Walter Neil Bühler 06 de mayo de 2024
No puedo comenzar esta columna sin rendir mi emocionado homenaje a los nuevos héroes vernáculos. El presidente Milei no es muy de prodigar elogios a otras personas; con los autoelogios queda exhausto y no es cuestión de repartir alabanzas a troche y moche. Aunque muchos de los que han logrado sus mayores lisonjas (López Murphy, Carlos Rodríguez, Roque Fernández, Diego Giacomini, Ramiro Marra, etc.) han pasado rápidamente al cesto de los trastos olvidados. Llamativamente quienes han recibido sus peores diatribas (Luis Caputo, Patricia Bullrich) hoy son estrellas de su gabinete.
Hace dos semanas el presidente, Javier Milei, en el discurso pronunciado en el Hotel Llao Llao, de Bariloche, al dirigirse a los grandes empresarios allí presentes los llamó "héroes" por haber fugado divisas y los exhortó a comprar dólares en el mercado ilegal. Textualmente: "El que fuga es un héroe, no importa de dónde venga la plata".
Pero su elogio no se limitó a meras palabras, sino que, en los hechos, con la propuesta de su "Ley Bases" no solo ha beneficiado a esos grandes empresarios que estarán libres de todo gravamen si invierten más de 200 millones de dólares, sino que -con su caracterizado amor a los más desprotegidos- se ha acordado también de los pequeños evasores empresarios.
A esas empresas chicas que con gran perseverancia se han preocupado -sufriendo todo tipo de persecuciones- por mantener un récord argentino: más de un 40% de trabajo no registrado. Son esos sacrificados empresarios que durante años han soportado la crítica social por defraudar el sistema previsional y violar toda legislación laboral. Esos empresarios que lograron instalar la idea de la industria del juicio, cuando en realidad se trataba de la industria del incumplimiento de la legislación argentina.
La gran mentira
Ese reconocido éxito comunicacional (para algunos ingratos: el único éxito) del gobierno anarco capitalista, también se ha reflejado en la instalación de la idea de que la cacareada reforma laboral será un formidable instrumento para combatir el trabajo no registrado. Mentira, sin lugar a dudas es todo lo contrario: será un incomparable acicate para continuar evadiendo.
Existe cierto consenso en que las sanciones laborales aplicadas hasta ahora por tener un trabajador no registrado podían ser exorbitantes, y, en todo caso, ineficaces para disuadir el trabajo en negro, ya que, en tres décadas de vigencia, el trabajo clandestino no hizo otra cosa que seguir aumentando. Es un tema que venimos criticando a través de numerosos artículos escritos en este mismo espacio. Pero el proyecto paleo libertario, al suprimir todo tipo de sanción, no hace sino incentivar la clandestinidad.
También se miente al afirmar que "ahora" el trabajador podrá comunicar a la AFIP su situación, ya que la legislación actual le impone al trabajador que desde su primer telegrama (gratuito) deberá presentar o enviar copia al ente fiscalizador. Ante la inexistencia de sanciones para el incumplidor y ningún estímulo para el empleador que viene cumpliendo -y quiere seguir haciéndolo- con sus cargas previsionales, será difícil que las empresas sean tan tontas de regularizar su situación para el futuro.
Para el pasado, la nueva ley nos obligará a todos los que cumplimos diligentemente con nuestros impuestos a extender nuestra generosidad, más allá de lo razonable, hacia aquellos que evaden eternamente sus responsabilidades fiscales. En ese orden, el blanquear el trabajo no registrado implicará no solo: "La extinción de la acción penal prevista por la Ley N° 27.430 y condonación de las infracciones, multas y sanciones de cualquier naturaleza correspondientes a dicha regularización", sino también: "La condonación de la deuda por capital e intereses cuando aquella tenga origen en la falta de pago de aportes y contribuciones con destino a los Subsistemas de la Seguridad Social".
La generosa condonación (palabra que en una esperpéntica etimología podríamos derivar de "condón" y "donación", con lo que el lector puede hacer los juegos de palabras que le apetezcan), no será inferior al 70% del monto adeudado, para el que además se le darán dadivosos planes de pago. Claro que la generosidad no alcanza para los trabajadores, porque si Ud. trabajó durante 20 años en negro, y lo blanquean, solo tendrá derecho a regularizar los últimos cinco años, pero, además, aunque Ud. tuviera un sueldo de dos millones de pesos, solo se le blanqueará por el valor del Salario Mínimo: su jubilación será la envidia de toda la Villa 31. Es decir, si Ud., empresario pícaro, evadió durante 20 años, solo pagará una suma ínfima porque se la tomarán a valores nominales. Si Ud., empleador honesto, pago sus cargas sociales durante 20 años, íqué le puedo decir sin ser grosero!: joróbese por esférico.
Este esperpento puede ser ratificado por el Senado de la Nación, en cuyo caso muchos considerarán que ratificar no se refiere a convalidar, sino al adjetivo de ratas con el que el líder libertario calificó a los legisladores.
https://www.eltribuno.com/salta/opiniones/2024-5-6-0-0-0-los-heroes-de-la-patria
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