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lunes, 8 de diciembre de 2014

Nibiru, Planeta X y Hercólubus



Nibiru, Planeta X y Hercólubus: no son lo mismo ni se parecen

Es cierto que a menudo te encuentras en internet información de un astro o planeta desconocido que responde a una de estas denominaciones. Muchas veces se utiliza cualquiera de estos nombres de Nibiru, Planeta X o Hercólubus, como sinónimos, para referirse a un mismo cuerpo celeste aun por descubrir, dentro del Sistema Solar… pero, aunque en algunos contextos pueden coincidir, hay que tener en cuenta que existe una diversidad de matices entre ellos bastante significativa.

A continuación trataré de explicarlos, de forma breve y concisa, para que podamos tener en cuenta las diferencias que presentan.

Nibiru es un astro no identificado todavía, cuyas raíces nos retrotraen a la considerada primera civilización; la de los sumerios. Aparece registrado en diferentes documentos astronómicos con más de 3000 años de antigüedad, como lo son el Mul Apin y el Astrolabio B, y también en la gran epopeya del Enuma Elish. Se puede decir que Zecharia Sitchin puso de moda este término, Nibiru, haciendo hincapié además y por primera vez, de que aquello se correspondía con un planeta que fue visible en el pasado y cuya ubicación actual nos resulta totalmente desconocida.

El planeta X es un concepto nacido dentro del seno científico y también se atañe a un planeta aún por descubrir, más allá de Plutón. Se han barajado varias hipótesis al respecto, una de las cuales y más recientes sería la de Tyche. Y todas ellas porque, la presencia de un planeta con cierta magnitud merodeando las profundidades del Sistema Solar podría explicar ciertas anomalías orbitales, de otros planetas u cuerpos celestes importantes como Neptuno o incluso la Luna, para las que todavía hoy no tenemos respuesta.

Hercólubus en cambio ha llegado desde el mundo de las canalizaciones, más bien carece del aval de teorías basadas en elementos de juicio que le sustenten, como los dos anteriores, si bien arma el mismo revuelo.

Puede que todos se estén refiriendo al mismo astro con estos nombres o puede que no, al menos queda claro la diferencia en sus orígenes. Pero de cualquier manera sólo nos queda una cosa por hacer para comprobarlo: esperar a localizarlo y luego contrastar las informaciones.




Por nuestro colaborador Samuel García Barrajón, autor de Nibiru y webmaster en Investigación y Misterio www.investigacionymisterio.com

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