La cartelización en el
concurso petrolífero Costa Afuera (II) y la sombra del ARA San Juan
En la nota anterior La cartelización en el concurso
petrolífero Costa Afuera (I) y sus gravísimas implicancias,se expuso como todas y cada una
de las empresas que concurrieron concertadamente al mismo en violación a la ley
de defensa de la competencia, se llevaron su tajada. No obstante haber hecho
algunas de ellas ofertas insignificantes, poniendo así la pata sobre áreas
sobre las que tendría derechos por tiempo indefinido, en un mar
extraterritorial embargable y sujeto al arbitraje extranjero. Pero además
macabramente, la coincidencia del desarrollo de ese concurso con el trágico
siniestro del ARA San Juan, les habría permitido a empresas inglesas y noruegas
relacionadas con la explotación del petróleo en Malvinas, contar con datos
obtenidos clandestinamente por parte el buque inglés de investigación petrolera
con bandera noruega Seabed Constructor, mientras buscaba el ARA San Juan. Buque
que también está implicado en la explotación del petróleo en Malvinas.
Por Javier Llorens – 28/7/2019
La cartelización por parte de las compañías
intervinientes en el Concurso Publico Internacional Costa Afuera Nº 1, resulta
evidente por una serie de indicios concomintantes. Reveladores de la existencia
de una mafia petrolera de altísimo nivel, que como modernos filibusteros de la
Cofradía Hermanos de Costa de la isla Tortuga, les habría permitido arreglar
los resultados del concurso, como para que todos quedaran contentos y
conformes.
El origen de la palabra filibustero tanto en
francés, como en inglés, y neerlandes, significa “»que se hace del botín
libremente». Cuya característica especial que lo diferenciaba de otros piratas,
era que no se alejaban de la costa, la bordeaban y saqueaban las localidades
costeras. Algo parecido sucede con la actividad petrolera Costa Afuera,
en la que los modernos Hermanos de la Costa consideran que en ella no cabe
competencia alguna porque existen altos riesgos de toda índole, y por ello lo
hacen de manera casi ostensiblemente cartelizada o en fraternal cofradía.
Pero acorde con el principio de “hacerse con el
botín libremente”, o lo más libremente posible, algunos hermanos de la Cofradía
de la Costa Afuera, también parecen haber obtenido información libremente, o
mejor dicho clandestinamente, aprovechando la oportunidad que brindaba la
desesperada búsqueda en el lecho marino del desaparecido ARA San Juan y sus 44
tripulantes.
La sombra del ARA San Juan
A mediados de diciembre de 2017, pocas semanas
después de la desaparición del submarino ARA San Juan y mientras se
desarrollaba una frenética búsqueda internacional del mismo, el entonces
ministro de Energía Juan José Aranguren anuncio el lanzamiento en el año
entrante del concurso Costa Afuera que se acaba de adjudicar.
Tras el fracaso de su búsqueda, la Armada Argentina
contrato a la empresa Igeotest Ciences S.L. un ROV (Remotely Operated Vehicles)
que iba a operar desde un buque de la Armada, para reiniciar su búsqueda en
lugares donde antes se habían obtenido hallazgos de señales significativas.
Pero no obstante a mediados de año sobre esta adjudicación cayó de repente una
notable campaña adversa desde los grandes medios, típica de cuando se haya
algún otro negocio de por medio.
De esta manera se dio de baja ese pre adjudicación,
y seguidamente se contrató expeditivamente a esos efectos por el doble del
monto a Igeotest, a la empresa inglesa Ocean Infinity. Disfrazada a esos
efectos como estadounidense, porque cuenta con una filial en Houston, Texas.
Quien en septiembre de ese año se lanzó a la búsqueda del ARA San Juan con el
buque de prospección y servicios petroleros Seabed Constructor.
El mismo es propiedad del grupo inglés Swire, y
cuenta con bandera noruega por estar a nombre de la filial de ese grupo en este
país eminentemente petrolero denominada Swire Seabed (Swire Fondos Marinos). El
Seabed Constructor es considerado el buque civil más avanzado del mundo, por
los ocho robots de altísima tecnología que porta para la exploración del lecho
marino, y la prospección geofísica de su subsuelo, destinada a la actividad
petrolera off shore.
Acorde con sus sutiles potencialidades, dicho buque
ha protagonizado diversos incidentes en el mundo, acusado de efectuar
exploraciones clandestinas de los fondos marinos, que es el último gran recurso
con que cuenta la humanidad, y por eso esa información puede resultar
valiosísima. Incluso empleando como excusas siniestros catastróficos,
como fue el caso del avión de Malaysia Airlines. Y también hizo algo parecido
recientemente en Malvinas, con la excusa de buscar buques alemanes hundidos en
la batalla naval de Malvinas de 1914.
En busqueda del ARA San Juan, durante dos meses el
Seabed Constructor anduvo husmeando en una amplia zona correspondiente a la
Cuenca Argentina Norte (CAM) sin dejar rastros satelitales de ello. Para recién
sobre el vencimiento del plazo, dirigirse al punto de referencia más importante
encontrado en las búsquedas previas con sonar, donde efectivamente estaban los
restos del ARA San Juan.
Y seguidamente en forma sospechosa, en vez de
regresar al continente, para entregar los resultados del hallazgo, se dirigió a
toda marcha a Ciudad del Cabo, como quien se lleva algo de contrabando, desde
envió los datos digitales del hallazgo. Y como si eso fuera poco en marzo de
este año, antes de que se abriera el concurso en cuestión el 16 de abril,
regresó a la zona, haciendo un largo periplo desde Montevideo hasta Puerto
Argentino, como si hubiese dejado algo olvidado allí.
El caso es que si el Seabed Constructor en su
búsqueda hizo un relevamiento gravimétrico y magnético del lecho marino con los
ocho ultramodernos vehículos robots que porta, esa información resultaba
valiosa para los ofertantes de las áreas ubicadas en la Cuenca Argentina Norte,
en el límite de la plataforma continental por donde navegaba el ARA San Juan.
Y casualmente quienes ofrecieron los más altos
precios por Km2 esas áreas, y se quedaron con varias de ellas, son la empresa
inglesa Shell, que es el país de origen del Seabed Constructor, y la empresa
estatal noruega Equinor, que lleva la bandera de ese país.
Tal como se puede ver en la siguiente imagen, en la
que aparece los detalles de la adjudicación de cada área. Con la anotación en
primer lugar del puesto que ocupa en relación a los montos ofertados en esa
Cuenca Argentina Norte, ordenados de mayor a menor. En segundo lugar quienes
son las compañías adjudicatarias de ella. Y en tercer lugar el monto ofertado
en miles de dólares por kilómetro cuadrado (Km2) por ella. Habiéndose
detallado en el mapa con líneas amarillas, el área de búsqueda del ARA San
Juan.
Resultando notable la coincidencia consistente en
que las áreas que más valorizaron la inglesa Shell asociada con Qatar, y la
noruega Equinor, por su cuenta y asociada con YPF, son las más cercanas donde
fue encontrado el ARA San Juan. Ofertando por dichas áreas (Can_109, Can_114, y
Can_108) montos hasta más de siete veces superiores a los de las áreas vecinas,
ofertados por Total – BP (Can_107, Can_111, y Can_113). Encontrándose en
solitario y en quinto lugar la oferta de YPF y Equinor, fuera del área de
búsqueda del ARA San Juan, con un monto equivalente a una tercera parte del
monto máximo ofrecido dentro del área de búsqueda (CAN_109).
En una próxima nota se vera que el buque inglés
noruego y la empresa Ocean Infinity que lo chartea, también estén
involucrados en la maniobra de derogar en la practica mediante lo que en
derecho se conoce como desuetudo, de la legislación argentina que obstaculia la
explotación del petróleo en Malvinas.-
Próximamente:
-La cartelización en el concurso petrolífero Costa
Afuera (III) y el desuetudo de la legislación petrolera respecto Malvinas
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