Artículo publicado en el diario El Tribuno el 13/05/2013
Javier Cornejo
Así como el Martín Fierro de la “ida” es absolutamente contrario al Fierro de la “vuelta”, el Gral. Perón, que partió al exilio en 1955, parece no haber sido el Perón que volvió el 20 de junio de 1973.Parece que lo trajeron a cumplir con un cometido. No obstante, subestimando el “alerta” que fue la masacre de Ezeiza, intentó “torcer el curso de la historia”, el rescate del Estado Nacional Argentino.
La respuesta a su osadía fue inmediata: su muerte el 1 de julio de 1974 y el golpe a su sucesora en 1976.
Es preciso referenciar algunos de sus conceptos, funcionales a su “vuelta”, que fueran vertidos precisamente a los marinos, en un discurso en la Base Naval de Puerto Belgrano y repetidos en innumerables ocasiones: “Que la riqueza argentina del futuro se debería a que podría vender alimentos a todos los países necesitados de ello”. “Que la Argentina tenía comida para vender en abundancia y que los países pobres de ayer, por su condición agropecuaria, serían los países ricos del mañana”, decía.
¿Qué pasó con el Estado Industrial? ¿Por qué tal contradicción?
Silencio. Ni una palabra del gran Plan de Industrialización que, elaborado por el Consejo Nacional de Post-Guerra, fue la bandera que dio crecimiento y felicidad al país en el período 1943-1955.
Al mismo tiempo, la euforia de la “patria socialista” que propiciaba la caída de las “chimeneas” levantadas por el mismo Perón en el período citado, producía la “involución industrial” necesaria para que volviésemos a ser la reserva agropecuaria angloeuropea productora de alimentos a bajo costo. Por eso la subversión se ensañó con una crueldad planificada contra los empresarios industriales y dirigentes gremiales de ese sector. También la subversión seleccionó, en su mayoría, como víctimas a los integrantes del Ejército Argentino que fue el custodio del Plan Siderúrgico del Estado desde su inicio.
Dentro de esta estructura económica y para cumplir con los Tratados que nos sojuzgan, Europa trajo nuevamente a Perón al país.
No para que realizara la reconquista de toda la estructura industrial que había planificado el Consejo de Post-Guerra. Se lo trajo para todo lo contrario. Para un retorno a una estructura agropastoril no dinámica, no agroindustrial, sino, paralizada o de reserva.
Aunque el anciano general haya intentado vanamente torcer el rumbo prefijado, sucumbió y con él su gobierno fue destrozado y sus colaboradores intelectuales encarcelados, silenciados y asesinados. Para ellos no hubo “derechos humanos”, ni siquiera memoria.
Con absoluta certeza ésta fue la realidad del retorno del Gral. Perón, explicitada magistralmente por el Dr. Julio González en su libro: “M 76 Asalto a la Argentina”.
Considerando a la historia como un “proceso”, es la única manera de lograr entender el rol británico en la “vuelta” de Martín Fierro para aniquilar un estereotipo cultural que no podía permanecer, y la “vuelta” del Gral. Perón.
Ambos, bien pueden sintetizarse en que la agitación social con el resultado de masacres fraticidas y fraccionamientos territoriales, fue el arma más importante que los británicos usaron siempre a lo largo de su historia Imperial, y que en estos días ya está desenfundada, sin que nuestras adormecidas conciencias puedan advertirlo.
Cuando lo hagan ya será tarde.
http://www.eltribuno.info/salta/280696-Martin-Fierro-y-Juan-Domingo-Peron.note.aspx
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