LOS SUEÑOS DEBEN REALIZARSE

Por Javier Cornejo
Artículo que debía ser publicado en el diario El Tribuno el 25/8/2014
http://www.eltribuno.info/los-suenos-deben-realizarse-n439191

El tema central del Suplemento del Tribuno editado en ocasión de su 65 aniversario, se encontraba referido a la propuesta de los “sueños” de los salteños.

Inevitablemente re- viví los conceptos de Albert Bosch producto de conversaciones de gran intensidad.

¿QUIEN ES ALBERT BOSCH?

Es  un español que cruzó la Antártida hasta el centro del Polo Sur, caminando, a pié, en solitario, absolutamente sólo y sin asistencia exterior.

Escribió varios libros sobre sus muy variadas experiencias en las que se incluyen el haber alcanzado las  Siete Cumbres más altas del mundo. Siempre relata la gran cantidad de fracasos que acumuló en sus experiencias, pero que le sirvieron para su propia superación y “entraron a formar parte  inseparable de su trayectoria vital”.

Siguiendo la trayectoria de tales soñadores, constatamos la demostración, que los sueños para tener efecto real deben llevarse a la práctica.

Deben ejecutarse.

Transitar de la imaginación creadora a la realización efectiva. Pero, sin ese “sueño previo” tal logro no sería posible.  Es vivir la vida como “ verbo y no como sustantivo”. Tal como tituló a su último libro: Vivir la vida para sentirse Vivo.

Es considerar al ser humano como algo más que un conjunto de tripas, órganos, “un pedazo de carne que respira y tiene un ciclo vital determinado que lo lleva a nacer, crecer reproducirse ( a veces), y al final., caducar y morir”.

Es considerar al ser humano con la inmanente capacidad de “soñar”,  que al transformarla en “creatividad”, posibilita el paso cualitativo de nuestra raza en función del logro de mejores y más dignas condiciones de vida para nosotros y para las generaciones venideras.

Es la posibilidad de soñar, la posibilidad de “creación” que distingue a la persona del resto de la vida de la creación universal. De allí que la diferencia con el resto de los animales, es la capacidad de razonar, de aprender, evolucionar y tener la posibilidad de ejercer la libertad de decidir sobre los aspectos de nuestras vidas, únicas e irrepetibles.

Es lo que se conoce como la noosfera.

La posibilidad del ser humano de transformación de la biosfera universal, tal como lo sostienen los permanentes defensores de la Real Ciencia Física de los principios universales irrefutables. Desde Platón hasta Albert Einstein: el uso y desarrollo de la energía en beneficio de todos los seres, y no su acaparamiento para beneficio de unos pocos para sojuzgar a sus semejantes.

Por ello, todo acto que se realiza en desmedro de la vida, en desmedro de menoscabar la capacidad creadora del ser humano y el anular la posibilidad de la existencia de futuras vidas que se integren al proceso de permanente transformación y cambio universal, es el acto atentatorio sin posibilidad de justificación, más cruel que el ser humano puede realizar en contra de la propia posibilidad de superación en este constante  tránsito de las existencias integradas en la vida universal.

La “supresión de vidas” en cualquiera de sus formas, la alienación en cualquiera de sus formas, son los actos adrede realizados en pos de la atroz involución  que en la actualidad parecemos encontrarnos condenados.

De allí la vigencia de la frase: “creeré lo que dices cuando vea lo que haces”.

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