Programa Alta Política, Javier Cornejo hace un análisis de los recientes acuerdos con Gran Bretaña por la explotación de recursos en las islas Malvinas, y presenta un fragmento de PSR nacional de Adrián Salbuchi y Enrique Romero.
La negativa británica a
discutir la soberanía de las Malvinas tiene nombre: Sea Lion
1.000 millones de barriles de
petróleo. Esa es la clave acaso más importante que puede leerse en la negativa
del Reino Unido a debatir con la Argentina sobre la soberanía de las Islas
Malvinas, así como también es uno de los trasfondos del intento de Mauricio
Macri de abrir el diálogo "amigablemente" con Londres. Y es que la
empresa petrolera inglesa Rockhopper Exploration Plc confirmó recientemente que
el área marítima Sea Lion, al norte de las islas, es "un yacimiento de
petróleo de clase mundial", con un potencial de casi 1.000 millones de
barriles, según cálculos independientes.
Por Urgente24
Jueves 22 de septiembre de 2016
La soberanía de las Islas Malvinas, de nuevo sobre
el tapete.
Tras el
discurso de Mauricio Macri ante la Asamblea de la ONU, en el que realizó
un tibio reclamo por la soberanía de las Islas Malvinas, y las posteriores
declaraciones del Presidente respecto a su encuentro informal con la premier
británica Theresa May -y la consiguiente desmentida desde Londres-, hay
un asunto de suma importancia como trasfondo de este nuevo intento de diálogo y
la negativa de Londres a debatir el tema de la soberanía: 1.000 millones de
barriles de petróleo.
"Reitero
nuestro llamado al diálogo con el Reino Unido, como mandan tantas resoluciones
de esta organización, para resolver amigablemente la disputa de soberanía por
Malvinas",
dijo Macri en su discurso en la ONU. Luego hubo versiones y desmentidas
respecto a su encuentro con May.
"Nunca
se habló del tema de la soberanía de las Islas Malvinas en la breve reunión
informal que May y Macri mantuvieron en Nueva York por lo que no pudo haber
existido una expresión de Gran Bretaña en ese sentido", informó una fuente diplomática
del Foreign Office en declaraciones al diario La Nación.
La propia
canciller Susana Malcorra había relativizado los dichos de Macri, al
asegurar que "la primer ministra británica tuvo una reacción positiva
de cortesía a la noción de hacer una agenda, que es parte de lo que intentamos
hacer como hoja de ruta en la declaración conjunta de la semana pasada; pero
soy absolutamente franca, no creo que haya dicho 'sí suscribo que agendemos
esto y que la soberanía sea el primer tema', porque no es pensable que así
sea".
Finalmente,
el propio Macri admitió que no se empleó la palabra "soberanía" en
el encuentro informal que mantuvo con May, pero que él la daba por incluida en
"todos los temas".
Como
mencionamos al comienzo de la nota, detrás de este nuevo intento de diálogo
argentino y la posterior negativa de Londres de discutir sobre la soberanía de
las Islas Malvinas, es innegable que tiene gran influencia la enorme reserva de
petróleo que encontraron en dicha zona.
Meses
atrás, el presidente de la empresa petrolera inglesa Rockhopper Exploration
Plc, Pierre Jean-Marie Henri Jungels, reveló que el área marítima Sea
Lion, al norte de las islas Malvinas, es un logro fabuloso para la compañía que
tiene ahora un yacimiento de clase mundial, similar a las reservas que reporta
en Argentina la compañía privada Pluspetrol.
"Se
confirmó el tamaño del Sea Lion como un yacimiento de petróleo de clase mundial", dijo a sus accionistas Henri
Jungels, y prometió convertir a la cuenca norte de las Islas Malvinas en una
"nueva provincia productora de hidrocarburos".
Rockhopper
anunció que sus reservas netas de petróleo se duplicaron a más de 300 millones
de barriles, mientras expertos independientes estiman que la cuenca tiene un
potencial de casi 1.000 millones de barriles, un nivel similar al que reporta
en la Argentina la firma local Pluspetrol (otra operadora mediana,
Panamerican Energy, tiene reservas por 1.600 millones).
No es un
dato para nada menor que los hallazgos off shore se encuentran en un área en
litigio entre laArgentina y el Reino Unido, y corresponden a una operatoria
cuestionada en Naciones Unidas y en otros foros internacionales, al punto que
el gobierno kirchnerista juzgó "ilegal" la exploración y
producción de hidrocarburos en la zona.
Rockhopper
es propietaria de más del 50% de dos yacimientos petrolíferos, Sea Lion (león
marino) e Isobel Elaine, que podrían contener reservas de 747 millones barriles
de petróleo y gas, según la auditoría independiente preparada por ERC Equipoise
Limited (ERCE). La empresa tenía una participación de 24% en estos yacimientos,
pero la aumentó a 64% al fusionarse a fines del año pasado con la compañía
Falkland Oil & Gas, según la denominación en inglés.
El CEO de
Rockhopper, Moody, destacó que la nueva auditoría "confirma el
potencial de las Malvinas Norte para ser una cuenca de 1.000 millones de
barriles".
El
complejo de Sea Lion tiene más de la mitad de esas reservas, con casi 270
millones de barriles de bajo riesgo, que según el ejecutivo "podría ser
evaluado con tan sólo 3 ó 4 pozos más dirigidos de manera óptima".
Además,
añadió Moody, el descubrimiento Isobel Elaine "tiene el potencial de
ser un tercio del desarrollo regional, que potencialmente contiene más de 500
millones de barriles".
"Realmente
se puede decir que se ha abierto una nueva provincia de hidrocarburos, de la
que en el tiempo que tengo toda la confianza en que vamos a ver a los 1.000
millones de barriles -y más- de petróleo producido", vaticinó el presidente de la
compañía.
Jungels
resaltó que "tuvimos el maravilloso -y raro en el mundo de la exploración-
éxito de encontrar Sea Lion con nuestro primer pozo", operado en la
superficie inicialmente testeada por la compañía Shell.
"Este
fue, por supuesto, un momento de transformación para la empresa, y de hecho
para la industria en las aguas alrededor de las Falkland Island (Islas
Malvinas)", señaló el ejecutivo inglés.
Tras destacar
que el plan de desarrollo en fases sensibles "establecerá a las Malvinas
como nueva provincia productora de hidrocarburos", Jungels puso de relieve
los "progresos reales" en el armado de la ingeniería básica para la
explotación, que incluye el FEED (Front End Engineering Design).
Como
"factor negativo", sin embargo, mencionó el colapso del precio del
petróleo de la últimos dos años, "con sus consecuencias para el flujo de
caja de los socios actuales y potenciales".
No
obstante, concluyó, "una evaluación del valor de Rockhopper debe tener en
cuenta tanto nuestra sólida posición financiera con dinero en efectivo en el
balance general, y nuestro potencial para generar flujo de efectivo a través de
la producción en Sea Lion en algún momento", aunque se espera para ello
una suba de los precios del petróleo.
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