Axel Kicillof implementará
el lenguaje inclusivo en toda la administración pública bonaerense
Lo adelantó su ministra de las
Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual, Estela Díaz. Regirá para
todos los ministerios y organismos descentralizados.
Implementarán
el lenguaje inclusivo en toda la administración pública bonaerense.
21/01/2020
El gobierno de Axel
Kicillof trabaja en la creación de una guía de lenguaje inclusivo que
implementará en toda la administración pública bonaerense. Lo adelantó la
ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual, Estela Díaz.
En cuanto al tipo de lenguaje que implantarán,
sostuvo que "hay una gran cantidad de opciones: se puede sustituir el
masculino por el impersonal, la X o la E, no está definido". La
funcionaria también sostuvo que el objetivo de esta medida es "visibilizar
e incluir a todas las personas".
Además, adelantó que la administración de Axel
Kicillof creará en las próximas semanas un Consejo de Transversalización de
la Políticas en los Poderes del Estado, en el que todos los ministerios y
los organismos descentralizados tendrán representación "con poder de
decisión".
"Ahí vamos a trabajar una Guía de Lenguaje
Inclusivo para la Administración Pública que va a definir todos los
procedimientos de lenguaje que se tengan para los distintos tipos de decretos,
resoluciones, memos y demás vías de comunicación que tiene la
administración", explicó.Díaz hizo estas declaraciones a Télam.
Díaz recordó que existe en gestión pública
"una guía del año 2000 que está muy desactualizada, por lo que vamos a
hacer una nueva", añadió que "después deberá definirse como una
disposición para que nos rija a toda la administración" y no descartaron
que la Guía "llegue a las escuelas".
Desde la cartera de las Mujeres precisaron que para
elaborar la Guía se convocará a especialistas en la materia y recordaron que ya
existe una que realizó la Cámara de Diputados de la Nación.
Asimismo, expusieron que luego se trabajará con
Asesoría General y dijeron que más tarde se elevará a la Gobernación para que
se determine si Kicillof firma un decreto que rija la Guía o que cada
ministerio elabore sus propias resoluciones.
"El lenguaje trasmite cultura y visibiliza o
invisibiliza situaciones de poder", destacó, al tiempo que expuso que
"por eso la Guía de Lenguaje Inclusivo para la Administración Pública
tiene que establecer esos modos de comunicación".
La ministra remarcó que la finalidad de la
aplicación del lenguaje inclusivo en la administración bonaerense es
"que se visibilice que cuando se habla en masculino no están incluidas
todas las personas" y agregó: "hay personas con discapacidad, hay
pueblos originarios, hay toda una diversidad etaria, cultural y de identidades
de género en la provincia".
Consideró la funcionaria que todas ellas
"tienen que estar mencionadas e incorporadas y deben sentir que cuando se
toman disposiciones de políticas pública a ellas se las incluye" y analizó
ante esta agencia que "el lenguaje es un instrumento único y privilegiado
para eso".
Afirmó que cuentan con el aval del gobernador para
llevar adelante esa tarea, "que tiene que ver con interpelar a la sociedad
para visibilizar colectivos y poblaciones".
La Torre de Babel
(inclusiva)
"La lengua es la sangre del espíritu. En el
idioma va implícita una cierta filosofía, un cierto modo de concebir y, aún
más, de concebir, de sentir la vida. Sean cuales fueran los cruces de razas,
sea cual fuera la sangre material que a la primitiva se mezcla, mientras un
pueblo hable en español, pensará y sentirá en español también". Así nos
decía el rector de la Universidad de Salamanca, don Miguel de Unamuno.
Es muy posible que lo ocurrido en la bíblica Torre
de Babel quede eclipsado con el nuevo idioma del siglo XXI. En el proceso
destructivo de desintegración y disgregación de los pueblos que habitan una
geografía, la ruptura idiomática configura un eslabón esencial en la cadena de
sojuzgamiento de un pueblo.
Esto no es nuevo. Ya los traficantes de esclavos
tomaban el cuidado de integrar sus cargas con personas de raza negra de
distintas tribus que hablaran idiomas diferentes, garantizándose de esta manera
la disminución de posibles revueltas.
Este eslabón destructivo, hoy conocido como
"lenguaje inclusivo", se suma a la política de despoblamiento
nacional ejecutada con todo tipo de medidas que van desde la matanza del ser
más indefenso, el niño por nacer, el crecimiento exponencial de la drogadicción
juvenil y la delincuencia creciente, y en una confrontación de pobres contra
pobres injustificable en una nación rebosante de recursos naturales.
¿Por qué el idioma?
¿Por qué un pueblo en contradicción en la
comprensión de la armonía de su comunicación, es presa fácil de inducir a su
disgregación?:
Cambiando el idioma se cambian las palabras.
Cambiando las palabras se cambian las ideas.
Cambiando las ideas se cambian los conceptos.
Cambiando los conceptos se cambian las conciencias
y las conductas.
Cambiando las conciencias y las conductas, se
cambian nuestras expresiones artísticas, poéticas, musicales, se cambia nuestra
tradición, nuestra moral y nuestra religión.
Con la destrucción idiomática quedamos
imposibilitados de comprender las obras literarias, mutilados en la posibilidad
de conocimientos clásicos inherentes a nuestra raza humana.
Perspectiva de género
Manipulando la palabra "género" desembocamos
en el concepto, hoy en boga, que nuestro lenguaje no visibiliza al sexo
femenino, ni las percepciones que de la amplitud de género se derivan. Con el
justificativo de no excluir a nadie se comienza a imponer la actual destrucción
idiomática. Así se modifican adjetivos, artículos y pronombres con la
introducción de la letra "e", de lo que resultan frases como las
publicadas por tn.com.ar:
Les chiques simpatiques.
Les niñes atentes.
Nosotres salimes soles.
Elles están contentes.
Les nenes más chiques.
Yo Vos- Elle- Nosotres- Vosotres- Ustedes- Elles.
El Instituto Nacional de las Mujeres y la
Secretaría de Asuntos Políticos e Institucionales del Gobierno nacional,
siguiendo los pasos de España, especialmente del Gobierno de Aragón, armaron un
manual para implementar el lenguaje inclusivo en los medios de comunicación,
denominándolo: "Propuesta para una comunicación política equitativa",
en la que la palabra "hombre" no puede usarse como término para
denominar a los seres humanos, porque "adolece de una ambigedad
intensa". Lo mismo la palabra "niño", que debe ser cambiada por
"infante" o "criatura".
Tales recomendaciones fueron recibidas y expuestas
en el VIII Congreso Internacional de la Lengua Española que se desarrolló en
Córdoba el pasado 27 al 30 de marzo.
Paradójicamente, mientras esto ocurre con el idioma
castellano, los mismos que propician su destrucción, abogan por la recuperación
de idiomas originarios. Así también, se propone la incorporación de la letra
"x" y la "@"en lo que hace a la referencia del concepto
binario femenino masculino, en la formación de frases y concepto que llevaron a
la vicepresidente de España, María del Carmen Calvo, a proponer cambiar el
nombre del órgano sexual femenino, vagina, por "agujero delantero"
para no ofender al colectivo trans.
La Babel del pensamiento
único
Los cambios que se pretende introducir en nuestro
idioma castellano no obedecen a una renovación gramatical natural. Son
inducidos en forma forzada y coercitiva para llevar a los seres humanos a la
sumisión de un "pensamiento único".
Hoy es posible, facilitado por las herramientas
tecnológicas disponibles. Ya George Orwell lo decía en "1984":
"quien controla el poder de definir las palabras controla también las
mentes". El pensamiento único se sostiene con lo "políticamente
correcto", es decir, conforme a la idea dominante, donde Orwell reafirma
que "la manipulación de los conceptos es uno de los pilares del totalitarismo".
Es preciso tener presente que a partir de la lengua nacen los pueblos y no a
partir de los pueblos nace la lengua.
Tal iniciativa de destrucción idiomática avanza
sobre todas las lenguas cuyas sociedades se encuentran vulnerables a esos embates.
Tal el caso de la musulmanización europea, en particular del idioma francés,
como lo denuncia el identificado con los "chalecos amarillos", Alain
de Benoist en su Análisis Histórico y Sociológico sobre el pensamiento único.
El gran paso en tal sentido fue el uso del lenguaje para la
"rehabilitación" de categorías discriminadas por cualquier situación
(cultural, étnica, religiosa, sexual, etc.) especialmente en sectores
antirracistas y feministas. Así también nos dice Benoist que en la literatura
no puede atribuirse papeles de "malos" a las minorías, y cada vez con
mayor asiduidad, en películas, series, obras, prevalecen las mujeres como
heroínas; o en nuevas variantes de comic's, prevalecen percepciones sexuales en
los protagonistas que exceden lo masculino - femenino ubicando a los hombres en
papeles de tontos, bobos, y, desde luego machistas. Nos habla del lenguaje
publicitario que si representa un grupo en el que no haya nadie de las
"minorías visibles" es tachado de racismo.
En lo que hace al uso de letras, hay quienes ponen
el signo arroba @ en lugar de la "a" o la "o" que suele
diferenciar el femenino del masculino. El problema es que, si la escritura es
una representación convencional de la oralidad, aquí no cumple su cometido, ya
que ese signo -@- no se puede pronunciar. Lo "políticamente
correcto", el "pensamiento único", donde ostensiblemente se
manifiesta es poniéndose al servicio de la ideología de género. Donde el
objetivo es borrar las diferencias biológicas en una irreal equiparación de
seres diferentes. Es imponer la igualdad por doquier, donde no hay diferencias
ni siquiera en trabajos más masculinos o más femeninos, se propicia que los
hombres lleven polleras (caso de escuela ciudad de México en pos de uniforme
igualitario), campañas masivas en Alemania y Países Bajos para exigir se
prohíba a los hombres orinar de pie. Se prohíbe que los padres den regalos de
género a sus hijos (muñecas a las niñas, autitos a los niños), modifican las
listas de nombres de manera de poder aplicarlos indistintamente. Se sugiere el
cambio de los cuentos clásicos, Caperucita, Blanca Nieves, Cenicienta, etc.
donde introducen cambios en la sexualidad de los protagonistas en pos de
plantear una igualdad como sinónimo de mismidad, neutro. Los defensores de los
animales también toman partido, ridículo y contradictorio, por cierto,
proponiendo reformular dichos populares: "matar dos pájaros de un
tiro" debe convertirse en "alimenta dos pájaros con el mismo
pan"; "ser conejillo de india" por "ser el tubo de
ensayo" (como si eso significara una dignificación del cobayo);
"agarrar el toro por las astas" por "agarrar la flor por las
espinas" (sin relación ; "la curiosidad entusiasmó al gato" (en
vez de matarlo). Nada debe ser especista, es decir que no sostenga la igualdad
entre todas las especies. Sobre este tema tomo expresiones de Mario Vargas
Llosa: "El lenguaje no se puede transformar por temas ideológicos".
"El lenguaje inclusivo es una especie de aberración dentro del lenguaje,
que no va a resolver el problema de discriminación de la mujer". Ante la
presión del pensamiento único, lo políticamente correcto afín a los pilares del
totalitarismo, con inusitada velocidad, adredemente manipuladas, estas
consignas nos mimetizan y obligan a cambios radicales de comportamientos. De
tal manera el "antirracismo" toma la forma de un "racismo"
en sentido contrario, donde las minorías ejercen una tiranía perenne sobre una
mayoría a la que le exigen arrepentimiento y negación de sí misma (Alain de
Benoist). La cuestión es que todo empieza a transitar hacia canales punitivos,
donde las violaciones al pensamiento único, a lo políticamente correcto,
ingresan a los Tribunales asediados por lobbies especializados constituyendo
una expansión sin fin de la "juridificación creciente de las relaciones
sociales". Como vemos, la cuestión no es sólo cambio de palabras. Se
cambia la vida. En definitiva, al decir del director de la Academia Mexicana de
Lengua, Don Gonzalo Celorio: "una lengua no se habla por decreto. Las
academias de la lengua describen el fenómeno y en cierta forma lo sancionan,
pero no lo pueden imponer. Se habla de un lenguaje inclusivo pero curiosamente
el único género gramatical excluyente es el fe menino".
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