“Crisis”. Esa palabra que llevamos escuchando cuatro o cinco
veces al día desde hace varios años y que, entre otras muchas
consecuencias, ha derivado en el cierre de miles de negocios. Sin embargo, cada
vez hay más de lo que comúnmente se conoce como tiendas de chinos, tiendas
que ya no se limitan a reemplazar a los antiguos “Todo a cien”, sino que ahora
son negocios especializados como zapaterías, tiendas de ropa o restaurantes. Y
todos, en mayor o menor medida, conocemos el secreto de su éxito: un enorme
sacrificio.
Pero en la apertura masiva de estos negocios no es España la que sale
más beneficiada sino China, tanto, que en 2011 ya tenía en su poder 3
billones de dólares en
divisas, dinero que ha sido utilizado, entre otras cosas, para comprar
deuda
soberana o hacer inversiones en empresas
estadounidenses.
¿Cómo se llega a este enriquecimiento? No podría contestar a
esta pregunta más claramente de lo que lo hace aquí el
catedrático de la
Universidad Politécnica de Madrid Julián Pavón, el cual ha bautizado a
este modelo de expansión económica como "modelo parasitario chino".
Básicamente este modelo se resume en tres elementos:
El término "parásito"además está compuesto por los principales adjetivos
que describen este modelo, que se caracteriza por ser pacífico, rápido,
silencioso y total.
Pero no es oro todo lo que reluce. No podemos dudar de que este modelo
económico de expansión está aumentando con creces la riqueza de este
país. Sin embargo, también está abriendo la puerta a nuevos
interrogantes y problemas futuros, como el aumento de la inflación,
desigualdades sociales o protestas por la garantía de los derechos en el
ámbito laboral.
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