La
mentira más grande de Uruguay: José Pepe Mujica
Mientras
muchos quizás piensan que las grandes naciones necesitan grandes líderes, yo
-así como la mayoría de los liberales- creo que las grandes naciones necesitan
grandes individuos.
Hace unos años, alrededor de 2004, fui a una conferencia que el ex Presidente uruguayo y actual ícono pop José Mujica dio en San Carlos. La ciudad está a sólo 22 kilómetros de Punta del Este, uno de los balnearios más caros y exclusivos del mundo, que ha sido llamado de la Saint-Tropez de América Latina.
Esa noche el teatro estaba más lleno que nunca, con un Mujica muy cercano a ser la celebridad que es hoy, pero aun así conseguí un asiento.
Para ser honesta, apenas me moví mientras daba su discurso. Sonó -y sinceramente no disfruto admitir esto- sólido, maduro y con experiencia. Incluso se me cayó una lágrima cuando, al final de su discurso, dijo: ´´Si no cambias, nada cambia´´.
Fue un momento muy emotivo para todos los que estábamos ahí. El público lo ovacionó de pie, mientras él compartía parte de su supuesta sabiduría: ´´No tengo nada, y sin embargo me considero un hombre rico, ya que las posesiones y el dinero en realidad no determinan la riqueza.´´
Doce años después aprendí que José Mujica es probablemente la mentira más grande de Uruguay. Me encontré discutiendo con amigos argentinos, chilenos y españoles que decían: ´´Deseo tener un líder como él´´.
No, amigos, no lo desean. A ustedes, como la mayoría de las personas, les gusta lo que Mujica representa, no lo que es. Él es un hombre que, como Presidente, públicamente dijo: ´´Como digo una cosa, digo la otra´´. Su administración llevó a la ruina a dos grandes empresas: PLUNA, una aereolínea que es co-propiedad del Estado, y la refinadora y distribuidora de combustible: ANCAP.
Cualquier liberal podría saber que esto iba a suceder, lo sé. Milton Friedman quizás situaría a éste fenómeno en la frase: ´´Si pones al gobierno a cargo del Desierto del Sahara, en cinco años, habrá escasez de arena´´. Como sea, la situación en Uruguay es peor.
El país que una vez fue modelo en educación, ahora está mostrando los peores resultados en décadas (PISA). Aunque en gran parte del mundo el precio del petróleo sigue bajando, nosotros pagamos el precio más alto de combustible (y por lo tanto de todo lo demás) en todo el continente.
¿Pero es Mujica - y su predecesor y sucesor, el invisible y sin poder Tabaré Vázquez - el culpable de un Estado tan deplorable? Seguramente, pero no del todo.
Las personas en Uruguay -así como en el resto del mundo- no deberían aceptar acciones de este tipo de ningún gobierno. Pero, aun así, aquí estamos, más pasivos que nunca, haciendo lo que los uruguayos hacen mejor: quejarse.
´´No hay candidato fuerte en la oposición´´, dice la gente, pero por supuesto, alguien tiene que venir a salvarnos de nosotros mismos. Otro héroe, otro líder, otra gran mentira.
´´Si no cambias, nada cambia´´. Aún sigo estando de acuerdo con esas palabras, quizás más que nunca. Somos nosotros, y sólo nosotros, los que podemos cambiar esta situación. Depende de nosotros exigir no sólo explicaciones sino también renuncias de algunos secretarios en las últimas tres administraciones (Vázquez, Mujica y de nuevo Vázquez).
Depende de nosotros negarnos a financiar la carrera política de nuestro vicepresidente, Raúl Sendic (ex Presidente de ANCAP), a través de nuestros impuestos. El poder del individuo siempre será mayor que el de la opresión de los colectivos. Y debemos prestarle atención a eso, ahora.
El septiembre pasado viajé de Múnich a Nuremberg en tren. Había una anciana sentada al lado mío leyendo el diario ´´Süddeutsche Zeitung´´. Mujica estaba en su portada. Él estaba visitando países europeos, dando el mismo discurso que dio en San Carlos hacía unos años. Sus palabras son exactamente las que las personas quieren oír, y disfruta de los aplausos y la popularidad.
Disfruta vivir una mentira. Se alimenta de ella. El ´´gran líder´´, quien nos dice que cambiemos, es una fotocopia del mismo. El ´´verdadero líder´´, quien dice que la riqueza y la vanidad son cosas malas, disfruta de la alfombra roja.
José Mujica es la última celebridad socialista de América Latina - o eso esperamos.
Fuente (En inglés)
Twitter Priscila Guinovart
Hace unos años, alrededor de 2004, fui a una conferencia que el ex Presidente uruguayo y actual ícono pop José Mujica dio en San Carlos. La ciudad está a sólo 22 kilómetros de Punta del Este, uno de los balnearios más caros y exclusivos del mundo, que ha sido llamado de la Saint-Tropez de América Latina.
Esa noche el teatro estaba más lleno que nunca, con un Mujica muy cercano a ser la celebridad que es hoy, pero aun así conseguí un asiento.
Para ser honesta, apenas me moví mientras daba su discurso. Sonó -y sinceramente no disfruto admitir esto- sólido, maduro y con experiencia. Incluso se me cayó una lágrima cuando, al final de su discurso, dijo: ´´Si no cambias, nada cambia´´.
Fue un momento muy emotivo para todos los que estábamos ahí. El público lo ovacionó de pie, mientras él compartía parte de su supuesta sabiduría: ´´No tengo nada, y sin embargo me considero un hombre rico, ya que las posesiones y el dinero en realidad no determinan la riqueza.´´
Doce años después aprendí que José Mujica es probablemente la mentira más grande de Uruguay. Me encontré discutiendo con amigos argentinos, chilenos y españoles que decían: ´´Deseo tener un líder como él´´.
No, amigos, no lo desean. A ustedes, como la mayoría de las personas, les gusta lo que Mujica representa, no lo que es. Él es un hombre que, como Presidente, públicamente dijo: ´´Como digo una cosa, digo la otra´´. Su administración llevó a la ruina a dos grandes empresas: PLUNA, una aereolínea que es co-propiedad del Estado, y la refinadora y distribuidora de combustible: ANCAP.
Cualquier liberal podría saber que esto iba a suceder, lo sé. Milton Friedman quizás situaría a éste fenómeno en la frase: ´´Si pones al gobierno a cargo del Desierto del Sahara, en cinco años, habrá escasez de arena´´. Como sea, la situación en Uruguay es peor.
El país que una vez fue modelo en educación, ahora está mostrando los peores resultados en décadas (PISA). Aunque en gran parte del mundo el precio del petróleo sigue bajando, nosotros pagamos el precio más alto de combustible (y por lo tanto de todo lo demás) en todo el continente.
¿Pero es Mujica - y su predecesor y sucesor, el invisible y sin poder Tabaré Vázquez - el culpable de un Estado tan deplorable? Seguramente, pero no del todo.
Las personas en Uruguay -así como en el resto del mundo- no deberían aceptar acciones de este tipo de ningún gobierno. Pero, aun así, aquí estamos, más pasivos que nunca, haciendo lo que los uruguayos hacen mejor: quejarse.
´´No hay candidato fuerte en la oposición´´, dice la gente, pero por supuesto, alguien tiene que venir a salvarnos de nosotros mismos. Otro héroe, otro líder, otra gran mentira.
´´Si no cambias, nada cambia´´. Aún sigo estando de acuerdo con esas palabras, quizás más que nunca. Somos nosotros, y sólo nosotros, los que podemos cambiar esta situación. Depende de nosotros exigir no sólo explicaciones sino también renuncias de algunos secretarios en las últimas tres administraciones (Vázquez, Mujica y de nuevo Vázquez).
Depende de nosotros negarnos a financiar la carrera política de nuestro vicepresidente, Raúl Sendic (ex Presidente de ANCAP), a través de nuestros impuestos. El poder del individuo siempre será mayor que el de la opresión de los colectivos. Y debemos prestarle atención a eso, ahora.
El septiembre pasado viajé de Múnich a Nuremberg en tren. Había una anciana sentada al lado mío leyendo el diario ´´Süddeutsche Zeitung´´. Mujica estaba en su portada. Él estaba visitando países europeos, dando el mismo discurso que dio en San Carlos hacía unos años. Sus palabras son exactamente las que las personas quieren oír, y disfruta de los aplausos y la popularidad.
Disfruta vivir una mentira. Se alimenta de ella. El ´´gran líder´´, quien nos dice que cambiemos, es una fotocopia del mismo. El ´´verdadero líder´´, quien dice que la riqueza y la vanidad son cosas malas, disfruta de la alfombra roja.
José Mujica es la última celebridad socialista de América Latina - o eso esperamos.
Fuente (En inglés)
Twitter Priscila Guinovart
Uruguay adjudicó la
producción y distribución de marihuana a dos empresas
Esa ley habilita el cultivo para consumo propio con
un máximo de seis plantas por persona, o la producción de la droga en clubes de
consumidores o clubes cannábicos previamente registrados.
Plantas. Un cultivador de cannabis, en su establecimiento legal de Illinois, Estados Unidos. |
Dos
empresas privadas, una de ellas con participación argentina, fueron elegidas
por el gobierno uruguayo para producir y distribuir marihuana, que estaría
disponible en las farmacias de ese país en unos ocho meses.
El
gobierno uruguayo anunció la adjudicación de licencias de producción y
distribución de marihuana a las dos empresas privadas en el marco de la ley de
regulación del cannabis aprobada en 2013.
Esa ley
habilita el cultivo para consumo propio con un máximo de seis plantas por
persona, o la producción de la droga en clubes de consumidores o clubes
cannábicos previamente registrados.
Además,
una parte de la droga que se consume en el país será producida bajo
fiscalización estatal por empresas privadas, una disposición inédita en el
mundo, y su distribución se realizará a través de farmacias a personas anotadas
previamente en un sistema de registro de consumidores.
La
entrega de estas licencias era un paso esperado pero demorado desde la asunción
de Tabaré Vázquez el pasado primero de marzo.
"Para
que el cannabis llegue a las farmacias va a transcurrir un plazo no menor a
ocho meses a partir de este momento", explicó en conferencia de prensa el
prosecretario de la presidencia de la República del Uruguay, Juan Andrés
Roballo.
De ese
modo el funcionario comunicaba el plazo mínimo para que se cumpla el último
paso en la implementación de la ley presentada por el gobierno de José Mujica
(2010-2015), luego de anunciar el otorgamiento de "dos licencias de
producción y distribución de esta sustancia".
"El
gobierno está trabajando con las farmacias para implementar su distribución en
las mismas", agregó.
Las dos
empresas se encargarán de plantar la droga legal en un predio suministrado por
el Estado, que está ubicado cerca del Penal de Libertad, cuya seguridad estará
a cargo del Ministerio del Interior.
Según la
información difundida por el diario El País de Uruguay, de las 22 empresas que
se habían presentado para plantar la droga, fueron elegidas dos: Simbiosis, de
capital uruguayo-argentino, y la otra, Icorp, de dueños uruguayos y extranjeros
(no se especificó su nacionalidad).
Las
empresas invertirán entre 600.000 y 800.000 dólares cada una, según explicó en
conferencia de prensa el presidente del Instituto de Regulación y Control del
Cannabis (Ircca), Augusto Vitale.
Cada una
de las empresas está autorizada a producir hasta dos toneladas anuales.
Dólar. "La droga en las farmacias
se va a vender a un poco más de un dólar, no mucho más", porque sino no se
puede "competir con el precio al que ofrecen la marihuana los
narcotraficantes", indicó Vitale.
Según
establece la reglamentación de la ley, los usuarios podrán comprar hasta 40
gramos por mes (10 gramos por semana).
El
prosecretario Roballo indicó que "se está trabajando" con el Centro
de Farmacias para "garantizar" que la droga llegue a ellas una vez
que estén listos los cultivos, cosa que sucederá en estos ocho meses. Y que
durante este tiempo el Estado hará "campañas de difusión sobre los riesgos
del consumo".
Uruguay
busca, resumió Roballo, "prevenir y abordar el consumo abusivo o
problemático, sensibilizar a la población sobre las consecuencias del
consumo" y "contribuir a la lucha contra el narcotráfico y el crimen
organizado". En ese sentido, calificó de "paso fundamental" la
entrega de licencias a privados para producción de cannabis.
Las deudas de Mujica con la
educación
El
expresidente reconoció que su gestión quedó incompleta. Mejorar el desempeño en
las Pruebas Pisa, evitar la deserción y fortalecer la escuela pública son parte
de los retos del próximo Gobierno.
El
presidente saliente de Uruguay José Mujica no logró sus metas en el tema educativo. Foto: Foto: AFP. |
Aunque en
su discurso de posesión en 2010 José Mujica enfatizó sobre la importancia de la
educación en su proyecto para Uruguay, los resultados al final de su gobierno
en este campo no fueron los mejores. El presidente saliente admite que no pudo
combatir la deserción en el bachillerato ni mejorar los resultados en las Pruebas
Pisa.
El portal BBC Mundo resalta que Uruguay no solo tiene altas tasas de deserción sino que además es uno de los países con más bajos porcentajes de finalización del bachillerato. Según cifras del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en Uruguay solo el 20 por ciento de la población más pobre y el 60 por ciento de los más ricos terminaron la secundaria. En Venezuela estas cifras son del 54 y el 79 por ciento, y en Colombia corresponden al 39 y el 87 por ciento.
Adicionalmente, según señala el diario ABC de España, en Uruguay hay un contraste entre el desempeño de la población de escasos recursos frente a los más acomodados. Esto ha dificultado la búsqueda de equidad en ese país.
El presidente Mujica fue un férreo defensor de la educación técnica durante su mandato. Durante una entrevista con la revista británica The Economist al final del año pasado el presidente habló de los avances en esta área. “La educación vocacional, que es crucial para los recién egresados del colegio, ha crecido en un 40 por ciento en los últimos cinco años, y no ha crecido más porque hacen falta instituciones”, respondió el entonces presidente.
Pero Mujica, fiel a su carácter, también ha reconocido los errores. “Tenemos que cambiar el molde. Lo intentamos, pero fallamos; porque hay una fuerte creencia en Uruguay según la cual la educación debería ser parte de un sistema integrado, global, dirigida desde arriba y para mí esto no encaja en el mundo moderno”, le dijo a The Economist.
Según relataba hace unos meses el País de España, la educación estaba logrando un papel protagónico en la campaña presidencial. Aunque en Uruguay invierten el 4,7 por ciento del PIB en educación, esta cifra no se compara con el gasto que hacen países como Argentina y Brasil en ese rubro.
En el 2013 el diario El País de Uruguay rescató otra confesión del presidente: “…fracasé en que le dieran la autonomía a UTU (Universidad del Trabajo del Uruguay) y que cada centro regional pudiera evolucionar para transformarse en un politécnico público e independiente. Para mí era la transformación más importante de la enseñanza media. No pude, fracasé porque no pude convencer a buena parte de mis compañeros. Esto no se lo voy a achacar a la oposición. Es de las cosas que más duelen, cuando no te podés comunicar con los tuyos".
Ahora que Tabaré Vásquez asume la presidencia en Uruguay, muchos esperan que la educación se posicione como uno de los puntos prioritarios de su agenda.
El portal BBC Mundo resalta que Uruguay no solo tiene altas tasas de deserción sino que además es uno de los países con más bajos porcentajes de finalización del bachillerato. Según cifras del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en Uruguay solo el 20 por ciento de la población más pobre y el 60 por ciento de los más ricos terminaron la secundaria. En Venezuela estas cifras son del 54 y el 79 por ciento, y en Colombia corresponden al 39 y el 87 por ciento.
Adicionalmente, según señala el diario ABC de España, en Uruguay hay un contraste entre el desempeño de la población de escasos recursos frente a los más acomodados. Esto ha dificultado la búsqueda de equidad en ese país.
El presidente Mujica fue un férreo defensor de la educación técnica durante su mandato. Durante una entrevista con la revista británica The Economist al final del año pasado el presidente habló de los avances en esta área. “La educación vocacional, que es crucial para los recién egresados del colegio, ha crecido en un 40 por ciento en los últimos cinco años, y no ha crecido más porque hacen falta instituciones”, respondió el entonces presidente.
Pero Mujica, fiel a su carácter, también ha reconocido los errores. “Tenemos que cambiar el molde. Lo intentamos, pero fallamos; porque hay una fuerte creencia en Uruguay según la cual la educación debería ser parte de un sistema integrado, global, dirigida desde arriba y para mí esto no encaja en el mundo moderno”, le dijo a The Economist.
Según relataba hace unos meses el País de España, la educación estaba logrando un papel protagónico en la campaña presidencial. Aunque en Uruguay invierten el 4,7 por ciento del PIB en educación, esta cifra no se compara con el gasto que hacen países como Argentina y Brasil en ese rubro.
En el 2013 el diario El País de Uruguay rescató otra confesión del presidente: “…fracasé en que le dieran la autonomía a UTU (Universidad del Trabajo del Uruguay) y que cada centro regional pudiera evolucionar para transformarse en un politécnico público e independiente. Para mí era la transformación más importante de la enseñanza media. No pude, fracasé porque no pude convencer a buena parte de mis compañeros. Esto no se lo voy a achacar a la oposición. Es de las cosas que más duelen, cuando no te podés comunicar con los tuyos".
Ahora que Tabaré Vásquez asume la presidencia en Uruguay, muchos esperan que la educación se posicione como uno de los puntos prioritarios de su agenda.
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