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viernes, 5 de febrero de 2021

El placer en el descrédito, de los incultos

Un esclavo vacío de ideas, para la perfecta deshumanización



La actual dictadura cultural: el progreso hacia a la nada

20.12.2020 Por Carlos Daniel Lasa * 

El filósofo francés Michel Onfray es bastante conocido dentro del mundo de habla hispana. Muchas de sus obras han sido traducidas. Incluso ha sido referenciado frecuentemente por el progresismo vernáculo. Como siempre, sus obras despiertan admiración y repudio a la vez. Quizás, esta última a la que me voy a referir, se trate del segundo caso.

En efecto, Onfray publicó, el pasado año, su `Théorie de la dictature précédé de Orwell et l`Empire maastrichien' (París, Editions Robert Laffont). En este escrito afirma que hoy, en los países democráticos, se ha establecido una nueva dictadura.

Esta dictadura a la que hace referencia se caracteriza por los aspectos que siguen. Ellos son: destruir la libertad, empobrecer la lengua, abolir la verdad, suprimir la historia para poder reescribirla a voluntad, negar la naturaleza y propagar el odio.

El común denominador de este nuevo mundo progresista es su fuerte componente nihilista. Refiere el autor, conocido por su confesado ateísmo: "El progresismo se ha transformado en la religión de una época privada de experiencias de lo sacro, se ha convertido en la esperanza de estos tiempos desesperados, de una civilización sin fe".

¿Cómo se ha llegado a esta situación de barbarie cultural?

El pensador francés expresa que, luego de 1969 (cuando De Gaulle deja la presidencia), el poder político francés se parte en dos. Por un lado, los seguidores de De Gaulle; por el otro, los simpatizantes de los comunistas. Los primeros se quedan con la economía y las competencias estatales; los segundos (obviamente) con la cultura.

Estos últimos conquistan el monopolio cultural a la par que empiezan a crear un relato. Poniendo en sordina su colaboración con el régimen nazi durante la ocupación, inventan que fueron fusilados 75.000 hombres del partido. Estos serían, de acuerdo a la nueva historia, los verdaderos héroes antinazis.

Como nota pintoresca, Onfray refiere que este mismo partido comunista era contrario al aborto y a la contra-concepción en virtud de no querer que la mujer comunista fuera conducida a transitar la vida disoluta de los burgueses.

Sin embargo, este poder político-cultural durará poco tiempo. Después de 1968, las filosofías estructuralista y deconstructivista comienzan a hacerse hegemónicas.

IDEA VS. REALIDAD

Para el estructuralismo, refiere Onfray, la idea es más verdadera que la realidad. Esta desnaturalización opera en el lenguaje con Barthes, en la antropología con Levi-Strauss, en psicología con Lacan, en la historia con Althusser, en la sexualidad con Foucault, en la racionalidad con Deleuze, en el ámbito de la verdad con Derrida. El nihilismo deconstructivista, pues, reemplaza al materialismo dialéctico.

Ahora bien: el principal enemigo de esta dictadura cultural es el pensamiento. El que pretenda pensar de modo diferente se convierte en un sospechado. ¿Cuándo sucede esto? Cuando alguien pretende pensar por sí mismo y comienza a ver la realidad de las cosas. Cuando se decide a dar el nombre justo a esas cosas. Cuando afirma que las verdades serán siempre verdades.

Como podrá advertirse, solo el poder dictatorial progresista puede determinar qué es y qué no es verdad.

La nueva dictadura reprime a través del aparato jurídico, dictando leyes favorables al nuevo absolutismo. Al propio tiempo, lleva a cabo una revolución cultural. Esta última se hace efectiva instrumentalizando a los medios de comunicación, empobreciendo la lengua y reescribiendo la historia. Será necesario, a tal efecto, crear una nueva lengua con el objetivo de reducir la gama de pensamientos.

`MODERNIZACION'

De este modo, el pensar peligroso morirá porque carecerá de palabras para expresarse. Esta nueva lengua, bajo el imperativo de la "modernización", hará imposible que el hombre pueda acceder al pensamiento clásico. Al destruir la posibilidad de la memoria se podrá inventar un nuevo sistema simbólico acorde a la dictadura progresista.

Este ataque a la lengua, nos dice Onfray, comienza en la escuela. La propia escuela procedió a destruir un método de lectura que había probado su eficacia a través de muchas generaciones. Luego, lo reemplazó por sistemas sacados de las ciencias de la educación: métodos dañinos para los alumnos puesto que rompen los mecanismos de leer, escribir, contar y pensar.

A su vez, se desalentó completamente la memoria. El objetivo, para el filósofo francés es claro: "construir seres adultos vacíos y chatos, estériles y privados de profundidad, totalmente compatibles con el proyecto post-humano".

Onfray califica a este régimen progresista de "descerebrado". Crece el analfabetismo, incluso en aquellos que han superado la enseñanza superior. Los profesores leen menos y se encuentran incapacitados para entender textos de cierta complejidad. Por esta razón refiere: "Esta aversión en relación al libro y a lo escrito, en relación al autor, a la ortografía, al estilo, a la gramática, a la sintaxis, a la literatura, a las obras maestras, a los clásicos, pero también el vocabulario, ha permitido formar una cadena de gente ignorante y sin instrucción, gente analfabeta y atrasada. Es bueno buscar entre esos militantes de la ignorancia a los pedagogos de los niños de hoy y de los adultos del mañana. ¿Qué cosa hay de mejor en la carrera de un solo imbécil en la instrucción pública para construir una, dos, directamente tres generaciones de imbéciles?".

La historia no queda indemne. Esta ya no se construye gracias a las obras de estudiosos que trabajan sobre archivos, documentos y testimonios. Los nuevos "historiadores" creen que la verdad ya ha sido pre-confeccionada por algunas personas avaladas por la dictadura progresista.

Las cuestiones de género o del sexo no se ponen más en términos de naturaleza sino de cultura. Y afirma sin ambages: "Que la naturaleza se oponga a la cultura es la primera estupidez que impide pensar".

Finalmente, esta ideología opresiva y progresista cultiva y alienta el odio. "Nuestra época es la época del odio", dice. Es contraria a la tolerancia. La tolerancia solo debe tenerse en cuenta para con los progresistas, o sea, para con aquellos que piensan del mismo modo. El alma de estos progresistas ha convertido al vicio en virtud.

MONEDA DE INTERCAMBIO

Gracias a la desaparición de la moral tradicional, el odio pasa a ser la moneda de intercambio. Usando el descrédito de las personas, se cancelan discusiones, se oblitera el intercambio de ideas, se tapona toda posibilidad de diálogo. Refiere Onfray: "En el ámbito de la cultura postmoderna, el odio es reservado a quien no se arrodilla delante de las verdades reveladas de la religión que se autoproclama progresista".

Como cierre de este lúcido y valiente escrito, concluye: "No estoy tan seguro de querer ser progresista. Y creo que ni siquiera el burro Benjamín de `Rebelión en la granja' lo hubiese querido ser".

* Doctor en Filosofía de la Universidad Católica de Córdoba.

http://www.laprensa.com.ar/497169-La-actual-dictadura-cultural-el-progreso-hacia-a-la-nada.note.aspx

La Torre de Babel (inclusiva)

7 DE Junio 2019 Javier Cornejo


"La lengua es la sangre del espíritu. En el idioma va implícita una cierta filosofía, un cierto modo de concebir y, aún más, de concebir, de sentir la vida. Sean cuales fueran los cruces de razas, sea cual fuera la sangre material que a la primitiva se mezcla, mientras un pueblo hable en español, pensará y sentirá en español también". Así nos decía el rector de la Universidad de Salamanca, don Miguel de Unamuno.

Es muy posible que lo ocurrido en la bíblica Torre de Babel quede eclipsado con el nuevo idioma del siglo XXI. En el proceso destructivo de desintegración y disgregación de los pueblos que habitan una geografía, la ruptura idiomática configura un eslabón esencial en la cadena de sojuzgamiento de un pueblo.

Esto no es nuevo. Ya los traficantes de esclavos tomaban el cuidado de integrar sus cargas con personas de raza negra de distintas tribus que hablaran idiomas diferentes, garantizándose de esta manera la disminución de posibles revueltas.

Este eslabón destructivo, hoy conocido como "lenguaje inclusivo", se suma a la política de despoblamiento nacional ejecutada con todo tipo de medidas que van desde la matanza del ser más indefenso, el niño por nacer, el crecimiento exponencial de la drogadicción juvenil y la delincuencia creciente, y en una confrontación de pobres contra pobres injustificable en una nación rebosante de recursos naturales.

¿Por qué el idioma?

¿Por qué un pueblo en contradicción en la comprensión de la armonía de su comunicación, es presa fácil de inducir a su disgregación?:

Cambiando el idioma se cambian las palabras.

Cambiando las palabras se cambian las ideas.

Cambiando las ideas se cambian los conceptos.

Cambiando los conceptos se cambian las conciencias y las conductas.

Cambiando las conciencias y las conductas, se cambian nuestras expresiones artísticas, poéticas, musicales, se cambia nuestra tradición, nuestra moral y nuestra religión.

Con la destrucción idiomática quedamos imposibilitados de comprender las obras literarias, mutilados en la posibilidad de conocimientos clásicos inherentes a nuestra raza humana.

Perspectiva de género

Manipulando la palabra "género" desembocamos en el concepto, hoy en boga, que nuestro lenguaje no visibiliza al sexo femenino, ni las percepciones que de la amplitud de género se derivan. Con el justificativo de no excluir a nadie se comienza a imponer la actual destrucción idiomática. Así se modifican adjetivos, artículos y pronombres con la introducción de la letra "e", de lo que resultan frases como las publicadas por tn.com.ar:

Les chiques simpatiques.

Les niñes atentes.

Nosotres salimes soles.

Elles están contentes.

Les nenes más chiques.

Yo Vos- Elle- Nosotres- Vosotres- Ustedes- Elles.

El Instituto Nacional de las Mujeres y la Secretaría de Asuntos Políticos e Institucionales del Gobierno nacional, siguiendo los pasos de España, especialmente del Gobierno de Aragón, armaron un manual para implementar el lenguaje inclusivo en los medios de comunicación, denominándolo: "Propuesta para una comunicación política equitativa", en la que la palabra "hombre" no puede usarse como término para denominar a los seres humanos, porque "adolece de una ambigedad intensa". Lo mismo la palabra "niño", que debe ser cambiada por "infante" o "criatura".

Tales recomendaciones fueron recibidas y expuestas en el VIII Congreso Internacional de la Lengua Española que se desarrolló en Córdoba el pasado 27 al 30 de marzo.

Paradójicamente, mientras esto ocurre con el idioma castellano, los mismos que propician su destrucción, abogan por la recuperación de idiomas originarios. Así también, se propone la incorporación de la letra "x" y la "@"en lo que hace a la referencia del concepto binario femenino masculino, en la formación de frases y concepto que llevaron a la vicepresidente de España, María del Carmen Calvo, a proponer cambiar el nombre del órgano sexual femenino, vagina, por "agujero delantero" para no ofender al colectivo trans.

https://www.eltribuno.com/salta/nota/2019-6-8-0-0-0-la-torre-de-babel-inclusiva

La Babel del pensamiento único

12 DE Julio 2019 Javier Cornejo

Los cambios que se pretende introducir en nuestro idioma castellano no obedecen a una renovación gramatical natural. Son inducidos en forma forzada y coercitiva para llevar a los seres humanos a la sumisión de un "pensamiento único".

Hoy es posible, facilitado por las herramientas tecnológicas disponibles. Ya George Orwell lo decía en "1984": "quien controla el poder de definir las palabras controla también las mentes". El pensamiento único se sostiene con lo "políticamente correcto", es decir, conforme a la idea dominante, donde Orwell reafirma que "la manipulación de los conceptos es uno de los pilares del totalitarismo". Es preciso tener presente que a partir de la lengua nacen los pueblos y no a partir de los pueblos nace la lengua.

Tal iniciativa de destrucción idiomática avanza sobre todas las lenguas cuyas sociedades se encuentran vulnerables a esos embates. Tal el caso de la musulmanización europea, en particular del idioma francés, como lo denuncia el identificado con los "chalecos amarillos", Alain de Benoist en su Análisis Histórico y Sociológico sobre el pensamiento único. El gran paso en tal sentido fue el uso del lenguaje para la "rehabilitación" de categorías discriminadas por cualquier situación (cultural, étnica, religiosa, sexual, etc.) especialmente en sectores antirracistas y feministas. Así también nos dice Benoist que en la literatura no puede atribuirse papeles de "malos" a las minorías, y cada vez con mayor asiduidad, en películas, series, obras, prevalecen las mujeres como heroínas; o en nuevas variantes de comic's, prevalecen percepciones sexuales en los protagonistas que exceden lo masculino - femenino ubicando a los hombres en papeles de tontos, bobos, y, desde luego machistas. Nos habla del lenguaje publicitario que si representa un grupo en el que no haya nadie de las "minorías visibles" es tachado de racismo.

En lo que hace al uso de letras, hay quienes ponen el signo arroba @ en lugar de la "a" o la "o" que suele diferenciar el femenino del masculino. El problema es que, si la escritura es una representación convencional de la oralidad, aquí no cumple su cometido, ya que ese signo -@- no se puede pronunciar. Lo "políticamente correcto", el "pensamiento único", donde ostensiblemente se manifiesta es poniéndose al servicio de la ideología de género. Donde el objetivo es borrar las diferencias biológicas en una irreal equiparación de seres diferentes. Es imponer la igualdad por doquier, donde no hay diferencias ni siquiera en trabajos más masculinos o más femeninos, se propicia que los hombres lleven polleras (caso de escuela ciudad de México en pos de uniforme igualitario), campañas masivas en Alemania y Países Bajos para exigir se prohíba a los hombres orinar de pie. Se prohíbe que los padres den regalos de género a sus hijos (muñecas a las niñas, autitos a los niños), modifican las listas de nombres de manera de poder aplicarlos indistintamente. Se sugiere el cambio de los cuentos clásicos, Caperucita, Blanca Nieves, Cenicienta, etc. donde introducen cambios en la sexualidad de los protagonistas en pos de plantear una igualdad como sinónimo de mismidad, neutro. Los defensores de los animales también toman partido, ridículo y contradictorio, por cierto, proponiendo reformular dichos populares: "matar dos pájaros de un tiro" debe convertirse en "alimenta dos pájaros con el mismo pan"; "ser conejillo de india" por "ser el tubo de ensayo" (como si eso significara una dignificación del cobayo); "agarrar el toro por las astas" por "agarrar la flor por las espinas" (sin relación ; "la curiosidad entusiasmó al gato" (en vez de matarlo). Nada debe ser especista, es decir que no sostenga la igualdad entre todas las especies. Sobre este tema tomo expresiones de Mario Vargas Llosa: "El lenguaje no se puede transformar por temas ideológicos". "El lenguaje inclusivo es una especie de aberración dentro del lenguaje, que no va a resolver el problema de discriminación de la mujer". Ante la presión del pensamiento único, lo políticamente correcto afín a los pilares del totalitarismo, con inusitada velocidad, adredemente manipuladas, estas consignas nos mimetizan y obligan a cambios radicales de comportamientos. De tal manera el "antirracismo" toma la forma de un "racismo" en sentido contrario, donde las minorías ejercen una tiranía perenne sobre una mayoría a la que le exigen arrepentimiento y negación de sí misma (Alain de Benoist). La cuestión es que todo empieza a transitar hacia canales punitivos, donde las violaciones al pensamiento único, a lo políticamente correcto, ingresan a los Tribunales asediados por lobbies especializados constituyendo una expansión sin fin de la "juridificación creciente de las relaciones sociales". Como vemos, la cuestión no es sólo cambio de palabras. Se cambia la vida. En definitiva, al decir del director de la Academia Mexicana de Lengua, Don Gonzalo Celorio: "una lengua no se habla por decreto. Las academias de la lengua describen el fenómeno y en cierta forma lo sancionan, pero no lo pueden imponer. Se habla de un lenguaje inclusivo pero curiosamente el único género gramatical excluyente es el fe menino".

https://www.eltribuno.com/salta/nota/2019-7-12-0-0-0-la-babel-del-pensamiento-unico

 

¿CAMINO A UNA COMUNICACIÓN GUTURAL?

Por Javier Cornejo
Artículo publicado en el diario El tribuno el 07-04-15

Entre las distintas armas que se aplican a la disgregación de los pueblos, se debe considerar la importancia que adquiere la destrucción del lenguaje.

 Asistimos a una desembozada embestida en todos los frentes.

Especialmente en las redes sociales y en el uso comunicacional de nuestra juventud en función de palabras, convertidas en signos, abreviaturas y sonidos alejados notoriamente del vocablo original.

¿Por qué se está destruyendo nuestro idioma?

Ya ensayamos la respuesta en anteriores artículos de esta columna que puedo sintetizar en los siguientes conceptos:

Cambiando el idioma se cambian las palabras.

Cambiando las palabras se cambian las ideas.

Cambiando las ideas se cambian los conceptos.

Cambiando los conceptos se cambian las conciencias y las conductas.

Cambiando las conciencias y las conductas, se cambian nuestras expresiones artísticas, poéticas, musicales, se cambia nuestra tradición, nuestra moral y nuestra religión.

Con la destrucción idiomática quedamos imposibilitados de comprender las obras literarias, mutilados en la posibilidad de conocimientos inherentes a nuestra raza humana.

Con la destrucción idiomática quedamos inmersos en una Babel de incomprensión generalizada entre los mismos seres que habitamos esta geografía.

Ante esta perspectiva, la introducción de una inmigración que  se comunique  con otro lenguaje, por ejemplo el chino, acelerará sustancialmente la disolución de todo pensamiento nacional, costumbres, y dejará expuesto al pueblo argentino a una orfandad de principios  y  valores que lo harán fácil presa de cualquier nuevo ocupante del suelo argentino.

Son más que claras las palabras de George Orwell en su obra “1984”, diálogos con Winston: “Le estamos dando al idioma su forma final, la forma que tendrá cuando nadie hable más que “neolengua”. Cuando terminemos nuestra labor, tendréis que empezar a aprenderlo de nuevo. Creerás, seguramente, que nuestro principal trabajo consiste en inventar nuevas palabras. Nada de eso. Lo que hacemos es destruir palabras, centenares de palabras, cada día. Estamos podando el idioma para dejarlo en los huesos… la destrucción de las palabras es algo hermoso”.

En este caso, las principales víctimas son los verbos y adjetivos, pero también hay muchísimos nombres que se intenta prescindir. No sólo  se trata de sinónimos. También los antónimos. ¿En realidad, se llega a la paradoja de qué justificación tiene el empleo de una palabra sólo porque sea lo contrario de otra? Toda palabra contiene en sí misma su contraria, Por ejemplo, tenemos –bueno-: ¿qué necesidad hay de la contraria –malo-? = “No bueno” sirve exactamente igual. Es decir en el tránsito a esta “neolengua”  se suprimen las palabras que se usan como contrarias o  superlativas: “bueno, excelente, espléndido”.  

¿“No ves que la finalidad de la neolengua es limitar el alcance del pensamiento, estrechar el radio de acción de la mente”?. Al final acabaremos haciendo imposible todo crimen del pensamiento. En efecto, ¿cómo puede haber crimen mental si cada concepto se expresa a través de una solo palabra, una palabra cuyo significado esté decidido rigurosamente y con todos sus significados secundarios eliminados y olvidados para siempre? ¿Cómo vas a tener un slogan como el de –la libertad es la esclavitud- cuando la libertad no exista?”.

Vamos a una ortodoxia de “no pensar”, no necesitar el pensamiento: “Nuestra ortodoxia es la inconsciencia”.

La in-consciencia (falta de) en la que imperceptiblemente ya estamos inmersos.

 

 

 

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