Juan Manuel Soaje Pinto entrevista a José María Damsky, Licenciado en Relaciones Internacionales de la UCA de Salta, Licenciado en Administración de Sistemas Aéreos y Aeroespaciales, del Instituto Universitario Aeronáutico. miembro del Centro de Estudios Estratégicos Sudamericanos - CEES. Autor de " Geopolítica Antártica o desintegración nacional" y el nuevo libro: "El Pivote Antártico: Supervivencia o conquista por sus recursos".
Análisis de la situación Argentina sobre el territorio Antártico, Islas Malvinas, Mar Argentino y mares e Islotes circundantes. La responsabilidad política de afirmación real de soberanía que no parece ser importante para ellos.
Objetivo final: la Antártida (I)
En la
última semana del 2012 conocimos la publicitada difusión de más de 3.500
documentos relativos a la Guerra de Malvinas que fueran “desclasificados” por
Londres: Thatcher, el hundimiento del Belgrano, el apoyo de EEUU, la presión a
Francia por los Exocets, en fin muchos temas. (El Tribuno 29-12-13 pág. 22-23).
Sólo se
conocieron los que permitieron.
Previo a
estas informaciones del 2012, existe un bagaje de documentos que explican
acabadamente el porqué de la guerra de 1982, y que explican la firme determinación
británica de la defensa a ultranza de su posicionamiento en el techo del mundo.
Historia
y geografía
Las
referencias a la Antártida existieron siempre.
Es el más
antiguo de los continentes con 14.000.000 de km2 (4 veces EEUU), el más alto de
la tierra, alberga más del 80% del agua dulce, cuenta con el promedio de
humedad más bajo del planeta.
Desde
Platón en el Timeo, hasta las comprobaciones de este siglo XXI, encontramos un
continente rodeado de misterios y de información celosamente resguardada.
Constatamos
que hay más de 12 volcanes con sus ríos de lava que perforan túneles o galerías
llevando agua templada a las profundidades del océano, o el Erebus (descubierto
en 1841) que cuenta con uno de los 5 lagos de lava del mundo. Existen más de
140 lagos subglaciales interconectados, entre los que se destaca el Vostok
(descubierto en 1996 por una expedición ruso - norteamericana), con 250 km de
largo totalizando 15.590 km2, con temperatura de 18§ C (grados sobre cero) y
una bóveda de aire caliente.
Es
sumamente enigmático que en los google maps y referenciales, que nos muestran
hasta particularidades microscópicas de los más lejanos planetas, no nos
muestren absolutamente nada del Polo Sur. Sólo una gran mancha blanca, siendo
imposible acceder a cualquier representación del continente.
Es
también curioso que en el escudo de las Naciones Unidas no figure la Antártida,
aunque sí todos los continentes y el Polo Norte.
Expediciones
y conflictos
Existieron
múltiples expediciones que recorrieron y se instalaron en el Sexto Continente.
Merecen especial referencia las alemanas que se remontan al año 1873, en que
Eduard Dallman a bordo del “Gronland” descubrió regiones y pasos a lo largo de
las islas Bicoue, marcando el inicio de las incursiones del resto de países.
Mientras
en Europa empezaba la contienda mundial, alemanes e ingleses protagonizaron dos
grandes batallas navales a la altura del paralelo 60. El Prof. de Cs. Políticas
de la Universidad Católica de Córdoba, don Antonio Riesco, refiere un
pormenorizado detalle de las batallas de la Bahía Coronel y Malvinas, que
iniciaron 1 de noviembre de 1914. En la primera el Almirante Maximilian Graf
Spee derrota al Almirante Cristopher Cradock, pero desacertadamente permitió un
rearme inglés que en un segundo enfrentamiento ocasionó la muerte del Alt. Graf
Spee , sus dos hijos y dejó a la flota destrozada.
Podemos
decir que en 1914 comienza el intento inglés del definitivo control
geoestratégico de la posición sur, que sólo fuera alterado en esporádicas
ocasiones y reafirmado con eficiencia y crueldad, como será demostrado en los
próximos artículos de esta columna sin perder de vista el concepto de
“procesos”, al referirnos a los hechos y actos históricos.
Objetivo final: La Antártida (II)
Por Javier Cornejo
Publicado en el diario El Tribuno el 28.01.13
Publicado en el diario El Tribuno el 28.01.13
La
publicitada teatralización de disputas verbales entre el Gobierno inglés y el
argentino sobre “sentarse a una mesa de negociación” por Malvinas, omite ostensiblemente
el tema de la soberanía del Estado argentino sobre el territorio insular,
plataforma continental, y sector del continente Antártico de nuestra legal
pertenencia.
Si la
soberanía no es tema de tratamiento, ¿que pretende negociar Argentina?
El
resultado del plebiscito isleño del próximo 11 de marzo indudablemente será
usado por el Imperio Británico como el salvoconducto definitivo de su
permanencia por siempre en el Sur Americano.
Como otra
cara de esta ruidosa e inocua cháchara, invariablemente un misterioso manto de
silencio cubre el continente Antártico de toda información inconveniente.
Fisuras
informativas
Silencio,
que no obstante el celo guardado, tuvo fisuras informativas en distintas épocas
que velozmente fueron neutralizadas de diferentes maneras: ridiculizándolas,
cubriéndolas de descréditos con sospechas conspiranoicas, acusando a sus
generadores de facultades mentales alteradas, o directamente suprimiendo
físicamente a sus protagonistas.
El
conocerlas nos ayudará a comprender, un poco más, las motivaciones que tiene el
Imperio Británico para no devolver nunca los territorios que nos usurpan.
A efectos
de su certeza, me remitiré a las que se pueden acceder públicamente y
ocurrieron en los últimos 100 años.
En la
presente oportunidad me referiré al acontecimiento más notable y que hasta el
día de hoy no existen respuestas a lo sucedido, ni fue comprobado si su
objetivo era científico o militar, o ambas cosas
La
Operación High Jump (Salto Alto)
Apenas
termina la Segunda Guerra Mundial, los EEUU convocaron al almirante Richard
Byrd, Gran Canciller de la Orden de Lafayette y de la Cruz del Mérito,
secretario Perpetuo de la Academia Federal de la Marina Americana y de las
Ciencias, experto absoluto en temas antárticos, expedicionario en reiteradas
campañas en ambos polos, poniéndolo al mando de la Task Force 68 compuesta por
más de 4.000 hombres, a efectos de invadir la zona antártica en el despliegue
militar más enorme que haya ocurrido luego de finalizada la segunda gran
guerra.
El
equipamiento estaba compuesto con más de 13 naves, entre rompehielos,
destructores, portaaviones (“Pillipine Sea”), cargueros, buques tanques de
aprovisionamiento, buque de comunicaciones y submarinos.
El
despliegue comenzó en el Mar de Ross divido en tres grupos convergentes con la
finalidad de efectuar un rastrillaje total y meticuloso del continente blanco.
Instalaron
una pista continental de la que despegaban aviones tipo DC3 para vuelos de
largo alcance aerofotográficos.
En sólo 2
semanas relevaron más de 500.000 km2 y tomaron más de 70.000 fotografías.
Final
anticipado
La
operación High Jump, prevista para un tiempo de 8 meses, finalizó abruptamente
a las 2 semanas en un desastre total.
El 5 de
marzo de 1947 el almirante Byrd declara en el diario Mercurio de Chile: “La
mayor amenaza para EEUU y sus aliados, viene ahora del Polo Sur, pues nos hemos
encontrado con extrañas aeronaves de alta tecnología y de muy altas
velocidades”.
Declaraciones
que fueron puestas en duda por sus detractores, pero, de todos modos:
¿A qué o
quiénes se enfrentó el almirante?
Objetivo final: La Antártida (III)
Por Javier Cornejo
Publicado en el diario El Tribuno el 04.02.13
Publicado en el diario El Tribuno el 04.02.13
El
británico nombre de Queen Elizabeth Land (Tierra de la Reina Isabel) que el
Reino Unido decidió imponer a territorios comprendidos en el sector antártico
Argentino, no obedece a ninguna casualidad temporal o geográfica, sino que tal
sector constituye la prolongación de la plataforma de Malvinas en poder
efectivo del Imperio.
Lo que
Inglaterra hizo fue “bautizar con nombre y apellido lo que en el Tratado de
Lisboa del 13-12-2007 se denomina el Sector Antártico Británico” (Eduardo M.
Lualdi). De tal manera conservar para sí y la Alianza Militar de la OTAN el
control del paso interoceánico Atlántico Sur-Pacífico Sur, el control de la
ruta transpolar, el dominio de todos los recursos naturales que abundan en la
vastedad de los 5.000.000 km2 usurpados, y lo definitivo: la proyección
Antártica.
El Reino
Unido nunca se avendrá a restituir los territorios que nos robaron.
Instalaron
la fuerza necesaria para enfrentar efectivamente todo intento de cualquier
posible interesado en una aventura militar. A tal punto las Fuerzas Armadas
constituyen uno de los principales pilares del Imperio Británico, que en el
primer mensaje efectuado por la reina Isabel II con la última tecnología de 3D
en ocasión del pasado saludo navideño, rindió solemne homenaje a las “Fuerzas
Armadas cuyo deber las separa de familias y amigos” expresándoles su emocionada
gratitud (El Tribuno 26-12-12 pág. 2).
La
extensión armada
Los
actuales EEUU constituyen “el músculo que acciona el cerebro Británico”.
La fuerza
pretoriana de la Alianza se encuentra al servicio de Su Majestad, quien la
tiene muy en cuenta en caso de ser necesaria su utilización en el hemisferio
sur.
La base
instalada en Cocón (Chile) lo demuestra.
En la
actual mundialización del planeta, en que se encuentran cada día más difusos
los Estados nacionales, los territorios dependen absolutamente de la capacidad
bélica de quién se los propia (efectivamente o en alianzas dependientes).
Por ello:
Por
primera vez en la historia, un presidente de los EEUU se dirigió a ambas
cámaras del Parlamento Británico.
Obama el
25 de mayo de 2011 en Westanimster Hall Londres- sostuvo: “Vine aquí para
reafirmar una de las más antiguas, una de las más fuertes alianzas que el mundo
haya conocido jamás”.
“Desde
hace tiempo EEUU y el Reino Unido comparten una relación especial y dado que
además compartimos una prensa crítica, esa relación es a menudo analizada y
sobre analizada con un poco de nerviosismo o tensión”. “Por supuesto todas las
relaciones tienen sus momentos buenos y malos, hay que admitir que la nuestra
empezó con el pie izquierdo, con un pequeño problema sobre té e impuestos
(risas) “. “Hubo algunos sentimientos heridos cuando prendieron fuego a la Casa
Blanca durante la guerra de 1812 (risas)”.
“Pero
afortunadamente todo ha ido progresando desde entonces”.
A tal
punto fue el progreso que, protegidos por el paraguas territorial inglés sobre
los paralelos circundantes, EEUU instaló sus bases en el techo del mundo: la
nuclear Mc Murdo, la más cercana al polo geográfico la Amundsen-Scott, la
Palmer, la Eights, Campamento Byrd, la Siple.
No les
preocupa las teatralizaciones del Canciller Argentino.
Si China
con cinco bases, y Rusia con la base Vostok en el centro magnético.
Objetivo final: la Antártida Argentina
Por Javier Cornejo
Publicado en el diario El Tribuno el 11.02.13
Publicado en el diario El Tribuno el 11.02.13
El
próximo 11 de marzo, con el referéndum de los habitantes de las Islas Malvinas,
Gran Bretaña dará un paso muy firme en su proyecto por afianzar el control
militar del Atlántico Sur y su hegemonía en las dos actividades económicas del
archipiélago: la pesca y los hidrocarburos.
Ese día
los kelpers se consolidarán como ciudadanos británicos y podría ser el primer
paso hada la creación de una república asociada de la corona. La denominada “ecuación
anglo-argentina” y la “soberanía sobre la plataforma submarina” son temas
prioritarios de esta columna.
A lo
largo de estos años se desarrolló y analizó minuciosamente la letra del plexo
jurídico de acuerdos y tratados, que en forma categórica sepultan el parloteo
con que nos aturden y distraen nuestros funcionarios.
Esa
cháchara oficial sólo, tiene por objeto ser partícipe de una partitura
pre-establecida, cuyo único fin es despojamos a todos los argentinos de las
riquezas existentes en la geografía que habitamos.
Tal
denominación: “Ecuación anglo-argentina”, tanto política y cultural, cuanto
económica y social, se desprende de la obra del catedrático de la Universidad
de Birmingham Harry S. Fems, “Gran Bretaña y Argentina en el Siglo XIX” (1966),
al referirse al intrincado entramado de estructuras que, por su singularidad e
implicancias, ha promovido extensos estudios en las universidades inglesas.
Es decir,
el estudio profundo en proyección atemporal de la dependencia argentina del
imperio desde 1825, año en que firmáramos el “Tratado de perpetua amistad”,
consecuencia jurídica esencial del plan de 1711 denominado “Una propuesta para
humillar a España”, al que oportunamente me referí en anteriores artículos de
esta columna.
Hoy
constatamos, indudablemente, que el poderío imperial, se saca la careta, no la
necesita más, y ostensiblemente apoyado en la convicción armada publicita su
objetivo dé instalación a perpetuidad en elegido y cúspide (alfa y omega) de
todos los continentes.
Es un
mensaje dirigido no a los argentinos, sino a todo el planeta extra e
intraterreno.
Ubicación
antártica
Los
presupuestos se cumplen inexorablemente producto de la científica planificación
de los cerebros imperiales. El contundente veredicto del próximo 11 de marzo
será un nuevo punto de apoyo del Reino Unido.
Por
prolongación de la plataforma que ocupan en Malvinas e islas del Atlántico Sur,
se extenderán a “título de dueños” a la península antártica (Queen Elizabeth
Land), desalojando a los argentinos de las bases que en este mes cumplen 109
años de “cuidados y mantenimiento”.
Mientras
por la ruinosa situación de nuestra Armada, debemos alquilar un avión ruso
(Ilushyn) y un barco holandés (Timca) para recambió antártico, los británicos/
EEUU se encuentran perforando los lagos sub- glaciales Whillams y Ellsworth,
habiendo logrado el pasado 23 de enero muestras del acuífero.
Los rusos
En esta
carrera científico-militar, el pasado 10 de enero, los rusos lograron extraer
muestras del lago Vostok, a 3.406 metros de profundidad.
Agua y
barro que develarán secretos ocultos por cientos de miles de años.
Indudablemente, la ludia por el control antártico y sus derivaciones es el
escenario que empieza a mostrarse en una actualización de la disputa
oriente/occidente. Esta vez en el vértice teóricamente neutro del mundo,
corriendo d riesgo se transforme en un vórtice sin control donde la población
civil continental replique lo que hoy ocurre en Irak, Libia, Afganistán, Siria.
En esta globalización de tránsito a su última fase: la “mundialización”, lo
sucedido en las poblaciones de cualquier rincón del mundo, constatamos, se
reitera una y otra vez a lo largo y ancho de nuestro único planeta Tierra.
¿Podremos
los argentinos quedar excluidos?
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