Designaron a Juan Grabois como miembro del "ministerio social y ambiental" del Vaticano
22/04/2021 desarrollo humano
El dirigente social fue nombrado miembro del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano, bajo el que se nuclean los programas de aplicación de la encíclica Laudato si' y la comisión para la pospandemia de la Santa Sede.
Grabois fue propuesto como miembro consultor por el titular del Dicasterio, el cardenal ghanés Peter Turkson.
El dirigente social Juan Grabois fue designado miembro del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano, considerado el "ministerio social y ambiental" de la Santa Sede bajo el que se nuclean los programas de aplicación de la encíclica Laudato si' y la comisión para la pospandemia.
Grabois, de 37 años, fue propuesto como miembro consultor por el titular del Dicasterio, el cardenal ghanés Peter Turkson, informaron fuentes vaticanas a Télam.
La designación del abogado y dirigente de los movimientos sociales fue luego respaldada, días atrás, por el papa Francisco.
Otros miembros del Dicasterio creado por el Papa en 2016 son, por ejemplo, los cardenales de Polonia Konrad Krajewski y de Perú, Pedro Barreto, entre los religiosos, y los laicos Renato Lima de Oliveira y Sean Callahan.
Bajo la órbita del Dicasterio trabajan las fundaciones de orientación social del Vaticano, como la Popolorum Progressio, enfocado en América Latina; y la Juan Pablo II, en el Sahel.
Turkson ya había designado a Grabois como consultor del Pontificio Consejo de Justicia y Paz, una de las instituciones que, con la firma del decreto papal de agosto de 2016, derivaron desde el 1 de enero de 2017 en el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.
El Papa consideró entonces que el Dicasterio "será competente en las cuestiones que se refieren a las migraciones, los necesitados, los enfermos y los excluidos, los marginados y las víctimas de los conflictos armados y de las catástrofes naturales, los encarcelados, los desempleados y las víctimas de cualquier forma de esclavitud y de tortura".
En 2020, Francisco instituyó, bajo la órbita del Dicasterio, la comisión vaticana Covid-19, que se encarga de centralizar los programas de la Santa Sede para la denominada pospandemia en temas sociales, ambientales y económicos.
LA IGLESIA, HERIDA Y ACORRALADA POR LAS DENUNCIAS
Artículo publicado en el diario El Tribuno el 26 de abril de 2010
Por Javier Cornejo
Jaqueado por las denuncias contra curas pedófilos que llegan de todas partes del mundo, Joseph Ratzinger dijo: «La Iglesia está herida y es pecadora».
El escándalo, grave y medular en sí mismo, hiere a la cristiandad en valores sustanciales, como la moral personal y el respeto a la inocencia de los niños.
Además, deja a lglesia expuesta a infinidad de andanadas frente a las que no sabe cómo responder.
¿Se estará produciendo una nueva «bisagra» en una velocísima mutación del imperio global del siglo XXI hacia un gobierno mundial que todavía desconocemos?
La historia de la civilización está construida por la sucesión de hechos y actos de la lucha por el poder y su transmisión a través de los siglos.
En el transcurso histórico existieron «momentos de inflexión» en los que aparentemente se tomaba un rumbo distinto, pero al cabo del tiempo constatamos que todo sigue igual.
El origen de nuestra historia occidental bien podemos centrarlo en el devenir del Imperio Romano. Hay un hecho que se destaca como un viraje crucial de la historia: el «golpe de timón» trascendente que dio ese asesino incestuoso que fuera eliminado del Santoral por Juan XXIII, el emperador Constantino. En los años 313 y 325 dictó el Edicto de Milán y convocó al Concilio de Nicea respectivamente, por los que el cristianismo pasó a ser la religión del Estado. A partir de allí, se transformó el cristianismo militante, perseguido, periférico, el de los primeros creyentes, y comenzó una «mutación» del imperio a través de un camino sin fronteras terrenales ni espirituales, a través de la catolicidad, la apostolicidad y la romanidad.
En las «bisagras» históricas, la inteligencia y profundos conocimientos de los involucrados son decisivos. En ésta, fue fundamental el ciudadano romano Saulo o San Pablo, quién a través de sus Epístolas posibilitó tal paso.
En ese tiempo todavía mantenían su independencia cultural: el Antiguo Testamento, los Evangelios (apócrifos o no), las Epístolas de San Pablo, los Hechos de los Apóstoles y las Homilías Clementinas. Entre ellos, existen innumerables y muy serias contradicciones.
Fue el padre de la historiografía inglesa, el monje británico Beda el Venerable (672-735), quien hizo una reedición de la Vulgata, formando una única Biblia coordinada de un solo volumen que constituyó la versión oficial de la cristiandad. Fue quien estableció la cronología fijando como año 0 (cero) la «encarnación del Señor» en calendario de «antes» y «después» de Cristo.
Partiendo de la fecha establecida por Constantino del 25 de diciembre, estableció las fechas de la Semana Santa de las que se derivan todas las demás de la liturgia cristiana (hasta ese momento se calculaba el tiempo desde la fundación de Roma).
Le sucede otro monje británico: Alcuino de York, quien fue el ejecutor de la gran reforma educacional promovida por Carlomagno. Al introducir los conceptos de «alma» en sus jerarquías de intelecto, memoria y voluntad integradas en la oralidad (verbo) a la Trinidad Divina. Aristotélico, opuesto a la concepción agustina y platónica, echó las bases de lo que luego fue el Common Law.
Sobre los pilares referidos, el poderío espiritual-terrenal del Vaticano llegó hasta nuestros días. Resulta llamativo que el papa Benedicto XVI, el 18 de febrero de 2009, presentara a la cristiandad, precisamente, a San Beda el Venerable en la Audiencia General de la Plaza de San Pedro; que hace poco tiempo firmase la aceptación de la Iglesia Anglicana en la filas del catolicismo; que recién venga de Malta de conmemorar el 1.950º aniversario del naufragio de Saulo cuando iba a Roma y que ya haya programado un viaje a Gran Bretaña e Irlanda, centro de las denuncias sexuales que está haciendo temblar la estructura clerical.
TIEMPOS ACELERADOS
Por Javier Cornejo
Artículo publicado en el diario El tribuno el 7 de noviembre de 2011
En El Tribuno del 24/5/10, pág. 20, bajo el título: «Mundo nuevo no es inundo mejor» y un año después, el 13/6/11 titulado: «Finalizó la globalización» (II), exponía los disparadores del paso de la globalización hacia la mundialización, entendiendo por tal el férreo control del sistema global previamente armado.
El 24 de octubre pasado el Pontificio Consejo para la Justicia y Paz del Vaticano, presidido por el cardenal Peter Turkson, basándose en la encíclica de Benedicto XVI «Caritas in veritate», propuso la creación de una autoridad política mundial y un banco central mundial. Ante tal noticia es preciso referir que Cristo ni siquiera quiso «tocar» con sus manos el dinero: «Mostradme la moneda del tributo» «Dad pues al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios» (Mateo 22,19-21; Marcos 12,15; Lucas 20,24-25). Categóricamente el «dinero» no es de Dios.
El Pontificio Consejo echa por tierra y destruye la base esencial de la «personalidad» de los estados: su soberanía. Denominando «surrealista» y «anacrónico» nada menos que a Nicolás de Cusa, el cardenal que logró poner fin a la Guerra de los Treinta Años, con la Paz de Westfalia (1648), con lo que se jalonó el principio de los estados nacionales soberanos cimentando las bases de la ciencia moderna y la revalorización de la verdadera economía física real (no financiera de dinero con valor intrínseco). Con ello se puso fin a la denominada «era de tinieblas» del siglo XIV, en la que la población existente fue reducida en un tercio, convulsionada en medio de una dramática crisis integral.
Curiosamente estos anuncios se formulan en situación de actual crisis global con un planeta con 7.000 millones de humanos y programas de reducción poblacional malthusianas por doquier, acordes con el MNS 200 de Henry Kissinger.
Basado en el inglés Thomas Hobbes, el cardenal Turkson reclamó: «Los estados deben ceder de manera gradual parte de sus soberanías a una autoridad política mundial y a un banco central mundial. Esta autoridad política mundial debe tener un horizonte planetario, siendo la expresión de un acuerdo libre y compartido entre los países. Por lo que el ejercicio de esta autoridad tendrá que ser necesariamente supra partes, creando mercados eficientes y eficaces para que no estén protegidos por políticas nacionales paternalistas. Y así promover una equitativa distribución de la riqueza mundial mediante formas inéditas de solidaridad fiscal global, regulando el sistema de los cambios monetarios y las actividades bancarias y financieras».
Es de destacar que los recientes acontecimientos en Libia pueden servir como ejemplo a los países y jefes de Estado que no accedan a un «libre acuerdo» de cesión de sus soberanías. Curiosamente también, el argentino José Gabriel Funes, director del Observatorio Astronómico del Vaticano (Specola Vaticana) anticipa: «Abrir las conciencias hacia nuestro hermanos extraterrestres, que son también creación de Dios».
Parece que los ecos del Banco Ambrosiano trascienden las galaxias globales e intentan acompañar el new age que se observa ya impuesto a la humanidad plena.
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