TLV1 - presenta un informe muy completo sobre las batallas ocultas de la Antártida, tema que venimos siguiendo en este blog desde sus inicios.
Polo sur |
LA ANTÁRTIDA: EL CONTINENTE
BLANCO
Para
referirnos a la situación del Continente Blanco dentro de nuestro Planeta Azul,
debemos hacerlo, como La Antártida, el continente del hemisferio sur situado
casi en su totalidad dentro del círculo polar, por tanto no está habitado.
Constituye un gran bloque tubular con una altura media de 2.650 mts, por lo que
se considera el continente más elevado, además de que junto a sus islas y
archipiélagos posee una superficie aproximada a los 14.100.000 km2.
Está
rodeado por los océanos Atlántico, Pacífico e Índico y los mares de Ross y
Weddell. Es el cuarto continente más extenso del mundo. Durante el invierno
dobla su tamaño por la gran cantidad de hielo marino que se forma en su
periferia. Más del 95% de la Antártida está cubierto de hielo, que contiene cerca
del 90% de toda el agua dulce del mundo.
El punto más elevado del continente es el monte
vinson (5.140 m). Posee una gran cordillera: los montes transantarticos.
La
Antártida está formada por un gran inlandsis, y sus características físicas
responden a los dominios mofo climáticos de la zona fría.
Es un
continente deshabitado, excepto por equipos de científicos y militares de
distintos países que reivindican sectores de las tierras antárticas, alegando
diversos derechos, tales como: de cercanía geográfica, de descubrimiento o de
ocupación continuada, entre otros. Sobre casi toda la superficie del continente
impera el clima polar, donde la temperatura promedio del mes más cálido no
supera los 0 ºC.
El clima
llamado de tundra, donde el promedio del mes más cálido supera los 0 ºC, se
presenta sólo en las zonas costeras más septentrionales, como en la Península
Antártica, islas adyacentes e islas subantárticas. La temperatura media de esta
región es de -17° Celsius, y la más baja se registró en la estación antártica
rusa de Vostok, el 21 de julio de 1983, cuando el termómetro marcó -89,2 °C, la
menor temperatura registrada en la superficie de la Tierra. Estas bajas
temperaturas se deben, no sólo a su ubicación en la zona polar sino, a su gran
altura media y la poca radiación solar que recibe.
Además,
entre el 80% y el 90% de la radiación que recibe es reflejada por el hielo,
evitando el calentamiento de la superficie. Un fenómeno térmico característico
de la Antártica es el llamado Kernlose winter, es decir, las temperaturas
medias durante el invierno tienen variaciones muy pequeñas. En la Antártica
también se han registrado los vientos más intensos de la superficie terrestre:
327 km/h, en julio de 1972, en la estación científica francesa Dumont d’Urville.
La Antártica es, en la
mayor parte de su extensión, en cuanto a su humedad atmosférica
-paradójicamente- el lugar más seco de la Tierra (excepto las zonas costeras e
insulares de la Antártica) ya que al estar las temperaturas casi siempre bajo 0°Celsius
el agua se encuentra cristalizada y el aire que es extremadamente frío, apenas
retiene humedad. Se caracteriza por estar permanentemente helado y habitado por
una fauna restringida en la que predominan las aves.
Es un
territorio bajo control internacional con el auspicio y control por parte de la
Organización de Naciones Unidas y ningún estado del planeta tiene soberanía
sobre él o sus recursos.
Una de las tantas historias sobre conspiraciones
mundiales, es aquella que sostiene que el poderío militar nazi no se extinguió
del todo una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, sino que se mantuvieron
escondidos en bases secretas construidas en la Antártida.
Los que
apoyan esta teoría, aseguran que Estados Unidos envió una operación militar relámpago
al continente blanco para acabar con el último bastión del Tercer Reich. Según
el interrogatorio realizado por los aliados a los tripulantes de los buques
alemanes U-530 y U-977, en 1945, reveló que los germanos habían desarrollado
enormes complejos subterráneos en la Antártica para la fabricación de aeronaves
y otras armas de avanzada tecnología.
Dos años más tarde, los norteamericanos habrían
impulsado un gran plan para dar caza a los fugitivos.
Se le
llamó “Operación Highjump” (Salto de altura), aunque oficialmente este proyecto
figura como la mayor exploración científico-militar de los territorios
antárticos que fundó los cimientos para bases internacionales. Highjump contó
con el liderazgo del almirante Richard Byrd y una tripulación de más de 4.700
hombres, con 33 aeronaves, en 13 barcos incluyendo el rompehielos guardacostas
Northwind, un portaaviones (USS Philippine Sea) y un submarino (USS
Sennet).
En un principio, se había estimado que la duración
del proyecto de buscar zonas aptas para edificar bases científicas, sería de 8
meses, pero lo curioso es que todo terminó a las 8 semanas de iniciada la
expedición. Los teóricos de los antiguos astronautas sostienen que los
campamentos fueron atacados por un poderoso y desconocido enemigo que los
obligó a devolverse a casa mucho antes de lo previsto.
En lugar
de desmentir las considerables pérdidas humanas, el Almirante Byrd se hizo
cargo en una conferencia de prensa realizada en chile donde afirmo que su
Fuerza Especial estuvo frente a un enemigo nuevo y formidable, capaz de volar
desde el polo norte al polo sur a velocidades increíbles”.
Posteriormente, ya de regreso en Washington, el
almirante Byrd fue citado por una comisión investigadora del Senado
estadounidense. En dicha oportunidad manifestó nuevamente que “en el transcurso
de otra guerra, América puede ser atacada por un enemigo que tenga la habilidad
de volar de polo a polo a increíble velocidad”.
¿A qué se
refería exactamente? Los teóricos de los antiguos astronautas también afirman
que EE.UU. combatió contra los nazis en territorios cercanos al Polo Sur.
Pero básicamente, su tesis, va aún más allá. Cuando
sostienen que los diversos militares e historiadores rusos que investigaron el
hecho expresaron que los estadounidenses se enfrentaron a los nazis en 1947 en
la Antártida y sugieren que los últimos dos submarinos germanos sobrevivientes
a la batalla fueron posteriormente hallados en la bahía de Buenos Aires,
Argentina.
Además,
señalan que los nazis, influenciados por sociedades secretas esotéricas como la
Thule y la Ahnenerbe, intentaron comunicarse con entidades extraterrestres por
medio del contacto telepático. Gracias a las supuestas canalizaciones
efectuadas por ciertos médiums, obtuvieron valiosa información con la cual el
connotado científico alemán Víctor Schauberger (puesto casi a la misma altura
de Nikola Tesla, el “padre de la energía eléctrica alterna”), habría conseguido
desarrollar platillos voladores (hoy llamados “ovnis”) con los cuales
pretendían ganar la II Guerra mundial.
Sin embargo, cuando ya tenían listos los primeros
prototipos, el ataque aliado era inminente y decidieron que lo mejor era
llevarse antes sus naves al refugio que tenían en tierras australes.
Otro
increíble dato entregado por los teóricos de los antiguos astronautas, el cual
muchos considerarían totalmente irreal, señala que la razón por la cual el
proyecto HAARP funciona en Alaska es precisamente para monitorear, a través de
la emisión de ondas, un hipotético portal espacio-tiempo presente en el
interior de la Tierra que permite los viajes interestelares a través de
agujeros de gusano (“atajos” virtuales entre dos puntos equidistantes del
Universo).
Según
esta polémica premisa, lo que los nazis sabían era que el Polo Norte y el Polo
Sur son las puertas de salida y entrada respectivamente, de un agujero de
gusano que pasaría por el centro de nuestro planeta y que permitiría a las
naves espaciales (tanto terrestres como alienígenas) llegar a la Tierra y salir
de ella sin tener que hacer un recorrido kilómetro a kilómetro por el espacio.
Tal portal estaría conectado con la estrella Vega.
La
estrella se sitúa a una distancia en torno a los 25 años-luz de nosotros, y su
magnitud visual, en la práctica, arroja un resultado de +0.03, siendo la quinta
más brillante de todo el cielo nocturno, sólo superada por Sirio (Alpha Canis
Majoris), Canopus (Alpha Carinae), Alpha Centauri y Arturo (Alpha Boötis), si
bien desde Europa no pueden divisarse ni Canopus ni Alpha Centauri. Sirio,
además, es una estrella invernal, y Arturo domina el cielo de la primavera
septentrional, así es que Vega es la reina de los cielos en el verano, y hasta
bien entrado el otoño en las latitudes templadas del hemisferio norte. La
declinación de la estrella es claramente boreal, de +38º47′.
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