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miércoles, 12 de febrero de 2020

La ineptitud del gobierno de turno

o su connivencia?


ARGENTINA SE SIGUE DESPOBLANDO
La del 2018 es la menor tasa de natalidad del país de las últimas décadas. El distrito con el índice más bajo es la Ciudad de Buenos Aires y la caída más abrupta de las tasas de natalidad se da en la despoblada Patagonia.
Por Mónica del Río

Conforme a los datos consignados por el Ministerio de Salud de la Nación, el 2018 es el quinto año consecutivo en el que bajó el número de nacimientos (685.394), que esta vez decreció en un 2,7 %.
La tasa de natalidad en Argentina (número de nacimientos por cada mil habitantes) fue en 2018 del 15,4 y es la más baja registrada en las últimas décadas.
Ambos indicadores –nacimientos y tasa de natalidad- bajaron sistemáticamente en los últimos 5 años disponibles. En el 2014 teníamos una tasa de natalidad de 18,4 y 777.012 nacimientos, cifras que fueron decreciendo progresivamente hasta llegar al registro del 2018 (15,4 y 685.394).
La tasa de natalidad en las provincias (2018)
Los distritos con menor tasa de natalidad son la Ciudad de Buenos Aires (11,4), La Pampa (13,5) y San Luis (14,2). También se encuentran por debajo de la media nacional (15,4) las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Chubut, La Rioja, Río Negro, Santa Cruz y Santa Fe.
La tasa de natalidad más alta del país es la del Chaco (21), seguida por Misiones (20,2) y Formosa (19,8).
Marcado descenso de la tasa de natalidad en algunos distritos
La Ciudad de Buenos Aires ha sido históricamente el distrito con menor tasa de natalidad del país, aun así, ese indicador mermó un 19% desde el 2014 (14,3) a la actualidad (11,4). Consignemos a modo de parámetro que en Córdoba y Santa Fe la caída de la tasa de natalidad para el mismo período está alrededor del 14% y que las tres jurisdicciones tuvieron una tasa medianamente estable entre el 2000 y el 2014. Recordemos también que la referente del Programa de Salud Sexual y Reproductiva del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires es Sandra Vázquez directora ejecutiva de Casa Fusa/IPPF.
La región geográfica donde la tasa de natalidad cayó más en los últimos años es la Patagonia –encabezada por Santa Cruz-, que se sigue despoblando.
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NOTIVIDA, Año XX, Nº 1186, 11 de febrero de 2020   
Editora: Lic. Mónica del Río
Página web: www.notivida.org
 


¿Una de las zonas más ricas de Argentina sin explotación propia?


EL DESALOJO DE LOS ARGENTINOS

Por Javier Cornejo
Publicado en el diario El Tribuno el 06 de agosto de 2009

Muchos conocemos a Juan Bautista Alberdi en el plano «constitucional». Poco conocemos al Juan Bautista Alberdi de los «escritos póstumos». Tal como su importantísima obra publicada en 1875 y que tituló: «Estudios económicos».
Interpretación económica de la historia Argentina y Sud América». En la página 43 se desprenden palabras de rigurosa actualidad: «La América del Sud está ocupada por pueblos pobres que habitan suelos ricos».
Después de esta observación elemental, el pensador argentino señala, como tesis de su obra, que «la Europa presta al suelo, no al hombre, cuando presta su dinero a los Estados de América del Sud».
El objetivo del acreedor, según Alberdi, es obtener la propiedad del suelo gravado en garantía de su deuda dineraria. Por eso, al momento de la ejecución de los bienes del suelo para obtener el pago de su crédito, exige el suelo desocupado de habitantes.
¿Y cómo se desaloja todo un continente?... se pregunta el autor. A ello responde: «Provocando guerras u otras calamidades por cualquier pretexto y sin ningún sentido». «Son así las guerras que han asolado a Paraguay y a
Entre Ríos, que se han hecho con el oro de los ingleses» (página 91).
Si tomamos estos conceptos embrionarios como base analítica de lo que está ocurriendo actualmente en la República Argentina, constatamos que parece haber llegado la hora de la «ejecución de nuestra garantía» a favor de nuestro usurario acreedor, y debemos entregar el suelo libre de ocupantes.
Así también, cooperar eficazmente para la entrega del inmenso potencial energético que significa nuestra Antártida y adyacencias, ofreciendo a quien resulte su propietario, el reservorio futuro de la humanidad.
De allí se infiere que se impone el «exterminio» de la población argentina, se debe entregar el suelo (es decir el patrimonio público y privado con sus recursos naturales intactos) libre de ocupantes.
El accionar se aceleró frenéticamente por medio de las herramientas actuales de exterminio. ¡Atrás y lejos quedaron los Ejércitos de ocupación con metralla, pólvora y fusiles! ¡A comienzos de 1800 ya Beresford los reemplazó por: letras de cambio, pagarés, acuerdos comerciales y tratados que se deben cumplir!
Las armas del exterminio funcionan a la perfección:

·         Guerra química: «Consumo de drogas» con proyecciones estremecedoras en nuestra juventud. Próxima despenalización de la tenencia; con lo que se abre la puerta a la legalización del tráfico total, pre-anunciada por lluvia de drogas en cielos salteños.
·         Guerra bacteriológica: consumada con las pandemias, sin ningún control sanitario riguroso de sida, cólera, meningitis, hepatitis, mal de Chagas, fiebre amarilla, dengue, gripes en sus diversas variedades, y la nueva gripe medieval que ya hace estragos en China; vigentes en la pobreza creciente que asola a nuestro país y que niegan los indicadores con precisas instrucciones. Desembocando en un incremento de la mortalidad infantil.
·         Desquicio educacional: aumento de una TV espúrea que cala el último rincón con su mensaje desintegrador.
·         Guerra económica: instrumentada en la siniestra cantidad de medidas y actos administrativos de «ajuste» de nuestros gobernantes. Incremento inusitado de muertes por accidentes en transportes públicos y privados: caos en el respeto a las normas de tránsito. Conductores bajo los efectos de todo tipo de sustancias.
·         Total crisis institucional: en la que la imagen y autoridad de gobernantes se asimila en forma creciente al término «corrupción».
·         Inseguridad: como «normalidad» creciente Guerra civil: en el mundo tenemos hartos ejemplos de guerras «provocadas». Piquetes y contra piquetes, pobres contra pobres. Ocupas contra ocupas.
·         Indefensión total a cualquier intención de ocupación de nuestro territorio por cualquier fuerza de ocupación extranjera. Inexistencia de las Fuerzas Armadas.

En este somero análisis constatamos la gravedad de una realidad que se nos oculta sistemáticamente y nos hace parecer que los acontecimientos que ocurren lo son por casualidad del devenir histórico, y no por una «causalidad» eficientemente provocada con el único fin de reducir y aniquilar a la población en un continente (Sudamérica Antártida) con los recursos naturales necesarios para la subsistencia y control de la humanidad del futuro.
Intentar tapar esta espantosa y concreta realidad, es un genocidio sin límites, por parte de nuestros gobernantes a los que sólo parece preocuparles la eternización en un poder de miserables.
Los conceptos de este comentario encuentran su basamento en la obra del Dr. Julio González: «Los tratados de paz por la guerra de las Malvinas», de agosto de 1998.


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