Por Javier Cornejo
Artículo publicado en el diario El Tribuno el 11-08-2015
Artículo publicado en el diario El Tribuno el 11-08-2015
La importancia de la
conmemoración del 12 de agosto de 1806 es directamente proporcional a los
intentos del actual gobierno “nac & pop” de sepultarla en el más recóndito
de los olvidos.
A este intencional olvido se le
agrega que todos los criollos, indios, negros, hispanos, sin distinción de
sexos, que participaron y fueron protagonistas en la derrota de las fuerzas
británicas, corren hoy la misma suerte de ostracismos.
Siguiendo con nuestras Heroínas
Criollas es preciso referenciar que todas las que son sepultadas en la historia
sin el mísero recuerdo, paradójicamente, fueron participes esenciales en la
derrota inglesa de 1806/ 1807.
MARTINA CESPEDES
Tal el caso de Doña Martina
Céspedes que fuera distinguida con el título de “Defensora de Buenos Aires”
concediéndosele el grado de Sargento Mayor del Ejército, luciendo uniforme
desfiló junto al entonces Gobernador Las Heras en una procesión de Corpus de
1825. Heroína del barrio de San Telmo donde tenía su almacén, rescatada por la
crónica del padre Manuel Sanguinetti en
su libro “San Telmo su pasado histórico” (editado en 1965).
Doña Martina tenía su almacén en
la calle Del Comercio, hoy Humberto I (príncipe italiano que ni conoció
Argentina). Su casa fue demolida siguiendo el destino de pulverización
histórica.
MANUELA HURTADO Y PEDRAZA
Conocida como “La Tucumana”
o “La Tucumanesa”, fue otra de las
heroínas de la reconquista de Buenos Aires batalladora de las invasiones
inglesas del 10-11-12 de agosto de 1806. En esos días peleó junto a su marido,
un cabo del Regimiento de Patricios, y la actitud que tomara es que cuando
hieren y matan a su marido, en la
encarnizada batalla de la plaza mayor donde las fuerzas de Liniers rodeaban La
Fortaleza (actual casa Rosada), en medio del fuego enemigo persigue al soldado
inglés le arrebata el fusil y lo mata atravesándolo con la bayoneta, matando a
su vez a otro con la bala del fusil que recogió de su esposo muerto.(Crónicas
de Juan Pablo Bustos Thames).
Don Santiago de Liniers le confiere el grado
de Alferez. El 25 de mayo de 1807 el Cabildo Porteño recomendaba el mérito de
“doña Manuela Hurtado y Pedraza que sirvió en esta Capital en clase de soldado
blandengue”. Así también mediante Real Orden comunicada por el español Ministro
José Caballero a Pascual Ruiz Huidobro fechada en El Prado el 24 de febrero de
1807, se le confería el grado de Sub- Teniente de Infantería: “…por tanto mando a Capitanes Generales, Gobernadores, de
las armas y demás cabos mayores y menores, oficiales y soldados de mis
ejércitos, la guarden y hagan guardar las honras, gracias, preeminencias y
exenciones, que por razón de dicho grado le tocan y deben ser guardadas, bien y
cumplidamente….” Firmado El Rey.
Del Archivo General de la Nación,
Período Colonial-Documentos del Gobierno (Administrativos y militares) no
surgen registros. O fueron borrados. Por consiguiente es probable que “La
Tucumana” no recibiera el grado de Sub- Teniente que se le adjudicaba en el
despacho Real y está probado que murió olvidada, trastornada y en la miseria.
Ni siquiera en Tucumán se la
recuerda.
Tal el destino de todas las
heroínas que se atrevieron a enfrentar y derrotar a las huestes de la “pérfida
Albión” en 1806/1807.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario