Por Javier Cornejo
El pasaje de
nuestra sistencia, desde el “es” hasta su conversión en “ex” sistencia física
(Mario Pantaleo) tan sólo significa un refusilo instantáneo y fugaz en el
espacio universal.
Sin embargo,
ocurrió, materializada en cada uno de nosotros, en cada uno de los seres que
dejaron y dejan, su huella en el paso por este mundo.
Una huella en la
que su profundidad sólo está dada por la manifestación de la capacidad creadora
de su titular (noosfera). Capacidad creadora aplicada para el bien o para el
mal. Orientada hacia la vida o hacia la negación de ella.
¿La capacidad
creadora aplicada en formar parte del proceso de continua vida del universo
posibilita el avance de la humanidad hacia la Paz, en la sabiduría y
comprensión de las respuestas al por qué? y para qué? ¿otorgándole sentido al cómo? del tránsito terrenal del que ninguno
escapamos.
Capacidad
aplicada al medio y al ambiente que todos compartimos (Génesis cap.1) sin
derecho alguno a adueñarnos de él, pero sí con la obligación de transformarlo
en mejores condiciones para el desarrollo de la vida entendida en el gran
concepto de su dignidad.
El orden natural
establecido para su generación, progreso y finalización física en el tránsito terrenal
es producto del equilibrio necesario para la comprensión de la eternidad en la
que estamos inmersos.
ALTERACION
Sin embargo esa
vocación vivencial ha sido trastocada por la insensata involución de pretender
la inmortalidad de nuestros órganos, de nuestras tripas, de nuestro cerebro
trasladado a una permanencia temporal, artificial, totalmente contrapuesta al
espacio sin tiempo en transformación continua, a la eternidad creativa y
permanente reflejada en las obras que fuimos
capaces de dejar en función de la vida de los que nos sucedan.
De allí la
antípoda de los conceptos: eternidad e inmortalidad.
Aplicando la
capacidad creativa en un intento de alterar el equilibrio físico para sojuzgar
a los demás, a efectos de lograr una inmortalidad visceral de unos pocos en el
control terrenal, se desemboca en la insensatez que impide la generación de
nueva vida compartida cuyo vislumbre posibilita la tracción de transformaciones
que abre las puertas para el ingreso de más y más energías a la eternidad de
integración de la comunidad de vida universal de los que nos precedieron, de
los que estamos, y de los que vendrán (comunión de los santos de algunas
religiones).
CONTROL
El control de la
“vida” concentrado en unos pocos a través de la herramienta denominada “dinero”,
está dando por resultado la negación de la misma. Negación que se manifiesta
por un sin número de políticas aplicadas globalmente con la finalidad de
impedir el avance y aumento de la vida humana en progreso espiritual, en
capacidad creadora que posibilite los pasos de acceso a otros mundos, a otros
planetas en el universo que formamos parte.
La involución de
muchos, de casi todos, se encuentra en una aceleración de confusión de
“extracción” de la capacidad creativa orientada hacia la vida, hacia el bien;
llevando a una paradójica animalidad de la humanidad y una humanidad de la
animalidad, donde los “pocos” que pretenden su inmortalidad bastardean la
eternidad de todos los seres.
De seguir así, un
tenebroso epílogo parece aproximarse de la mano de los conceptos de San Juan,
arreados por sus cuatro jinetes en donde no se vislumbra ningún Dios salvador.
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