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sábado, 10 de septiembre de 2016

El fin de la humanidad, como la conocemos

La entropía inevitable de la evolución, ya es.




Este es D-Wave 2x, el nuevo ordenador cuántico de la NASA y Google
Por Santiago Campillo el 29 de septiembre de 2015
El D-Wave 2x es la nueva computadora cuántica que empleará Google junto con la NASA para investigar los límites de la disciplina que podría revolucionar toda nuestra tecnología para siempre.
Cuando en 2013 Google abrió las puertas de su nuevo laboratorio de computación cuántica seguramente no pensaban que las cosas fueran a ir tan rápido. Es decir, seguro que lo deseaban, pero desde luego no se lo esperarían. Recientemente anunciaban una nueva adquisición: el D-Wave 2x. Este nuevo modelo es capaz de doblar el número de qubits con el que opera, convirtiéndolo en el ordenador cuántico más potente que existe en el mercado. Su desarrollo ha sido posible solo con la ayuda de la NASA y la Asociación Universitaria de Investigación Espacial. Y es que el D-Wave 2x pretende cumplir con muchos objetivos científicos. ¿Su finalidad? Convertir la computación cuántica en una realidad asequible, viable y práctica. Eso sí, la inevitable pregunta que surge después es: ¿en cuanto tiempo?
Las entrañas de la realidad
Imaginad una temperatura que se acerca al 0 Kelvin o absoluto. Lo más cerca de la falta total de energía que puede existir en el universo. Tanto, que es inalcanzable. Pues el D-Wave 2x, para funcionar necesita hacerlo a una temperatura de milikelvins. Es decir, unas 1000 veces por debajo de un grado Kelvin. Unas temperaturas tan frías que solo pueden alcanzar los aspectos más intrincados y retorcidos de la existencia. Esto es necesario para que puedan funcionar las aleaciones y súperconductores que forman su hueso duro. Solo a Para funcionar necesita temperaturas de milésima de kelvin, rozando el cero absolutoestas temperaturas los materiales se comportan de una manera especial, tal y como lo hacen las entrañas mismas de la realidad. Así podemos usar estas propiedades en nuestro beneficio.
Y es que, un ordenador cuántico como el D-Wave 2x funciona usando, como decíamos, qubits en vez de bits. Estos "ladrillos" básicos de información permiten realizar operaciones mucho más complejas que los ordenadores clásicos. Esto se debe a que estamos llegando a los límites atómicos que nos permiten construir transistores y puertas lógicas, la base de toda computación. Excepto si seguimos los inescrutables caminos de la física cuántica, allí donde nada de lo que vemos tiene sentido. Gracias a propiedades tan complejas e íntimas como el entrelazamiento cuántico o las características del espín atómico, los ordenadores cuánticos son capaces de hacer lo que nunca imaginaríamos que se pudiera hacer.



El día que la humanidad descubrió un planeta habitable alrededor de la estrella más cercana. ¡Hola, Próxima b!
Daniel Marín 24 ago 16
¿Te imaginas que alrededor de la estrella más cercana al sistema solar haya un planeta potencialmente habitable? “Poco probable”, podrías pensar. La Galaxia está repleta de estrellas y sería mucha casualidad que justo al lado tuviésemos un exoplaneta de tamaño terrestre en el que pueda existir agua líquida, ¿no? Pues, afortunadamente, no, no es demasiada casualidad, porque el 24 de agosto de 2016 pasará a la historia como el día en el que la humanidad supo oficialmente que existía un mundo rocoso situado en la zona habitable de nuestra estrella más cercana. Hoy le damos la bienvenida a Próxima b.
Próxima b ya está aquí (molasaber.org).
El descubrimiento
El exoplaneta más cercano ha sido descubierto por un equipo de astrónomos liderado por el español Guillem Anglada Escudé dentro del marco del proyecto Pale Red Dot del Observatorio Europeo Austral (ESO). Este proyecto tenía precisamente como objetivo la búsqueda de planetas alrededor de Próxima Centauri, una estrella enana roja con un 12% de la masa del Sol y una luminosidad de tan solo el 15% de la solar. Próxima Centauri b —o Próxima b para abreviar— ha sido confirmado mediante el método de la velocidad radial —también conocido como método de espectrometría Doppler— por el que se puede detectar la presencia de planetas alrededor de una estrella midiendo el desplazamiento de las líneas espectrales. Este movimiento es proporcional a la velocidad de la estrella alrededor del centro de masas del sistema, o sea, un bamboleo provocado precisamente por la presencia de planetas a su alrededor.
Recreación artística de Próxima b. Próxima aparece enorme en el cielo, mientras que el sistema binario Alfa Centauri A y B sería una pareja de estrellas relativamente brillante en el cielo (ESO/M. Kornmesser).
Para descubrir Próxima Centauri b se ha usado el espectrógrafo HARPS (High Accuracy Radial velocity Planet Searcher) del telescopio de 3,6 metros de La Silla y el espectrógrafo UVES (Ultraviolet and Visual Echelle Spectrograph) del telescopio VLT, ambos en Chile. Una parte de los datos fue recabada entre los años 2000 y 2014, mientras que la otra fue obtenida durante una campaña específica que transcurrió entre el 19 de enero y el 31 de marzo de este año dentro del programa Pale Red Dot. La gran pregunta que surge cuando se detecta un exoplaneta tan fascinante como este es si se trata de un mundo real o, por contra, es una señal fantasma. No en vano, esto es justamente lo que pasó con el supuesto planeta vecino Alfa Centauri Bb, un exoplaneta que acaparó titulares cuando se descubrió en 2012 solo para desaparecer poco después al analizar los datos con más cuidado. Desgraciadamente, el método de la velocidad radial tiene este inconveniente y tenemos que vivir con él. Es casi imposible afirmar con total seguridad que un exoplaneta descubierto por esta técnica es real y solo podemos estimar las probabilidades de que no sea un espejismo (obviamente, la solución pasa por confirmarlo mediante otro método).

 

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