¿Cómo te
sentiste entre el viernes en la noche y el sábado en la mañana? El viernes 24
en la mañana, alrededor de las 6:00 am, una estación geomagnética en Alaska
empezó a registrar un aumento en la actividad geomagnética, que en la tarde de
ese mismo día alcanzó el nivel de “tormenta geomagnética”. Aproximadamente a
las 6:00 pm, varias estaciones alrededor del mundo empezaron a registrar una
tormenta geomagnética que continuó de manera irregular hasta el domingo en la mañana.
¿Fuiste afectado por esto?
Algunos
podrían tachar como tonta esta pregunta, sin embargo, un trabajo de
investigación realizado en 2003 señaló: “Una gran cantidad de
investigaciones psicológicas han demostrado que las tormentas geomagnéticas
tienen un profundo efecto sobre el estado de ánimo de las personas, y a su vez,
se ha encontrado que existe una relación entre el estados de ánimo y el
comportamiento humano”. ¿Acaso este fue un estudio científico oscuro de
algunos estudiantes que necesitaban una tesis para graduarse? Resulta que este
es un trabajo de investigación para el Banco de la Reserva Federal de Atlanta
titulado “Jugando en el campo: Tormentas geomagnéticas y el mercado bursátil”.
Hay
tantos estudios que muestran los efectos de las tormentas geomagnéticas en el
estado de ánimo y el comportamiento humano (hay muchos en ruso), que estos
autores decidieron buscar los efectos de estos cambios de estado ánimo
geomagnéticamente inducidos en los mercados. Las conclusiones fueron: “Los
autores encuentran un fuerte apoyo empírico a favor de un efecto de las
tormentas geomagnéticas en el rendimiento de las acciones después de controlar
la estacionalidad de los mercados y otros factores ambientales y de
comportamiento. De manera inusual, altos niveles de actividad geomagnética
tienen un efecto negativo estadístico y económicamente significativo en los
rendimientos de las acciones de la siguiente semana en todos los índices
bursátiles de Estados Unidos. Finalmente, Este documento muestra evidencia de
que existe sustancialmente mayor rentabilidad en todo el mundo durante los
períodos de baja actividad geomagnética”.
Entonces,
¿cómo estuvo tu viernes? Algunos científicos creen que el estudio sobre el
efecto de la actividad solar en organismos vivos debe ser un campo de estudio,
algunos lo llaman cronobiología.
El
viernes por la mañana también se registró en la costa del Pacífico de Rusia, en
el Mar Ojotsk, el terremoto más fuerte en más de un año, de 8.3 grados richter.
Debido a que ocurrió en una región remota no se reportó ningún daño, pero al
alcanzar una profundidad de 611.5 Km, también fue uno de los más profundos
hasta ahora registrados, y se sintió a 6.437 Km de distancia en Moscú. Sólo ha
habido otros tres terremotos arriba de 8.0 grados después del terremoto
devastador de 9.0 grados en la costa de Japón en marzo 2011 (dos terremotos,
uno tras otro, de 8.6 y 8.2 grados richter el 11 de Abril de 2001 en Sumatra y
uno de 8.0 grados richter el 5 de febrero de 2013 en el noreste de Australia).
Curiosamente,
el terremoto de 8.3 grados ocurre a dos semanas de actividad solar y sísmica
intensa.
Respecto
a la actividad solar, hemos registrado dos tormentas geomagnéticas (el 18 y 24
de mayo) y 13 llamaradas solares de gran tamaño, 4 de estas fueron llamaradas
clase-X. Estas fueron las primeras llamaradas solares clase-X desde octubre de
2012; las llamaradas X2.8 y X3.2 del 13 y 14 de mayo fueron las más grandes en
más de un año (desde marzo de 2012) y hasta ahora son la tercera y cuarta
llamarada más grandes durante todo el ciclo solar que empezó en enero de 2008.
Los 30 días previos a estos eventos, se registró sólo la mitad del número de
llamaradas.
Respecto
a los terremotos, durante ese mismo intervalo de dos semanas, se registraron 34
terremotos mayores a 5.5 grados richter (cinco de estos fueron mayores a 6.5
grados). Este fue el mismo número de sismos que se registraron durante las
cinco semanas previas.
Es bien
sabido que la relación directa uno a uno, entre la actividad solar y la
actividad sísmica es muy difìcíl de predecir. Sin embargo, si damos un paso
hacia atrás y vemos el panorama más amplio, ciertamente la evidencia apunta sin
duda a algún tipo de relación general. Por ejemplo, algunos estudios recientes
han mostrado que la mitad descendente y el mínimo del ciclo solar de 11 años,
parece traer significativamente más terremotos que la mitad ascendente y el
máximo del ciclo solar. La diferencia es mayor respecto a los terremotos más
fuertes (ver en inglés: "Possible Correlation between Solar Activity and
Global Seismicity", por J. Huzaimy y K. Yumoto, 2011).
Por
tanto, esto se convierte en un asunto práctico, ya que actualmente estamos
rondando el máximo solar, es decir, el pico del ciclo solar número 24, y a
punto de entrar a la fase descendente. ¿Qué actividad solar y sísmica nos
traerá el próximo año? Este debería de ser el momento de apoyar seriamente a
los programas no sísmicos de predicción de terremotos (como por ejemplo al
trabajo de investigación de Sergey Pulinets), que parecen ser prometedores en
salvar vidas humanas y que han sido bloqueados por razones políticas e
ideológicas. EL programa internacional "DET", también extendería nuestro
entendimiento de la relación existente entre el Sistema Solar y la Tierra e
incrementaría nuestra capacidad de pronóstico.
Mientras
tanto (hasta que podamos sacar a Obama y sus políticas anti-científicas),
también hay algunos “agujeros” grandes en la corona solar, que actualmente se
están dirigiendo hacia nosotros. Los agujeros coronales liberan intensos
chorros de plasma llamados “vientos solares de alta velocidad” (HSS, por sus
siglas en inglés) que hacen un buen trabajo en generar tormentas geomagnéticas.
Así que, a partir del inicio de esta semana, es posible que veas un estado de ánimo
inestable ¡y también un terreno inestable!
Fuente : http://larouchista.com/node/2818
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