EL H1 - N1 ¿VIRUS
ESTACIONAL?
Por
Javier Cornejo
Artículo
publicado en el diario El Tribuno el 3 de julio de 2009
En
el hemisferio sur estamos en «invierno». El qué con gélidas temperaturas frenó
transitoriamente al DENGUE, pero, potenció al H1 - N1.
Según
el Jefe del Servicio Nacional de Calidad y Salud Agrícola de la Nación, Sr.
Jorge Amaya, reportó que en varias granjas de la Provincia de Buenos Aires
encontraron el H1-N1 en un cuarto de la población porcina.
La
interrelación que humanos estén nuevamente infestando a esos animales ya
contagiados, provocaría una recombinación de una cepa mucho más mortífera:
netamente argentina.
En
el hemisferio norte están en «verano», entonces, los casos humanos de gripe
-virus estacional- deberían haber ido decreciendo conforme aumentaba la
temperatura. Por el contrario: se incrementaron.
En
Nueva York el Dr. Michael T. Osterholm (Especialista en Bioterrorismo del
Departamento Salud y Servicios Humanos), señaló la persistencia y el incremento
de los casos especialmente en Minnesota-Nueva Inglaterra y Nueva York.
Detectando un «constante cambio» en el patrón del virus.
El
hecho fue confirmado por la Dra. Sylvie van der Werf, del Instituto Pasteur de
Francia, que caracterizó el comportamiento NO estacional del virus como una
seria amenaza al propagarse en condiciones teóricamente anormales para ello.
Este comportamiento «inusual» del virus hará estragos en las poblaciones más
desprotegidas, sin importar su clima.
En
México reactivaron el Status de Alerta, ante una reaparición en los estados de
Chiapas y San Luis. Según lo manifestado por el Secretario de Salud Pública
José Ángel Córdova.
El
CCE (Centro de Control de Enfermedades de EEUU) a través del epidemiólogo Dan
Jernigan confirmó que el 89% del virus de influenza que circula por EEUU es de
una «cepa nueva».
¿Cuál
es la preocupación?: la capacidad del virus de incorporar variantes de las
diferentes poblaciones de animales (aves - ganado porcino - humanos) a los que
utiliza como «reservorio» para su evolución recombinando los distintos genomas
que le otorgan una coraza externa que dificulta al sistema inmunológico humano,
derrotarlo.
Lo que pasa es que el virus es un
indicador del «estado de la condición humana» y lleva dentro de sí el legado de
todos los estados previos de la misma: cuando se mantienen la salubridad, y los
niveles de inmunidad de humanos y animales altos, las probabilidades que se
expandan pandemias mortales de virus o bacterias, ES BAJA. En períodos de
colapso económico y social, la probabilidad de se expandan pandemias mortales
se INCREMENTA ampliamente. Tal lo demostraron en 1918 las pandemias posteriores
a la 1er. Guerra Mundial.
Hoy, la cantidad de hambrientos y
desnutridos de todo el mundo y su imposibilidad de acceso a la salud, hacen
campo orégano para que, el movimiento natural migratorio de poblaciones de las
aves, sumados al avance tecnológico para traslados del humano de un lado a
otro, diseminen nuevas infecciones por todo el planeta.
A
los virus y bacterias, poco le importa Wall Street, o los mercados: la historia
de los éxitos económicos y los «errores» de la población humana globalmente
extendida, está escrita en el genoma del virus.
Un
tema a considerar también, es el cansancio al que se ve sometido el personal
sanitarista (médicos, enfermeras, etc.) que se encuentra involucrado pudiendo
provocar la toma de decisiones incorrectas ante la urgencia de las necesidades.
De
acuerdo al índice ISAP (Indicador Sintético de Actividad Provincial), que mide
una completa cantidad de variables reales, ya tenemos 16 provincias en recesión
y el rojo podría llegar a 19.
Frente
a esta declarada guerra sanitaria, todos formamos parte, desde nuestra presidente
hasta el último habitante de nuestro país. Por lo que resultaría penosa la
ausencia de la Primer Mandataria para inmiscuirse en cuestiones internas de
otros países.
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