o su connivencia?
ARGENTINA SE
SIGUE DESPOBLANDO
La del 2018 es
la menor tasa de natalidad del país de las últimas décadas. El distrito con el
índice más bajo es la Ciudad de Buenos Aires y la caída más abrupta de las
tasas de natalidad se da en la despoblada Patagonia.
Por Mónica del Río
Conforme a los datos
consignados por el Ministerio de Salud de la Nación, el 2018 es el quinto año
consecutivo en el que bajó el número de nacimientos (685.394), que esta vez decreció
en un 2,7 %.
La tasa de
natalidad en Argentina (número de nacimientos por cada mil habitantes) fue en
2018 del 15,4 y es la más baja registrada en las últimas décadas.
Ambos
indicadores –nacimientos y tasa de natalidad- bajaron sistemáticamente en los
últimos 5 años disponibles. En el 2014 teníamos una tasa de natalidad de 18,4 y
777.012 nacimientos, cifras que fueron decreciendo
progresivamente hasta llegar al registro del 2018 (15,4 y 685.394).
La tasa de natalidad en
las provincias (2018)
Los distritos
con menor tasa de natalidad son la Ciudad de Buenos Aires (11,4), La Pampa
(13,5) y San Luis (14,2). También se encuentran por debajo de la media nacional
(15,4) las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Chubut, La Rioja, Río Negro,
Santa Cruz y Santa Fe.
La tasa de natalidad
más alta del país es la del Chaco (21), seguida por Misiones (20,2) y Formosa
(19,8).
Marcado descenso de la
tasa de natalidad en algunos distritos
La Ciudad de
Buenos Aires ha sido históricamente el distrito con menor tasa de natalidad del
país, aun así, ese indicador mermó un 19% desde el 2014 (14,3) a la actualidad
(11,4). Consignemos a modo de parámetro que en Córdoba y Santa Fe la caída de
la tasa de natalidad para el mismo período está alrededor del 14% y que las
tres jurisdicciones tuvieron una tasa medianamente estable entre el 2000 y el
2014. Recordemos también que la referente del Programa de Salud Sexual y
Reproductiva del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires es Sandra Vázquez directora ejecutiva de Casa Fusa/IPPF.
La región geográfica donde la tasa de natalidad cayó más en los últimos
años es la Patagonia –encabezada por Santa Cruz-, que se sigue despoblando.
____________________________________________
NOTIVIDA, Año
XX, Nº 1186, 11 de febrero de 2020
Editora: Lic.
Mónica del Río
Página web: www.notivida.org
Email: notivida@hotmail.com
¿Una de las zonas más ricas de Argentina sin explotación propia?
EL DESALOJO DE LOS ARGENTINOS
Por Javier Cornejo
Publicado en el diario El Tribuno el 06 de agosto de 2009
Publicado en el diario El Tribuno el 06 de agosto de 2009
Muchos conocemos a Juan
Bautista Alberdi en el plano «constitucional». Poco conocemos al Juan Bautista
Alberdi de los «escritos póstumos». Tal como su importantísima obra publicada
en 1875 y que tituló: «Estudios económicos».
Interpretación económica de la
historia Argentina y Sud América». En la página 43 se desprenden palabras de
rigurosa actualidad: «La América del Sud está ocupada por pueblos pobres que
habitan suelos ricos».
Después de esta observación
elemental, el pensador argentino señala, como tesis de su obra, que «la Europa
presta al suelo, no al hombre, cuando presta su dinero a los Estados de América
del Sud».
El objetivo del acreedor, según
Alberdi, es obtener la propiedad del suelo gravado en garantía de su deuda
dineraria. Por eso, al momento de la ejecución de los bienes del suelo para
obtener el pago de su crédito, exige el suelo desocupado de habitantes.
¿Y cómo se desaloja todo un
continente?... se pregunta el autor. A ello responde: «Provocando guerras u
otras calamidades por cualquier pretexto y sin ningún sentido». «Son así las
guerras que han asolado a Paraguay y a
Entre Ríos, que se han hecho
con el oro de los ingleses» (página 91).
Si tomamos estos conceptos
embrionarios como base analítica de lo que está ocurriendo actualmente en la
República Argentina, constatamos que parece haber llegado la hora de la
«ejecución de nuestra garantía» a favor de nuestro usurario acreedor, y debemos
entregar el suelo libre de ocupantes.
Así también, cooperar
eficazmente para la entrega del inmenso potencial energético que significa
nuestra Antártida y adyacencias, ofreciendo a quien resulte su propietario, el
reservorio futuro de la humanidad.
De allí se infiere que se
impone el «exterminio» de la población argentina, se debe entregar el suelo (es
decir el patrimonio público y privado con sus recursos naturales intactos)
libre de ocupantes.
El accionar se aceleró
frenéticamente por medio de las herramientas actuales de exterminio. ¡Atrás y
lejos quedaron los Ejércitos de ocupación con metralla, pólvora y fusiles! ¡A
comienzos de 1800 ya Beresford los reemplazó por: letras de cambio, pagarés,
acuerdos comerciales y tratados que se deben cumplir!
Las armas del exterminio
funcionan a la perfección:
·
Guerra química: «Consumo de drogas» con
proyecciones estremecedoras en nuestra juventud. Próxima despenalización de la
tenencia; con lo que se abre la puerta a la legalización del tráfico total,
pre-anunciada por lluvia de drogas en cielos salteños.
·
Guerra bacteriológica: consumada
con las pandemias, sin ningún control sanitario riguroso de sida, cólera,
meningitis, hepatitis, mal de Chagas, fiebre amarilla, dengue, gripes en sus
diversas variedades, y la nueva gripe medieval que ya hace estragos en China;
vigentes en la pobreza creciente que asola a nuestro país y que niegan los
indicadores con precisas instrucciones. Desembocando en un incremento de la
mortalidad infantil.
·
Desquicio educacional: aumento de
una TV espúrea que cala el último rincón con su mensaje desintegrador.
·
Guerra económica: instrumentada en la siniestra
cantidad de medidas y actos administrativos de «ajuste» de nuestros
gobernantes. Incremento inusitado de muertes por accidentes en transportes
públicos y privados: caos en el respeto a las normas de tránsito. Conductores
bajo los efectos de todo tipo de sustancias.
·
Total crisis institucional: en la que la imagen
y autoridad de gobernantes se asimila en forma creciente al término
«corrupción».
·
Inseguridad: como «normalidad» creciente Guerra
civil: en el mundo tenemos hartos ejemplos de guerras «provocadas».
Piquetes y contra piquetes, pobres contra pobres. Ocupas contra ocupas.
·
Indefensión total a cualquier intención de ocupación
de nuestro territorio por cualquier fuerza de ocupación extranjera.
Inexistencia de las Fuerzas Armadas.
En este somero análisis
constatamos la gravedad de una realidad que se nos oculta sistemáticamente y
nos hace parecer que los acontecimientos que ocurren lo son por casualidad del
devenir histórico, y no por una «causalidad» eficientemente provocada con el
único fin de reducir y aniquilar a la población en un continente (Sudamérica
Antártida) con los recursos naturales necesarios para la subsistencia y control
de la humanidad del futuro.
Intentar tapar esta espantosa y
concreta realidad, es un genocidio sin límites, por parte de nuestros
gobernantes a los que sólo parece preocuparles la eternización en un poder de
miserables.
Los conceptos de este
comentario encuentran su basamento en la obra del Dr. Julio González: «Los
tratados de paz por la guerra de las Malvinas», de agosto de 1998.
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