La muerte violenta del caudillo federal Facundo Quiroga fue una aciaga jornada histórica que marcó uno de los asesinatos principales perpetrados por los unitarios, que fue precedido por el asesinato político de Manuel Dorrego, y seguido varios años después con similar hecho deleznable perpetrado contra el viejo e indefenso caudillo El Chacho Peñaloza.
Antes y después de esos luctuosos e
infames hechos que se destacaron por la relevancia de las víctimas, mucha más
sangre correría, y mucha de ella derramada de las formas más ruines y cobardes.
Por caso, Bartolomé Mitre, tan mal militar como hábil político; y tan
“civilizado” como para ordenar ejecutar con tanta facilidad, en varias
oportunidades ordenó “despenar” (degollar) a regimientos enteros que
previamente se habían rendido. Y no puede olvidarse que el muy culto y
“progresista” Sarmiento, de puño y letra alentó los asesinatos inmisericordes e
innecesarios de gauchos y caudillos federales, llegando a afirmar que “para lo
único que sirven es para abonar la tierra con su sangre”…¡humanismo al estilo
unitario! No es casual que los herederos y continuadores de los unitarios, son
los sectores ultra conservadores en lo político, y ultra liberales en lo
económico. Son los mismos de los asesinatos de la “revolución fusiladora”
alentada, armada y financiada por Gran Bretaña; o los perpetradores del
genocidio económico-social que implicó el neoliberalismo impuesto desde el
infame “proceso”. Y por cierto la historia mostró otros hechos deleznables de
la misma orientación antinacional.
Por cierto el asesinato de Quiroga,
perpetrado el 26 de febrero de 1835, fue a la vez una acción clara tendiente a
debilitar al gobierno de Don Juan Manuel de Rosas, el mismo que haría aguantar
a pie firme dos bloqueos navales anglo – franceses, además de continuas
agresiones y conspiraciones, alentadas desde La Banda Oriental, desde Chile, e
incluso una fallida invasión armada del Mariscal Santa Cruz desde Bolivia,
instigada por los mismos sectores de siempre: unitarios exiliados, subordinados
a los intereses británicos y de otras potencias agresoras.
Conocedores de las atroces venganzas
que incluyeron mancillaciones de cadáveres, los deudos de Facundo ocultaron sus
restos, mucho más al ser derrocado Rosas.
A la muerte del Restaurador de Las
Leyes, en 1877 tras su largo exilio forzoso, en Argentina las repercusiones del
hecho, desataron otra “caza de brujas” entre los vengativos
unitarios-liberales. Ante ese estado de cosas, los familiares del Tigre de Los
Llanos (apelativo popular de Facundo), habrían vuelto a trasladar sus restos,
ocultándolo con mayor cuidado, para evitar profanaciones.
Por más de un siglo, el ataúd de
Facundo Quiroga pareció perdido para siempre en la noche de los tiempos y los
profundos misterios de nuestra historia, tan alterada y adocenada por los
academicistas al cuento del mitrismo y sus continuadores.
Pero hace poco, en base a
investigaciones documentales realizadas por el Instituto de Investigaciones
Históricas Juan Manuel de Rosas, se requirió la colaboración de la Comisión
Nacional de Energía Atómica, con el accionar de la Unidad de Actividad de
Ensayos no Destructivos.
Ese cuerpo científico, utilizando
tecnologías de avanzada (entre las cuales desarrollan análisis por ultra
sonido, emisión acústica, corrientes inducidas, termografía, partículas
magnetizadas, gammagrafía microtopografía laser, etc,), detectaron “anomalías”
en el panteón de la familia Demarchi, a la cual pertenecía el yerno de Facundo
Quiroga.
Esas “anomalías” permitieron perforar
en el lugar preciso, evitando daños innecesarios a un panteón antiguo, como tal
valioso.
Tal como la ciencia aplicada permitió
conjeturar con elevado margen de certeza, los restos del patriota fueron
localizados fehacientemente.
De esa forma, la tumba mencionada pudo
ser declarada Sepulcro Histórico Nacional, cerrándose un capítulo de la agitada
historia argentina del siglo XIX.
Uno más de los innumerables logros
científicos del prestigioso Sector Nuclear Argentino.
No es casualidad que el Sector Nuclear
Argentino, de tan relevante importancia estratégica, científica, social y
económica, haya sido tan duramente atacado en el cuarto de siglo neoliberal, en
el cual incluso se pretendió “privatizarlo” o directamente ahogarlo
financieramente para desguazarlo; ni es tampoco casual que en los últimos años,
los ataques más arteros, constantes y malintencionados, provengan del “ala
izquierda” del liberalismo apátrida, personificado en el movimiento ultra
ecologista transnacional y sus ramificaciones internas.
Esos ataques con movimientos de pinzas,
entre los sectores pseudos “modernosos” de la oligarquía despectivamente
neoliberal, y los “progresistas” liberales del marxismo apátrida y sus
derivaciones “ecologistas” cavernarias, pasan a ser las prolongaciones en el
tiempo, del nefasto accionar de aquellas “minorías ilustradas” que tan
deleznablemente transaron con los enemigos de la Patria Naciente del siglo XIX.
Antecedentes
científicos: revista Energía Nuclear Hoy – Año 5 – Nro. 20 – 2013 – Páginas 5 y
28.
C.P.N.
CARLOS ANDRÉS ORTIZ
Investigador
de temas Económicos y Geopolíticos
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