15/06/2015
Otro de los grandes desconocidos de nuestra
historia, al servicio del monarca español Carlos IV, el militar y
cirujano del ejército, el alicantino Francisco Xavier De Balmis protagonizó
una epopeya histórica que salvaría millones de vidas y que sería la primera misión
humanitaria de la historia. La expedición Balmis, tras
sortear innumerables dificultades, consiguió la hazaña de llevar la vacuna de
la viruela hasta las colonias americanas, salvando millones de vidas y
protagonizando una de las expediciones científicas más exitosas de todos
los tiempos.
La
expedición Balmis
La expedición Balmis y la vacuna
de la viruela
Durante
todo el siglo XVIII el virus de la viruela había provocado una espantosa
mortalidad a lo largo y ancho del mundo. Periódicas epidemias
habían diezmado a las poblaciones y dejado graves secuelas a los
supervivientes. En 1796 se había logrado el hallazgo de la vacuna precisamente tras
constatar el médico británico Edward Jenner que las personas que
estaban en contacto con vacas contagiadas de viruela bovina adquirían
inmunidad respecto a la viruela humana.
A partir
del hallazgo de que inoculando en las personas sanas el virus vacuno se lograba
que el virus humano no prosperase, el mayor problema estribaba en cómo
distribuir la vacuna a toda la población en riesgo teniendo en cuenta los
pésimos transportes de la época y las inexistentes condiciones de conservación.
La
expedición Balmis
Es entonces cuando aparece la figura excepcional de
Francisco Xavier de Balmis. Este logra convencer al rey Carlos IV
de la trascendencia de financiar una expedición que permitiese transportar la
vacuna a los territorios americanos, donde la viruela estaba causando
terribles estragos. La expedición Balmis, conocida como Real
Expedición Filantrópica de la Vacuna , parte de La Coruña en la corbeta
María Pita, bajo la dirección naval del capitán Pedro del Barco y España en
noviembre de 1803 y arriba a Puerto Rico en febrero de 1804
trasladándose después a Venezuela, Cuba y México, desde donde Balmis se
dirige después a Filipinas, lo que de paso sirvió para propagar la
vacuna por Asia. Desde México se produjo también su irradiación a toda la
América española.
Aunque pueda resultar éticamente reprobable a día
de hoy, ya que La expedición Balmis utilizó un grupo de niños huérfanos como
cobayas para que la vacuna llegara en perfectas condiciones tras tan largo
viaje, no lo era entonces y de hecho fue visto como un logro científico que
puso a España muy por delante del Imperio Británico, que no había
conseguido que la vacuna arribara a territorios de ultramar en condiciones de
viabilidad.
Del éxito
de la expedición Balmis dan fe las miles de personas que salvaron sus vidas tras su
inoculación. Además consiguió que una tupida red de personas se dedicara a
continuar vacunando a más gente, manteniendo la vacunación, logrando así que
las epidemias variólicas remitieran en una gran proporción. De esta manera la
hazaña del Doctor Balmis constituyó un éxito absoluto, dando comienzo a lo que
en nuestras sociedades contemporáneas conocemos como ayuda humanitaria. Toda la
comunidad científica se rindió a sus pies, incluso el propio Jenner,
logrando así que España haya quedado en los anales como patrocinadora de la
primera acción filantrópica de la historia. Los más destacados expertos
médicos destacan la Real Expedición de la vacuna como uno de los grandes
hitos de la historia de la humanidad.
Autor: Luis Pueyo para revistadehistoria.es
No hay comentarios.:
Publicar un comentario