El
narrador y académico Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951), que ha adaptado el
Quijote en una edición especial de la Academia (editado por Santillana y ya
disponible en Uruguay) para jóvenes de todo el mundo de habla española, cree
que la lectura del clásico de Cervantes es una bandera legítima para luchar en
medio del fuego que vive hoy esta parte de la humanidad. Y considera que el
mayor aliado de los falsos quijotes es la ignorancia de los sanchos. “Europa es
un continente que envejece muy mal”, dice, además el autor de La Reina del Sur
en la Feria del Libro de Guadalajara, uno de los eventos culturales más
importantes del continente.
Arturo
Pérez-Reverte, periodista, intelectual, académico que defiende América. Foto:
EFE.
EL PAÍS,
ESPAÑA/ PABLO DE LLANO sáb dic 6 2014
—Al
contrario de lo que dice de España, de Europa, estos días usted ha afirmado que
América Latina sí tiene visos de futuro.
—No digo
que tenga visos de futuro. Digo que es el futuro. Europa es un continente que
envejece muy mal, en manos de un grupo de representantes en Bruselas medio
demagogos y medio analfabetos que están desmantelando 30 siglos de cultura.
Añádele a eso un continente que no crece, que no tiene juventud, hecho de
jubilados. En América hay cantidad de jóvenes intentando abrirse camino con el
vigor de la juventud y de la esperanza. El eje se está desplazando a la América
hispana, y estoy convencido de que lo mejor que podamos esperar vendrá de
América.
—¿Cómo es
su relación con esta tierra?
—Larga,
empecé muy joven, en las guerras de los años setenta, y he visto muchas causas
perdidas y muchas grandes palabras que luego han terminado en números de circo
como la revolución nicaragüense. Pero hay una cosa que me queda siempre de
América, y es el profundísimo respeto que todos, hasta los analfabetos, tienen
por la cultura. En América la gente aún cree que ser culto ayuda a cambiar para
mejor. El padre confía en que su hijo sea lo que él no ha podido ser. Y también
está la lengua. Le dan importancia, para ellos es un factor de cultura. He
visto a muchos campesinos usando un vocabulario tan rico y tan decente que ya
quisieran muchos, no ya los jóvenes sino los políticos e incluso los académicos
españoles. Y ese respeto, esa veneración por la lengua como elemento clave,
unido a la incultura, les da una osadía lingüística, una creatividad
extraordinaria. El caudal vivo, el español del futuro, el que van a hablar en
todo el mundo, y desde luego los cabrones de los gringos, es el español. Somos
una patria sin fronteras ni ideologías. Somos 500 millones de compatriotas con
una bandera legítima, el Quijote. Nuestra patria es la lengua española.
—¿Tiene
sentido mantener en el diccionario la categoría de americanismos?
—Hace un
año, en uno de los plenos de la RAE, propuse eliminarlos. Es un error. Creo que
hace una división del español inapropiada e injusta. Yo tengo todo el derecho a
decir chingar, o todera, porque es mi lengua. El nuevo diccionario debería
suprimir esa marca y mantener la etimología. Todo es español. La Reina del Sur
lo escribí en México, no ya en mexicano sino en culichi, que es como hablan en
Culiacán, Sinaloa. El caso es que debemos transitar sin complejos por la lengua
que compartimos. Ninguna lengua tiene una habitación como la nuestra, con
tantos compartimentos por los que entrar y salir. España y América Latina son
pueblos que han sido masacrados históricamente, pero tenemos una cosa buena:
una comunidad en común, la lengua. Como esos monjes medievales que andaban por
ahí y sabían que serían bien recibidos en cualquier convento donde se hablase
el latín.
—¿Ve
alguna relación entre el populismo en América Latina y la idea de quijotismo?
—Surgen
quijotes y surgen también falsos quijotes. A veces hay figuras que están entre
la luz y la sombra, y para iluminarlos del todo solo hay una forma que es la
educación, la cultura. Un joven educado con buenos maestros puede identificar
si en ese Quijote hay verdad o mentira. Por eso es tan importante la formación,
para que no nos seduzcan los falsos quijotes. El mayor aliado de los falsos
quijotes es la ignorancia de los sanchos.
—Pero si
la educación es la base, por qué al comparar con América a un país como España,
con más nivel educativo…
— ¿Y
quién te ha dicho que España es un país más educado? Habla con un universitario
mexicano y con un español y compara ideas, formación y lucidez.
—¿Qué
puede aprender América Latina de España y de Europa?
—América
no puede olvidar que todo nació ahí, que lo mejor que tiene se llama Sócrates,
Aristóteles, Virgilio, Homero, Erasmo, Quevedo, Voltaire, Tolstoi, Dostoievski,
y todo eso, o casi todo, ha venido a través de España. América debe andar su
propio camino, pero sin renegar nunca de aquello que la hizo en lo mejor. Los
agravios fueron muchos, pero también fue mucho lo bueno que el mestizaje dejó.
El mejor símbolo es ese mural del hospicio Juan Cruz Ruiz de Cabañas y Crespo
de Guadalajara, donde están abrazados el caballero-águila y el español todo
forrado de hierro, apuñalándose el uno al otro, pero abrazados.
Y el abajo que se mueve en México
Pérez-Reverte
también se refirió en Guadalajara a la situación de efervescencia social que
vive México a partir de la desaparición de los 43 estudiantes de Iguala.
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