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jueves, 7 de noviembre de 2019

EL PROBLEMA EN LA ARGENTINA NO SON LOS 70 AÑOS DE PERONISMO

SINO LOS 120 DE LA OLIGARQUÍA...
(Habilmente dirigida con convenios y tratados por nuestra querida Inglaterra)

ROMPIENDO MITOS – Alan Beattie

Ex economista del Bank of England y hoy editorialista del Financial Times

Se cumplen 100 años del final de la Primera Guerra Mundial, que también fue el comienzo del final del mito de la Argentina rica. El problema de Argentina no fueron los 70 años de peronismo, sino los 120 años de oligarquía. Por qué Argentina no fue EEUU, la respuesta es simple, mientras EEUU repartió la tierra en parcelas pequeñas, Argentina se la dio a unas pocas familias. EEUU favoreció a colonos usurpadores, Argentina a terratenientes.
El resultado inmediato fue que mientras en EEUU la poca tierra obligaba a innovar para optimizar y mejorar ganancias, al latifundio argentino le alcanzaba con grandes extensiones de tierra, vacas, ovejas y alambre de púa.
Las economías rara vez se hacen ricas solo con agricultura. Gran Bretaña había mostrado el camino, industrialización, pero las elites argentinas rechazaron la industrialización para seguir mamando de la teta de la explotación agropecuaria latifundista.
Entre 1880 y 1914, el sistema político norteamericano se adecuó dinámicamente a los cambios y a las demandas de su población. El sistema argentino permaneció obstinadamen-te dominado por una minoría autocomplaciente. Si EEUU hubiese sido como Argentina el sur racista confederado hubiese ganado la Guerra Civil.
Al final de la primera guerra mundial, las exportaciones de granos y carne cayeron. Al fi-nal de los ´20, las exportaciones ya eran 2/3 menos. EEUU ya había comenzado un proceso de recambio económico. Las elites argentinas lo rechazaron.
EEUU había comenzado su recambio económico con industrialización, y al final de la pri-mera guerra invirtió ahorros propios en quedarse con industria europea (sin recursos después de la guerra) y se posicionó como potencia mundial. La Argentina oligárquica desapareció del mundo.
Además de haber invertido sus primeros años de bonanza en un recambio industrial y usar esos recursos para adueñarse de la industria del mundo destruida por la guerra, EEUU ya era una economía de escala. Argentina no fue nada de eso. No fueron los ´70 años de peronismo, son los 120 años de Oligarquía.
Hace años que sostengo esto pero se sigue repitiendo en las mentes colonizadas esta falsa historia de la Argentina potencia a principio del siglo XX cuando en realidad habíamos entrado en una caída total, que trató de ser remediada por el primer peronismo; planes quinquenales e industrialización a marcha forzada. Pero ganaron de nuevo los rentistas y solo quedó el relato de una oligarquía retardatoria y desubicada del mundo de post Primera Guerra Mundial; que en el fondo fueron los que generaron el golpe de 1955.





Proceso colonial (I)
Por Javier Cornejo
Lunes 15 de Marzo de 2010

La doctrina justicialista emergió en nuestro país en un momento crucial de la historia del mundo occidental: la Segunda Guerra Mundial, oportunidad en que los países involucrados se encontraban sumamente atareados en la urgencia de su propia reconstrucción.

El surgimiento de tal doctrina significó una "falta" en la atención que en esos años nos dispensaba el Imperio Británico como sus seguros súbditos. Máxime luego de haber sido una esencial fuente del abastecimiento de alimentos a los ejércitos aliados.

Los intelectuales argentinos que nutrieron el justicialismo volcaron en el G.O.U. los principios que el Gral. Juan Domingo Perón en sus gobiernos encaminó su materialización. Es decir, intentar la construcción de un Estado nacional industrial, tecnológico, científico, cultural y social, transformando la Argentina primaria de granos, pastos y vacas.

Tal intento contradecía al sistema colonial inglés, el opus magnum de George Canning: "Inglaterra, el taller del mundo, y América del Sur, su granja".

Se debía demoler la estructura de chimeneas levantadas. Se debía extirpar de la conciencia y del ser argentino los preceptos de este "atentatorio" intento. Tal fue una de las más firmes decisiones del Imperio Británico en su política hacia América del Sur. Conscientes de su poderío intelectual, de impecables estadistas, de inigualables y eficaces en el arte de la diplomacia, en su programa a trescientos años vista, diagramaron los sucesos de 1955 en delante. La vuelta de Perón, su tercer mandato, su sucesión. La capacidad de manipulación de personas y la producción de los actos programados sólo sufrió altibajos, que con la complicidad de los cipayos locales fueron superados sin tardanza.

La herramienta esencial: el endeudamiento perpetuo, en una férrea aplicación del "divide et impera" hasta en los mínimos aspectos de nuestra vida cotidiana.

En la atención y "honra" de la deuda se cimenta la succión permanente, consentida, aprobada por un pueblo que no atina a entender su destino. Al pueblo "triste" que Ortega y Gasset se refiere en los años 20, se agrega hoy día que no encuentra motivo de lucha por su futuro.
Es el esclavo que seguirá en tal condición mientras espera que otros vengan a liberarlo.

El 24 de marzo de 1976 fue una consecuencia de lo que el Gral. Lanusse en sus memorias sostiene: "Con la asunción del gobierno constitucional el 25 de mayo de 1973, la Junta de Comandantes de las Fuerzas Armadas no se disolvió, quedó como organismo de supervisión del nuevo gobierno". Fue lo establecido en la Comisión Coordinadora del Plan Político integrada por el Gral. Betti, el brigadier López y el almirante Massera.

Una fundamental condición fue que el peronismo no debía presentarse como un partido autónomo, sino como una coalición. Por ello, el tercer gobierno peronista debió desenvolverse en el esquema típico que los ingleses han trazado siempre para los países de su periferia colonial: una representación pluripartidista, proporcional, con periodicidad escasa en el tiempo y un poder bien dividido para que nadie mande, el pueblo se confunda y el capital extranjero y sus empréstitos no puedan ser perturbados.

El tercer gobierno peronista, al intentar negociar la sustitución de la Cía. Falkland Island Co. con la finalidad de recuperar nuestro sur sin disparar un solo tiro; al NO contraer ningún empréstito y negarse rotundamente a ello; al intentar demostrar al mundo que la pobreza monetaria de un país no es incompatible con su independencia patrimonial y la libertad económica de sus ciudadanos, tomando en función de tal premisa las decisiones y ejecución de las acciones necesarias (cuya enumeración será objeto de próxima nota); al intentar gobernar repudiando la usura internacional, que para cualquier Estado civilizado es una proeza, para el antropófago gobierno del "Proceso" fue sinónimo de corrupción y subversión. Ocasionó la "caída del telón" el 24 de marzo de 1976 que, al decir de uno de los nefastos ejecutores, "se dio vuelta la página y el país respiró hondo". Si el país de este individuo respiró hondo, el país de los argentinos fue ahogado en cárceles y cementerios, en sojuzgamiento del incremento inédito de la deuda, que, cualquiera fuera el signo político de los gobiernos sucesores, todos se apresuraron a reafirmarla en una transferencia patrimonial de empresas, recursos y suelo argentino.


La correspondencia en este video ficticio y sarcástico, entre la fantasía graciosa de sumisión inconsciente, y la explotación de la elite financiera mundial con los países del tercer mundo, es aterradora.

 

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