¿Por qué a China le
interesa tanto hacer negocios en América Latina?
Publicado
el 2015/03/18 por Germán Mangione
Fuente: BBC
El
presidente de China, Xi Jinping, dijo que su país invertirá unos US$250.000
millones en América Latina en los próximos 10 años, como parte de una
estrategia del gigante asiático para aumentar su presencia en la región.
Xi hizo
estas declaraciones en un encuentro en Pekín con líderes de la Comunidad de
Estados de Latinoamérica y el Caribe (CELAC).
En
tiempos en que el sector manufacturero made in China está dando muestras
de declive (o acaso por eso), el flujo de dinero proveniente del gigante
asiático hacia América Latina sigue siendo fuerte y caudaloso.
Y no
parece que esto vaya a parar en lo inmediato: al igual que en África o en el
este de Asia, donde China tiene importantes inversiones, América Latina le está
dando acceso a materias primas necesarias para impulsar su crecimiento.
Estas
inversiones le han ayudado, además, a afianzar su influencia internacional.
Venezuela
le suministra unos 626.000 barriles diarios de petróleo a China.
Un
estudio realizado recientemente por Naciones Unidas predice que para 2016 China
desplazará a la Unión Europea como el segundo socio comercial de Latinoamérica,
detrás de Estados Unidos.
Y según
un artículo publicado en enero en China Policy Review, en 15 años China
superará a Estados Unidos como en el mayor socio comercial de Latinoamerica.
Hoy China
es el principal socio comercial de Brasil, Chile y Perú. Y el segundo de países
como México, Argentina y Venezuela.
Amenaza y oportunidad
China es
percibida por los latinoamericanos como un actor pragmático, con mayor interés
en lo económico que en lo político.
“(En
América Latina) no están preocupados porque China vaya a aprovechar su
creciente influencia en la región para influir en las políticas locales,
reclutar socios para sus objetivos globales, o para competir con EE.UU. por
posibles aliados”, sostiene el artículo del China Policy Review, escrito
por Peter Hakim y Margaret Myers.
Joe Chi,
director ejecutivo del Centro de Comercio Chino-Latinoamericano, con sede en
Miami, coincide con esta idea.
“América
Latina es importante para China fundamentalmente por dos razones: por sus
recursos naturales y por el posible mercado que se está desarrollando en la
región para los productos chinos”, le dice Chi a BBC Mundo.
La soja
representa el 75% de las exportaciones argentinas a China.
Así, el
gigante asiático le compra toda la soja que puede a Argentina. Chile, el mayor
productor de cobre del mundo, destina un tercio de su producción al mercado
chino. Venezuela coloca en China grandes cantidades de petróleo. Perú también
le suministra cobre. La cuenta sigue…
Chi
explica que, a mediano plazo, básicamente las dos modalidades de inversión de
China en la región serán la compra de materia prima y el establecimiento de
empresas de capital mixto para la producción de esa materia prima.
“También
China tiene interés en establecer a futuro fábricas en América Latina, porque
los costos de producción en China se están elevando poco a poco y llegará el
momento en el que no van a ser sostenibles”, explica.
Claro que
todavía los costos de producción siguen siendo bajos en China, por lo que el
gigantesco socio representa simultáneamente una oportunidad y una amenaza para
muchas empresas de la región.
Micheline
Grings Twigger, propietaria junto con su familia de la fábrica brasileña de
zapatos Picadilly, lo explica de forma sencilla a la BBC: “Estamos compitiendo
permanentemente pues nadie puede producir zapatos con los precios de China”.
“Al mismo
tiempo es una gran oportunidad, considerando el tamaño del mercado. Sería una
locura no mirar a China como una gran mercado para nosotros”, dice Micheline.
En el
caso argentino, el economista Luis Palma Cané le dice a BBC Mundo que aunque el
comercio entre ambos países se ha cuadruplicado en los últimos años y asciende
a unos US$15.000 millones (lo que establece a China como el segundo socio
comercial de Argentina), la balanza sigue siendo desfavorable para el país
sureño.
“Tenemos
US$10.000 millones de exportaciones y US$5.000 millones de importaciones.
Claramente eso nos deja con un saldo en contra de US$5.000 millones”, explica
Palma Cané.
Ocupar el espacio de EE.UU.
Alejandro
Grisanti, jefe de Investigaciones para América Latina del banco británico
Barclays, sostiene que en los últimos China ha sabido sacar provecho de lo que
él califica como “una disminución del interés de Estados Unidos hacia América
Latina”.
“Ese
espacio ha sido ocupado en los últimos cinco años por China”, le dice Grisanti
a BBC Mundo. “Vemos esto como algo bien interesante puesto que China está
buscando incrementar sus inversiones en materia prima en América Latina. Y en
eso ha sido muy agresiva”.
Estamos
compitiendo permanentemente pues nadie puede producir zapatos con los precios
de China. Al mismo tiempo es una gran oportunidad, considerando el tamaño del
mercado.
Micheline Grings Twigger –
Zapatos Picadilly
La
presencia china en América Latina es, en efecto, palpable y está cada vez más a
la vista: hoy en día es común toparse con ejecutivos chinos caminando por las
calles de la principales ciudades latinoamericanas. En las grandes rondas de
negocios hay una notable presencia de inversionistas chinos. Empresas chinas
han establecido sedes en la región.
También
están comenzando a rodar con mayor frecuencia los automóviles de fabricación
china. Esto es un ejemplo importante de la expansión de la presencia china en
Latinoamérica. De acuerdo con la consultora estadounidense AT Kearney, en 2015
las ensambladoras chinas -de marcas como Chery, Foton, Geely y Yangtze-
exportarán alrededor de dos millones de unidades (frente a medio millón en
2011) y tres millones en 2020.
Según la
consultora, los mayores mercados de tales exportaciones son países como Brasil,
Colombia, Venezuela, Perú y Argentina. Al igual que los zapatos que le quitan
el sueño a la brasileña Micheline, los precios de estos automóviles resultan
notablemente menores: la mitad o dos tercios de los marcas estadounidenses,
europeas y japonesas ya establecidas.
Más que comprar materia prima
Luis
Palma Cané dice que hasta el año pasado las inversiones directas chinas en la
región se orientaban básicamente hacia el comercio y la búsqueda de recursos
naturales primarios. Pero esto está cambiando, en parte.
Cada vez
ruedan más autos chinos en Latinoamérica.
“A ese
esquema, que no ha sido dejado de lado, se le han agregado la inversión en
obras de infraestructura, bien mediante licitaciones, bien mediante acuerdos
privados entre los gobiernos con financiación del gobierno chino y
participación de empresas chinas”, explica Palma Cané.
“Con
respecto a la inversión externa, obviamente lo que está buscando es trabajo
para las empresas chinas de ingeniería, aunque también hay una estrategia
geopolítica, que es tener un peso económico en América Latina”.
En
Nicaragua, por ejemplo, China está financiando la construcción de un canal
interoceánico que vendría a competir directamente con el de Panamá.
En junio
de 2013, el gobierno del presidente Daniel Ortega anunció la firma de un
contrato por US$40.000 millones con HKND Group, la empresa que dirige el
multimillonario de Hong Kong, Wang Jing: el monto le garantiza a China una
concesión de 50 años por los derechos de construir el canal y otros 50 años
para manejarlo.
Expertos
consideran que este canal será clave para la expansión del comercio mundial de
China.
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