Me gusta

sábado, 26 de enero de 2019

Geoterrorismo climático


Alerta global por inminente ola polar febrero/marzo en Europa y USA
Según el portal especializado Live Science, el vértice polar del norte está colapsando, a punto de partirse en dos. Esto significará una liberación de masa de aire frío hacia latitudes más bajas, por lo que se advierte a las autoridades norteamericanas (USA y Canadá) y a las europeas por inminente ola polar que durará todo febrero y parte de marzo.
Por Urgente 24 Martes 22 de enero de 2019
"La ráfaga de clima ártico que se dirige a Estados Unidos este fin de semana podría ser un primer indicio de cosas aún peores en este invierno, con signos de que un sistema circular de baja presión de vientos arremolinados que normalmente mantiene el aire helado en el Polo Norte ha sido interrumpido y dividido en partes más pequeñas.
Se cree que la interrupción en esta bestia que gira en sentido contrario a las agujas del reloj, llamada vórtice polar, se debe en parte a un verano cálido sobre el Ártico y una caída relativamente fría sobre Siberia. ¿El resultado para Estados Unidos y el norte de Europa? Un invierno severo que dura todo febrero y posiblemente hasta marzo", alertó el pasado 18 de enero Tom MetCalfe, colaborador del portal especializado Live Science, a través de un artículo que está recorriendo el mundo.
El meteorólogo Judah Cohen estuvo de acuerdo en que la ruptura del vórtice polar podría ser el culpable de la próxima tormenta. Cohen, el director de pronósticos estacionales de la compañía de gestión de riesgos climáticos Atmospheric and Environmental Research (AER), con sede en Lexington, Massachusetts, dijo a Live Science que las próximas tormentas de nieve en los Estados Unidos este fin de semana son consistentes con los modelos meteorológicos que predijeron un clima invernal severo para venir en las próximas semanas.
"Este patrón se ve mucho más activo, [con] más tormentas de tipo invernal y brotes en el Ártico. Creo que lo atribuiría definitivamente a una interrupción del vórtice polar, porque es muy consistente con lo que hemos visto en el pasado", determinó Cohen.
"Piense en el vórtice polar como una peonza, y donde va el vórtice polar va el aire frío", dijo Cohen. "Un vórtice polar fuerte es una cima rápida y con un giro cerrado centrado sobre el Polo Norte , manteniendo todo el aire frío sobre el Ártico. [Pero] un vórtice polar débil o perturbado es una peonza que ha sido golpeada o golpeada en un objeto varias veces... la parte superior disminuye la velocidad y se tambalea y puede serpentear desde su ubicación", graficó.
"He argumentado que el cambio en el Ártico ciertamente ha contribuido", dijo. "La pérdida de hielo marino, especialmente en los mares de Barents y Kara, que están cerca de Escandinavia en el noroeste de Rusia... y también una tendencia creciente en la capa de nieve en Siberia en octubre, creo que también ha contribuido", consideró.
"Creo que al menos hasta finales de febrero, y creo que probablemente a principios de marzo, habrá una especie de sesgo de las probabilidades o la frecuencia del clima invernal severo", advirtió el especialista.

¿Está la Tierra al borde de otra pequeña edad de hielo?

El Sol sigue ciclos regulares de actividad de unos 11 años, en los que se alternan fases de elevada actividad con épocas de baja actividad.
Por Till Mundzeck (dpa) miércoles 02 de mayo de 2018

Energía, alimento, vida... el Sol es fundamental para la Tierra. Pero actualmente se encuentra en una fase de baja actividad, lo que ha despertado especulaciones sobre la posibilidad de que se avecine una pequeña edad de hielo debido a una reducida radiación solar.
Durante la época de baja actividad solar conocida como mínimo de Maunder, en la segunda mitad del siglo XVII, en Europa bajaron tanto las temperaturas que los londinenses podían patinar sobre hielo en el Támesis en invierno. El Ejército sueco pudo incluso marchar en 1658 contra Dinamarca cruzando a pie un helado mar Báltico.

Según Dan Lubin, de la Institución Scripps de Oceanografía de la Universidad de California, cabe la posibilidad de que la actividad del Sol caiga a otro mínimo a lo largo de este siglo. El patrón de la reducción de la actividad solar recuerda al del gran mínimo anterior, apuntan este y otros expertos. Sin embargo, una nueva fase de ese tipo no llevaría a un enfriamiento, sino que frenaría algo el calentamiento global provocado por el hombre, señala la Institución Scripps.

Pero no está tan claro que se esté iniciando una época de actividad mínima. "El próximo gran mínimo llegará, pero no podemos predecir cuándo", explica el físico solar Sami Solanki, director del Instituto Max Planck para la Investigación Solar con sede en Gotinga, Alemania. "No podemos hacer predicciones que vayan más allá de algunos años".

El Sol sigue ciclos regulares de actividad de unos 11 años, en los que se alternan fases de elevada actividad con épocas de baja actividad. En mínimos prolongados como el de Maunder la actividad solar se mantuvo en niveles bajos durante décadas. "El ciclo solar actual es muy débil, hay que remontarse casi 100 años para encontrar otro tan débil", apunta Solanki. "Pero entonces siguió directamente un ciclo muy intenso. Por eso no se pueden hacer pronósticos".

Los físicos confían en poder obtener mejores datos gracias a misiones como la "Solar Orbiter" de la Agencia Espacial Europea (ESA). Este satélite, cuyo lanzamiento está previsto en febrero de 2019, estudiará por primera vez los polos del Sol, responsables de sus campos magnéticos y fundamentales para el funcionamiento de la estrella.

Para poder estimar cuánto se debilitará la radiación solar en el próximo gran mínimo, Lubin y sus colegas han estudiado más de 30 estrellas parecidas al Sol y que actualmente se encuentran en una fase prolongada de actividad mínima. Los expertos esperan que la radiación ultravioleta del Sol caiga un siete por ciento, según apuntaron en la revista especializada "Astrophysical Journal Letters".

"Ahora tenemos un valor orientativo con el que podemos hacer mejores cálculos de modelos climáticos", apuntó Lubin, citado en un comunicado de su universidad. "Así tenemos una mejor idea de cómo afectan los cambios en la radiación ultravioleta del Sol al cambio climático". Los cambios en el conjunto de la radiación solar serían mucho menores que en el caso de la ultravioleta. Pero "la radiación ultravioleta juega un papel fundamental para el clima, ya que no sólo es absorbida por la atmósfera, sino que es un factor decisivo para la química atmosférica", dice Solanki, que no participó en el estudio.

Tampoco está claro en qué medida contribuyó el mínimo de Maunder -llamado así por la pareja de astrónomos Anne y Edward Maunder- a la pequeña edad de hielo en el siglo XVII, que ya había comenzado antes. "Cuando durante muchas décadas domina una baja actividad solar, ese efecto puede acumularse en consecuencias medibles", apunta el helisismólogo Markus Roth, del Instituto Kiepenheuer para Física Solar de Friburgo. Pero la influencia del ser humano en el clima es mayor todavía.

Por eso, aunque en la actualidad se produjese un nuevo mínimo de Maunder no habría un enfriamiento, afirma la Institución Scripps en base a una simulación. La temperatura media global en la Tierra podría bajar en un primer momento "hasta unas décimas de grado", pero cuando se volviese a una actividad solar normal retornaría casi a los niveles alcanzados. "La influencia del Sol en el clima es cada vez menor y menos significativa que la del ser humano", dice también Solanki.

Una de las ventajas de una menor actividad solar es que beneficia a los satélites y astronautas en la órbita terrestre. "En épocas de máximos de actividad del Sol hay más tormentas solares que influyen en nuestra tecnología en el espacio", explica Roth. El Sol genera continuamente una corriente eléctrica de partículas subatómicas denominada viento solar.

Las erupciones solares pueden provocar que ese viento se convierta en tormenta, lo que hace peligrar a satélites y astronautas y afecta también a los sistemas de navegación, vuelo, radiocomunicaciones y las redes eléctricas. "En el siglo XX tuvimos un máximo de actividad solar. Ahora el Sol vuelve a su fase más tranquila", explica Roth.


ECO-TEOLOGÍA
Por Javier Cornejo
Publicado en el diario El Tribuno en Agosto de 2015


En estos más de 2.000 años hubo puntos de conflictividad cuando el Vaticano, cuando su máxima autoridad, habla de cuestiones científicas y técnicas.  En este caso, y en cuanto a ello se refiere, no es otra cosa que la opinión de una persona más, y podemos estar en desacuerdo sin que signifique cuestionar la "infalibilidad Papal". Ésta se encuentra referida únicamente a  cuestiones de Fe.
Tal conflictividad de opiniones se reflejó a lo largo de los años, por ejemplo, con Giordano Bruno, Giulio César Vanini, Leonardo da Vinci, Pietro Abamo, Miguel Servet, Garcia de Orta, Nicolás Copérnico, Juan Kepler, Galileo Galilei, sólo por citar a algunos.
Se producía cuando la autoridad eclesiástica defendía "teóricas" verdades dadas y que luego eran demolidas por los avances y descubrimientos científicos producto de la actividad creadora del ser humano, contradiciendo el "status quo" defendido por la Catolicidad Romana.
Es decir, se daba cuando el Vaticano extendía sus "dogmas de Fé teológicos" a comprobaciones físicas que pueden o no ser verdaderas.
Hoy observamos que la Encíclica Laudato Si instala como dogma la tesis de un: cambio climático devenido en calentamiento global antropogénico. Sosteniendo que "existe un consenso científico muy consistente que indica que estamos en presencia de un preocupante calentamiento del sistema climático". Sus fundamentos se encuentran en las afirmaciones de John Schellnhuber, quien junto al Cardenal Peter Turkson presentaran al mundo  a Laudato Si el pasado 18 de junio.
No existe un "consenso" científico sobre lo fundamentado por Schellnhuber, receptado por Laudato Si.

Todo lo contrario.
Basta sólo consultar los informes del Observatorio Pulkovo de San Petersburgo, el equipo de científicos encabezados por Habibullo Abdusamatov o los  más de  31.000 suscriptores  adheridos y más de 500 científicos a la "Declaración de Manhattan" de 2008.  Los informes de los científicos rusos, chinos, o indios, comunidad científica silenciadas por la prensa occidental. Prensa funcional a un falso "calentamiento global antropogénico" falacia que fuera viralizada por Al Gore en su obra: "La verdad incómoda", destinada a justificar una serie de medias mundialistas destinadas a reducir la población mundial, teóricamente causantes de este "sobrecalentamiento". Hoy ya no saben cómo ocultar el "climagate" que puso al descubierto a los científicos de investigación climática IPCC (Panel Intergubernamental de Cambio Climático) de la Universidad de East Anglia-Inglaterra, llevaban más de 13 años mintiendo y manipulando las cifras térmicas de la temperatura del mundo.
Lo cruento es que con esta falacia se prepara al ser humano para enfrentar un falso calentamiento cuando en realidad lo que está ocurriendo es todo lo  contrario, avanzamos a una "glaciación" para la que no estamos preparados y que una vez inmersos en ella las consecuencias serán devastadoras.
Nuestro planeta se está enfriando, causado por los ciclos solares, incursionando en lo que se denomina una "nueva glaciación",  cuya referencia más cercana la encontramos en el  siglo XVII, cuando el mundo sufrió una "pequeña edad de hielo" y un gran despoblamiento. Despoblamiento ayudado por las pestes recurrentes que florecieron en esos años en un contexto de  enfriamiento denominado "mínimo de Maunder", (cuando las manchas solares desaparecieron del sol).
De allí que esta Opinión Vaticana notablemente se encuadra hacia la Gobernanza Mundial,  un Ecumenismo Religioso, Un Gobierno Mundial, un Banco Mundial (propuesto por el Cardenal Turkson) y una Imposición Ecológica Mundial, donde la presentación de Vida Extraterrestre parecería ser el detonante de cohesión de la humanidad en estos nuevos postulados.



 


No hay comentarios.:

Publicar un comentario


Advertencia sobre comentarios

Advertencia sobre comentarios
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...