Las camionetas espías de
Milani, una SIDE paralela sobre ruedas que seguiría funcionando
21 dic,
2015
El agujero negro dejado por el ex Jefe del Estado
Mayor del Ejército César Milani en la Dirección General de Inteligencia de esa
fuerza ya forma parte no sólo de los misterios del kirchnerismo sino que indica
hasta qué punto llegó la degradación institucional a través de los tres
períodos de gobierno K. Funcionarios de la nueva gestión ministerial en
Seguridad que encabeza Patricia Bullrich empezaron a buscar en la Dirección de
Inteligencia de Ejército las gemas del sofisticado equipamiento para realizar
espionaje de comunicaciones adquirido por Milani durante su apogeo. Se trata de
seis camionetas Toyota Hilux equipadas con los sistemas más modernos para la
intercepción de todo tipo de comunicaciones, así como sistemas de video como
los que se utilizan en Irak y Afganistán. Estos vehículos, únicos en el país,
fueron equipados bajo licencia internacional de INTEL y, para poder ingresar a
la Argentina, debieron contar con la autorización directa del Departamento de
Defensa de los EEUU. Su costo de equipamiento es astronómico: 6 millones de
dólares cada una.
Milani
tendría en la calle su flota de Toyotas desde hace dos años, espiando a
opositores de todos los sectores, en abierta violación de las leyes de
Seguridad Interior, Defensa e Inteligencia.
La
cobertura
El caso
es que, ante la pesquisa de los funcionarios del nuevo gobierno, el resultado
fue que la flota de Toyotas espías ha desaparecido. En las oficinas de la
Dirección de Inteligencia del Ejército no hay rastros de los vehículos ni
documentación sobre los mismos. Los archivos sobre el espinoso tema habrían
desaparecido junto con las camionetas. Para decirlo de otro modo, el aparato de
inteligencia clandestina más moderno del país está fuera de control,
probablemente funcionando a control remoto desde Río Gallegos. A las nuevas
autoridades de la AFI el tema no les hace ninguna gracia, porque es de presumir
que los espiados son -entre otros- el Presidente y sus ministros.
Un
segundo nivel en la averiguación de lo ocurrido condujo a un hecho revelador:
las camionetas no aparecerían en ninguna dependencia militar porque formarían
parte del patrimonio de ARSAT, la empresa satelital que dependía del ministro
Julio de Vido. Es decir que ARSAT habría sido la pantalla utilizada para que no
se pudiera detectar con facilidad la operación de las camionetas en la órbita
del Ministerio de Defensa.
Algunas
de las mismas están ploteadas con publicidad de Coca Cola, otras con la de
empresas de tecnología. Las Hilux de Milani nos vigilan y siguen fuera del
control del Estado nacional. El kirchnerismo, pese a su importante derrota,
consiguió dejar montado un Estado dentro del Estado. Y esto con todos los
lujos, hasta con una SIDE paralela que nadie parece saber dónde ni cómo
funciona.
Alexis Di
Capo/informadorpublico.com
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