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martes, 2 de diciembre de 2014

Tradición o Consumo Masivo?


Diciembre: ¿Tradición o Consumo Masivo?





La llegada de diciembre, trae consigo una de la fiestas más celebradas a nivel mundial, presentando una gran diversidad de manifestaciones y festejos que gozan de ser mayormente respetadas por ser el término de un ciclo y comienzo de otro, sin embargo estas fiestas tiene su origen religioso que celebra el nacimiento de Jesús de Nazaret profeta y luchador por los pobres del mundo.
Este hecho en sí, oculta la comercialización del nacimiento, promoviendo una cantidad de sentimientos y valores que cumplen con un patrón cultural de consumo masivo, donde es obligatorio, pasarla bien y esto de pasarla bien solo se puede comprando y comprando,  pero nos preguntamos… será la navidad, un hecho cultural?


SENSACIÓN DE NAVIDAD Y CONCRETO CONSUMISMO GLOBAL
Por Javier Cornejo
Artículo publicado en el diario El Tribuno el 14 de diciembre de 2009

El accionar en pos de reducir al ser humano a un elemento de consumo es permanente. Año a año se acelera e intensifica.
El objetivo es lograr un organismo visceral. Un conjunto de órganos, tripas, carne, tendones y huesos absorbentes de todo tipo de sustancias y artículos innecesarios. Así, se consigue la potencia suficiente para degradar en una absoluta involución a la capacidad energética creadora, noosfera, que distingue a la raza humana del resto de todas las especies animales.
Junto a este accionar se despliega intensamente la aniquilación de toda raíz o fuente que sustente a las personas, comunidades y pueblos en un futuro de progreso en paz y armonía.
Asistimos impávidos a la destrucción sistemática de nuestras creencias, convirtiéndolas en motivo sólo de consumo.
Todas las fechas son válidas: día del padre, de la madre, del niño, de los enamorados, ...de la cucaracha etc. Llegando al mes de diciembre en que debe explotar el consumismo en función de todo el grupo familiar.
Esta vorágine de «compras» de fin de año viene de la mano de un «gordo de barba blanca», que anda en trineos voladores tirado por raros ciervos, súper abrigado con ropajes rojizos de su creadora marca de gaseosas que llegó a santificarlo como un tal «Santa», que nada tiene que ver con nuestra cultura latinoamericana, argentina, salteña.
Nos aniquilan la Navidad
El objetivo es destruir el verdadero significado del 25 de diciembre.
Se debe desterrar el pesebre, anular el nacimiento ocurrido en Belén. Se lo intenta reemplazar exitosamente y con la complicidad de todos, por un arbusto de plástico, con algodones imitadores de copos de una nieve inexistente en nuestra geografía, contradictorio con nuestros quebrachos, ceibos, tipas. El tiempo de meditación, recogimiento, balance, reencuentro con nuestros familiares y semejantes es reemplazado por la urgencia efímera de un consumismo global de colgar productos en el árbol de nuestro suicidio espiritual.


El tiempo de reflexión se transforma en una fecha de obligaciones pantagruélicas, en competencias gastronómicas de felices «fiestas».
No es casualidad que las conmemoraciones más trascendentes del cristianismo sean objeto de un feroz ataque distorsivo.
Tal el caso del 1 y 2 de noviembre, fechas de interrelación con nuestros hermanos que nos precedieron en este mundo y con quienes nos uniremos cuando partamos. En un momento de profundo significado cual es la «común unión» de los Santos y Fieles Difuntos. Es decir, el fortalecimiento del esencial lazo de unión con quienes nos precedieron re-fundando la intrínseca conexión de vida plena, en obras y legados de quienes ya no están físicamente, pero que permanecen ingresando al concepto de Eternidad de los seres» creados a imagen y semejanza de Dios» a través de los hechos realizados en su vidas, que se transmiten de generación en generación posibilitando la creación de los escalones de progreso en el devenir de la vida de todos los humanos, con quienes nos conectamos en función de nuestra posteridad.
Esta importante fecha es objeto del ataque de brujas, viciosas y asesinas que en lo llamado la «noche de Halloween» pretenden instalarse en todos nuestros hogares ingresando el «truco o trato» del satánico Jack O’Lanter derivado de la festividad británica del Calan Gaeaf.
Convertidos en cual Herodes del siglo XXI, tales brujas, y el «gordo sudoroso» pretenden reemplazar al niño Jesús, el sagrado concepto de «familia», (ya inexistente). Y Junto con su bolsa consumista al profundo significado de las ofrendas de Melchor, Gaspar y Baltasar.
Es de esperar que los que se auto titulan los representantes de la Iglesia Católica ejerzan una contundente actitud en defensa de lo poco que ya queda de la raíz más importante de la cristiandad: el comienzo del Cristo caminante. El Verbo vivo. El nacimiento de Jesús.
Jalonando el mismo, la Cristiandad estableció la llamada «misa del gallo» que fuera celebrada en su tradicional momento, hasta con sus últimas fuerzas por el papa Juan Pablo II en la Navidad de 2004. Lamentablemente, la actitud del actual Papa Benedicto XVI de adelantar tal celebración, para «aliviar una fatiga que tendrá en esa oportunidad» (La Nación, 8-12-09, pág. 9) ocasiona que hasta en este trascendente acontecimiento, todo se relativice en el funcional concepto de «sensación» que impera en estos tiempos acorde al luciferino www. nwo new age de www. Lord Maitreya.
 

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