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miércoles, 5 de marzo de 2014

Dinero libre


GESELL: MÁS QUE UNA «VILLA»
Por Javier Cornejo
Artículo publicado en el diario El Tribuno el 05 de octubre de 2009

La crisis monetaria internacional, luego de la apariencia de estabilización de algunas «bolsas», se encamina a una desintegración sin precedentes.
La evaporación de los «rescates», sin que éstos se hayan traducido en un aporte a la economía física real de los países, nos obliga a refugiarnos en otras teorías económicas en reemplazo de las existentes, que cambiarán patrones monetarios. Poniendo al actual sistema en total bancarrota.
Prueba de ello es una importante corriente del pensamiento económico europeo que se encuentra avocada a considerar los postulados de un economista de intensa relación con nuestro país. De haber seguido sus propuestas, indudablemente pudo haber cambiado la historia de la humanidad. Me refiero a don Silvio Gesell. Conocido por nosotros por la playa atlántica que lleva su nombre, o por la empresa por él fundada que hasta hoy perdura: Casa Gesell.
Nace en 1862, en la región de Malmedy (convergencia de Bélgica, Luxemburgo, Prusia). En 1885 se radica en Argentina, aunque viaja constantemente a Europa. Con un sorprendente currículum, su actividad inicial es la venta de artículos de odontología.
Gesell fue la tercera posición económica entre Lord M. Keynes y Carlos Marx. Sumamente respetado por ambos. No lograron refutarlo. Sí silenciarlo.
Sus obras más importantes: «El orden económico natural por libre tierra y libre moneda» Tomo I: «El dinero tal cual es». Tomo II: «El dinero como debe y puede ser».
Las ideas económicas de Gesell se difunden velozmente en el ámbito de la posguerra europea de 1914-1918, donde en toda Europa Oriental proliferan movimientos sociales de todo tipo procurando una solución a la gigantesca miseria y total desempleo. No había moneda. La industria se extinguía. Se multiplicaban las manifestaciones masivas pidiendo pan.
La deuda externa era imposible de pagar como consecuencia del Tratado de Versalles impuesto por los usureros países dominantes.
Keynes en su obra «Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero», de la pág. 313 a la 320, se refiere a Gesell en los siguientes conceptos:
«Como el profeta reverenciado de un culto con muchos miles de discípulos en todo el mundo» y su pensamiento como «el establecimiento de un socialismo antimarxista edificado sobre bases totalmente distintas a las de Marx».
Marx escribe sus obras, incluido su «Manifiesto», en Londres y por encargo de la corona. Para que su pueblo no se engañe con tales postulados, escribió: «La cuestión judía». La libertad propugnada por Marx es la de comerciar: comprar y vender. En consonancia con el extremo liberal de Keynes.
Los dos consolidan la usura. Siendo las propuestas de ambos, en función de su idéntico último fin, las que se imponen en el mundo occidental, descartando los sólidos conceptos de Gesell.
Tan sólo a título de ejemplo: uno de los ejes del pensamiento de Gesell, aplicable a nuestros días, gira en torno de que para reducir la tasa monetaria de interés, se propone un dinero que incurra en costos de conservación, al igual que cualquier bien o producto. Para ello establece un sistema de sellado o canje físico del billete con fecha de vencimiento. Ejemplo de ello lo tuvimos en nuestro país con los bonos provinciales. Su efecto, por lo efímero del billete físico, es una gran velocidad en su circulación que provoca un inmediato acelerador económico de todo el aparato productivo. Distinguía entre «tasa de interés» y «eficiencia marginal del capital». De manera de revertir la riqueza a los «bienes» y no a una masa monetaria incrementada por una sumatoria de interés. Para ello estabiliza la tasa de interés a través del tiempo.
Es decir un sistema crediticio de cambio fijo. Evitando caer (al revés de Marx y Keynes) en una conversión de las «cosas físicas» en dinero, que desemboca en una masa monetaria con abstracto valor en sí misma, generadora de mayor valor a través de la tasa de interés que, aplicada sobre la moneda, siempre es usuraria al tener la abstracta posibilidad de generar riqueza por sí misma y no por el trabajo de «transformación» de productos o desarrollo de servicios.
Por ello, son las «cosas» las que respaldan el dinero y no las monedas metálicas o con valor intrínseco de otros países. Tal los commodities.
Ante los fracasos marxistas y keynesianos que derivaron en la actual terminal crisis monetaria en gran número de países están haciendo renacer el pensamiento de Silvio Gesell como la única y decente opción de un nuevo orden monetario mundial.

 

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