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miércoles, 24 de julio de 2019

ENDEUDADOS HASTA LA ETERNIDAD






Fragmento de Populus TV
El grano del sistema 277
EVOLUCIÓN DE LA DEUDA EXTERNA DESDE 1852



¿Quién y cómo va a pagar esta locura?


En la fracturada década de los años setenta una contrarrevolución en economía restauró las doctrinas neoclásicas prevalecientes antes de la Gran Depresión. Para mediados de los años ochenta, la profesión de economía le había proporcionado las directivas políticas del Occidente y, en particular a las instituciones de Bretton Woods, las justificaciones teóricas para las políticas del monetarismo, la liberalización, la desregulación, la privatización, los presupuestos balanceados y la independencia de los Bancos Centrales.

El capital estaba preparado para agenciarse las ganancias obtenidas por el trabajo en el mundo industrial occidental y usufructuar las políticas de desarrollo del Tercer Mundo. Los años noventa presenciaron crisis económicas y financieras devastadoras, con creciente frecuencia y severidad en América Latina, el sudeste asiático, Rusia, Brasil, Turquía y, de manera más dramática, Argentina. Para 1998, dos décadas de esas políticas habían llevado al mundo al borde de la primera recesión deflacionaria global desde los años treinta. Las economías en desarrollo fueron forzadas a dolorosas devaluaciones debido a la fuga de capitales y la especulación contra sus débiles monedas.
Como en el periodo de entreguerras, cuando la estabilidad del empleo y la gobernabilidad democrática fueron sacrificadas en aras de la estabilidad de las monedas, el sustento económico estaba ahora subordinado a las prescripciones macroeconómicas del Consenso de Washington. Unas complejas disposiciones de las agencias multilaterales estaban diseñadas para proteger a los intereses especiales de los acreedores e inversores de las presiones políticas populares. Las finanzas globales estaban minando las bases de la economía productiva.

Debemos señalar que ahora, como entonces, no hay instituciones internacionales efectivas para negociar el conflicto político y el desorden financiero. Los países sufren implacables presiones para abrirse al comercio y a los flujos de capital, lo que está erosionando la coherencia de las economías nacionales. Los trabajadores y los productores agrícolas están expuestos a la competencia a una escala mundial, lo que conduce a esa baja de salarios y precios de las materias primas para beneficiar a un número relativamente pequeño de grandes corporaciones transnacionales, las cuales controlan el acceso a la tecnología y los mercados. Los países ricos como Canadá ya no pueden sostener más el derecho universal a la educación gratuita y el cuidado de la salud al nivel en que estaban disponibles en una época en la que el PBI per capita era la mitad de lo que es ahora. ¿Por qué? Se nos dice que esto se debe a que necesitamos sacrificar la seguridad social para mantener la competitividad. Los gobiernos libran una competencia abocada a disminuir los impuestos para atraer y mantener a los inversores. La competitividad se ha entronizado como el principal operativo de la política pública.
Conforme la economía mundial se tambalea de una crisis a otra y los ahorros son atraídos a los mercados financieros especulativos, las tasas de crecimiento promedio en el núcleo de la industria del capitalismo están a un nivel históricamente bajo. Durante una década Japón se vio enredado en una trampa de liquidez keynesiana, en la que las tasas de interés cercanas a cero no lograban estimular el consumo y la inversión. Un prolongado auge impulsado por el efecto riqueza de un mercado de acciones próspero en Estados Unidos fue seguido de la liquidación de activos valuados en miles de millones de dólares. Estamos viviendo una pesadilla de Keynes: de una economía casino de capitalistas especuladores y rentistas y la falsa utopía del mercado autorregulado del que habla Polanye. Este orden económico neoliberal favorece a los acreedores sobre los deudores, a las finanzas sobre la producción y el consumo.
Cientos de millones de personas menesterosas en países pobres son simplemente tachadas de superfluas para los requerimientos de la economía capitalista global. El sistema es crónicamente inequitativo y endémicamente inestable. Al final es políticamente insostenible.
Según el último informe del (FMI) Fondo Monetario Internacional, la deuda mundial, tanto pública como privada, alcanzó los u$s 184 billones (nominal), lo que representa un 225% del PBI global. Esto significa que la deuda es más de u$s 86.000 por habitante del planeta, más de 2,5 veces el salario promedio a nivel global. En Argentina, la deuda pública y privada representa el 78% del PBI, que el FMI calcula en u$s 638.000 millones. Estados Unidos, China y Japón ocupan el 1°, 2° y 3° puesto, respectivamente, en el top ten de las economías más grandes.
La deuda china representa el 245% de su PBI, que es (nominal) de u$s 12 billones.
Según el FMI en 2019 el PBI asciende a 84.680.760MS y la deuda total asciende a 67.569.092 MS
En Argentina según ADN del 3/06/2019
Argentina emitió deuda por 187.298 millones de dólares en lo que va de la gestión de Cambiemos, de los cuales el 85,6% fueron colocaciones únicamente del Tesoro Nacional (aproximadamente USD 160.288 millones).
En tan sólo 3 años y 5 meses la Argentina ha tomado deuda por un total de USD 187.298 millones, el 82,3% son colocaciones en moneda extranjera y el 17,7% restante en moneda local.
Han salido del país divisas netas por: U$S 133.313 millones compuestos de la siguiente manera:
La fuga de capitales + Utilidades, Dividendos y Otras Rentas alcanza los 75.260 millones de dólares
La fuga + Turismo alcanza los 99.293 millones de dólares, y
La fuga + Turismo + Intereses de la deuda alcanza los 133.313 millones de dólares.
Lo que producimos está medido en el crecimiento del PBI. Veamos el cuadro histórico y centrémonos en la comparación de estos últimos años.
Y el crecimiento es
EVOLUCION PBI
%
1998
3,9
1999
-3,4
2000
-0,8
2001
-4,4
2002
-10,9
2003
8,8
2004
9,0
2005
8,9
2006
8,0
2007
9,0
2008
4,1
2009
-5,9
2010
10,1
2011
6,0
2012
-1,0
2013
2,4
2014
-2,5
2015
2,7
2016
-1,8
2017
2,9
2018
-2,5
2019
-1,4
PBI A PRECIOS CORRIENTES EN MILLONES DE $
Y VARIACIÓN EN DOLARES CON SU COTIZACIÓN  CORRESPONDIENTE
FTE: INDEC

2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
$ 485.115
$ 582.538
$ 715.904
$ 896.980
$ 1.149.646
$ 1.247.929
$ 1.661.721
$ 2.179.024
U$S 163.064
U$S 192.257
U$S 233.956
U$S 285.663
U$S 333.313
U$S 327.876
U$S 417.938
U$S 506.397
Cotiz. $/U$S







$2,975
3,03
3,06
3,14
3,45
3,8
3,976
4,303

2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019 -Primer Trimestre
$ 2.637.914
$ 3.348.308
$ 4.579.086
$ 5.954.511
$ 8.228.160
$ 10.644.779
$ 14.605.790
$ 17.554.968
U$S 537.253
U$S 514.333
U$S 535.566
U$S 460.519
U$S 516.799
U$S 571.992
U$S 387.936
U$S 402,360
 Cotiz $/U$S







$ 4,91
6,51
8,55
12,93
15,86
18,61
37,65
43,63

VOLVAMOS A LA DEUDA

Deuda externa por sector institucional (a valor nominal, 2016-2019, en millones de dólares). Fuente: Indec
A fin de marzo de 2019, el 62% de la deuda corresponde al Gobierno general; el 26% a sociedades no financieras, hogares e ISFLSH (instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares); el 9% al Banco Central; el 2% a las sociedades captadoras de depósitos y el 2% a otras sociedades financieras.
“El stock de deuda externa bruta total con títulos de deuda a valor nominal residual al 31 de marzo de 2019 se estimó en USD 275.828 millones, USD 2.104 millones menor que el trimestre anterior. Esta disminución se debió principalmente a la reducción del valor en dólares de la deuda emitida en pesos“, señala el apartado que detalla el total de lo adeudado por el Estado y los privados del informe oficial.

Proyecciones de deuda para 2017   U$S 3.441,9 millones
Proyecciones de deuda para 2018    U$S 2.692,85 millones
Proyecciones de deuda para 1er trimestre 2019    U$S 2.841,49 millones

Las cifras provisorias del año 2017 indican que la deuda ascendió a U$S 3.441,9, lo que determina que la deuda por habitante se ubique en U$S 1.123.
Para el año 2018 se ha estimado un crecimiento de la deuda a partir de la realización de operaciones de crédito público que rondarán los 15.000 millones de pesos

LAS PROVINCIAS NO SE QUEDARON ATRAS
La deuda de las provincias también se incrementó exponencialmente entre 2015 y 2018 hasta que los mercados le cerraron el grifo a Argentina. Medidos en pesos al cambio de septiembre del año pasado, los pasivos provinciales se quintuplicaron en ese período. Por su elevado stock, grado de extranjerización y perfil de vencimiento, las situaciones de Buenos Aires y Córdoba son las más complicadas.
Según un trabajo de Delphos Investment las provincias con mayor peso de deuda en dólares y euros son:
DEUDAS PROV
% PESOS
% DOLARES
CABA
46
54
SANTA FE
1
99
CORDOBA
5
95
NEUQUEN
30
70
MENDOZA
60
40
BUENOS AIRES
24
76
ENTRE RIOS
41
59
TIERRA DEL FUEGO
45
55
LA RIOJA
34
66
RIO NEGRO
60
40
SALTA
51
49
CHACO
65
35
CHUBUT
14
86
JUJUY
58
42

EN PROVINCIA DE BUENOS AIRES
En la provincia de Buenos Aires, en 2015 el endeudamiento público representaba el 6% del Producto Bruto Geográfico (PBG) y estaba nominado en un 58% en moneda extranjera (5.419 millones de dólares) y un 42% en pesos (equivalentes a 3.943 millones de dólares), totalizando unos 9.362 millones de dólares”.
Según la información oficial, al 31 de diciembre de 2018 la deuda pública estimada de la provincia de Buenos Aires se ubicó en 12.584,4 millones de dólares al tipo de cambio de cierre 2018, lo que representa un incremento del 34,4% respecto del stock de deuda registrado al cierre de diciembre de 2015 y una caída de 7,8% respecto al stock de cierre de 2017.
El stock de deuda informado al 31 de diciembre 2018, entonces, es de 474.431 millones de pesos (u$s 12.584,4 millones), lo que significa un incremento de 91.721 millones de pesos en tres meses
El principal canal de financiación fue la emisión de bonos tanto en pesos como en dólares. El ránking de endeudamiento a través de esta vía lo lideró cómodamente Buenos Aires, que la amplió en $363.010 millones (743%), medida al tipo de cambio de septiembre de 2018. La siguieron Córdoba, que incrementó su stock de títulos en $75.167 millones (1.358%); y la CABA, $66.045 millones (448%).

Cronología de la deuda libro “No Robarás…”,  3ra edición 2018


1866-1972      millones de dólares            1.524
1973-1975           “                 “                 4.524
1976-1983            “                 “              41.824
1984-1988           “                     “           55.424
1989-1999            “                     “        142.943
2000—2001         “                       “       145.500
2002-2003            “                       “       178.500
2004 -2015          “                       “        222.700
2018/2019          “                    “            389.225

INFORMACION EXTRACTADA DEL OBSERVATORIO FISCAL FEDERAL
Deuda Pública Nacional           millones de dólares                     351.452.000.000
Deuda Provincial                             “                                             37.773.000.000

Y COMO COMENZÓ ESTA HISTORIA.
1er empréstito del 1 de julio de 1824, siendo gobernador de Buenos Aires Martín Rodríguez y ministro de Gobierno Bernardino Rivadavia, se firma con la Casa Baring Brothers un empréstito de 1.000.000 de libras esterlinas.
El libre mercado para el dinero era por supuesto más antiguo: se situaba en la época de la abolición de las leyes que prohibían la usura, considerada pecaminosa por la doctrina cristiana. Junto a los mercados de trabajo de tierra y de dinero tuvieron el efecto de desincrustar a la economía de la sociedad. La economía asumió vida por sí misma y la sociedad fue reconfigurada para servir a los requerimientos de la economía. Esto era un estado de cosas muy extraño e históricamente sin precedentes, si bien todo ello liberó una enorme energía de crecimiento económico.
Respecto a la crisis de los años 30, que a su vez arrastró una crisis de la libra esterlina y el patrón oro, generó una determinada perspectiva de los países pequeños y débiles de Europa central ligados por lazos de crédito a la City de Londres y a la Bolsa de París. Los financieros u occidentales podían demandar cortes presupuestales, acabar con los programas públicos y despedir a los funcionarios, al igual que los países endeudados del Tercer Mundo hoy día están sujetos al tutelaje del FMI y del Banco Mundial.

  1. a) UNA FRUTILLA PARA EL POSTRE:
Según datos oficiales del propio gobierno, el resultado neto de las metas fiscales del primer semestre de 2019 fue el siguiente:
El superávit primario fue de 30.221 millones de pesos.
El resultado financiero arrojó un déficit de 287.202 millones de pesos, luego de haberse pagado intereses por 317.423 millones, más del doble que en el primer semestre del año pasado. Es decir, pago de intereses (- 317.423 millones) + superávit primario (30.221 millones) da un déficit de  -287.202.
– Los intereses de 317.423 millones es el 1,5% del PBI, diez veces el superávit primario. En el mismo período del año pasado, los intereses habían sido de 145.362 millones y equivalían a 1 % del PBI.
– Los intereses que paga la Nación son la tercera parte que necesita la provincia de Buenos Aires para todo el presupuesto del año 2019.
– De acuerdo al último informe de deuda pública de la provincia de Buenos Aires, correspondiente al 31 de marzo de 2019, el monto total alcanzaba los 518.429 millones de pesos, lo cual representa el 9,3 por ciento del producto bruto geográfico. Al cierre del año 2015, esa proporción era del 5,9 por ciento, lo cual brinda una dimensión de la expansión de la deuda de la provincia, pese al retroceso en el nivel de actividad económica en el mismo período (Raúl Delatorre, “Uno peor que la otra”, en Página12, edición del 14 de julio de 2019)

  1. b) OTRA FRUTILLA PARA EL POSTRE: Más endeudamiento externo para beneficio del sector privado
El 11 de julio los medios de comunicación informaron que el directorio del Banco Mundial aprobó un nuevo financiamiento a nuestro país de 500 millones de dólares, “para apoyar a la Argentina en su proceso de recuperación económica con el fin de promover un crecimiento inclusivo liderado por el sector privado”, dando a conocer que este apoyo al presupuesto nacional completa un primer desembolso por la misma suma, efectuado en noviembre de 2018.
El proyecto está destinado a “consolidar las bases para el crecimiento liderado por el sector privado” y “fortalecer las redes de protección social y la equidad de la política fiscal”.
El fortalecimiento de las redes de protección social busca “mitigar los impactos inflacionarios al mantener el poder adquisitivo de programas sociales como la Asignación Universal por Hijo” y apoyar “los esfuerzos por brindar servicios de salud de manera equitativa en las provincias”
Este nuevo financiamiento es reembolsable en 32 años, con un período de gracia de 7 años.
Esta información confirma que hasta ahora el crecimiento económico ha sido excluyente o exclusivo, sólo para pocos, y que como en gran parte de nuestra historia política y económica, el Estado argentino se endeuda externamente para promover el crecimiento económico del sector privado. Nada nuevo bajo el sol.
Y de pasada esta información también confirma que la famosa Asignación Universal por Hijo no se nutre de fondos públicos genuinos sino que forma parte de la deuda externa contraída con el Banco Mundial, ya desde los mismo inicios del plan, y es constantemente sostenida por la entidad bancaria: para la creación de la AUH, “el Gobierno argentino recurrió a la asistencia del BM. A través del préstamo LN 7703-AR6, el Banco otorgó 450 millones de dólares para financiar la implementación de la AUH (según informara en ese momento el mismo Banco, en http://go.worldbank.org/VTF6V1O8W0), entre otras medidas de protección social, y en marzo de 2011 otorgó un préstamo adicional de 480 millones de dólares, tal como está detallado en la investigación de Horacio Javier Etchichury, “El Banco Mundial y las políticas sociales argentinas: la Asignación Universal por Hijo desde una perspectiva de derechos humanos”, en Revista Electrónica del Instituto de Investigaciones “Ambrosio L. Gioja”, Año VII, n. 11, 2013.
Es decir, el Estado nacional “atiende” a los pobres y necesitados con deuda externa, o dicho de otra manera, todos los que reciben la Asignación Universal por Hijo en realidad toman deuda con el Banco Mundial, que no pagarán ellos -porque no pueden- sino quienes puedan asumir esa deuda.

-Fuentes y gráficos extractados del Indec, Ministerio de Hacienda,
-El Cronista, “Economía y Política J. P. Morgan mayo de 2019
-Kari Polanyi Levitt, “De la gran transformación a la gran financiarización”, publicado en Bae Negocios, marzo de 2019, pp. 128, 129-130, 182 y 190.
Mabel Stella Secretaria de Formación
José Arturo Quarracino Secretario Político
Juan Carlos Vacarezza Secretario General

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