= Humano controlado, deshumanización
Internet                de los Cuerpos:                Nueva y espeluznante plataforma para el descubrimiento                de datos
          
Los tecnócratas están pasando                de recopilar datos                externos sobre nosotros a recopilar datos desde nuestro                interior, lo que                subraya el hecho de que no existe un nivel de detalle que                satisfaga a un                tecnócrata. Desde el macrocosmos hasta el microcosmos,                cada dato debe ser                recolectado.
En la Era de la Internet de las              Cosas, nos sentimos              (al menos un poco) cómodos con nuestros refrigeradores              sabiendo más sobre              nosotros de lo que sabemos sobre nosotros mismos y nuestros              relojes Apple que              transmiten cada uno de nuestros movimientos.
¿Pero el              internet de los cuerpos?
Sí, eso es correcto. Ha ido más              allá del simple              espionaje de una televisión inteligente. El descubrimiento              de datos ha entrado              en un nuevo reino, y nuestros cuerpos son la plataforma.
Un programa del 5 de enero en la              Reunión Anual de              la Asociación de Escuelas de Derecho de EE. UU. (AALS) en              Nueva Orleans,              titulado Internet de los organismos: Cyborgs y la ley,              discutió el impacto              legal, regulatorio y social de esta nueva plataforma de vida              y respiración para              descubrimiento de datos.
¿Internet de los cuerpos?
Lo              primero es lo primero: ¿Qué es el Internet de los cuerpos?
"El Internet de los cuerpos se              refiere a las              implicaciones legales y políticas de usar el cuerpo humano              como una plataforma              tecnológica", dijo Andrea Matwyshyn, profesora de derecho de              la Universidad del              Noreste, que también trabaja como codirectora del Centro de              Derecho, Innovación              y Creatividad de Northeastern (CLIC).
"En resumen, el Internet de las              cosas (IoT) se está              moviendo hacia y dentro del cuerpo humano, convirtiéndose en              el Internet de los              cuerpos (IoB)", agregó Matwyshyn.
Junto a Matwyshyn en el panel de              AALS estuvieron la              moderadora Christina Mulligan, profesora de derecho y              vicedecana de la Escuela              de Derecho de Brooklyn; Nancy Kim, profesora de la              California Western School of              Law; y Robert Heverly, profesor asociado de la Escuela de              Derecho de Albany.              Elizabeth Rowe, profesora de derecho y directora del              programa de derecho de              propiedad intelectual de la Facultad de Derecho Levin de la              Universidad de              Florida, ayudó en el desarrollo del programa.
El Internet de los cuerpos no es              simplemente una              discusión teórica de lo que podría suceder en el futuro. Ya              está sucediendo.
El ex vicepresidente de EE.UU.,              Dick Cheney, reveló              en 2013 que sus médicos ordenaron que las capacidades              inalámbricas de su              implante cardíaco quedaran inhabilitadas por la preocupación              de posibles              piratas informáticos asesinos, y en 2017, la Administración              de Drogas y              Alimentos de EE.UU. retiró casi medio millón de marcapasos              por cuestiones de              seguridad que requieren actualización de firmware.
No se trata solo de los ex              vicepresidentes y              pacientes cardíacos que se están convirtiendo en parte del              Internet de los              Cuerpos. Matwyshyn, de Northeastern, señala que las llamadas              "píldoras              inteligentes" con sensores pueden reportar datos de salud              desde su estómago a              teléfonos inteligentes, y se está probando un implante              cerebral autoajustable              para tratar el Alzheimer y el Parkinson.
Entonces,              ¿qué es lo que no les gusta?
Mejor con tocino?
"Estamos adjuntando todo a              Internet, ya sea que lo              necesitemos o no", dijo Matwyshyn, calificándolo del              problema "Mejor con              tocino", y señaló que, como el tocino se ha convertido en un              condimento popular              en los restaurantes, los chefs lo ponen en todo desde              bebidas hasta los              cupcakes.
"Es genial si te encanta el              tocino, pero no si eres              vegetariano o si simplemente no te gusta el tocino. No es              una bonificación ",              agregó Matwyshyn.
La analogía del tocino de              Matwyshyn plantea              preguntas interesantes: ¿Realmente necesitamos conectar todo              a Internet? ¿Los              riesgos de privacidad y protección de datos superan los              beneficios?
El profesor de Leyes del Noreste              divide estos              dispositivos IoB en tres generaciones:
- Dispositivos "externos al cuerpo", como los relojes Fitbits y Apple.
 - Dispositivos "internos del cuerpo", incluidos marcapasos conectados a Internet, implantes cocleares y píldoras digitales.
 - Dispositivos de "cuerpo incorporado", tecnología cableada donde el cerebro humano y los dispositivos externos se funden, donde el cuerpo humano tiene una conexión en tiempo real a una máquina remota con actualizaciones en vivo.
 
Fiesta de chips para empleados                con chips
Three Square Market, una              compañía de Wisconsin,              apareció en los titulares en 2017, incluida una aparición en              The Today Show,              cuando la empresa les puso un microchip a sus empleados, no              muy diferente de lo              que hacen los veterinarios con la mascota de la familia. No              es sorprendente que              la compañía promocionara los beneficios de implantar              microchips debajo de la              piel de los empleados, incluso ser capaz de agitar la mano              en una puerta en              lugar de tener que llevar una insignia o usar una              contraseña.
CNBC informó que 50 de los 80              empleados de Three              Square Market se ofrecieron como voluntarios para que se les              implantaran los              microchips debajo de la piel, e incluso tuvieron la llamada              fiesta de chips,              donde los microchips de identificación por radiofrecuencia              (aproximadamente del              tamaño de un grano de arroz) fueron inyectados en los              empleados.
Sin              embargo, ¿fueron realmente "voluntarios" los empleados?
Kim de California Western notó              que el              consentimiento es un tema importante para Internet de los              Cuerpos y que es un              problema especialmente difícil cuando IoB involucra a              empleados, que dependen              de sus empleadores para un cheque de pago.
Además,              ella piensa que tener la fiesta de chips fue una muy mala              idea.
"Creo que impide la condición de              consentimiento de              la voluntariedad. No deberían haber tenido una fiesta de              chip en sus locales.              No debería estar en el sitio donde todos sepan quién fue              chipeado y quién no.              Es coercitivo en su naturaleza, incluso si no es un              requisito obligatorio",              dijo Kim.
La              telepatía podría ser una              realidad… decodificando señales neuronales
10/01/2019          
A nada            que simplifiquemos un poco, la telepatía es posible con              tecnología actual.            Al menos una versión limitada de ella. Después de todo, tu            cerebro es una              máquina capaz de recibir información a través de diferentes            plug-ins            (ojos, oído, implante cortical…) y hemos diseñado tecnología            para enviar            información a distancia (bluetooth, impulsos de luz…).
No            hablamos de las              magufadas de las películas de fantasía, sino de            aplicaciones existentes.            Por ejemplo, con objeto de ayudar a personas con parálisis            cerebral, varios            investigadores publicaron en 'Plos One' su estudio 'Control cortical de una tablet para              gente con              parálisis' (2018). Para ello, desarrollaron una              interfaz intracortical              cerebro-ordenador. Y no es la única investigación en            este sentido.
Así funciona el envío de              información desde el              cerebro
Lo hemos            visto en multitud de películas y series de ficción. Varios            personajes alejados            entre sí son capaces de comunicarse usando el pensamiento.            A veces            pulsan un botón como en 'Travelers', que muestra un equipo de            élite con            implantes en el cuello; otras directamente 'piensan', como            ocurre en 'Ghost in            the Shell', película en la que los cíborgs son una realidad; y            en otras            ocasiones envían información de carácter sensorial (miedo,            rabia, alivio…) como            mostraba el episodio de 'Futurama' 'Apoyo esa emoción' usando            un "chip de            empatía".
En            cualquiera de los casos, se logra transmitir información a              distancia usando              el cerebro, pero ¿es esto posible con nuestro nivel            tecnológico? En los            últimos años se habla mucho de la              solución              Neuralink de Elon Musk, pero antes que esta estaba Brain            Gate, que ha            conseguido con éxito recibir y enviar información a través de            implantes            invasivos (dentro del cráneo).
En 2005,            hace más de una década, Matt Nagle se convirtió en la              primera persona en              controlar un brazo robótico usando una interfaz              cerebro-máquina. Este            tetrapléjico logró controlar un ratón de ordenador, las luces            y el televisor.            Ahora pensemos en cuál es la diferencia entre transmitir la            información de la            posición de un ratón y enviar una compleja cadena de palabras.            Ninguna, ya que            ambas pueden ser convertidas a binario.
De hecho,            un año más tarde investigadores de la Universidad de            Washington demostraron que            un adolescente era capaz              de jugar (con éxito) al juego Space Invaders usando            simplemente un implante            ECoG. Consiste en implantar electrodos en la superficie de la            corteza cerebral.            Es decir, es un implante parcialmente invasivo situado dentro            del cráneo pero            fuera del cerebro. Algo similar logró en 2018 otro equipo de            la misma            universidad montando              una 'red social' de cerebros.
¿Cómo recibiremos el pensamiento              de otros?
La            respuesta a esta pregunta la confirmó Neil              Harbisson, quizá la primera persona que se implantó a sí            mismo un chip en            el cerebro. Evidentemente con ayuda de un cirujano            profesional, pero también            saltándose todas las precauciones de salud y filtros de            experimentación con            humanos.
La ética            es difusa cuando uno experimenta consigo mismo. Él quería ver            en color (nació            con acromatopsia) y se colocó una antena capaz de              'susurrarle' a su cerebro            qué longitud de onda tenía el color que tenía ante sus ojos.            Para ello, el            implante vibra más o menos fuerte.
Muchos            años después, y ahora sí dentro del cauce de la investigación            canónica, Dennis            Aabo recuperaba parcialmente el sentido del tacto (arriba).            Había perdido su            mano izquierda en un accidente y lo que sentía era su              prótesis. Era un            paciente del proyecto europeo Lifehand 2, que había logrado            que su cerebro            interpretase algunas señales del tacto. En 2014 logró            distinguir entre una            pelota de tenis y una mandarina, todo un logro de la            ingeniería y medicina.
Aquí la            técnica era mucho más sofisticada que con Harbisson. Usaba un            sistema de            retroalimentación sensorial que medía y transformaba la            tensión de los tendones            en pulsos eléctricos. Es algo así como 'escuchar' mediante            estática la longitud            de los tendones. Tras muchos ensayos, el cerebro de Dennis            empezó a entender            qué significaban esos pulsos. Otra manera de imaginarlo es            pensar en aprender            Morse a base de pitidos sabiendo lo que dicen. Al final, el            cerebro acaba por interpretar            la información si los patrones son coherentes.
¿Por qué no existe aún la              telepatía?
Si ya            tenemos tecnología para enviar y recibir patrones de            información usando el            cerebro, ¿por qué no existe aún la telepatía? Hay varios            motivos principales,            dejando el coste a un lado, y empezando porque nos falta              resolución. Un            implante al estilo del Brain Gate 2 puede aportarnos con una            gran precisión            información relativamente plana. Por ejemplo,            derecha/izquierda, arriba/abajo,            doblar/extender. Pero el alfabeto español tiene 27 letras, sin            contar otros            signos. Es significativamente más complejo de leer que nuestro            cerebro.
Podemos pensar            en estos sistemas como en una extremidad básica. ¿Seríamos            capaces de hablar            completamente usando un brazo sin mano? Usando Morse, por            ejemplo, sí. Pero no            es un método demasiado rápido y, además, requiere un              implante cerebral.            Es por eso que este tipo de investigaciones se realizan en            pacientes que están            incomunicados, como tetrapléjicos. De momento, los              cíborgs por voluntad son tan escasos como Harbisson.
Por            suerte, los cascos EEG externos ya han logrado una resolución            considerable. De            hecho, en 2018 empezaron a usarse equipos portátiles para monitorizar conductores de trenes en la            línea de alta            velocidad entre Pekín y Shanghái. La idea es poder detectar              fatiga o              distracciones en un empleado del que dependen cientos de            vidas. Sin            embargo, solo son capaces de monitorizar un conjunto limitado            de variables.
Las posibilidades van más allá              de 'hablar' con la              mente
¿Alguna            vez has sentido que a un familiar le pasaba algo aunque no            estuvieses cerca? En            este caso particular se trata de una casualidad: asignamos una            sensación (que a            veces es imaginaria) a un suceso grave. Pero ¿y si              pudiésemos              transmitir más que palabras? A decir verdad, el lenguaje            es más complejo            que otros patrones.
Antes            enviaremos otro tipo de información más básica y primitiva,            como sensaciones.            Para imaginarlo, pensemos en el rostro de cualquier persona de            la calle. Con un            rápido vistazo podemos saber si la persona está molesta,            feliz, distraída,            tranquila, furiosa… y sin embargo sería imposible tratar de            imaginar en qué            está pensando.
El texto            es un tipo de información compleja, mientras que las              sensaciones más básicas              resultan más fáciles de detectar (a nivel químico),            empaquetar en una serie            de impulsos y enviarlas. Por ejemplo, la empresa Beyond Verbal            (arriba) lleva            desde 2012 testando un método no invasivo para dar con            nuestras emociones.
Todo esto            sigue enmarcado dentro de la ciencia ficción, pero más por un            motivo de costes            que por falta de tecnología. Tampoco volvemos a la Luna, por            ejemplo, aunque            sabemos que sería viable. En unos años quizá baje el coste de            estos sistemas y            una prenda podría transmitir nuestro estado de ánimo a otra            persona. Imaginemos            lo que puede suponer enviar experiencias sensoriales tan              agradables como las ASMR.
El sexo con un humano es
peligroso: Crece la industria tecno-porno
En la
feria CES de este año -que premia la innovación tecnológica- fueron
preponderantes los juguetes sexuales. Entre ellos, un vibrador que imita la
boca, la lengua y los dedos humanos, al que se otorgó un premio que luego le
fue arrebatado por "inmoral". El tema excede lo acontecido y tiene varias
aristas: ¿por qué necesitamos cada día más de los vibradores, los robots
estripers y las muñecas sexuales? ¿Cómo está esto relacionado con el discurso
predominante que alerta que el sexo es algo peligroso, antihigiénico, e ignora
su función como un acto fundamental de comunicación, afecto y placer entre 2
personas? ¿Y qué pasa con el amor? ¿Nos estamos volviendo una sociedad con
fobia al otro? La crisis de los vínculos, signo de época. ¿Qué efectos sociales
tendrá la proliferación de muñecas termoplásticas serviles, con personalidades
diseñadas para "amar" a sus amos incondicionalmente? 
Por Urgente
24 Jueves 10 de enero de 2019
Varios
cuerpos de silicona en el proceso de convertirse en muñecas sexuales de la
marca RealDoll. /Foto:CNN 
La feria
anual CES (Consumer Electronics Show) en Las Vegas, es la más grande en
tecnología del consumidor en el mundo.
Cada año,
elige los productos más innovadores en este ámbito y les otorga premios. Este
año, el rubro de los juguetes sexuales del futuro dominó la feria, que
es producida por la Asociación de Tecnología del Consumidor (CTA, según sus
siglas en inglés).
Entre las
innovaciones, se sitúan un club de estriptis virtual y un "masajeador
personal", que se puede controlar desde tu reloj inteligente.
El "Strip
Club" de la productora audiovisual Naughty America permite
a las personas colocar hologramas de estríperes virtuales masculinos o
femeninos en el espacio que los rodea. 
La
aplicación "Strip Club" de Naughty America. /AFP
La
startup OhMiBod, por otro lado, presenta un vibrador que se maneja
mediante una app en los relojes inteligentes de Apple.
Según la
firma británica de juguetes sexuales, MysteryVybe, se prevé que el mercado de
artículos sexuales crecerá a US$ 37.200 millones para 2022.
Pero la
nota de la feria la dio un vibrador manos libres llamado Osé, que utiliza
tecnoogía microrrobótica para imitar la sensación de boca, la lengua y los
dedos humanos.
El
producto creado por la startup Lora DiCarlo, ganó un Premio de Innovación CES
este año. Pero el galardón le fue posteriormente arrebatado, explica el
diario El Espectador, y su exhibición fue prohibida luego de que se considerara
que no se ceñía a las reglas. Los administradores de la organización, publica
Gizmodo, consideraron que el vibrador era "inmoral" y por lo
tanto inelegible. "El producto referenciado no entra en ninguna de
nuestras categorías existentes de productos y no debería haber sido aceptado en
el Programa de Premios a la Innovación", dijo un portavoz a Gizmodo.
"CES no tiene una categoría de juguetes sexuales. La CTA había comunicado
esta posición a Lora DiCarlo desde hace casi 2 meses y nos hemos disculpado con
ellos por el error."
El tema
de los juguetes sexuales excede a lo sucedido con el premio que la CTA otorgó y
luego arrebató al vibrador que emula la boca humana.
Existe una
tendencia cada vez mayor a condenar los vínculos humanos y la sexualidad como
pelirgosos y por lo tanto, deben ser evitados. La revista Psychology Today destaca en una nota que la
proliferación de muñecas sexuales -y su derivación actual en robots con
inteligencia artificial-, puede representar una forma de reemplazar las
relaciones humanas con relaciones con robots.
Matt
McMullen comenzó con su negocio de muñecas sexuales en 1997 y hoy su empresa
RealDoll es un negocio multimillonario que vende más de 10 muñecas por
semana en USA. ¿Por qué hay tanta gente interesada en adquirir algo así?
Así describió McMullen a sus clientes en entrevista con la revista Vice:
"Algunos están muy solos y por una u otra razón no tienen el
deseo ni la habilidad para formar un víncula real con alguien. Algunos son
víctimas de las circunstancias: o algo les pasó, o les rompieron el corazón, o
perdieron a un ser querido por una enfermedad. No quieren necesariamente
empezar una nueva relación."
Julie
Carpenter, una experta en interacciones entre humanos y robots de la Universidad
de Washington, dijo a Forbes: "La línea de fondo es que estas
interacciones entre humanos y robots con inteligencia artificial son
transacciones y no son recíprocas, y por lo tanto no es sano para la
mayoría de la gente depender de ellas como un medio a largo plazo de sustituir
los lazos afectivos orgánicos, de ida y vuelta, o como un reemplazo de las
relaciones entre humano y humano."
Asimismo,
el experto Matthias Scheutz, de la Universidad de Indiana, argumenta que crear
muñecas con inteligencia artificial serviles, con personalidades
domesticadas que aman a sus amos incondicionalmente, es dañino para la
sociedad y los usuarios. "El comercio 'sexual' (violación), que permite
a las personas usar a los seres humanos como objetos ha transformado al 'sexo'
de algo que 2 personas experimentan juntas, a algo que probablemente haga que
veamos un crecimiento de la prostitución, el tráfico y la pornografía",
dijo Kathleen Richardson de la Uinversidad De Montfort, fundadoras de la
Campaña contra los Robots Sexuales. McMullen, en cambio, defendió a sus
muñecas alegando que habrá una merma en el tráfico humano y la prostitución
gracias a sus muñecas.
¿Evitar a las mujeres a
toda costa?
La idea
de que las mujeres han de ser creídas en todo caso se ha extendido lo bastante
como para que muchos varones prefieran no correr el mínimo riesgo
TOMAMOS
INICIATIVAS con gran alegría y con prisas, olvidando que nadie es capaz de
prever lo que provocarán a la larga o a la media. No pocas veces medidas
“menores” y frívolas, o autocomplacientes, han desembocado en guerras al cabo
de no mucho tiempo. Los impulsores de las medidas nunca se lo habrían
imaginado, y desde luego se declararán inocentes de la catástrofe, negarán
haber tenido parte en ella. Y sin embargo habrán sido sus principales
artífices.
Sin
llegar, espero, a estas tragedias, el alabado movimiento MeToo y sus
imitaciones planetarias están cosechando algunos efectos contraproducentes, al
cabo de tan sólo un año de prisas y gran alegría. Había una base justa en la
denuncia de prácticas aprovechadas, chantajistas y abusivas por parte de
numerosos varones, no sólo en Hollywood sino en todos los ámbitos. Ponerles
freno era obligado. Las cosas, sin embargo, se han exagerado tanto que empiezan
a producirse, por su culpa, situaciones nefastas para las propias mujeres a las
que se pretendía defender y proteger. El feminismo clásico (el de las llamadas
“tres primeras olas”) buscaba sobre todo la equiparación de la mujer con el
hombre en todos los aspectos de la vida. Que aquélla gozara de las mismas
oportunidades, que percibiera igual salario, que no fuera mirada por encima del
hombro ni con paternalismo, que no se considerara un agravio estar a sus
órdenes. Que el sexo de las personas, en suma, fuera algo indiferente, y que no
supusieran “noticia” los logros o los cargos alcanzados por una mujer; que se
vieran tan naturales como los de los varones.
Leo que
según informes de Bloomberg, de la Fawcett Society y del PEW Research Center,
dedicado a estudiar problemas, actitudes y tendencias en los Estados Unidos y
en el mundo, se ha establecido en Wall Street una regla tácita que consiste en
“evitar a las mujeres a toda costa”. Lo cual se traduce en posturas tan
disparatadas como no ir a almorzar (a cenar aún menos) con compañeras; no
sentarse a su lado en el avión en un viaje de trabajo; si se ha de pernoctar,
procurar alojarse en un piso del hotel distinto; evitar reuniones a solas con
una colega. Y, lo más grave y pernicioso, pensárselo dos o tres veces antes de
contratar a una mujer, y evaluar los riesgos implícitos en decisión semejante.
El motivo es el temor a poder ser denunciados por ellas; a ser considerados
culpables tan sólo por eso, o como mínimo “manchados”, bajo sospecha
permanente, o despedidos por las buenas. La idea de que las mujeres no mienten,
y han de ser creídas en todo caso (como hace poco sostuvo entre nosotros la
autoritaria y simplona Vicepresidenta Calvo), se ha extendido lo bastante como
para que muchos varones prefieran no correr el más mínimo riesgo. La absurda
solución: no tratar con mujeres en absoluto, por si acaso. Ni contratarlas. Ni
convertirse en “mentores” suyos cuando son principiantes en un territorio tan
difícil y competitivo como Wall Street. En las Universidades ocurre otro tanto:
si hace ya treinta años un profesor reunido con una alumna dejaba siempre
abierta la puerta del despacho, ahora hace lo mismo si quien lo visita es una
colega. Los hay que rechazan dirigirles tesis a estudiantes femeninas, por si
las moscas. En los Estados Unidos ya hay colleges que imitan al
islamismo: está prohibido todo contacto físico, incluido estrecharse la mano.
Como en Arabia Saudita y en el Daesh siniestro, sólo que allí, que yo sepa, ese
contacto está sólo vedado entre personas de distinto sexo, no entre todo bicho
viviente.
Parece
una reacción exagerada, pero hasta cierto punto comprensible si, como señaló la
americana Roiphe en un artículo de hace meses, se denuncia como agresión o
acoso pedirle el teléfono a una mujer, sentarse un poco cerca de ella durante
un trayecto en taxi, invitarla a almorzar, o apoyar un dedo o dos en su cintura
mientras se les hace una foto a ambos. No es del todo raro que, ante tales
naderías elevadas a la condición de “hostigamiento sexual” o “conducta
impropia” o “machista”, haya individuos decididos a abstenerse de todo trato
con el sexo opuesto, ya que uno nunca sabe si está en compañía de alguien
razonable, o quisquilloso y con susceptibilidad extrema. El resultado de esta tendencia
varonil, como señalaban los mencionados informes, es probablemente el más
indeseado por las verdaderas feministas, y llevaría aparejado un nuevo tipo de
discriminación sexual. Se dejaría de trabajar con mujeres, de asesorarlas y aun
de contratarlas no por juzgarlas inferiores ni menos capacitadas, sino
potencialmente problemáticas y dañinas para las propias carrera y empleo. Si
continuara y se extendiera esta percepción, acabaríamos teniendo dos esferas
paralelas que nunca se cruzarían, y, como he dicho antes, el islamismo nos
habría contagiado y habría triunfado sin necesidad de más atentados: tan sólo
imbuyéndonos la malsana creencia de que los hombres y las mujeres deben estar
separados y, sobre todo, jamás rozarse. Ni siquiera codo con codo al atravesar
una calle ni al ir sentados en un tren durante largas horas. 
En este restaurante indio
los meseros son robots 
Se ha convertido en una verdadera atracción
turística 
26 de
diciembre de 2017 Por ELNUEVODIA.COM
Los “robots meseros” llevan los alimentos a las
mesas que recibieron una orden originadas de las tablets localizadas en las
mesas. (YouTube) 
El
servicio restaurantero podría dar un giro radical y completamente innovador
alrededor del mundo. La manera de proporcionar el servicio a los
comensales en la forma tradicional podría ser parte del pasado, si se toma
el ejemplo de un restaurante de
la India.
Localizado
en la ciudad de Chennai, al sur de aquel país asiático, el establecimiento de
nombre ‘Robot’ creo un nuevo sistema de trabajo que consiste en la
implementación de “robots meseros”, quienes ofrecen sus servicios de
manera original y atractiva al público asistente.
‘Robot’
ofrece todo un espectáculo a la hora de la comida, ya que mediante el uso
de Tablets, las personas podrán realizar su pedido directamente a
la cocina, y de esta manera los humanoides motorizados puedan llevar los
alimentos a la mesa que originó la orden.
Mediante
un video, se puede apreciar entre otras cosas la impresión y sorpresa de la
gente que acude a este peculiar sitio para comer, donde los robots cargan
diferentes bandejas de comida, mismas que llevan hasta las mesas donde se
asignaron los pedidos.
Finalizados
los alimentos, estos
mismos robots tienen la capacidad de ejecutar labores de
limpieza y retirar los platos sucios. Sin embargo, siempre bajo la
supervisión de un ser humano para solucionar cualquier inconveniente que pueda
presentarse.
Este
restaurante que llevaba años de operación en la manera tradicional decidió
cambiar su formato con la intención de atraer a muchos más comensales, hecho
que logró por completo, ya que no sólo reciben visitas de personas de la
propia ciudad, sino que aumentó de manera considerable la asistencia de
turistas.
Así es el sistema de
créditos sociales chino: te vigilan y puntúan para controlar qué puedes hacer
02/01/2019
Tania
Alonso 
“Queridos
pasajeros: aquellos que viajen sin billete serán amonestados de acuerdo a la
regulación pertinente”. Escuchar esta frase es habitual en cualquier vagón de
tren del planeta. Sin embargo, todo cambia cuando a través de la megafonía la
voz femenina prosigue: “Y su comportamiento será grabado en el sistema de
información de créditos. Para evitar un registro negativo de crédito personal,
por favor respete las normas”.
El Sistema
de Créditos Sociales chino da una puntuación a cada ciudadano en función de
su estilo de vida, su comportamiento en espacios públicos o lo que compra por
internet. Esta puntuación marca su posición en la escala social del país y
determina si podrá hacer o no gestiones tan habituales como reservar un billete
de avión. Para recabar datos de todos sus ciudadanos, el Gobierno chino ha
comenzado un despliegue de tecnología por todo el país.
Here's a dystopian vision of the future: A real announcement I recorded
on the Beijing-Shanghai bullet train. (I've subtitled it so you can watch in
silence.) pic.twitter.com/ZoRWtdcSMy
— James
O'Malley (@Psythor) October 29, 2018
Cámaras de videovigilancia con inteligencia
artificial
La base
de este despliegue la forman los cientos de millones de cámaras instaladas por
todo el territorio. Están en todas partes: semáforos, autobuses, aeropuertos y
hasta en las tiendas. En la ciudad de Shenzhen, por ejemplo, las cámaras pueden
detectar si alguien cruza en rojo o fuera del paso de cebra. El
algoritmo identifica al infractor y registra este comportamiento negativo en su
perfil personal del sistema de puntos. Pero no se queda ahí: acto seguido
muestra su identidad y su foto en una pantalla a la vista
de todo el mundo. 
Detrás de
este rígido sistema se encuentra la inteligencia artificial, aplicada y
desarrollada por diferentes empresas tecnológicas. Una de ellas es Yitu,
fundada en 2012. Gracias a su sistema Dragonfly Eye, que facilita el reconocimiento
de vehículos mediante la lectura de las matrículas, el Gobierno chino
registra infracciones de tráfico y maniobras ilegales. 
La
tecnología del país asiático puede, también, controlar a los trabajadores de
los medios de transporte público. Gracias a cámaras con tecnología biométrica instaladas en los
autobuses, por ejemplo, pueden interpretar los gestos de los
conductores para saber si están distraídos o cansados. Algunos
policías están equipados, por otro lado, con gafas inteligentes dotadas de inteligencia
artificial que identifican a los ciudadanos. Tienen acceso a información como
su dirección, su ocupación o su historial de internet. 
Imposible engañar al Gran Hermano 
Lo que
empezó como un sistema biométrico para reconocer e identificar rasgos faciales
ha dado un paso más. La startup Watrix ha desarrollado un software que
permite identificar a las personas por su forma de andar a una distancia
de hasta 50 metros, aunque se cubran la cara o caminen de noche. Según la
propia empresa, la tasa de reconocimiento de dicho software puede
alcanzar el 94%. 
Big Data para 1.300 millones de habitantes
Una de
las claves del éxito de estos sistemas es, precisamente, la gran cantidad de
datos que manejan y de los que se nutre la inteligencia artificial. China
cuenta con una completa base de información de sus ciudadanos. Esta
incluye datos de biometría, huellas dactilares e información del historial de internet y las compras de cada
individuo. Entre otras muchas cosas y con un objetivo: juzgar si son o no unos
ciudadanos fiables. 
Dragonfly
Eye, el algoritmo que usa la la empresa Yitu para identificar vehículos, maneja
también información biométrica. Para ello, trabaja con millones de
fotografías de ciudadanos chinos y extranjeros que son retratados cuando
entran en el país. 
Sesame
Credit, el ala financiera de Alibaba, otorga información de los hábitos de
consumo de sus usuarios al sistema de crédito social. “Alguien que juega a
videojuegos durante 10 horas al día, por ejemplo, sería considerado una persona
ociosa, y alguien que compra pañales con frecuencia será considerado como un
padre, quien en general es más probable que tenga un sentido de
responsabilidad”, señaló Li Yingyun, director
de tecnología de Sesame, a la revista china ‘Caixin’. 
Todo empieza por internet
Gran
parte de los datos que maneja el sistema de crédito social provienen del
historial de internet de los ciudadanos chinos. El Gobierno les exige tener una aplicación de vigilancia en
sus teléfonos con la que controla su actividad. Analizan
sus compras, las páginas que visitan o el tiempo que dedican a “acciones
frívolas” como jugar a videojuegos. 
Este
sistema recuerda a ‘Nosedive’, el primer capítulo de la tercera temporada de ‘Black Mirror’. Al igual que en la serie, recibir
calificaciones bajas tiene consecuencias negativas para los ciudadanos chinos.
Uno de los castigos que pueden recibir es ver reducida la calidad de su
conexión a internet. Algunos se han visto vetados a la hora de comprar un
billete de avión o de tren. Otros no han podido realizar gestiones por la baja
puntuación de sus familiares. Y aunque por ahora el Sistema de Créditos
Sociales es incipiente, Pekín planea tenerlo en pleno funcionamiento en 2020. 
En Nobbot
| Contra los morosos, inteligencia artificial
Imágenes
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