Por Javier
Cornejo
Artículo publicado en el diario El tribuno el 23-2-15
Artículo publicado en el diario El tribuno el 23-2-15
Avanzamos
en un turbulento 2015, el último año de la presidenta Cristina Fernández en un
poder, muy posiblemente, que ella considera vitalicio.
En este punto, vale recordar su afición -quizá, fascinación- por el antiguo Egipto de los faraones y en particular por la reina Nefertitis.
En este punto, vale recordar su afición -quizá, fascinación- por el antiguo Egipto de los faraones y en particular por la reina Nefertitis.
La curiosidad me lleva a traer al presente a don Benjamín Solari Parravicini
quien en su variedad psicográfica dedica una serie de ellas a circunstancias
que, bien puede sostenerse, tienen una clara referencia a momentos actuales.
Para el caso tomaré la psicografía denominada: "Egiptóloga en
argento" del 2 de julio de 1940:
Si bien en la misma existen un sinnúmero de mensajes simbólicos, destaco solo los referidos al tema de la presente: nótese el perfil femenino de la imagen central con su destacado "turbante", la hoz al frente, el "ojo que todo lo ve" enmarcado triangularmente, la base del "plata río" (un análisis pormenorizado excede esta columna).
Si bien en la misma existen un sinnúmero de mensajes simbólicos, destaco solo los referidos al tema de la presente: nótese el perfil femenino de la imagen central con su destacado "turbante", la hoz al frente, el "ojo que todo lo ve" enmarcado triangularmente, la base del "plata río" (un análisis pormenorizado excede esta columna).
El Egipto milenario es mucho más que un destino turístico para Cristina. Excede
incluso el interés común por la historia y la cultura.
En el escritorio presidencial, en fotos que se publicaron, observamos claramente un busto de Nefertitis, incluso se efectuaron fotografías artísticas de la Presidenta con la escultura de la reina egipcia en sus visitas al museo egipcio de Berlín.
En el escritorio presidencial, en fotos que se publicaron, observamos claramente un busto de Nefertitis, incluso se efectuaron fotografías artísticas de la Presidenta con la escultura de la reina egipcia en sus visitas al museo egipcio de Berlín.
En múltiples oportunidades estableció singulares paralelismos, especialmente en
agosto de 2012 cuando presentó el Polo Tecnológico en la isla Demarchi, ocasión
en que se autoproclamó como la "reencarnación de una gran arquitecta
egipcia". O en diciembre de 2011 en el acto de cierre de Argentina Exporta
Audiovisuales: "Con esta vocación de arquitecta egipcia que tengo, yo digo
que en otra vida debo haber sido una gran arquitecta egipcia".
¿Esta vocación presidencial será una mera casualidad? ¿La Presidenta conoce y
es parte de estos temas?
De todos modos son muy sugestivas sus palabras del 9-01-13 en Mar del Plata al regreso de la fragata Libertad: "...Es necesario entender que esta lucha que estamos llevando a cabo los argentinos no solo es algo que importe a nuestro país, depende también en gran medida la suerte de un Nuevo Orden que debe darse en el mundo".
De todos modos son muy sugestivas sus palabras del 9-01-13 en Mar del Plata al regreso de la fragata Libertad: "...Es necesario entender que esta lucha que estamos llevando a cabo los argentinos no solo es algo que importe a nuestro país, depende también en gran medida la suerte de un Nuevo Orden que debe darse en el mundo".
¿A qué nuevo Orden Mundial se refiere? ¿En tales parámetros se encuentra el
Ecumenismo del "Papa del fin del mundo"? ¿Será al orden que considera
como destino "sur" de la humanidad una realidad geográfica con
principio en la Antártida, territorio apetecible por todos?
¿Los convenios con China que ocasionaran una abrumadora oleada inmigratoria
asiática, reemplazante de los actuales habitantes de estas regiones, se
encuentran dentro de estos parámetros?
Los días que transcurren en el país marcan un declive del kirchnerismo y abren enormes interrogantes sobre el futuro. Pero hablamos de un futuro que va más allá de los personajes que hoy están en el poder y de los posibles sucesores.
Los días que transcurren en el país marcan un declive del kirchnerismo y abren enormes interrogantes sobre el futuro. Pero hablamos de un futuro que va más allá de los personajes que hoy están en el poder y de los posibles sucesores.
El país atraviesa momentos decisivos. Basta observar que, en 40 años, hay una
fractura social, que se manifiesta en un pobreza que creció del 7% al 25%
(según datos reales del Indec divulgados por gremialistas de ese órgano de
estadística) a la que se suma el deterioro del empleo y la educación y la
indefensión del país por el debilitamiento de las Fuerzas Armadas y el caos que
impera entre las fuerzas internas de seguridad.
El país, y no solo este gobierno en retirada, parece haber bajado los brazos y
nadie mide -o si los mide, no lo expresa- cuál será el verdadero costo de la
indefensión y la decadencia.
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