VÓRTICE: Remolino. Torbellino. Centro de un ciclón.
La imagen por la que se tradicionalmente representa al globo
terráqueo y/o los planisferios, con el norte “arriba” y el sur “abajo”, es una
ubicación meramente artificial.
No un principio físico.
No obstante tal ubicación no es casualidad.
Tal ubicación es uno
más de los innumerables elementos psicológicos representativos por el cual, los
países desarrollados –dominantes- que están ubicados en el norte, imponen una
sumisión esquemática a los países en vías de desarrollo -dominados- que están
ubicados en el sur.
Los del sur, de “abajo”, para ver a los del norte, debemos
mirar para “arriba”.
Si tal ubicación geográfica es sólo antojadiza, entonces
¡cambiemos el paradigma! Demos vuelta el planisferio ¡demos vuelta el globo
terráqueo!
Pongamos el sur arriba y el norte abajo: ingresamos a una
concepción desconocida.
Constatamos que el camino de las civilizaciones fue un
peregrinaje hacia el Sur.
Constatamos que nuestro proceso de ubicación geográfica
sufre una profunda alteración, pero en que la comprensión de la estructura de
nuestro planeta adquiere mayor coherencia al visualizar fácilmente el disloque
de los continentes teniendo por “Techo” del mundo a la Antártida –continente de
tierra firme y no hielo como el Ártico- donde los argentinos y chilenos
devenimos en los privilegiados habitantes de una geografía apetecida por el
resto de los seres humanos que no escatimarán ningún esfuerzo en apropiársela.
Con tal premisa geopolítica, el lector podrá encontrar en
este libro la compilación de los escritos del autor a lo largo de tres años en
su columna semanal del Diario El Tribuno y del periódico “on line” Opinión
Calificada.
Desde tal perspectiva debe ubicarse para absorber el Alerta que
estas páginas significan.
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