EL FRAUDE DEL CALENTAMIENTO GLOBAL
Por Javier Cornejo
Artículo publicado en el diario El Tribuno el 31 de julio de 2009
Mucho se habla de «gobierno mundial», «globalización esclavizante» de «etéreos poderes dominantes», sin individualizaciones. Sin embargo, todos tienen nombre, apellido y domicilio, y trabajan coordinados en pos de un mismo objetivo: la apropiación energética de las geografías con sus recursos naturales y la reducción poblacional a menos de 2.500 millones de seres humanos.
Tal accionar se sustenta en tópicos fundamentales de los que se derivan todos los demás: una extremista «teórica» defensa del medio ambiente, una narco-culturización del planeta, una atemorizante campaña de autoterrorismo bélico, ejecución de programas médicos de reducción poblacional.
Son extremismos ambientalistas liderados por el ex vicepresidente de EEUU Al Gore, ramificados en todos los países a través de organizaciones «ambientalistas». Tal el caso en Argentina de Greenpeace, liderada por Martín Prieto, organización que bien conocemos en Salta no sólo por el «vacuno yaguareté» o por el tema maderero.
Paradójicamente, los destinados a sufrir las consecuencias adversas de las políticas de «protección del clima» son las naciones en vías de desarrollo, a las que se las impulsa a un seguro genocidio en pos de una falsa reducción de CO2 que significa la parálisis total de todo desarrollo industrial y social.
En nuestra provincia nos encontramos acosados por acciones tendientes a enrarecer nuestro desarrollo con prohibiciones de actividades agropecuarias o mineras que, según los representantes de organizaciones ambientalistas «teóricamente», atentan contra el medio ambiente. Frente a ello, resulta notorio que hayamos sido elegidos como sede de las Jornadas Latinoamericanas de Medio Ambiente, a desarrollarse entre el 13 y 15 de agosto próximos, siendo el «calentamiento global» uno de sus principales temas.
La «industria del clima» financia con más de 6 mil millones de dólares por año a la misión de convencer a la población del calentamiento global con publicidades y accionar de todo tipo. Afortunadamente, hay una Ciencia del Clima que científicamente nos manifiesta nuestro pasado y futuro climático, sin las manipulaciones orientadas por quienes intentan detener, en propio beneficio, los avances tecnológicos de los países subdesarrollados. Es la Ciencia de establecimiento de la causalidad natural, en oposición a extrapolar tendencias estadísticas acomodaticias.
La causa principal del cambio climático es la dinámica de las relaciones orbitales entre la Tierra y el Sol, y no las tendencias estadísticas de los gases de invernadero, como lo demuestra el historial de los períodos glaciares de los 2 últimos millones de años. (Lawrence Hecket 21st. Century, Science & Technology).
Por otra parte, el planeta se está enfriando, y no a la inversa. Entramos en una actividad solar reducida, en pos de lo denominado ciclo solar 23.
La temperatura global (no parcial o sectorial) de la tierra, desde hace 10 años, se redujo en 0,39 grados, registrándose un desplazamiento de 19 grados de nuestro eje geomagnético y un incremento en la sismicidad de 1,33 MW. Ya en enero de 2008 el jefe del Laboratorio de Investigación Espacial Pulkovo de San Petersburgo, Habibullo Abdussamatov, en representación de la comunidad científica rusa, lo denunció públicamente en un exhaustivo análisis de los ciclos solares, demoliendo totalmente las disparatadas opiniones contenidas en la «biblia ambientalista» de Al Gore, titulada «Una verdad inconveniente, pronosticando que entre 2012 y 2014 se acrecentaría notablemente la glaciación de todo el planeta». La lista de relevantes científicos a nivel mundial que alertan sobre el enfriamiento es innumerable.
Excede a la presente nota.
Es destacable la voluminosa obra de investigación del Laboratorio Geológico Lamont-Doherty, de la Universidad de Columbia, referido a las variaciones orbitales como el «marcapaso de las eras del hielo», confirmando que estamos a punto de entrar en acontecimientos naturales de nuevo avance de glaciaciones, en consonancia con los cambios que también están ocurriendo en el Sol, y la reciente constatación del carácter de «binario» del sistema solar.
Las reuniones de los G-8 y similares sobre el cambio climático sólo tienen en cuenta cimentar el reparto energético y no otra cosa. Nuestro país, y provincia en particular, no estamos para nada ajenos a dicho reparto. Prueba de ello es el despojo del que somos objeto de nuestro sur argentino, islas, plataforma continental y Continente Antártico. Tema que no está agendado en el parloteo político mediático con el que ya aburren los funcionarios.
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