.[7]
m) El BCRA reitera que su política de Letras de Liquidez
(Leliq) para absorción monetaria en gran escala - que pagan altísimas tasas de
interés – son las herramientas necesarias para atraer pesos en el Mercado (vía
Plazos Fijos) para evitar que tales fondos se vayan al Dólar, con el aumento
consiguiente de su cotización. Pero ello se está logrando a costa de
transformar la ex Bomba de las Lebac en
nueva Bomba de las Leliq y Pases Pasivos.[8]
n) Este costo financiero extraordinario de la deuda
cuasi-fiscal del BCRA por Leliq y Pases es más gravoso y riesgoso todavía
porque los Bancos pasan a estar autorizados a usar la totalidad de las Leliq para
integrar sus encajes indisponibles, lo que implica en la práctica una
remuneración – una remuneración muy elevada - que obtienen sobre tales encajes:
una suerte de nueva Cuenta de Regulación Monetaria (CRM), como la que regía en
la época de Martínez de Hoz.
o) Y todo ello se da en el marco de un desequilibrio
estructural de un BCRA que tiene 66.200 MD de Reservas Internacionales que
fueron compradas con Deuda, de manera que el stock de pasivos a corto y cortísimo plazo deviene superior a tales
reservas.[9]
Hasta aquí las principales observaciones y/o comentarios
sobre los contenidos de la conferencia de prensa del presidente del BCRA, Guido
Sandleris, del 16.4.2019.
Merece un comentario aparte la referencia de Sandleris
acerca de los riesgos de dolarización de carteras privadas en el año electoral,
que ya se han venido dando con daño a la posición de por sí sumamente grave del
BCRA y del gobierno Macri en general.
El titular del BCRA dice que un riesgo de este tipo hoy en
día es muy bajo porque Empresas y Familias ya abrían pasado a dólares el grueso
de sus ahorros y/o fondos disponibles y que los No Residentes (léase grandes
Fondos internacionales de Inversión) ya no estarían en el país desde el retiro
de circulación de las Lebac; pero ello no es tan así:
1. Que las Familias o Individuos tengan hoy menor capacidad
de ahorro es cierto pero la suma de pequeños ahorristas (lo que se llama el chiquitaje) no tiene relevancia en el
Mercado Cambiario.
2. Que las Empresas tampoco tengan hoy alta proporción de
ahorros disponible para temer fuertes pases a dólares es cosa muy relativa o al
menos discutible dado que los grandes grupos corporativos y multinacionales
exportadoras sí pueden contar con la alternativa de pases en gran escala a
moneda extranjera. Y
3. Lo más importante: Que los grandes Fondos de Inversión
extranjeros se hayan retirado del mercado local por el fin de las Lebac debido
a la conversión de las mismas en Leliq y en mayor proporción de Pases Pasivos
no solamente no está demostrado sino que, por el contrario, el propio BCRA ha
dictado disposiciones para tratar de restringir un poco la afluencia de estos
fondos – verdaderos Hedge Funds o Fondos de Cobertura (en la práctica, Fondos Buitre) – que siguen operando en
la plaza prevalentemente a través de bancos extranjeros con filiales en el
país.
Por ende, no sólo esta visión optimista carece de
fundamentos sólidos y se parece a una expresión de deseos para vender
expectativas optimistas a la opinión pública sino que además esconde el peor de
los peligros reales: el de abrupta salida de Leliq y Pases por parte de los
Bancos Acreedores si se produjera el retiro de los depósitos con que fondean
sus compras de títulos del BCRA.
En consecuencia, la expresión jactanciosa de Sandleris
acerca de contar el BCRA con Reservas suficientes para sostener una corrida
cambiaria no sólo no se corresponden con la realidad argentina sino que, por el
contrario, en el hipotético caso que ocurriera, llevaría al país a un
descontrol cambiario y a un peligro cierto de hiperinflación.
Más, se repite, todo esto que aquí se comenta va más como
un razonamiento en voz alta o ejercicio muy teórico antes que como proyecciones
financieras pronosticables ya que un terremoto de Mercado que este tipo de
acciones desataría se descuenta que no permitiría controlar tal situación en
pleno año electoral.
Dicho con otras palabras: que la administración Macri, en
las postrimerías de su gestión, se encuentra completamente encadenada y
dependiente – en forma institucional y bajo la supervisión directa del FMI – a
una trampa insoluble de arbitraje entre Tipo de Cambio y Tasa de Interés que
condiciona en forma total y absoluta el resto de su mandato; y que además se
transmitiría como condicionante al futuro gobierno electo, cualquiera sea su
signo.
Pocas veces en la Historia Financiera Argentina se ha visto
una maniobra tan irresponsable como descarada de un gobierno que habiendo
fracasado abiertamente en su gestión económica y financiera por culpa de su
política de Gobernar con Deuda, se haya sobre-endeudado adicionalmente para poder
llegar al fin de su mandato, abonando para ello altísimas tasas de interés y
pasándole el costo y la cuenta de cancelaciones a la administración que lo
suceda, como hoy lo está haciendo el presidente Macri.
Con el agravante y el interrogante que, por una combinación
propia de ineptitud y corrupción – por equivocarse
a propósito en favor de los capitales financieros – la administración
macrista está apretando hoy al mismo tiempo el
freno y el acelerador sobre el tipo de cambio - tema del que vamos a
ocuparnos en una próxima nota - a costa de pagar cada vez más intereses y sin
que sepamos todavía el alcance que tiene este riesgo de estrellar su Política Financiera incluso antes de las Elecciones de
Octubre.-
[1] Hasta ahora esta ZNI se indexaba a
razón de un 3 % mensual desde un valor base en Octubre pasado entre 34 y 44
$/US$, que había sido bajado al 1.75 %; pero igualmente el nuevo rango de
cotización fijo del Dólar entre unos 40 y 51.5 $/US$ sigue siendo riesgoso y
vulnerable desde el punto de vista inflacionario y financiero en general.
[2] Las abreviaturas MD/M$ significan
Millones de Dólares/Pesos respectivamente y B$ son Billones de Pesos, y se
expresan siempre con redondeo de cifras de modo que pueden darse mínimas
diferencias entre totales y sumatoria de términos.
[3] La Política oficial de atraso
cambiario, estrictamente hablando, ya está prevista en el Presupuesto 2019 (Ley
27.467) porque en las proyecciones macro-económicas del año se prevé un dólar
promedio a 40.10 $ contra una Inflación también promedio del 23 %.
Por otra
parte, después de su macro-devaluación inicial de Diciembre de 2015 – que se
neutralizó totalmente durante el Verano por su traslado a precios – la
administración macrista mantuvo durante el bienio 2016-2017 un mecanismo
permanente de retraso del tipo de cambio que – como todo corsé cambiario – le
explotó en Abril del año pasado.
[4] Los préstamos Stand-By (SBA) del FMI –
con todas sus condicionalidades - se conceden a los países miembros para
superar problemas de Balanza de Pagos y no para sostener o regular el Tipo de
Cambio, por lo que el Organismo pudiera estar violando sus propios reglamentos
(como ya ocurriera en Setiembre de 2001 también con la Argentina).
El
argumento que se esgrime ahora es que el Tesoro recibe el tramo del desembolso
– los 10.800 MD citados – y que le vende esos dólares al BCRA para convertirlos
en pesos que se utilizan para sufragar el Gasto Público Corriente y con ello
cubrir la meta del Déficit Primario Cero; pero este comportamiento del gobierno
conlleva algunas irregularidades:
1. La Ley
24.156 de Administración Financiera del Estado dice expresamente en su artículo
56 que se prohíbe realizar operaciones de
crédito público para financiar gastos operativos, siendo que los gastos
corrientes son gastos operativos.
2. El
Ministerio de Hacienda (MH) dice estar cumpliendo con las metas fiscales en lo
que va del año y tener incluso un leve Superávit Fiscal Primario, por lo que
técnicamente no necesitaría vender los dólares del FMI para cubrir necesidades
operativas.
3. La
toma de Deuda Externa para sufragar Gastos Públicos Corrientes en Pesos
constituye una gravosa irracionalidad financiera: al Estado le resultaría más
simple, claro y barato emitir esos mismos pesos en forma directa antes que
endeudarse – pagando obviamente intereses - para transformarlos en pesos.
Cabe
recordar que el Artículo 66 de la Ley de Administración Financiera dice que: Las operaciones de crédito público
realizadas en contravención a las normas dispuestas en la presente ley son
nulas y sin efecto, sin perjuicio de la responsabilidad personal de quienes las
realicen.
[5] La BM – que se integra con el Dinero Circulante y los Depósitos por Encajes
Bancarios – determina el grado de liquidez del Mercado e implica, por lo tanto,
la garantía del BCRA sobre la continuidad de su política de contracción
monetaria (actualmente en el nivel de 1.35 B$ ≡ 31.200 MD).
Esta
política de astringencia monetaria se regula a través de la Tasa de Interés de
Referencia que paga el BCRA para absorber dinero de plaza y que se determina
según las subastas de Leliq, de modo que – en función de lo dicho en el punto h)
– el quantum de la BM, en definitiva, depende de la evolución de las tasas que
los capitales financieros le impongan al BCRA para la renovación de sus
obligaciones a corto y cortísimo plazo (Leliq a 7 días y Pases Pasivos a sólo
un día) y que hoy están en el orden del 67 % anual.
[6] La Inflación Mayorista (IPIM) fue el
año pasado (2018) del 73 % contra un 48 % de la Inflación Minorista (IPC) y la
brecha entre ambos índices siempre conlleva un desfase en el traslado a precios
que amplifica la Inflación futura.
[7] En el 2018 los bancos ganaron en la
Argentina 172.100 M$: un 121.5 % más que en el 2017. Y tales ganancias
provinieron básicamente del negocio de los intereses que les paga el BCRA por
Leliq, ex Lebac y Pases Pasivos, o sea, que el Sector financiero-bancario es el
principal sector que vive y lucra de la vulgarmente llamada teta del Estado.
No es
casual que en un país donde impera la Inflación, donde en términos reales caen
los Salarios, las Jubilaciones y los Planes Sociales, que en un país con
aumento de la Pobreza, la sub-Ocupación y el Desempleo Abierto, con caída del
Consumo y la Actividad Económica, los Bancos y las Entidades Financieras en
general sean las que obtienen récords de ganancias y que, como agravante, las tengan
gracias a los subsidios del Estado (que son verdaderos sobre-precios vía Tasas
de Interés que son las más altas del Mundo).
[8] Según el Balancete del BCRA al
31.3.2019 el stock de Leliq es a esa fecha de 948.000 M$ (≡ 21.900 MD) y el de
Pases Pasivos de 916.800 M$ (≡ 21.100 MD): en total, 1.864.800 M$ (≡ 43.000
MD).
Las Lebac
eran letras del BCRA a 30 días de plazo que estuvieron vigentes hasta fines del
año pasado y llegaron a pagar un 50 % de
Interés anual mientras que las actuales Leliq y Pases Pasivos son obligaciones
a menor plazo (7 y sólo un día respectivamente) y pagan tasas de interés
superiores (hoy del orden del 67 % -con un piso garantizado del 62.5 % - pero
que llegaron semanas atrás hasta el 73 %), de modo que la Tasa Efectiva Anual
(TEA) de las mismas es hoy del 90-100 %.
El BCRA
paga así por Intereses unos 3.300 M$ por Día (≡ 77 MD): son casi 100.000 M$ por
Mes (≡ 2.300 MD) y 1.21 B$ (≡ 28.000 MD) proyectados a un año.
Si a esto
se le suma el monto de los Intereses que paralelamente paga el Tesoro Nacional
por su Deuda Pública – que es una cuenta separada de la deuda cuasi-fiscal del
BCRA – por 750.000 M$ de intereses presupuestados para el 2019 (≡ 19.000 MD),
el Estado Argentino está teniendo un total combinado de Intereses a Pagar por
ambas líneas de endeudamiento de unos 2.0 B$ anuales (≡ 47.000 MD): son 5.400
M$ por día (≡ 125 MD).
Tal el
costo financiero extraordinario e inmanejable del Estado Argentino, que se ha
convertido así en una máquina de pagar
intereses sobre una Deuda Pública impagable.
[9] Siempre según datos al 31.3 pasado, los
Pasivos del BCRA suman 3.27 B$ (≡ 75.400 MD):
- Según
el Balancete o Estado resumido de Activos y Pasivos del BCRA al 31.3 pasado la
posición de Reservas Internacionales era de 66.200 MD (≡ 2.9 B$, con TC Dólar
45.3533 $/US$).
- Los
principales Pasivos – sin contar aquí la Base Monetaria (BM) de 1.351.500 M$ (≡
31.200 MD) - suman a esa fecha el equivalente a unos 75.400 MD (3.268.500 M$ ó
3.3 B$) y están constituidos por: 1. Leliq 948.000 M$ (≡ 21.900 MD), 2. Pases
Pasivos 916.800 M$ (≡ 21.100 MD), 3. Encajes en Moneda Extranjera 667.400 M$ (≡
15.400 MD) y 4. Otros Pasivos (Swap con China) 736.300 M$ (≡ 17.000 MD).
- Esto da
una equivalencia muy riesgosa entre Reservas y Pasivos que pueden mutar
rápidamente de tipo de moneda: las Leliq y los Pases Pasivos, porque son
obligaciones a corto y cortísimo plazo (7 y un días respectivamente) y los
Encajes en Dólares, porque están expuestos a un abrupto retiro de Depósitos. No
así, en cambio, el Swap ampliado con China, que tiene plazo a un año pero es
renovable.
- No se cuenta
aquí el Neto de Pases Pasivos menos Activos porque estos últimos no serían
acreencias concretas del BCRA contra Bancos sino que en la realidad están
constituidos en su gran mayoría por garantías dadas por el BCRA a los bancos
acreedores de los Pases Pasivos bajo forma de Títulos Públicos (respaldando
incluso esas obligaciones con sus propios pasivos, antes Lebac y ahora Leliq).
- Tampoco
se considera el efecto financiero compensatorio de los Títulos Públicos en
cartera del Activo del BCRA – las Letras Intransferibles de la época Kirchner
(que hoy suman 43.000 MD (≡ 1.9 B$) – porque no son realizables.
- Ergo,
tenemos que el stock de Reservas por 66.200 MD era al 31.3 menor que el
consolidado de Pasivos de Corto Plazo del BCRA (75.400 MD), cifra que ahora ha
quedado equiparada por reservas que han subido a 76.900 MD (al 15.4) a raíz del
nuevo desembolso del FMI por 10.800 MD.
- Pero
esta ecuación extrema sólo tendría validez teórica matemática ya que si se
produjera una fortísima corrida cambiaria la Argentina se quedaría literalmente
sin Reservas.
- Esta
situación de vulnerabilidad extrema viene dada – desde hace años – por la
Política de Compra y/o reposición de Reservas con Deuda (ex Lebac, hoy Leliq y
Pases Pasivos), ahora exacerbada por la administración Macri a niveles inmanejables.
Hasta
aquí lo poco que puede deducirse acerca de la relación (se insiste, teórica) ya
que va de suyo que una corrida cambiaria dejaría sin reservas la posibilidad de
afrontar las obligaciones de la Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos, dejaría
descalzados los valores de referencia cambiaria (inyección monetaria masiva
contra fuga de divisas) y disparo incontrolable de la cotización del Dólar.
Una
situación de este tipo sería inmanejable para el BCRA porque los tiempos de
salida de los pasivos de corto y cortísimo plazo (Leliq y Pases Pasivos, más
retiro de Depósitos Dolarizados) son más rápidos que la capacidad de controlar
el aumento vertiginoso de la Base Monetaria, lo que pudiera derivar en una
verdadera explosión híper-inflacionaria.
Tal
situación de este tipo podría replantear incluso la alternativa de Dolarización
formal de la Economía como forma de intentar frenar el desequilibrio monetario
y cambiario que se derivaría de una crisis de esta naturaleza y magnitud, con
las gravísimas implicancias del caso.
Pero para
contener transitoriamente esta eventualidad se supone que está el stock
artificialmente sostenido con Deuda de las Reservas Internacionales, la
asistencia del FMI, una posible intervención excepcional de la Tesorería de los
Estados Unidos y/o directamente un acuerdo subyacente con determinados grandes
Fondos internacionales de Inversión.
Más el
autor de este trabajo evita entrar en estos temas conjeturales porque su
propósito no es analizar hipótesis sino hechos y/o dichos concretos de las
autoridades de gobierno.
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